lunes, 26 de noviembre de 2007

La socialización de los hijos dentro de las sectas

Hace unas horas mi colega el ya Dr. Pepe Rodriguez, profesor de periodismo de investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los máximos referentes internacionales en la investigación de las sectas destructivas, me comunicaba la buena nueva. Su tesis doctoral, presentada en la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, con el título: "Socialización en contextos familiares en los que las creencias de los progenitores son percibidas por los hijos/as como radicales o sectarias: Un estudio retrospectivo", ha obtenido la calificación de excelente cum laude.

No podia ser de otra manera. Los directores de la tesis: Dr. Ferran Casas y Dr. José Manuel Cornejo; y el tribunal: Dr. Federico Javaloy (Presidente), Dr. Andrés Canteras (1º Vocal), Dr. Anastasio Ovejero (2º Vocal), Dr. Gerard Martínez (3º Vocal) y Dr. Álvaro Rodríguez (Secretario), han valorado los años de experiencia y dedicación de Pepe Rodríguez otorgando a su tesis doctoral la mejor calificación.

En un espacio dedicado a la criminalidad como factor criminógeno, está claro que las victimología de las sectas es un tema más que oportuno, por eso, con el permiso de Pepe, reproduzco aquí el resumen y las conclusiones de su magnífico trabajo:



Socialización en contextos familiares en los que las creencias de los progenitores son percibidas por los hijos/as como radicales o sectarias:
Un estudio retrospectivo

RESUMEN: En esta investigación retrospectiva se analizan las circunstancias y consecuencias que se dieron en los hijos/as socializados en familias en las que uno o ambos progenitores mantienen una creencia y/o afiliación grupal percibida como radical o sectaria.Se define la familia con “parentalidad sectaria” y, del estudio comparativo de las muestras seleccionadas, se concluye que: 1) La afiliación parental a un grupo de creencia incidió negativamente en la calidad de las relaciones intrafamiliares, en la expresión de los roles parentales y, en general, en las circunstancias que vivieron los sujetos investigados en su infancia y adolescencia. Esas pautas familiares negativas se incrementan cuando el grupo de referencia es más dogmático y menos permeable socialmente. 2) Los aspectos negativos en la vida familiar están más relacionados con el modo radical con que las figuras parentales vivieron sus creencias, que con el hecho de la afiliación en sí misma. 3) Los efectos esperables de estilos parentales de relación/educación de tipo autoritario y/o indiferente explican mejor las vivencias familiares y personales insatisfactorias de los sujetos que la afiliación a un grupo de creencia o la vivencia radical de sus doctrinas. En las familias afiliadas y/o con progenitores con estilos de relación/educación de perfil autoritario y/o negligente, los hijos/as experimentaron en mayor grado: 1) ambiente familiar desfavorable, con deficiente relación afectiva y comunicativa entre los miembros de la familia; 2) estilos de vida discrepantes del entorno social, con pautas de conducta parentales limitadoras, aislantes y frustrantes;3) conductas parentales represoras; 4) transmisión de valores de conformidad, tendentes a potenciar rigidez de carácter y subordinación;5) bajo cumplimiento parental de derechos del menor; 6) estrategias parentales coactivas para hacer cumplir las normas familiares; 7) administración parental de más castigos que premios; 8) conductas parentales de maltrato emocional;9) vivencias negativas de insatisfacción, soledad y falta de libertad; 10) conductas dependientes y de no afrontamiento ante conflictos personales; 11) situaciones cotidianas generadoras de temor, culpa intensa y aislamiento; 12) relaciones sociales cotidianas deficientes (en adolescencia), por ser escasas, insatisfactorias, desconfiadas, dificultosas y superficiales; 13) tendencia (en adolescencia) a la insatisfacción vital y estados depresivos; a la pasividad social; a la perspectiva vital religioso-trascendente; y a tolerar con dificultad la frustración y la ambigüedad;14) tendencia (en la edad adulta) a la inseguridad y dependencia; al retraimiento social; a actuar bajo pautas de perfeccionismo y sobreexigencia; y al pensamiento mágico.Los resultados de esta investigación sugieren que las tipologías de las figuras parentales, sus estilos de relación/educación predominantes, son lo fundamental para poder explicar y valorar las conductas y vivencias —positivas o negativas— observadas. Mientras que la afiliación familiar a un grupo de creencia, o a una “secta”, actúa como un catalizador que puede acentuar —y teñir ideológicamente— tendencias ya presentes y activas en los progenitores antes de su afiliación. Estas conclusiones en torno a la familia con “parentalidad sectaria” son de especial importancia para los profesionales dedicados a la protección del bienestar de los menores desde el campo de la salud, trabajo social, docencia y Administración de Justicia.





V. CONCLUSIONES


Las conclusiones que, a partir de los resultados obtenidos y de la discusión realizada, pueden presentarse son tres de ámbito global que, seguidamente, se desglosarán en 20 conclusiones específicas.

a) Desde la perspectiva de los hijos/as, la afiliación de una o ambas figuras parentales a un grupo de creencia (en el sentido tomado en esta investigación) incidió claramente —y de forma negativa— en la calidad de las relaciones intrafamiliares, en la expresión de los roles parentales y, en general, en las circunstancias en las que se desarrolló la infancia y adolescencia de los sujetos investigados. Viéndose que las pautas familiares negativas tendieron a incrementarse a medida que el grupo de referencia era más dogmático y menos abierto y permeable socialmente.

b) La evaluación retrospectiva de la incidencia negativa de la afiliación parental a un grupo de creencia, en la vida familiar y en la socialización de los hijos/as, estuvo relacionada, en algunos aspectos, con dogmas peculiares de la doctrina seguida, pero, en general, parece estar mucho más relacionada con el modo radical con que una parte de las figuras parentales vivieron sus creencias y las trasladaron al seno familiar.

c) La presencia de actitudes y conductas parentales percibidas por los hijos/as como radicales, sin embargo, sólo alcanza pleno significado al relacionarse con la alta concentración, en las familias estudiadas —mayoritariamente de estatus económico-social y cultural medio-bajo—, de estilos de relación/educación parentales de tipo autoritario e indiferente; éstos, o más bien sus efectos, son el aspecto que mejor contribuye a explicar el alto grado de vivencias familiares y personales insatisfactorias señaladas por los sujetos estudiados, ya fuesen éstos hijos/as de progenitores con afiliación a un grupo de creencia o sin ella.
De forma más específica:

1) La calidad del ambiente familiar, durante la infancia y adolescencia de los sujetos, y de las relaciones de éstos con sus figuras parentales (relaciones afectivas y comunicación) fue experimentada de manera más deficiente y desfavorable por los hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia que por los hijos/as de familias sin esta característica. Esta tendencia fue más evidente y marcada para los hijos/as de familias en las que predominó un estilo de relación/educación autoritario o indiferente/negligente que para los de familias con un estilo preferentemente inductivo o democrático.

2) La calidad de las relaciones intrafamiliares se vio seriamente influenciada por la afiliación familiar a una “secta”, con una incidencia claramente negativa en las relaciones de las figuras parentales entre sí; en las del sujeto con su padre, con su madre y con sus hermanos/as; y en las de los hermanos/as con las figuras parentales. La evaluación más negativa de la incidencia de la afiliación en las relaciones intrafamiliares —especialmente entre ambas figuras parentales— se dio en las familias testigos de Jehová (un grupo caracterizado por su gran dogmatismo doctrinal y aislamiento social).

3) Los estilos de vida familiares cotidianos tienden a concretarse con más frecuencia en una mayor discrepancia —respecto a los percibidos como mayoritarios en la sociedad— y en pautas de conducta limitadoras, aislantes y frustrantes para los hijos/as en las familias con afiliación a un grupo de creencia que en las familias sin afiliación; y esas pautas parentales negativas son tanto más frecuentes cuanto más dogmático y menos abierto y permeable socialmente sea el grupo al que se esté afiliado (que, en este trabajo, se corresponde con Testigos de Jehová). Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, las tipologías autoritaria e indiferente se relacionaron con una elevada discrepancia entre los estilos de vida familiares y los estilos de vida cotidianos del entorno social, con el consiguiente impacto negativo para los hijos/as, mientras que los progenitores con tipología afectuosa se relacionaron con una discrepancia menor entre los estilos de vida familiar cotidianos y los mayoritarios en la sociedad.

4) Para la toma de decisiones familiares, en las familias con afiliación a un grupo de creencia las fuentes más influyentes fueron la doctrina del grupo de afiliación y la opinión personal de la madre (afiliada en todos los casos), y no tuvo importancia ninguna procurar el consenso entre las figuras parentales ni la opinión de los hijos/as; mientras que en las familias sin afiliación las fuentes más influyentes se dividieron equitativamente entre la opinión personal de la madre, la opinión consensuada entre ambos progenitores y la opinión personal del padre.

5) Las conductas parentales represoras fueron más frecuentes en las familias con afiliación a un grupo de creencia que entre las familias sin afiliación; mientras que en las conductas estimuladoras se dio justo lo contrario. Las conductas maternas represoras —las madres son siempre las más implicadas en las interacciones con sus hijos/as— fueron significativamente superiores en las familias testigos de Jehová y en las católicas radicales que en las familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, las conductas represoras de los progenitores fueron más frecuentes en relación a la tipología autoritaria; las conductas estimuladoras lo fueron respecto a la tipología afectuosa; y la tipología indiferente fue la que puntuó más bajo en conductas represoras y estimuladoras.

6) La transmisión de valores en el seno familiar presentó un mejor perfil en las familias sin afiliación a un grupo de creencia —dominando los valores positivos y reforzadores, de autodirección y prosociales—, mientras que en las familias con afiliación a un grupo de creencia sobresalieron valores de conformidad, que tendían a potenciar la rigidez de carácter y la subordinación. Pero, en cualquier caso, el mejor perfil en transmisión de valores positivos y reforzadores lo presentaron las tipologías parentales afectuosas (estilo inductivo/democrático), mientras que el peor lo dieron las indiferentes; siendo las tipologías parentales autoritarias las que más puntuaron en relación a valores tendentes a potenciar la rigidez de carácter y subordinación.

7) El cumplimiento parental de los derechos del menor fue más bajo entre las familias con afiliación a un grupo de creencia —dándose el menor cumplimiento en las familias testigos de Jehová— que entre las familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada para los hijos/as de familias en las que predominó un estilo de relación/educación autoritario o indiferente/negligente (con menor grado de respeto a los derechos de los hijos/as) que para los de familias con un estilo preferentemente inductivo o democrático (con mayor grado de respeto).

8) Las estrategias parentales para hacer cumplir las normas familiares a los hijos/as tendieron a usar la coacción —por parte de ambos progenitores— en mayor medida en las familias con afiliación a un grupo de creencia —especialmente en las testigos de Jehová— que en las familias sin afiliación; mientras que el recurso a la reflexión y diálogo con los hijos/as fue más frecuente en las familias sin afiliación que entre las familias con afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, la tipología autoritaria fue la que recurrió con mayor frecuencia a las estrategias más coactivas, la tipología indiferente fue la que presentó una menor implicación en hacer cumplir las normas familiares a los hijos/as, y la tipología afectuosa fue la que manifestó conductas más equilibradas y dialogantes y menos represoras.
9) La administración parental de castigos a los hijos/as fue mucho más frecuente entre las familias con afiliación a un grupo de creencia —especialmente entre testigos de Jehová— que entre las familias sin afiliación, mientras que la frecuencia de la administración de premios se dio inversamente. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, la tipología autoritaria —seguida por la indiferente— fue la que recurrió con mayor frecuencia a los castigos, mientras que la afectuosa fue más proclive a usar premios con sus hijos/as

10) Las conductas parentales de maltrato emocional a los hijos/as se dieron con mayor frecuencia entre las familias con afiliación a un grupo de creencia —especialmente por parte de las madres testigos de Jehová— que entre las familias sin afiliación, mientras que las conductas de apoyo a los hijos/as se dieron con una frecuencia inversa. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, la tipología autoritaria fue la que recurrió con más frecuencia a conductas de maltrato emocional hacia sus hijos/as, mientras que la tipología afectuosa recurrió muy poco al maltrato emocional y utilizó mucho más las conductas de apoyo a los hijos/as, y la tipología indiferente fue la que menor apoyo prestó a sus hijos/as.

11) Las vivencias experimentadas, durante su infancia y adolescencia, por los hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia fueron con mayor frecuencia negativas (soledad, insatisfacción, falta de libertad) que las vividas por los de familias sin afiliación; mientras que las vivencias positivas de apoyo fueron experimentadas en mayor medida por los hijos/as de familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología autoritaria e indiferente experimentaron con mayor frecuencia vivencias negativas (soledad e insatisfacción, falta de libertad, inquietud), mientras que los de progenitores con tipología afectuosa experimentaron con mayor frecuencia vivencias positivas (libertad, apoyo, interés cultural).

12) Las conductas adoptadas por los hijos/as para afrontar problemas y conflictos personales tienden con mayor frecuencia hacia conductas dependientes y de no afrontamiento en los de familias con afiliación a un grupo de creencia que en los de familias sin afiliación, mientras que entre los hijos/as de familias sin afiliación se tiende en mayor medida hacia conductas más autónomas, independientes y basadas en la propia responsabilidad del sujeto que entre los de familias con afiliación a un grupo de creencia. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, las tipologías parentales autoritaria e indiferente se relacionaron con una mayor tendencia de sus hijos/as hacia conductas más dependientes y de no afrontamiento, mientras que la afectuosa se relacionó con una mayor tendencia de sus hijos/as hacia conductas más autónomas, independientes y centradas en la propia responsabilidad.

13) Las situaciones cotidianas capaces de generar una percepción de temor en los hijos/as —ante la posibilidad de exclusión social, de incumplir normas morales y de fracaso vital—, se dieron con mucha más frecuencia entre los sujetos procedentes de familias con afiliación a un grupo de creencia que entre los hijos/as de familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología autoritaria e indiferente experimentaron con mayor frecuencia situaciones cotidianas generadoras de temor, mientras que los hijos/as de progenitores con tipología afectuosa las vivieron en menor medida.

14) Las situaciones cotidianas capaces de generar una percepción de culpabilidad intensa en los hijos/as, se dieron con mucha más frecuencia entre los sujetos procedentes de familias con afiliación a un grupo de creencia que entre los hijos/as de familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología autoritaria e indiferente experimentaron con mayor frecuencia situaciones cotidianas generadoras de culpa intensa, mientras que los hijos/as de progenitores con tipología afectuosa las experimentaron en menor medida.

15) Las situaciones cotidianas capaces de generar una percepción de aislamiento en los hijos/as, se dieron con mucha más frecuencia entre los sujetos procedentes de familias con afiliación a un grupo de creencia —especialmente entre testigos de Jehová— que entre los hijos/as de familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología indiferente y autoritaria experimentaron con mayor frecuencia situaciones cotidianas generadoras de aislamiento, mientras que los hijos/as de progenitores con tipología afectuosa las experimentaron en menor medida.

16) La calidad de las relaciones cotidianas mantenidas con las personas del entorno social —no sectario— por los hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia fue mucho peor —por ser escasas, insatisfactorias, desconfiadas, dificultosas y superficiales— que entre los de familias sin afiliación. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología indiferente y autoritaria experimentaron en alto grado y frecuencia el aislamiento social respecto a la gente de su entorno, mientras que entre los hijos/as de progenitores con tipología afectuosa la calidad de este tipo de relaciones sociales fue buena.

17) Los adolescentes hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia tendieron a presentar en su perfil psicosocial, en mayor medida que los hijos/as de familias sin afiliación, insatisfacción vital y estados depresivos, comportamiento social pasivo, perspectiva vital religioso-trascendente y dificultad para tolerar la frustración y la ambigüedad. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología indiferente y autoritaria experimentaron en mayor medida que los hijos/as de progenitores con tipología afectuosa, insatisfacción vital, comportamiento social pasivo, perspectiva vital religioso-trascendente, necesidad de reconocimiento externo y dificultad para tolerar la frustración y la ambigüedad.

18) En su edad adulta, los hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia presentan, en mayor medida que los hijos/as de familias sin afiliación, tendencia a la inseguridad y dependencia, al retraimiento social, a actuar bajo pautas de perfeccionismo y sobreexigencia y a mantener un cierto nivel de pensamiento mágico —un aspecto relacionado con un locus control externo—, así como una menor tendencia a las conductas y percepciones que denotan seguridad en sí mismo. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología autoritaria e indiferente se reconocieron como actualmente más propensos que los hijos/as de progenitores afectuosos a experimentar los estados recién citados, mientras que éstos manifestaron una superior seguridad en sí mismos que aquellos.

19) Las dificultades que pueden experimentar los hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia, a la hora de decidir abandonar la creencia familiar común, se relacionan con el temor a la pérdida de la red de apoyo social y emocional (amigos y familiares) y de normas o valores que orienten su vida cotidiana; con la percepción de ser dependiente y falto de autonomía e iniciativa en exceso, así como de tener una preparación insuficiente; y con la dificultad derivada del aislamiento, escasez y pobreza de las relaciones sociales y emocionales mantenidas con las personas ajenas al grupo de creencia familiar. Esta tendencia fue más evidente y marcada en función de los estilos parentales, así, los hijos/as de progenitores con tipología autoritaria e indiferente vivieron con mayor intensidad las dificultades recién descritas, mientras que los hijos/as de progenitores de tipología afectuosa las vivieron en mucho menor grado.

20) El abandono de la creencia común por parte de un hijo/a de una familia con afiliación a un grupo de creencia, repercutió en un muy notable deterioro de las relaciones de ese sujeto con los familiares que siguieron en el grupo, y también se tradujo en el corte de relaciones con todos o buena parte de los amigos/as que siguieron afiliados a él. Este deterioro en las relaciones fue tanto más común e intenso cuanto más dogmático y menos abierto y permeable socialmente fuese el grupo de afiliación familiar (siendo más profundo este deterioro entre los testigos de Jehová); y/o cuanto menos inductivo/democrático fuese el estilo de relación/educación parental predominante.

En síntesis, los resultados hallados en esta investigación sugieren que las tipologías de las figuras parentales, sus estilos de relación/educación predominantes, son básicas y sustanciales para explicar los aspectos —positivos o negativos— observados en la muestra investigada, mientras que la afiliación parental a un grupo de creencia, a una “secta”, se limita a actuar como un catalizador o dinamizador —de trascendencia variable en función de algunas características estructurales, funcionales e ideológicas del grupo— que puede acentuar —dotando de cierto tinte ideológico— tendencias ya presentes y activas en el perfil psicosocial de los progenitores previo a —o más allá de— su afiliación.

Lo notorio y sustancial, para valorar el entorno y circunstancias de la socialización de menores hijos/as de familias con afiliación a un grupo de creencia, no es la pertenencia parental a un grupo determinado, sea éste “secta”, “secta destructiva” o cualquier otra posibilidad, sino el hecho de que los progenitores conformen una familia con “parentalidad sectaria”, según se la ha definido en este trabajo.

1 comentario:

silvia miras sanchez dijo...

HOla amigo para DESPROGRAMAR hay que hacer lo mismo que para PROGRAMAR VIOLAR PSIQUICAMENTE.
Con telemetria psicotronica...material militar cientifico.
Pero es mas grato conservar la posibilidad de ser ADULADO y de MOJAR con tias buenas utilizand la TELEPORTACION CUANTIFICADA para colocarse en el HUEVO TALAMICO y sentir como siente el tio que se folla a una tia buena...

https://www.covertharassmentconference.com/