Una vez fuera de la cárcel, prosiguió
su vida matrimonial. Ya era padre de dos hijos cuando
ideó una curiosa manera de hacerse con más
dinero. Simuló el robo de una serie de objetos
de valor de su casa, los cuales escondió en un
área apartada y secreta de la misma. El seguro
le reembolsó $13,000 dólares con los cuales
instaló un negocio de comida. Entre los objetos
reportados como robados se encontraban varios trofeos
de cacería. Actividad en la que Hansen era una
celebridad de la localidad. Poseía un numeroso
arsenal de rifles y era muy comentada la hazaña
en la cual con un arco y flecha dio caza a una cabra
salvaje, habitante usual de los parajes boscosos de
Alaska. La cacería le daba un alto status dentro
de la sociedad que antaño cuando adolescente
careció completamente. De hecho la gente consideraba
a Robert Hansen como uno de los pilares de su comunidad.
Era apreciado y respetado. La gente ignoraba o negaba admitir que este singular hombre bajito y fervoroso padre de familia era en realidad un peligroso sociópata. Criminal consumado que había robado, incendiado y defraudado una aseguradora. Peor aún, era un asesino de bailarinas y prostitutas, pero ese delito permanecería oculto por algún tiempo. |
Robert Hansen con 16 años. |
Como consecuencia del boom petrolero de Anchorage, muchachas jóvenes y guapas pronto fueron seducidas con la posibilidad de hacer grandes ganancias bailando y prostituyendose en el área. El vehículo de estas actividades de alto riesgo fueron la aparición y funcionamiento de numerosos clubes tales como el Wild Cherry Bar, Arctic Fox y el Booby Trap entre otros, que actualmente han desaparecido. Dichos lugares conseguían ganancias mensuales por encima de los $50,000 dólares. Alrededor de estos lugares aparecieron puestos de revistas con toda la pornografía imaginable en aquella época. Esos y otros negocios de dudosa procedencia. Los robos, fraudes y riñas proliferaron notablemente y fue en este sórdido ambiente donde Robert Hansen acechaba a sus víctimas. |
Robert Hansen con uno de sus trofeos de caza, una cabra montesa. |
Las nefastas actividades de Robert
Hansen aparecieron a la luz poco a poco. El primer incidente
ocurrió el 12 de Septiembre de 1982 cuando un
par de oficiales cazaban en el valle del río
Knik, lugar apartado y fuente inagotable de esparcimiento
para cazadores profesionales. Ya fueran venados, ciervos,
osos y cabras salvajes, de todo había sin embargo
para John Daily y Audi Holloway no había sido
un día de suerte así que antes que les
cayera la noche encima decidieron regresar y tomaron
un inusual atajo por la rivera del río. De pronto,
de un banco de arena vieron una bota semienterrada en
el suelo. Picados por la curiosidad se acercaron para
descubrir una extremidad en descomposición. Les
tomó unos instantes darse cuenta de la situación
y se apartaron rápidamente para no alterar la
escena de un probable crimen. Tomaron nota del sitio
del hallazgo y pronto detectives y forenses analizaban
minuciosamente el sitio. El sargento Rollie Port, experimentado veterano analizó meticulosamente la escena del crimen hasta que descubrió un cartucho percutido calibre .223 de uso común en rifles de alto poder como el M16, la AR15 y el Mini-14, armas que en muchas naciones son de uso exclusivo de las fuerzas del estado. |
El cadáver fue analizado en Anchorage y se determinó que había muerto por las heridas de 3 disparos del calibre ya citado. Después de algún tiempo se determinó que en vida la mujer se llama Sherry Morrow de 24 años, bailarina exótica y que había fallecido hacía 6 meses. El 17 de Noviembre de 1981 fue vista por última vez por amigos del Wild Cherry Bar a quienes comentó que un hombre le había ofrecido $300 dólares por posar para algunas fotos. |
Este inusual crimen hizo sospechar a
la policía de Anchorage que tenían algo
gordo entre manos. Hacia algún tiempo que se
habían presentado reportes de personas extraviadas.
La mayoría correspondían a prostitutas,
sin embargo no se había prestado mucha atención
dado que ellas tienden a ser solitarias y se mueven
de un lugar a otro con frecuencia. Años después
regresan al mismo lugar como si nada. Esta preocupación
fue mantenida en secreto con el propósito de
no alertar a los probables asesinos. Y así en
entrevista con los periódicos locales negaron
que el cadáver de Sherry Morrow estuviera ligado
con la desaparición de otras 3 chicas. El sargento Lyle Haugsven fue el encargado de investigar los nexos entre las mujeres desaparecidas, el cadáver hallado y un par de casos sin resolver. El primero se trataba de un cadáver de mujer que se denominó Eklutna Annie por el sitio donde fue hallado. En 1980 unos obreros, hallaron los restos de una mujer en una tumba al ras del suelo cerca de la avenida Eklutna. Jamás pudo ser identificado el cadáver dado su avanzado estado de descomposición y a que los animales salvajes habían eliminado gran parte del mismo. |
Parte del arsenal de armas incautadas a Hansen en su casa. |
Posteriormente ese mismo
año apareció muy cerca de Eklutna otro
cuerpo semienterrado en un pozo de arena. Igualmente
estaba en avanzado estado de descomposición,
pero se pudo identificar como Joanne Messina bailarina
topless del lugar. Desafortunadamente Haugsven no pudo
contar con pistas ni evidencia suficiente para prosperar
en la captura del culpable. Pasaron los meses hasta que la noche del 13 de Junio de 1983 un camionero que circulaba por el pueblo vio en el camino a una muchacha que frenéticamente le hacía señas para que parara. La mujer traía unas esposas colgando de una mano y la ropa hecha trizas. El hombre la llevo a un hotel que ella le indicó e inmediatamente después pasó a la estación de policía a reportar lo sucedido. Mientras tanto en la recepción del hotel se le permitió hacer una llamada telefónica a la muchacha. |
Hansen finalmente fue detenido e implicado en cuatro asesinatos aunque fueron mucho mas. |
Cuando el oficial Gregg Baker llegó
al Big Timber Motel, la chica aún traía
las esposas, tras liberarla ella comenzó a relatar
una historia casi imposible de creer. Había sido
abordada en la calle por un sujeto pelirrojo quien le
ofreció $200 dólares para tener sexo oral.
Una vez que comenzaron a hacerlo, el sujeto aprisionó
su muñeca con las esposas a la vez que sacó
una pistola. Le dijo que si cooperaba no le haría
ningún daño y luego la llevó a
su casa en el barrio de Muldoon. Ahí el sujeto
la había violado y en un momento dado le introdujo
el mango de un martillo por la vagina. Al término
de todas esas crueldades le dijo que volarían
a su cabaña en los bosques. Y así lo hicieron,
llegaron hasta un aeroplano y mientras el sujeto metía
algunas provisiones dentro del vehículo, aprovechó
para salir corriendo. La prostituta sabía que
su vida corría grave peligro al lado de ese hombre.
Al principio la persiguió pero desistió
al ver que ella hacía señas a un camionero
en el camino. Entonces la policía la llevó al aeropuerto del lugar, donde supuestamente se hallaba la avioneta de su atacante. Y ahí estaba el Piper Super Club azul y blanco. Después de revisar con la torre de control, se supo que pertenecía a Robert Hansen, quien vivía en la calle Old Harbor. |
Dejaron a la chica en
el hospital y con un pequeño grupo de oficiales,
Baker visitó la residencia de los Hansen. Confrontado
con los cargos que la prostituta señalaba, Robert
Hansen se mostró muy molesto. Dijo a la policía
que no conocía a la muchacha, que todo el día
lo había pasado con unos amigos. Su esposa y
dos hijos estaban de viaje por Europa. Además
les dijo a los policías que "No se podía
violar a una prostituta ¿o si?..." La coartada
de Hansen fue verificada y no se levantaron cargos en
su contra. Las cosas se tranquilizaron hasta que apareció el cadáver de otra muchacha enterrado a ras de tierra. El 2 de Septiembre de 1983 fue hallada en las riveras del río Knik quien fuera identificada como Paula Golding muchacha de 17 años dedicada a la prostitución y al baile exótico. Había sido vista por última vez hacía 5 meses. La autopsia reveló que fue muerta por disparos de arma calibre .223 Entonces el departamento de policía solicitó la intervención de la unidad de soporte del FBI. Sabían que tenían entre manos a un asesino serial y decidieron acudir a los expertos. |
Fue así que el legendario profiler
del FBI, el agente especial John E. Douglas se trasladó
a Alaska para analizar la evidencia que le ofrecía
la policía y para discutir acerca del sospechoso
número uno, es decir para hablar de Robert Hansen. Douglas estableció que el asesino elegía prostitutas y bailarinas topless porque son muy proclives a moverse de ciudad en ciudad y la súbita desaparición de alguna no levantaría mayor preocupación. Al presentársele la información respecto a Hansen, les hizo notar a los oficiales la baja estatura del sospechoso así como el hecho de que tuviera muchas cicatrices producto del acné y el evidente tartamudeo lo hacían pensar que de joven había sido objeto de burlas de sus semejantes y que con toda probabilidad había sido rechazado varias veces por las mujeres a quienes deseaba acercarse. De ese modo era seguro que tenía una autoestima muy baja y vivir en un lugar apartado era para aplacar un poco de su malestar personal. Luego, atacar prostitutas era la manera de cobrar venganza por las humillaciones vividas durante la adolescencia. Algunos oficiales conocían a Hansen y sus grandes habilidades como cazador a lo que Douglas comentó que tal vez ya se había cansado de los borregos salvajes, los venados y osos y había cambiado su interés en otro tipo de presas más interesantes. |
Avioneta de Hansen por la que pudo ser encontrado tras una denuncia al escapar con vida una de sus víctimas. |
Otro aspecto fundamental
era que Hansen podría ser del tipo de asesino
que recolecta souvenirs de sus víctimas, por
eso era necesario buscar minuciosamente en sus propiedades
objetos pertenecientes a las víctimas. La manera
de facilitar la investigación era quebrar su
coartada para lo cual la policía debía
apoyarse en sus amigos a quienes había de forzar
a hablar so pena de ser acusados de cargos por obstaculizar
la justicia. Con eso podrían descartarlo o incriminarlo
pero se necesitaba actuar con firmeza. Y en efecto, los amigos que supuestamente habían pasado el día junto a Hansen cuando la joven prostituta fue secuestrada terminaron por admitir que no vieron al sospechoso ese día. Además soltaron la sopa respecto al fraude contra la aseguradora y otros detalles gracias a los cuales la policía pidió 8 órdenes de cateo al juez. El 27 de Octubre de 1983 como usualmente hace la policía, un grupo fue al trabajo de Hansen y le pidió que los acompañara a la estación para hacerle unas preguntas. Mientras tanto otros dos grupos iban a su casa y a la avioneta para cumplir las órdenes de cateo. |
Víctimas
conocidas
Joanne Messina. Angela Feddern Lisa Futrell Paula Golding |
El grupo que investigaba la casa halló
numerosas armas en la casa de los Hansen, pero ninguna
que pudiera relacionarse con los crímenes. Estaban
a punto de terminar y marcharse cuando un oficial descubrió
un escondite en el ático de la casa. Ahí
encontraron diversos rifles de alto poder, así
como pistolas, un mapa de navegación marcado
en varios sitios, identificaciones de las víctimas,
recortes de periódico y algunas piezas de joyería.
Al último estaba el rifle Mini-14 calibre .223
con que teóricamente Hansen había cazado
a sus víctimas una vez que las soltaba en el
bosque. En la estación de policía Hansen negó cualquier relación con los homicidios, pero abrumado por los alegatos de la policía se dio por vencido y pidió un abogado. Entonces fue arrestado bajo los cargos de fraude, asalto agravado, secuestro, portación ilegal de armas y robo. El 3 de Noviembre de 1983 el jurado de Anchorage acusó formalmente a Hansen de conducta y portación indebida de armas, robo en segundo grado, fraude a una aseguradora y secuestro, guardándose el cargo de homicidio hasta no recibir las pruebas de balística. Hansen se declaró no culpable de los cargos y la fianza fue fijada en medio millón de dólares. Como se puede ver, el estado no iba a permitirle quedar en libertad ante la montaña de evidencia que se había acumulado. El resultado de las pruebas llego procedente de los laboratorios del FBI en Washington el 20 de Noviembre de 1983. Quedaba demostrado que los casquillos hallados habían sido disparados con el rifle Mini-14 incautado en la casa de Hansen. Finalmente Robert Hansen se dio cuenta que ante la enorme cantidad de evidencia en su contra, difícilmente ganaría su caso frente a la corte. El 22 de Febrero de 1984 se arregló un encuentro entre el abogado defensor Fred Dewey y el fiscal general de Anchorage, Victor Krumm para establecer un acuerdo. Este consistió en que Hansen daría una confesión detallada y completa de sus crímenes a cambio de ser cargado únicamente con los 4 homicidios que se conocían hasta el momento. Además purgaría su sentencia de cadena perpetua en un recinto federal, en vez de una prisión de máxima seguridad. Hansen se vio obligado a aceptar este trato, pues era lo mejor que podía obtener. Entonces explicó su modus operandi que consistía en contratar por una suma de dinero a las prostitutas. Una vez estando ellas a modo las sometía amenazándolas con un arma de fuego. Tratando de verse lo mas seguro y desafiante posible les decía "Muy bien, eres una profesional, lo que hacemos no te excita en nada, sabes bien que existen riesgos en lo que haces. Que esto te sirva de experiencia, para que la próxima vez elijas bien a quien te ofreces. Si haces todo cuanto te ordeno, no saldrás lastimada..." Hansen hacía lo anterior para ver como la víctima se congelaba del miedo. Disfrutaba verlas sentirse indefensas y sometidas a su voluntad. Una vez que tenía a una mujer bajo su poder, normalmente la llevaba en la avioneta a su remota cabaña de los bosques. Ahí después de violarlas sin misericordia llegaba al extremo de desnudarlas y aún de taparles los ojos antes de soltarlas. Esperaba un poco a que la chica corriera y después con su navaja y con el rifle las cazaba igual que lo hacía contra un venado u oso. Al término de su declaración, la policía le mostró un mapa de la región a Hansen y le pidió que señalara los sitios donde había cometido sus fechorías. Este señalo numerosos lugares. Al día siguiente se hizo una expedición en un helicóptero militar y Hansen los condujo a 12 sitios diferentes, ahí fueron marcados árboles para regresar posteriormente a revisar. Durante 1984 fueron recuperados únicamente 7 cuerpos. El 18 de Febrero de 1984 Robert Hansen se declaró culpable de los cuatro homicidios acordados y recibió sentencia de 461 años de cárcel sin derecho a libertad condicional. Inicialmente fue enviado a una penitenciaria en Pennsylvania, pero en 1988 regresó a Alaska a ser uno de los presos fundadores del centro correccional Spring Creek. Poco después de encarcelado su esposa pidió el divorcio. Es mas, hasta su nombre fue borrado del ranking de caza de Pope & Young. Aún se desconoce la identidad de Eklutna Annie aunque la policía no se da por vencida en hallar datos que ayuden a esclarecer el misterio. Fuente: http://asesinatoserial.net/hansen.htm |
Víctimas
conocidas
Malai Larsen. Sherry Morrow Tamara Pederson Eklutna Annie |