Policías y guardias civiles, abogados y médicos forenses, fiscales y juristas, grafólogos y criminólogos, y estudiantes de medicina, criminalística, derecho, etc. Mas 320 personas asistieron, durante el pasado mes de julio, al intensivo curso “Métodos y técnicas de investigación criminal en España”, que se celebró en la facultad de derecho de la Universidad de Santiago de Compostela, organizado por el Instituto de Criminología. Perfíles criminales, genética forense, pericia caligráfica, crimen organizado, delitos informáticos, balística, biometría, acústica forense, autopsias, psicopatías, detectores de mentiras, crimen de género, abuso de menores, técnicas de interrogatorio a testigos… Durante una semana entera, en largas jornadas de mañana y tarde, los participantes en este curso escuchamos a los mejores expertos en cada una de estas disciplinas criminalísticas, aportar lo mejor de sus experiencias profesionales en la lucha contra el delito. Y uno de los temas recurrentes, en la mayoría de las sesiones de trabajo era ¿pueden los nuevos descubrimientos científicos y su aplicación a la investigación policial, ayudar resolver los casos más difíciles del mundo del crimen? ¿Puede la moderna criminalistica triunfar donde fracasaron los policías del pasado? ¿Puede la ciencia resolver casos de asesinatos en serie que continúan abiertos? La respuesta a todas esas preguntas es sí.
Newton y Da Vinci al servicio de la Ley
El capitán Carmelo Ruiz, jefe de acústica forense del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil comenzó su exposición exponiendo el “Innocence Project” (
http://www.innocenceproject.org/), la iniciativa de un grupo de expertos norteamericanos que, aplicando las nuevas tecnologías científicas, han conseguido demostrar la inocencia de muchos condenados que cumplían penas de cárcel, e incluso que se encontraban ya en el corredor de la muerte esperando su ejecución. Sospechosos que, en su día habían sido condenados por testimonios humanos, pruebas circunstanciales, confesiones obtenidas ilegalmente, etc. Sin embargo, en el siglo XXI, la policía cientifica ha vivido una revolución tecnológica, aplicando a la lucha contra el crimen modernas técnicas, como el análisis de AD
N que permite identificar, con una precisión aun mayor que las huellas digitales, la identidad de un sospechoso. Eso, en ocasiones, no puede identificar al culpable de un crimen con nombre y apellidos, pero si puede exculpar a un acusado inocente.
Por ejemplo, mi libro “Los expedientes secretos” se publicó en el año 2001. El capítulo 1 de dicho libro se dedica al perfilado criminal, los asesinos en serie y el uso extraoficial de psíquicos a los que acudió la policia en los casos en que ya no quedaban pistas que seguir, entre otros, el caso de Albert DeSalvo, “el estrangulador de Boston”. A pesar de que la justicia condenó a DeSalvo, un enfermo mental diagnosticado, por los 13 asesinatos del estrangulador, Peter Hurtos, un famoso paragnosta contrat
ado por la policía para ayudar en el caso insistió siempre en que DeSalvo era inocente y que el verdadero autor continuaba libre. Y así lo refleje yo en mi libro. Un año después de su publicación una sorprendente noticia llego a los titulares de Boston. La familia de Mery Sullivan, la última víctima del estrangulador, había conseguido un permiso judicial para exhumar los restos y someterlos a un moderno análisis de ADN, una técnica que no se conocía cuando se cometieron los crímenes. Como resultado se concluyó que el ADN del esperma encontrado en el cadáver de Mery Sullivan no se correspondía con el de Albert DeSalvo. Al menos en lo referente a ese crimen en concreto Hurtos tenía razón. La ciencia demostró, 40 años después, que DeSalvo no mató a Mery Sullivan. ¿Pero
, además de exculpar a inocentes, podría ayudar a capturar a los culpables que aún continúan en libertad?
Zodiac: caso abierto
Entre diciembre de 1968 y octubre de 1969 Zodiac, el “asesino del zodiaco”, atacó, por lo menos, a cuatro hombres y tres mujeres, de entre 16 y 29 años. Dos de las víctimas consiguieron sobrevivir a las heridas, pero cinco murieron.
Zodiac no es el asesino en serie más sanguinario de la historia de los Estados Unidos, sin embargo lo que lo ha hecho mundialmente famoso es que, entre crimen y crimen, comenzó a enviar cartas a los periódicos de San Francisco, con mensajes encriptados, y todo tipo de amenazas. Zodiac se autoproclamaba autor de al menos 37 asesinatos, aunque solo se ha conseguido confirmar 5 de ellos. Lo siniestro del caso es que Zodiac nunca fue capturado.
Las primeras cartas de Zodiac llegaron simultáneamente al San Francisco Exáminer, al Vallejo Times Herald y al San Fr
ancisco Chronicle el 1 de agosto de 1969. En ella alguien que firmaba como Zodiac, se proclamaba autor de los ataques a David Faraday Betty Lou Jensen el 20 de diciembre del año anterior en Benicia; de Michel R. Mageau y Marlene E. Ferrin el 4 de julio, de Brian Hartnell y Cecilia Ann Shepard el 27 de septiembre y de Paul Lee Stine el 11 de octubre de ese mismo año. Los detalles que aportaba el autor de aquellas cartas sobre todos y cada uno de aquellos crímenes, probaban su autoría. Pero además, Zodiac acompañaba aquella primera carta de un criptograma con 360 caracteres, en el que exponía un mensaje en clave exigiendo su publicación en la prensa de San Francisco. Si se negaban a publicar su código, amenazaba con ejecutar una docena de personas ese mismo fin de semana. Los tres periódicos publicaron el mensaje de Zodiac. Y así comenzó el terror.
Dos lectores, Bettye y Donald Harden, consiguieron descifrar el primer criptograma de Zodiac. Decía así: "ME GUSTA MATAR GENTE PORQUE ES MUCHO MÁS DIVERTIDO QUE MATAR ANIMALES SALVAJES EN EL BOSQUE, PORQUE EL HOMBRE ES EL ANIMAL MÁS PELIGROSO DE TODOS. MATAR ALGO ES LA EXPERIENCIA MAS EXCITANTE, ES AUN MEJOR QUE ACOSTARSE CON UNA CHICA, Y LA MEJOR PARTE ES QUE CUANDO ME MUERA VOY A RENACER EN EL PARAÍSO Y TODOS LOS QUE HE MATADO SERAN MIS ESCLAVOS. NO DARE MI NOMBRE PORQUE USTEDES TRATARAN DE RETRASAR O DETENER MI RECOLECCION DE ESCLAVOS PARA MI VIDA EN EL MÁS…”.
Zodiac continuó enviando más criptogramas con la exigencia de que fuesen publicados en la prensa, amenazando con desatar una masacre si no se obedecian sus demandas. Y se publicaron. Sin embargo sólo consiguió descifrarse el primero.
Zodiac continuó enviando mensajes a los medios de comunicación hasta 1974, y todos los firmaba con un símbolo idéntico a la cruz céltica (un círculo cruzado), que se hizo mundialmente famoso con sello de identidad del asesino. En sus mensajes, además de nuevos criptogramas indescifrables, comenzó a incluir alusiones al Diablo, al “Código del Diablo”, a supuestas coordenadas de sus crímenes, y contenidos aun más delirantes. Sin embargo la repercusión sociológica del caso ya era imparable. La famosa película “Harry el sucio”, de Clint Eastwood, está basada en el caso. En otras películas, como “El exorcista III” o “The limbic Region”, aparecen también personajes basados en Zodiac.
El 22 de marzo de 1971 se recibió una postal de Zodiac en el San Francisco Chronicle, en la que el asesino se hacía responsable de la desaparición de la enfermera Donna Lass, y tras esa nota llegaron 3 años de silencio, hasta el 29 de enero de 1974 en que se recibe una nueva carta de Zodiac en la que elogia la recién estrenada película “El Exorcista”, y envía nuevas coordendas según su “código”. A esta siguieron otras cartas en febrero, mayo y julio. Y de nuevo silencio hasta 1978, en que se recibe la última carta, y las mas cuestionada de todas. Tras un cuarto de siglo sin nuevas evidencias, en abril de 2004 la policía de San Francisco marcó el caso como “inactivo”. "La policía nunca me capturará, porque soy muy listo para ellos", escribió en una de sus cartas y sus bravatas no podían resultar mas premonitorias.
Nuevas técnicas de investigación… contra Zodiac
En 2007, un año después de la versión dirigida por Alexander Bulkley, David Fincher (director de “Seven”, “El club de la lucha” o “Alien 3”) estrenaba “Zodiac”, una película basada, fielmente, en el libro de Robert Graysmith sobre el caso. Y hace pocas semanas la editorial Alba publicaba, en castellano, el mismo libro de Graysmith en que se basa la película, y que recoge minuciosamente todos los detalles del caso. Una obra imprescindible para todos los interesados hispanoparlantes. Así que era inevitable que en el curso sobre métodos y técnicas de investigación criminal celebrado en Santiago, surgiese una y otra vez el caso Zodiac. Pero ¿Qué puede aportar la criminalística del siglo XXI a un caso cerrado hace más de 25 años?
Existen muchas técnicas de investigación en la actualidad que no se conocían en la época en que Zodiac cometió sus crímenes. Robert Ressler, por ejemplo, autor del término “asesino en serie”, e inspirador del personaje de Fox Mulder en “Expediente X” y de la agente Starling en “El silencio de los corderos”, fue el agente del FBI que desarrollo la técnica del “perfilado”. En la unidad
de análisis del comportamiento del FBI, impulsada por Ressler, se intenta deducir la personalidad del homicida, analizando la escena del crimen. La forma de matar, el modus operandi, la presencia o no de agresión sexual, etc, sirven para intuir el perfil psicológico del asesino, pero esta técnica no era apenas conocida a finales de los 60. Desde entonces ha evolucionado mucho, pero es que en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas de apoyo al perfil psicológico totalmente revolucionarias, como el perfil geográfico (estudio de la zona de los crímenes y su relación con el habitat del asesino), o la psicolinguística forense (que deduce el origen y educación del sospechoso, por su forma de hablar). Técnicas que no se utilizaron en su dia con Zodiac pero que ahora si podrían ponerse en práctica.
Otros de los métodos de investigación criminal expuestos en la Universidad de Santiago, como la pericia caligráfica, si se
utilizaron en su momento, para analizar las cartas de Zodiac. Pero, tal y como expuso durante el curso Luis Angel Santa Cruz, tanto la grafología como la pericia caligráfica han evolucionado mucho en estos 40 años. Las modernas técnicas grafométricas y la actual documentoscopia, podría revisar con éxito las notas originales de Zodiac y sus criptogramas, aportando nuevas pistas al caso.
Entre los asistentes al curso se encontraban varios de los forenses que identificaron a las víctimas del 11-M, como Fernando Serrulla, y otros, como Jose Manuel Blanco Pampón, autores de autopsias tan polémicas como la de Ramon San Pedro. De sus conferencias, y de las de todos los forenses partipantes, se puede deducir que las nuevas técnicas medicoforenses permiten revisar casos antiguos, como el de Zodiac, aportando nuevas pistas. En este sentido las doctoras Maria Victoria Lareu y Vanesa Alvarez profundizaron en las posibilidades criminalisticas del polimorfismo del ADN, tanto nuclear como mitocondrial. Y, precisamente, este ha sido uno de los últimos aportes de la modernas ciencias policiales al caso del Zodiaco.
En abril de 2004 la policía de San Francisco “tiró la toalla” marcando el caso como “inactivo”, sin en marzo de este añ
o se iniciaron unas pruebas de información genética. Los inspectores de homicidios Michael Maloney y Nelly Carroll fueron los primeros en recurrir al analisis de A
DN obtenido de las cartas de Zodiac para incriminar o excluir a los principales sospechosos: Arthur Leigh Allen y Mike Rodelli. Sus ADN no coincidían con el obtenido en las cartas de Zodiac, así que el caso continúa abierto.
Manuel Carballal
Para saber mas:
“Zodiac: El asesino del zodiaco”
Autor: Robert Graysmith
Editorial Alba, 2007.