Criminología
El reciente estreno en España de la última película de Jaume Balagueró; “Los Sin Nombre”, ha vuelto a reavivar la polémica sobre los cultos que contemplan el asesinato, la mutilación y la tortura como practica ritual. Coincidiendo con este estreno cinematográfico en España, en EEUU el FBI ponía en marcha su "Proyecto Meggido", alertando a la policía de todo el país contra posibles suicidios y asesinatos rituales sectarios en las semanas que preceden al año 2000.
Un antiguo culto religioso, relanzado en el esotérico Londres de los años sesenta viaja por diferentes países de Europa buscando la revelación mística a través del asesinato, la mutilación y la tortura... Una búsqueda del Mal en estado puro... El argumento de la última película de Jaume Balagueró, basada en una novela de Ramsey Cambell, parece obra de una imaginación delirante. ¿Realmente es posible concebir una forma de trascendencia religiosa en el asesinato? El FBI parece opinar que sí, porque hace pocos días remitía un informe, a todas las comisarías de Policía del país, alertándoles contra posible actos violentos, organizados por sectas y grupos radicales, en las próximas semanas. Según el Proyecto Meggido del FBI, la Policía norteamericana debe permanecer alerta en las semanas que preceden al cambio de milenio, ya que muchos cultos y grupos esotéricos podrían preparar asesinatos y/o suicidios rituales.
La misma palabra “asesino” proviene de un antiguo culto originado en la Persia del siglo XII: Los Assassin (Los Consumidores de Hachís). Rasihd al-Din Sinan “El Viejo de la Montaña” inspiró, en el seno del Islam, una comunidad de fanáticos religiosos, con una filosofía a medio camino entre el Corán y las ideas neoplatónicas, que practicaba el asesinato como una forma habitual de obtener sus objetivos.
El reciente estreno en España de la última película de Jaume Balagueró; “Los Sin Nombre”, ha vuelto a reavivar la polémica sobre los cultos que contemplan el asesinato, la mutilación y la tortura como practica ritual. Coincidiendo con este estreno cinematográfico en España, en EEUU el FBI ponía en marcha su "Proyecto Meggido", alertando a la policía de todo el país contra posibles suicidios y asesinatos rituales sectarios en las semanas que preceden al año 2000.
Un antiguo culto religioso, relanzado en el esotérico Londres de los años sesenta viaja por diferentes países de Europa buscando la revelación mística a través del asesinato, la mutilación y la tortura... Una búsqueda del Mal en estado puro... El argumento de la última película de Jaume Balagueró, basada en una novela de Ramsey Cambell, parece obra de una imaginación delirante. ¿Realmente es posible concebir una forma de trascendencia religiosa en el asesinato? El FBI parece opinar que sí, porque hace pocos días remitía un informe, a todas las comisarías de Policía del país, alertándoles contra posible actos violentos, organizados por sectas y grupos radicales, en las próximas semanas. Según el Proyecto Meggido del FBI, la Policía norteamericana debe permanecer alerta en las semanas que preceden al cambio de milenio, ya que muchos cultos y grupos esotéricos podrían preparar asesinatos y/o suicidios rituales.
La misma palabra “asesino” proviene de un antiguo culto originado en la Persia del siglo XII: Los Assassin (Los Consumidores de Hachís). Rasihd al-Din Sinan “El Viejo de la Montaña” inspiró, en el seno del Islam, una comunidad de fanáticos religiosos, con una filosofía a medio camino entre el Corán y las ideas neoplatónicas, que practicaba el asesinato como una forma habitual de obtener sus objetivos.
Los jóvenes aspirantes a Assassin debían consumir una gran cantidad de hachís para caer en trance. En ese estado eran conducidos por los hombres de confianza de Rasihd al-Din Sinan al lujoso palacio que el anciano gurú tenía en las montañas, donde eran rodeados de lujuriosas doncellas y disfrutaban de todos los placeres y opulencias imaginables. “El Viejo de la Montaña” les convencía de que ese era el paraíso, y a él retornarían para gozar durante toda la eternidad, si morían cumpliendo sus órdenes. Ante tan convincentes argumentos los Assassin no dudaban en arriesgar sus propias vidas, infiltrándose en los palacios de los enemigos de su gurú, y cometiendo los más crueles crímenes. O incluso, si así se lo ordenaban, llegando al suicidio ritual. Con los adeptos de este siniestro culto nació el concepto “asesinato”.
Con la muerte de “El Viejo de la Montaña” el culto Assassin se disolvió, pero volvió a surgir en La India del siglo pasado liderado y controlado por el Aga Kahn, hasta su fallecimiento en 1881. En la actualidad, según han declarado fuentes de la policía rusa y mongola, toda una horda de sectas y cultos islámicos e hindús están asaltando los países del antiguo bloque soviético con creencias y rituales que en algunos casos podrían estar inspirados en creencias ancestrales, como la de los Assassin. Según nos relataba el exviceministro de Policía y Seguridad de Mongolia General Battsagan Tsiiregzen, desde que en 1990 el comunismo comenzó su declive, países como Kazakistan, Rusia, Mongolia, etc, han recibido una avalancha de extrañas sectas y cultos religiosos provenientes de China, India, Tibet, etc, y algunos de ellos podrían incluir el asesinato entre sus prácticas.
ASESINATOS PARA LA SANTÍSIMA MADRE KALI
Mientras los Assassin cometían sus crímenes en honor de El Profeta, otro culto homicida surgía en las entrañas del hinduismo más tradicional; los Thugs (Los Estranguladores)
En los Puranas, antiguos textos sánscritos, se narra el enfrentamiento entre la diosa Kali y un gran demonio devorador de hombres. En su combate, la terrible Kali –diosa de la muerte y la destrucción en el hinduismo- infringía terribles heridas al demonio pero, de cada gota de sangre que derramaba, surgía un nuevo monstruo devorador. Entonces Kali creo de su propio sudor a dos hombres, los primeros Thugs, a los que entregó un paño sagrado, el “rumal”, con el que los que ayudaban a la diosa estrangulando a los demonios, para no derramar su sangre. De este leyenda surgió uno de los cultos asesinos más temible de la historia.
Los Thugs atacaban las caravanas de mercaderes, asesinando a todos los testigos, utilizando el siniestro “rumal” con una habilidad asombrosa. Y con sólo diez años de edad los jóvenes aspirantes podían ingresar en el temible culto a Kali. Además, la presencia de niños en los grupos de Thugs que pedían asilo a las caravanas, ayudaba a que las futuras víctimas confiasen en los aparentemente inofensivos viajeros. Y como plantea Balageró en “Los Sin Nombres”, los pequeños sectarios no solo presenciaban, sino que participaban en los asesinatos. Tanto en los asesinatos, como en las mutilaciones rituales que posteriormente se infringía a los cuerpos de las víctimas, como la extracción de los ojos, el corazón, etc. Era la mejor forma de educar a los futuros Thugs...
Como era de esperar el cine ha dejado sentir su fascinación por esta terrible religión. Desde “Los Estranguladores de Bombay”, hasta “Indiana Jones en el Templo Maldito”, pasando por “Culto Mortal” (en el que Pierce Brosman encarnaba al oficial británico encargado de luchar contra el culto Thugs), Los Estranguladores han visitado con frecuencia las pantallas cinematográficas.
En 1799 el gobierno británico en La India capturó a los primeros Thugs, -aproximadamente un centenar- en las cercanías Bangalore. A partir de 1816 Richard Sherwood, un médico inglés residente en La India, comenzó a escribir la historia de los Thugs tras interrogar a muchos de los capturados, y a mediados del pasado siglo el oficial británico William Sleeman obtuvo el permiso de la Reina para perseguir este siniestro culto homicida hasta hacerlo desaparecer. Sin embargo, en la actualidad, la policía india continúa encontrando, de vez en cuando, cadáveres que presentan las mutilaciones típicas de los Thugs, y algunos agentes, como el inspector-jefe Patel, de la policía de Calcuta, considera que existen indicios para afirmar que en los albores del siglo XXI, Los Extranguladores o modernas sectas que imitan sus métodos, han reaparecido en toda La India.
En la misma Calcuta existe un templo dedicado a Kali, donde los sacerdotes realizan sangrientos sacrificios de animales a la venerada diosa. En el Templo Kali Ghat, los viajeros más audaces pueden presenciar las brutales decapitaciones de ovejas o cabras en honor de Kali, pero en opinión del inspector-jefe Patel, en algunos puntos de la India las ofrentas a Kali son seres humanos...
EL RESURGIR DE LOS DIOSES
En los últimos años el continente americano ha vivido un resurgir equiparable de ancestrales creencias religiosas. Según hemos podido averiguar, en países como Guatemala o Nicaragua, las policías latinoamericanas han descubierto eventualmente cadáveres a los que les había sido extraído el corazón, tal y como los antiguos sacerdotes aztecas o mayas acostumbraban a hacer en sus ofrendas a los dioses.
En enclaves arqueológicos como Tikal (en Guatemala) todavía se conservan las estelas de sacrificios de los 9 Dioses del Inframundo, en las que miles de prisioneros fueron brutalmente asesinados por los sacerdotes mayas antes de la conquista española. En los últimos años han sido descubiertos cadáveres en la selva del Petén, que rodea Tikal y que llega hasta el estado mexicano de Chiapas, atribuidos a la guerrilla que se movía por aquellos bosques en sus incursiones. Sin embargo cada vez más expertos en sectas y religiones comparadas opinan que muchos de esos crímenes pueden estar relacionados con grupos nacionalistas latinoamericanos que reivindican las creencias ancestrales de mayas o aztecas, para justificar sus arengas políticas. Y las prácticas religiosas, como el asesinato ritual, podrían incluirse en esas reivindicaciones nacionalistas radicales.
En otros países, como Haití, Jamaica o Cuba, las religiones de origen africano se mezclaron con las antiguas creencias precolombinas, a través de la trata de esclavos iniciada en 1501. Y ancestrales creencias, como el temible culto de los Hombres-Leopardo, que asoló las plantaciones africanas a principios y mediados de siglo, también se implantó en esas islas americanas.
Esa misma religión de los temidos Hombres-Leopardo, nacida en la región del Carabalí, fue exportada a Cuba y Jamaica por los esclavos náñigos, que eran apiñados en los barcos negreros, junto a granjeros lucumís, campesinos yorubas, guerreros mandingas, cazadores congos... Pero de todos los esclavos vendidos en el Nuevo Mundo los ñáñigos eran los mas temibles. Fueron los primeros cimarrones, esto es negros que se revelaban contra sus propietarios, asesinándolos y escapando de las plantaciones para vivir ocultos en los montes.
De todas las religiones sincréticas que existen, por ejemplo en Cuba, como La Santería o Regla de Ocha, El Palo Mayombe o Regla Conga, etc, los Abakua o Náñigos son el culto más temido.
En un escalofriante Oficio del Gobernador General de Cuba, redactado en 1876 por el Jefe de Policía D. Manuel Asensio, se afirmaba, entre otras cosas: "El ñáñigo al presentarse en el lugar del sacrificio jura vendado beber la sangre del que no sea su hermano, siempre que se lo ordene su jefe, y para probar su valor ese día tienen que asestar por la espalda una o dos heridas al primer blanco que encuentre descuidado...". A pesar de lo increíble de esta afirmación, existen serios indicios de que esta practicas continúan realizándose en Cuba y Jamaica.
A mediados del siglo XIX, en vista del temor que los antiesclavistas abakua despertaban en el gobierno español de Cuba, se prohibió oficialmente este culto a través de leyes como la del 14 de noviembre de 1842, la del 2 de agosto de 1872 o la del 8 de enero de 1877, sin embargo la asociación, más secreta que nunca, continuó existiendo en la clandestinidad. A pesar de que fueron detenidos y procesados cientos de ñáñigos, sus templos profanados por la policía y sus objetos rituales confiscados, el culto abakua continuó y continua perviviendo, aunque rodeada de un férreo secreto.
La "extraña jerga tomada del dialecto africano carabali" que utilizan para que nadie les entienda (según el Jefe de Policía Manuel Asensio) y que poco tiene que ver con el dialecto yoruba utilizado en las demás religiones afrocubanas; el extraño código de grafismos, firmas y señales con que se marcan los templos, rituales o nombres de espíritus (similar a los ve-ves vodú) o sobretodo el Gran Secreto de Ekwé, los tambores sagrados a través de los que se comunica el divino Abasí, jamás deben ser profanados por los no iniciados.
Al visitar los templos abakua –llamados “potencias” o “plantes” en Cuba- de Gamaroro Efó, en Guanabacoa, y Uriabón Efí, en Matanzas, Sixto Contreras, custodio de este último templo, aseguraba que ya no se practican los antiguos ritos de apuñalamiento, aunque si se realizan crueles ceremonias de iniciación, en las que los neófitos deben soportar pruebas físicas que rozan el sadismo, y sangrientos sacrificios de animales. Sin embargo, uno de los abakua que hemos localizado en Cuba, nos relataba que hace muchos años, en su iniciación, había tenido que herir a una persona tal y como afirma el oficio de 1876. Este joven abakua, un imponente prieto (negro) de más de 2 metros de altura, nos aseguró que su hermano murió cuando, a los 14 años, intentaba apuñalar a otro cubano durante su iniciación abakua, siendo correspondido en la agresión y perdiendo la vida en ella...
Ante testimonios sobre un culto tan mortal, no es extraño que nuevamente el cine haya hincado el diente a una secta tan sugerente, y así el imbatible Steven Seagal daba vida a un policía americano que debía enfrentarse a una secta abakua jamaicana en su película “Señalado por la Muerte”, durante el rodaje de la cual, según se rumorea en los mentireros de Holliwood, se produjeron todo tipo de incidentes extraños, atribuidos a los antiguos dioses africanos de los ñañigos.
LOS ADORADORES DEL MAL
En algunas ocasiones estos temibles cultos han abandonado las islas donde se afincaron con los esclavos africanos, siendo exportados a otros países. Sin duda el ejemplo más terrible se produjo a finales de los ochenta en la frontera mexicano-americana, concretamente en la ciudad de Matamoros.
Durante años se habían producido extrañas desapariciones a ambos lados de la frontera, sin que la policía americana ni la mexicana pudiese dar con el paradero de los desaparecidos. Pero un control de tráfico casual, llevó a la policía de tráfico a un rancho en las afueras de Matamoros, donde se encontraron restos humanos en un altar de Palo Mayombe.
En un rastreo en torno al rancho, se encontraron hasta 14 cadáveres de seres humanos sacrificados ritualmente en un siniestro culto afrocubano. El líder de la secta resulto ser Adolgo de Jesús Costazgo, un brujo cubano casado con una española, que presidía una banda de narcotraficantes convencidos de que a través de los sacrificios humanos los dioses les protegerían de las balas de la policía.
La lugarteniente de la banda, Sara Aldrette, inspiró a la temible Perdita Durango, que Alex de la Iglesia inmortalizó en su película homónima.
Sin duda, el inspector de policía Bruno Masera, al que da vida Karra Elijarre en “Los Sin Nombre”, sentiría la misma repulsión que sintieron los agentes de la policía mexicana al descubrir la “nganga” (o “prenda”) que presidía el altar de Palo Mayombe de Costazgo. Un caldero metálico lleno de hierbas, minerales, restos animales... y cráneos humanos... Y aunque, según hemos podido constatar al visitar numerosos paleros en Cuba, las “ngangas” suelen incluir un cráneo robado de un cementerio para “cargar” con el espíritu del muerto a la “prenda” para su utilización mágica, Costazgo y Aldrette torturaban, mutilaban y asesinaban a sus víctimas rituales, para luego utilizar sus cuerpos mutilados en las ceremonias mágicas.
Afortunadamente los poderes malignos de Costazgo no surtieron efecto, ya que “El Padrino” (título que se confiere a todo sacerdote del Palo Mayombe), murió al ordenar a uno de sus seguidores que le disparase, antes de ser capturado por la policía...
Costazgo, como antes había ocurrido con Charles Manson, ha sido mitificado por algunos grupos europeos que presentan al Mal como una forma de trascendencia y de religión. Y al igual que plante Balagueró en “Los Sin Nombre”, conciben la tortura, la violación y el asesinato como una forma de “espiritualidad”...
RITOS MORTALES EN LA VIAJA EUROPA
Cada vez con más frecuencia las policías de “el viejo continente” se topan con cadáveres sin identificación posible, que presentan sospechosas mutilaciones o heridas, aparentemente rituales.
Exactamente las 21:30 del miércoles 10 de septiembre de 1998, un toxicómano que revolvía en los contenedores de basura de la madrileña calle Gallur, en busca de algún objeto de valor, se topaba, envuelto en un plástico, y dentro de una caja, el cadáver de un: “varón de raza blanca, moreno y muy velloso, de unos 1´70 de estatura, unos 75 kg. de peso y de una edad que puede oscilar entre los 30 y los 45 años”. El cadáver aparecía decapitado y sin las manos, y se apreciaba en su piel un tatuaje con un escorpión, una estrella de cinco puntas y el número 666. El cuerpo no ha sido identificado todavía, sin embargo para muchos especialistas podría tratarse de la víctima de un crimen ritual. Como se supone lo mismo de otros cuerpos mutilados que estan siendo investigados por las policías de todo el mundo.
En ocasiones, la policía no debe investigar sólo un cadáver sin nombre, sino los escalofriantes testimonios de menores, que aseguran haber sido sometidos a todo tipo de depravaciones rituales.
Hace pocos años Suecia vivió una de las olas de desapariciones de niños más terribles de su historia. Hasta 57 niños y niñas desaparecieron sin rastro durante meses. Sin embargo, algunos de esos menores fueron recuperados por la policía sueca tras la disolución de una espeluznante secta pederasta, dando terroríficos testimonios sobre su aventura.
Parece difícil creer que una niña de tan sólo 7 añitos pueda inventarse afirmaciones como ésta : “-Cortaban los pies y los brazos a los bebés y los ponían en una caja de plástico. Después, se comían los corazones, y también a mi me obligaron a hacerlo... Era asqueroso”-. O esta otra : -“El bebé de la mamá lo sacaron con un cuchillo. Le clavaron cuchillos por todos los lados”-. La mayoría de estos relatos se habla de un tal Robert, como el “rey”, pero también se habla de “El Conde”. Estos detalles, de la amputación de manos y pies, y la múltiples cuchilladas nos hacen recordar instintivamente el reciente caso del cadáver tatuado de Carabanchel, que ofrecía más de una docena de puñaladas en su espalda y pecho.
Además de estos testimonios, algunos de los niños aparecieron con marcas de cuchillo en sus cuerpos, y al preguntárseles qué les había sucedido, se descubren respuestas tan acongojantes como la de la pequeña Eva: -“Sangraba y un hombre me chupaba la sangre. Yo también tuve que beberla...”-. Después les amenazaban con que si le contaban a sus madres lo que habían visto, les cortarían la cabeza, y muy posiblemente estos niños eran drogados, ya que afirman que les daban azúcar que sabía muy amargo.
Estos menores que viven para contarlo, son nórdicos, e hijos de madres divorciadas, que pasan los fines de semana con sus padres, momento en el que, al parecer, se producen los secuestros y las aberrantes torturas. Los dibujos realizados por los pequeños para describir su aventura resultan escalofriantes. Poco después el escándalo surgía en Bélgica donde, durante la investigación del caso Dutroux, se describían abusos sexuales y rituales con menores, muy similares a los producidos en Suecia.
LA CARNE Y LA SANGRE DE LOS DIOSES
Según relata el Nuevo Testamento, durante la última cena, e inmediatamente antes de su éxtasis en Getsemaní, Jesús de Nazaret tomo el vino y el pan y bendiciéndolos dijo a sus discípulos: “Tomad y comed, esta es mi carne que será entregada por vosotros...” y “Tomad y bebed, esta es mi sangre que será derramada por vosotros...”, añadiendo, “El que coma mi carne y beba mi sangre alcanzará la vida eterna”. Esta aparentemente inofensiva alusión al simbólico Sacramento de la Comunión se encuentra, de una forma u otra, en numerosos cultos religiosos, que de esta forma justifican el consumo de sangre, la antropofagia o el crimen ritual entre sus prácticas “religiosas”.
Conceptos como la Penitencia, también han sido manipulados en numerosas sectas religiosas, para justificar prácticas sadomasoquistas, tortura, etc. A través del sufrimiento de la carne se consigue la expiación de los pecados...
Evidentemente la Fe es ciega... y a veces también sorda y muda. Y las creencias delirantes de los gurús más visionarios han encontrado, y encontrarán siempre, mentes deformes y voluntades débiles, dispuestas a dejarse manipular por esos visionarios, cometiendo los crímenes más atroces en el nombre de cualquier dios.
Sin duda, lo menos importante es que tales crímenes se comentan en el nombre de los orishas africanos, de las deidades mayas, de Kali, de Alá, de Dios o del Demonio. Siempre es un brazo humano el que roba la vida, tortura y mutila a las desafortunadas “ofrendas humanas”. Un brazo ejecutor llevado controlado por la superstición y la ignorancia. Y ya decía San Ignacio que “conocer al Diablo es destruir su poder”, porque la ignorancia ha sido siempre la mejor aliada del Mal, y de sus siervos...
Manuel Carballal