Psicóticos
El pasado 2 de febrero de 1999, moría en un hospital de Barcelona el asesino en serie español por excelencia, Manuel Delgado Villegas, más conocido en la crónica negra como "El Arropiero". Él mismo se acusaba de haber matado alrededor de 48 personas, pero fue tan solo condenado por ocho crímenes que la policía sí ha podido probar. Nació en Sevilla el 25 de enero de 1943. Como la gran mayoría de los asesinos en serie, su infancia había sido muy peculiar. Su madre murió al dar la luz y su padre estaba continuamente ausente debido a su profesión de vendedor ambulante de arrope, un dulce hecho con higos (de ahí su apodo).
El pasado 2 de febrero de 1999, moría en un hospital de Barcelona el asesino en serie español por excelencia, Manuel Delgado Villegas, más conocido en la crónica negra como "El Arropiero". Él mismo se acusaba de haber matado alrededor de 48 personas, pero fue tan solo condenado por ocho crímenes que la policía sí ha podido probar. Nació en Sevilla el 25 de enero de 1943. Como la gran mayoría de los asesinos en serie, su infancia había sido muy peculiar. Su madre murió al dar la luz y su padre estaba continuamente ausente debido a su profesión de vendedor ambulante de arrope, un dulce hecho con higos (de ahí su apodo).
El joven y su hermana Joaquina fueron criados por su abuela, hasta que Manuel, de carácter difícil, comenzó a independizarse. A los dieciocho años ingresó como voluntario en la Legión, en dónde aprendería técnicas de violencia que utilizaría posteriormente en sus crímenes, como "el golpe legionario" que consistía en golpear brutalmente el cuello de la víctima con el canto de la mano...Cuando se cansó de servir en el ejército, al poco tiempo, desertó para emprender una serie de viajes por distintas provincias españolas y algún país europeo, entonces comenzó su etapa como criminal asesinando a su primera víctima en Cataluña el 21 de enero de 1964, cuando contaba con veintiún años.Con la "disculpa" de robarle algunas pertenencias, se acerca a Adolfo Folch Muntaner de cuarenta y nueve años, que dormía apoyado contra un muro en la playa de Llorach (Garraf), y sin pronunciar una sola palabra le destroza el cráneo con una piedra.
Tres años después apuñalaba a una joven estudiante francesa, Margaret Hélène Boudrie de veintiún años en Can Planas (Ibiza) para robarle una medalla que llevaba al cuello. El cadáver, completamente desnudo, presentaba múltiples contusiones, arañazos y una gran herida en un ojo. Los análisis forenses mostraban además que habían abusado de ella, y el Arropiero confesaría posteriormente a la policía que, en efecto, una vez la mujer muerta había dado rienda suelta a su instinto necrófilo...
(Necrofilia, un detalle interesante que nos muestra la personalidad del asesino. En este caso denotaba un cierto grado de esquizofrenia obsesiva, pues el Arropiero al encontrar resistencia por parte de la víctima, prefiere matarla para mostrar su poder sobre ella y continuar con ese propósito de agresión sexual. Por otro lado, puede que este personaje temiese de alguna manera al sexo femenino, y lo demuestra su afán de violar a las víctimas de sexo contrario, su fuerte odio para con los homosexuales o que lo confundiesen a él mismo con un homosexual, y como veremos más adelante, el hecho de que su novia fuese una disminuida psíquica. Estos detalles connotan una represión por parte del asesino, trauma que lo obsesiona hasta el punto de buscar el dominio de la situación bajo cualquier precio.)
Otro de los crímenes cometidos por el Arropiero que la policía ha conseguido probar, sería el de Venancio Hernández Carrasco, hallado flotando en las orillas de un río. El hombre se encontraba trabajando en unos viñedos de su propiedad cuando se le acerca un joven de aspecto singular: muy corpulento, cara de pocos amigos y un bigote recortado al estilo "Cantinflas" pidiéndole algo de comer. El vendimiador ofendido por el tono y la mirada del joven le responde con la misma ironía, que si quiere comer que trabaje, y el Arropiero, sin darle tiempo a reaccionar se abalanza contra él y descarga su mortal golpe del legionario. Luego lo arrojaría al río.
En Barcelona, las señoras de la limpieza de un almacén de muebles se encontraban con otra víctima de este despiadado asesino. Ramón Estrada Saldrich, había tenido la mala suerte de conocer al asesino en un bar, y sobre todo de haberse hecho su "amigo" después de unas copas... una noche Manuel Delgado le pide mil pesetas, y el hombre asombrado se niega a dárselas, por lo que es atacado, golpeado y estrangulado en un almacén de su propiedad, además de ser saqueado posteriormente de su reloj y cartera.
El 23 de noviembre de 1969 unos niños de Mataró descubrían ellos también un cadáver de mujer cubierto con plásticos y con la ropa levantada por completo. Se trataba de Anastasia Borrella Moreno.Según las declaraciones del asesino, la mujer iba caminando hacia su casa cuando la aborda diciéndole que le apetecía una mujer y le pregunta si desea hacer el amor con él. Anastasia, sorprendida por la insolencia y asustada a la vez, amenaza con avisar a la policía si no desaparece inmediatamente, y el hombre la ataca golpeándola con un ladrillo. Luego saciaría su apetito sexual con el cuerpo inerte y ya sin vida de Anastasia... no una o dos veces, sino todas las noches desde que la mata hasta que la policía encuentra el cadáver en descomposición escondido detrás de unos arbustos unos días más tarde...
Los otros crímenes que se le atribuyen son el de dos jóvenes homosexuales que le habrían hecho proposiciones que lo enfadarían sobremanera, asesinando a uno con su golpe del legionario en Córdoba y a otro estrangulándolo con un cable en Barcelona. Otros crímenes reconocidos fueron los de una mujer estrangulada en Barcelona, otra ahogada en Valencia, y otra más acuchillada en Alicante.La última de sus numerosas víctimas antes de ser detenido por la policía en el Puerto de Santa Cruz (Cádiz), sería su misma novia Antonia Rodríguez Relinque. La joven, mucho mayor que él y con deficiencias psíquicas, llevaba algún tiempo saliendo con Delgado. El 18 de enero de 1971 la lleva en su moto en un paraje solitario en dónde solían mantener relaciones sexuales, y sin ningún motivo aparente la estrangula con unas medias de la mujer cuando hacían el amor. Una vez muerta, él sigue haciendo el amor...
Ese mismo día era detenido por presunto autor del estrangulamiento de su novia, hecho que negó en un principio. Finalmente acabó confesando no sólo ese crimen, sino también los de otras 47 personas, alguno fuera de nuestro país.La policía incrédula no le creyeron pensando que se trataba de un fabulador exagerado, pero investigando en profundidad 22 de los crímenes que el hombre narraba con pelos y señales tal y como habían ocurrido, el estado del cadáver, etc., fue inculpado por el homicidio de 8 personas.
Manuel Delgado Villegas se pasó seis años en la cárcel de Carabanchel, entre 1971 y 1977, sin ser legalmente juzgado ni culpado y sin que nadie le nombrara un abogado defensor hasta pasados seis años y medio desde el día de su detención, por el hecho de considerarlo un enajenado mental... y no es para menos, pues los psiquiatras le diagnosticaron una esquizofrenia, delirio megalomaníaco y desorientación tempoespacial.Por otro lado, los análisis médicos a los que fue sometido revelaron que era poseedor del famoso "cromosoma de la criminalidad" XYY.
En 1978 la Audiencia Nacional le declaró falto de responsabilidad penal y ordenó su internamiento en un centro penitenciario psiquiátrico, en dónde ha pasado la mayor parte de su vida con un comportamiento de lo más autista e indiferente hacia cuanto le rodeaba, dejándose el pelo y la barba muy largos, un aspecto descuidado, y consumiendo un cigarrillo tras otro llegando a fumar varias cajetillas al día.Este malsano vicio sería el causante de su muerte, pues poco a poco se le desarrolla una grave enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que lo lleva a la tumba con el más absoluta discreción el pasado día 2 de febrero de 1998, cuando contaba con 55 años de edad. Muy pocos en el hospital conocían su identidad, y muchos menos aún su pasado, el macabro pasado del mayor criminal de la crónica negra española...
Pili Abeijón
Criminóloga
1 comentario:
¿Como fue posible que nadie lo haya vinculado con los crimines? Me refiero a que, a la actitud que tenia, no era organizado, elegia a sus victimas si no satisfacian sus necesidad en aquel momento. Alguien pudo haberlo capturado
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