martes, 23 de marzo de 2010

Mañana comienza el juicio contra el sacerdote pedófilo Jose Angel Arregui Eraña



En estos días los escándalos relacionados con abusos sexuales en el seno de la iglesia católica han salpicado los titulares de la prensa internacional. Al reconocimiento de centenares de casos de pedofilia y pederastia en Irlanda se sumaron los casos de Alemania, que afectaba incluso al hermano del Papa Benedicto XVI.

Mañana comienza en Chile el juicio contra el religioso español (que no sacerdote) Jose Angel Arregui Eraña. Un caso sangrante que, sin duda, echará mas leña al fuego sobre la pedofilia y pederastia en la iglesia católica.


En España, los alumnos de los colegios donde Arregui Eraña impartía clases de religión, y donde realizó varios de sus videos de pornografía infantil, seguirán con interés el proceso al religioso.



Hace unos dias Maria R. Sahuquillo publicaba en El Pais, un interesante artículo sobre el caso Arregui:

"José Ángel Arregui Eraña, un religioso español miembro de la congregación de los Clérigos de San Viator, está en prisión tras ser detenido en Chile por posesión de pornografía infantil. La justicia española investiga ahora a Arregui, profesor de 53 años, porque también filmaba su propio material en el que aparecen presuntos abusos sexuales contra al menos 15 menores españoles. Todas las imágenes fueron grabadas en España, según consta en las diligencias del caso. En tres colegios en los que Arregui dio clase. El juzgado de instrucción número 9 de Madrid es el que ha abierto diligencias sobre el caso. El imputado se encuentra desde agosto de 2009 en prisión preventiva en Santiago de Chile.

El superior provincial de la Congregación de los Clérigos de San Viator en Madrid, Pedro Lahora, asegura que sus miembros no conocían las actividades de Arregui. Que nunca hubo denuncias contra él. Lahora añade que la comunidad religiosa se ha puesto a disposición de las autoridades, tanto chilenas como españolas, para esclarecer los hechos. "Estamos consternados", dice. También han informado a los superiores de la orden y al Arzobispado de Madrid, explica.

Arregui fue detenido en agosto del año pasado en la capital chilena. La policía de ese país, que investigaba las entradas y salidas de varias comunidades pedófilas en Internet, localizó que alguien, desde la residencia El Señor Renca del Liceo Politécnico, se había descargado varios archivos con pornografía infantil. No les resultó muy complicado encontrarlos. Los ficheros se habían bajado desde el ordenador público de la residencia y utilizando la red inalámbrica comunitaria.

Así, en el PC de la casa descubrieron una carpeta con el nombre de José Ángel en la que, originalmente, estaban los archivos, que habían sido borrados. Una investigación de los habitantes de la residencia de profesores les llevó a detener al religioso español. Él mismo entregó a los policías de la Brigada de Investigación del Cibercrimen otros muchos archivos con fotografías y vídeos. "Algunas de las imágenes más crudas que nos hemos encontrado en las muchas investigaciones realizadas", explica por teléfono el subcomisario Cristian González Mendoza, del grupo de pornografía infantil. Miles de fotografías y vídeos de durísimo contenido: sadomasoquismo, coprofilia, urofilia, sexo con bebés.

Pero además del material comprado o intercambiado con otros pedófilos, Arregui había producido también sus propias imágenes. Entre los centenares de vídeos en poder del religioso español se encontraron muchos en los que el protagonista era él mismo. El acento de los menores, la ropa y detalles del mobiliario permitieron a los investigadores chilenos determinar que las imágenes se habían grabado en España. En las instalaciones de varios colegios. La agrupación de pornografía infantil de la brigada del cibercrimen chilena entregó ese material a la Interpol. Estos alertaron a la Guardia Civil.

El religioso español llevaba desde enero de 2008 dando clase en la Universidad Santo Tomás de Santiago de Chile. Antes había pasado por siete colegios en España, donde había dado clase de Educación Física, Lengua o Religión. Fue en al menos tres de esos centros, según ha determinado la investigación de la Guardia Civil, donde se grabaron los abusos. Todos pertenecen a la congregación de los Clérigos Viatorianos (una comunidad religiosa de origen francés, presente en 15 países): el colegio San Viator de Madrid, el San Viator de Vizcaya y el San José de Basauri. Las imágenes -reunidas en 13 DVD- muestran al menos a 15 menores de 12 a 14 años, según la investigación, bajo secreto de sumario hasta hace unos días. De ella se desprende que los vídeos fueron grabados entre 1992 y 2005. Siempre con cámara oculta. Tocamientos, masturbación a los menores, agresiones físicas y penetración con objetos.

Arregui había explicado a los chicos que estaba haciendo una tesis doctoral sobre la flexibilidad en la adolescencia. Necesitaba, dijo, medirles. Determinar cuántos centímetros había entre su mano y su codo; su rodilla y su nalga o el perímetro de sus tobillos. Para ello pedía a los menores que se desnudasen. Los presuntos abusos se desarrollaban entre medición y medición. Mientras, el religioso lo estaba grabando todo con un dispositivo instalado en la habitación. O en las habitaciones, porque los investigadores de la Guardia Civil han localizado que los vídeos fueron realizados en el gimnasio del San Viator de Vitoria, la antigua aula de informática del San Viator de Madrid o los vestuarios del San José de Basauri, entre otros. También se han localizado imágenes grabadas en las duchas de algunos de estos centros.

El argumento de la tesis era verídico. El religioso viatoriano estaba haciendo un doctorado sobre Pedagogía en Educación Física. El tema era, efectivamente, El crecimiento físico en la adolescencia y su influencia en la flexibilidad y su medición. La presentó en 2006. Obtuvo sobresaliente cum laude.

Pero han pasado años desde que se filmaron las supuestas agresiones. Algunos de los abusados, que han prestado declaración, explicaron a los investigadores que todo les parecía un poco raro. Describen la situación como incómoda sin llegar a ser agresiva. Al principio negaron haber participado en las mediciones. Después, la mayoría dijo que sólo lo había hecho una vez. Casi todos habían olvidado que las escenas, de las que hay imágenes, habían sido varias. Por eso, destacan los investigadores en su informe, "no es descartable que estos abusos se hubieran producido alguna vez más".

En varias ocasiones, además, los menores no estaban solos durante las mediciones. Episodios en los que llegaron a participar hasta tres compañeros. Aún así, destacan los investigadores, aunque habían estado juntos durante los abusos, ninguno hablaba después de lo que había sucedido con el religioso. Nunca.

Una de las víctimas explicó en su declaración que participó en las mediciones de Arregui cuando estudiaba 8º de EGB (sistema que desapareció con la llegada de la secundaria en el año 2000), con unos 13 años. El ex alumno relató que el religioso le tocaba constantemente y que se sentía incómodo. Expuso que el profesor le había dicho que no contara nada a nadie. Ni siquiera a sus padres. Que la situación podría estar mal vista.

Otro recordó que, en una ocasión, Arregui le invitó junto con otros tres compañeros a ver un vídeo durante la hora extraescolar. Se trataba de una grabación contra el aborto. Tras la película, el religioso les explicó que era un acto criminal. La vida comienza desde el mismo momento de la eyaculación, les dijo. Y para demostrarlo, cuenta el ex alumno, les invitó a masturbarse para ver después el semen en el microscopio. Así lo hicieron.

Otra de las víctimas describió los episodios de mediciones como una situación "especialmente desagradable". Visiblemente afectado, explicó que había participado en esta actividad como castigo. Que Arregui le hizo chantaje. El religioso le dijo que si no lo hacía le suspendería Lengua. Asegura que fue "coaccionado" para participar. Nunca lo contó a nadie.

Los chavales, ahora adultos, dicen que nunca se les pidió la autorización de sus padres para participar en las mediciones de Arregui. Que las familias nunca supieron nada. Algo que desmienten varios profesores consultados por la investigación del caso, que sostienen que sí. Explican que al producirse esta actividad durante el horario lectivo los padres fueron informados.

Por ahora ninguna de las víctimas ha decidido personarse como acusación particular contra Arregui. Tampoco, según Pedro Lahora, superior provincial de la congregación, se ha recibido queja alguna contra él. "Ni ahora ni entonces", aclara a este periódico. Un punto que confirma Luis Peláez, abogado del imputado. Lahora aseguró a los investigadores, además, que los siete traslados de Arregui en 15 años fueron siempre voluntarios. Como también lo fue, y a petición del propio religioso, su destino en la universidad chilena, parte también de la congregación.

Sólo un profesor del San Viator de Madrid, superior del imputado en aquella época, informó a la Guardia Civil de que en el curso 1991-1992 la madre de uno de los alumnos de Arregui había mostrado su descontento acerca del profesor. La mujer dijo que el religioso solía llegar a clase bebido después de comer, y que había pegado a su hijo. Una queja aislada, según el profesor, que no se volvió a repetir. Arregui, explicó, fue amonestado verbalmente. A final de curso se marchó a otro colegio de la congregación, en Huesca.

La justicia española estudia ahora qué cargos presentar contra el religioso viatoriano. El imputado, que ya está procesado en Chile por un delito de almacenamiento de pornografía infantil, podría enfrentarse en España, además, a la acusación de agresión sexual, con el agravante -tal y como solicita la Guardia Civil al juez de Instrucción- de prevalerse de una situación de superioridad (en este caso de su cargo de profesor y de emplear la autoridad moral de religioso). También podría ser acusado de un delito de producción de material pornográfico infantil "utilizando a menores de 13 años y con un carácter particularmente vejatorio", tal y como se recoge en el sumario de instrucción del caso.

El problema, según fuentes de la investigación, es que puede que algunos de los abusos llevados a cabo por el religioso hayan prescrito. Todo depende de lo graves que se consideren. La ley marca un plazo de 10 años, por ejemplo, cuando la pena máxima señalada por la ley sea prisión o inhabilitación por más de cinco años y que no exceda de 10.

El juez que instruye el caso aguarda ahora a tomar declaración a Arregui por videoconferencia desde Santiago de Chile para decidir si pide para él la extradición. El imputado, en prisión preventiva desde agosto de 2009, debía comparecer ante la justicia chilena el 3 de marzo. El terremoto que asoló el país y destruyó gran parte de su sistema de comunicaciones lo ha impedido. Las vistas fijadas para la semana del 1 al 7 de marzo se suspendieron a causa del seísmo, tal y como explica por teléfono un portavoz de la fiscalía que lleva el caso. Se ha fijado una nueva vista oral para el día 24 de marzo.

José Ángel Arregui Eraña se encuentra bien. "Se siente, dentro de lo que supone estar en la cárcel, acompañado por sus hermanos de la congregación, que le visitan", cuenta el superior provincial en Madrid de la congregación de los Clérigos de San Viator, donde la noticia de la detención de Arregui cayó "como una bomba".

Los informes psicológicos encargados por la fiscal chilena especialista en delitos sexuales, Andrea Rocha, encargada del caso, revelan que el imputado tiene "una parafilia de tipo pedófilo". "No han recomendado que el imputado cumpla parte de su pena en libertad, como así podría ocurrir si la condena impuesta es leve. Y las penas fijadas en Chile por el delito de almacenamiento de pornografía infantil lo son", explica un portavoz de la fiscalía.

El camino que le llevó de la docencia a la cárcel

- Docencia. José Ángel Arregui se incorpora como profesor al colegio San Viator de Mondragón (Guipúzcoa) en 1979. Desde entonces y hasta 2007 pasó por los centros que la congregación tiene en Madrid (San Viator y Nuestra Señora de Fátima), Huesca, Vitoria, Valladolid y Basauri (San José de Basauri). El religioso daba clases de Educación Física o Lengua.

- Abusos. La investigación determina que las grabaciones producidas por Arregui y grabadas con cámara oculta comienzan en 1992. Emplea, según la investigación, el pretexto de su tesis doctoral sobre el crecimiento físico en la adolescencia para acceder a los menores.

- Sobresaliente cum laude. En noviembre de 2006 el religioso defiende su tesis en Pedagogía de Educación Física. Con el título de El crecimiento físico en la adolescencia y su influencia en la flexibilidad y su medición, obtiene la calificación de sobresaliente cum laude.

- Profesor universitario. Arregui logra una plaza de profesor en la Universidad Santo Tomás, de Santiago de Chile. La congregación, que explica a los investigadores que el religioso siempre quiso dar clases en la Universidad, le destina allí.

- La detención. El religioso español es detenido en agosto de 2009 por miembros de la Brigada de Investigación del Cibercrímen por posesión de pornografía infantil en Santiago de Chile. La policía se incauta de decenas de vídeos producidos por él y miles de imágenes y fotografías de durísimo contenido descargadas de Internet.

- Proceso en España. En octubre de 2009, tras analizar el material hallado, la Agrupación de Pornografía Infantil de la policía chilena determina que los vídeos elaborados por Arregui fueron grabados en España. La Interpol chilena contacta con la Brigada de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. El juzgado de Instrucción número 9 de Madrid abre diligencias previas para estudiar el caso, sobre el que se decreta el secreto de sumario.

- Identificación. Las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil determinan que el San Viator de Madrid, el San José de Basauri y el San Viator de Vitoria son los centros donde se filmaron los presuntos abusos. Los investigadores toman declaración a los directores de estos centros y a profesores y alumnos. Identifican a 15 de los menores que aparecen en los vídeos."

- No hay denuncias. La congregación de Clérigos de San Viator aseguran que nunca hubo denuncias ni quejas contra Arregui. La comunidad religiosa se pone a disposiciónd de la justicia para esclarecer los hechos.

- Vista suspendida. La vista oral, fijada por la justicia chilena para el día 3 de marzo, se suspende a causa del terremoto. Los informes psicológicos encargados por la fiscalía chilena dan cuenta de que José Ángel Arregui padece una "parafilia de tipo pedófilo".


domingo, 14 de marzo de 2010

Narcotráfico en México: Abatidos nueve sicarios más

Los cuerpos de dos personas asesinadas la madrugada de este domingo en Acapulco. Al menos 28 personas fueron asesinadas este fin de semana en México. REUTERS/Stringer

Nueve presuntos sicarios del narcotráfico y una mujer que viajaba en un taxi murieron en una balacera la madrugada del domingo en la entrada del balneario mexicano de Acapulco, informó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado de Guerrero (sur).

“Murieron nueve hombres, al parecer sicarios, y una mujer que viajaba en un taxi y que fue alcanzada por las balas“, dijo a la AFP vía telefónica un oficial de la SSP.

La balacera, que duró al menos treinta minutos, se desató a las 05h50 (11h50 GMT) justo en la entrada del puerto vacacional, que estos días, por ser el próximo lunes feriado, registra la llegada de miles de turistas.

Los cuerpos de dos personas asesinadas en Acapulco. Al menos 28 personas fueron asesinadas este fin de semana en México. REUTERS/Stringer
Los cuerpos de dos personas asesinadas en Acapulco. Al menos 28 personas fueron asesinadas este fin de semana en México. REUTERS/Stringer
AFP Photo / Pedro Pardo
AFP Photo / Pedro Pardo
AFP Photo / Pedro Pardo
AFP Photo / Pedro Pardo
AFP Photo / Pedro Pardo

jueves, 4 de marzo de 2010

El caso Madeleine vuelve a ser noticia



La policía de Nueva Zelanda descartó que la niña de la imagen se Madeleine McCann

La policía de Nueva Zelanda negó hoy un posible avistaje de la niña británica Madeleine McCann en ese país, dos años después de que el hecho fue denunciado a las autoridades portuguesas.

La denuncia fue hecha en diciembre de 2007 por un empleado de un comercio en la ciudad de Dunedin, cinco meses después que la niña inglesa desapareció del complejo turístico de Ocean Club en la localidad lusa de Praia da Luz.

La Policía neocelandesa informó que logró identificar a la niña y su familia capturada por una cámara de seguridad del local y rechazó que se tratara de Madeleine, según detalló el inspector Dave Campbell.

Los agentes policiales se defendieron de la acusación de falta de acción en el momento de la denuncia, al indicar que nunca se les pidió que siguieran el caso o lo reportaran a la policía portuguesa.

Los detalles del incidente se dieron a conocer luego que varios periódicos británicos reportaron los contenidos de un dossier de la policía portuguesa, que contenía supuestos avistajes de Madeleine en el mundo nunca investigados.

La muñeca que no se investigó

ampliar foto

ampliar fotoampliar (1 de 2 fotos) | ¿ERA DE MADDI?

LONDRES, Inglaterra/LISBOA, Portugal.- En el caso de la desaparación de Madeleine McCann siguen saliendo a la luz pistas no investigadas. Ayer se supo que la Policía portuguesa no investigó 2.000 indicios por considerarlos no relevantes, y hoy una nueva hipótesis apunta a una muñeca.

Se trata de un juguete que que podría haber sido entregado por los supuestos secuestradores a la niña, y que fue encontrado días después de la desaparición de Maddie en el coche de uno de los sospechosos.

Los detectives privados contratados por Kate y Gerry McCann hallaron el objeto cuando seguían la pista de la pequeña en una localidad cercana al Algarve, donde desapareció. Hasta ese lugar llegaron después de que una mujer asegurara haber visto a la mejor junto a una pareja.


Más sospechas

Jean Godwin afirmó estar segura de que la niña inglesa estaba junto a esos adultos. Todo esto llevó a los investigadores a seguirlos hasta una granja aislada cerca de Silves, al norte del Portimao.

En los meses siguientes se hicieron varias visitas a esa propiedad, perteneciente a un profesor y a su pareja, a quien el equipo de investigación consideró "preocupantes". Se empezó a sospechar de ellos cuando se descubrió que tenían una furgoneta en la encontraron la muñeca y un dibujo, probablemente hecho por un niño de unos cuatro o cinco años, pese a que ninguno de ellos tenía hijos.

También se siguió varias veces al hombre, que salió en ocasiones a comprar ropa para un niño de unos cinco años, la edad que tenía Madeleine cuando desapareció. Sin embargo, la vigilancia fue retirada y nunca se pudo confirmar nada. Ante la aparición de estas pistas, el portavoz de la familia McCann declaró que está claro que no se siguieron todos los incidios. (Especial)



lunes, 1 de marzo de 2010

El caso Anabel Segura: entre los errores policiales y los videntes de la CIA (Segunda Parte)



...El 20 de enero de 1994 se hace público un retrato robot de uno de ellos, y al día siguiente el Ministerio del Interior ofrece una recompensa de 15 millones de pesetas por cualquier pista que pueda conducir a los delincuentes. Un mes después la familia Segura aumenta dicha recompensa añadiendo 15 millones más. En esas fechas, cegados por la avaricia, más de mil presuntos videntes (sí, he dicho más de míl), se ponen en contacto con la familia Segura aspirando al premio.

La policía, ya desesperada, toma la decisión de difundir a través de la radio y televisión la voz del secuestrador que había telefoneado a la familia Segura, y el 26 de noviembre de 1994 se aumenta la suma de la recompensa hasta los 60 millones de pesetas. La avaricia, nuevamente, saca a flote la naturaleza de los hombres. De nuevo se multiplican las llamadas de videntes, y de otro tipo de confidentes. El 15 de enero incluso llega a detenerse a un miserable que, haciéndose pasar por intermediario de los secuestradores, intentaba hacerse con el dinero.

Durante los meses consecutivos se comprueban una a una todas las supuestas pistas. Sobretodo las que pretendían identificar al hombre del retrato robot divulgado, las que creían reconocer la voz del secuestrador, o la letra del sobre donde se había mandado la cinta con la supuesta voz de Anabel. Sin embargo tampoco se desecharon las pistas provenientes de algunos videntes. En este sentido el Inspector-Jefe Jaime B. me relataba:

- Ya te digo, pasaron cientos de videntes por aquí, y cada uno decía una cosa. Sin embargo hubo una vez que tres videntes distintos me dijeron por separado un mismo pueblo de la provincia de Guadalajara, y eso me mosqueó. No sólo por que coincidiesen 3 videntes, sino porque nosotros ocultamos a la prensa que el primer pago del rescate se intentó en la provincia de Guadalajara y eso no lo sabía nadie. Por eso, cuando un vidente me hablaba de Guadalajara ya le prestaba más atención. Igual que cuando me hablaban de Cuenca, que fue donde se intentó el segundo pago. Y hubo tres que coincidían en que Anabel estaba enterrada muy cerca del primer punto de entrega, a 60 kilómetros para ser exactos. Uno era Octavio Aceves, el de la tele. Pero nada, al final tampoco sirvió de nada. Otra vez vino a vernos una vidente, pero nos traía una pista indirecta, es decir, ella decía que había ido a su consulta una mujer muy preocupada porque creía que el novio de su hija estaba involucrado en lo de Anabel por comentarios que hacia, y la vidente, con muy buen sentido, acudió a nosotros. Aunque al final tampoco había nada detrás de esta pista.

Afortunadamente la investigación policial y de los peritos analistas (tanto químicos como filólogos) fue más eficiente que la de los videntes. El 29 de junio de 1995 una de las llamadas que pretendía identificar la voz del secuestrador apuntaba a un tal Emilio Muñoz Wuadix, “El Facha”. La llamada la había realizado un particular que afirmaba acabar de recibir un envío postal a través de ese individuo, reconociendo su voz. Inmediatamente Emilio Muñoz pasa a la lista de sospechosos preferentes. La policía comprueba que su voz se parece mucho a la del secuestrador. Además conduce una furgoneta blanca, tiene hijos pequeños en edad similar a la de la voz de la supuesta Anabel de la cinta, el timbre de su puerta suena igual que el que aparece en la grabación, conoce La Moraleja por su profesión de repartidor de paquetería, tiene familiares en un pueblo de Guadalajara cercano al que se señaló para la primera entrega, y sus características físicas, perfil psicológico y antecedentes, coinciden con el de uno de los posibles secuestradores. Además, los analistas han identificado en el fondo de la cinta la palabra “bolo”, que según los peritos filólogos es un modismo toledano típico. Cuando los agentes pusieron la cinta a los compañeros de Emilio Muñoz en “Mail-Boxes”, la empresa de mensajería en que trabajaba, estos reconocieron la voz de forma tajante. Emilio “El Facha” va ganando puntos en la escala de sospechosos, y se establece un operativo de vigilancia y seguimiento. Por fin, el 28 de septiembre de 1995 se realiza la detención de Emilio Muñoz, de 40 años, churrero de Pantoja (Madrid) y repartidor de paqueteria; Cándido Ortiz Añón, de 38 años, Fontanero de Escalona (Madrid), y Felisa García Campuzano, de 39 años, esposa de Emilio, y autora de la supuesta voz de Anabel grabada en la cinta. Los detenidos no tardan en confesar su autoría del secuestro, y posterior asesinato, de Anabel Segura.

Estos son los hechos del secuestro, según consta en el auto de procesamiento firmado por la juez Manuela Henández, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Illescas (Toledo):

“Puestos previamente de acuerdo y con la intención de conseguir dinero procedente de un rescate, Emilio Muñoz Guadix y Cándido Ortiz Añón se trasladaron el día 12 de abril de 1993 en la furgoneta Ford Courier de color blanco, matrícula M-6074-NH, habitualmente usada por el primero y en esta ocasión conducida por el segundo, a la urbanización de La Moraleja. Una vez allí, sobre las dos y media de la tarde, y al ver a una chica –que resultó ser Anabel Segura Foles- haciendo footing, se dirigieron a ella y la obligaron a subir a la furgoneta. Iniciaron entonces un recorrido –durante el cual le iban preguntando a la chica datos referentes a su familia- por las distintas carreteras de Madrid así como de provincias limítrofes, hasta que, próximo el anochecer bajaron los tres del vehículo.
“Posteriormente, en un lugar y momento no determinado, Emilio Muñoz y Cándido Ortiz ataron a Anabel Segura de pies y manos y, tras colocar una cuerda alrededor de su cuello, la mataron ahorcándola. La misma noche del día 12 de abril, Emilio Muñoz volvió a su casa, y momentos después le comunicó a su mujer, Felisa García Campuzano que Cándido y él habían “secuestrado” a Anabel Segura.”

El auto de procesamiento de los tres inculpados continúa explicando como se produjeron las llamadas y la grabación de la famosa cinta, siempre en base a las declaraciones de los detenidos ante la juez:

“El día 14 de abril de 1993 se recibió en el domicilio de José Segura, padre de Anabel, una primera llamada en la que Cándido Ortiz, identificándose como uno de los secuestradores, pedía a la familia 150 millones de pesetas, sucediéndose en los dias posteriores hasta 13 llamadas, efectuadas, tanto por Emilio Muñoz como por Cándido Ortiz, a través de las cuales se fijaron en dos ocasiones dos puntos para hacer la entrega del rescate.
“Al no conseguir su objetivo en ninguna de esas ocasiones, decidieron, aproximadamente un mes mas tarde, grabar una cinta simulando la voz de Anabel Segura, lo que realizó Felisa García Campuzano introduciéndose para ello en la furgoneta, que se encontraba en el garaje de su casa, y cuando ésta ya conocía que Anabel Segura estaba muerta”.


Por fin, tras años de incertidumbre, los forenses y policías, en la noche de ese 28 de septiembre, ponen punto final al caso, al ser conducidos por los secuestradores hasta el lugar donde habían ocultado el cadáver de Anabel. Dice el expediente:

“El día 28 de septiembre en 1995, en las proximidades de una fábrica de cerámica derruida situada en Numancia de la Sagra (Toledo) se encntraron los restos cadavéricos de Anabel Segura Foles, parte de un chándal, unas zapatillas de deporte y calcetines de color blanco, una cuerda gruesa de color rojo con varios nudos y pelos anudados y un cordón blanco fino con tres nudos.”

Cierto es que en ese momento terminaba el drama –al menos la espantosa angustia de la incertidumbre- para la familia Segura, y comenzaba para las familias de los encausados. El desprecio, la ira, y la repulsa de todo el pueblo calló sobre las familias de los secuestradores, sobre todo en los hijos de Emilio y Felisa, que terminaron teniendo que marcharse, para vivir hacinados en un piso de 49 metros cuadrados de su abuela materna. A pesar de las condenas: 39 años de cárcel desglosados en 28 años y 10 meses por secuestro y asesinato, 10 años por detención ilegal y 4 meses por intento de estafa, jamás se podrá resarcir a las familias de víctima y criminales, de todo el daño que se les ha infringido.

Volviendo a los asesinos de Anabel; Cándido y Emilio, azuzados por una hipoteca y las deudas que tenemos que afrontar todos los trabajadores, decidieron intentar atajar la solución a sus problemas económicos exprimiendo un poco a los “burgueses de La Moraleja”. Y para ello no se les ocurrió nada mejor que improvisar un secuestro. En el colmo de la imbecilidad, que por cruel y maligna es todavía más necia, no solo no disponían de infraesctructura para mantener dicho secuestro, sino que llegaron a quedarse sin gasolina mientras transportaban a Anabel en el interior de la furgoneta. Y cuan peligrosa es la mezcla de estupidez y desesperación... Ya nadie podrá reparar el error que cometieron. Ni tampoco el sadismo diabólico que demostraron al permanecer durante 900 días exprimiendo las esperanzas de la familia Segura, intentando sacarles el dinero que tendrían que pagar por el rescate de alguien a quien ya no se podía rescatar. Y sobretodo, a quien menos se podrá resarcir ya es a la propia Anabel. Tenía solo 22 años y toda la vida por delante.

El fin de un drama que conmocionó a un país
Es cierto que la participación de los videntes en el caso Segura fue patética y llena de errores, pero no es menos cierto que dentro del ámbito puramente policial se cometieron también muchas equivocaciones.

Ha pasado ya a los anales de las pifias policiales el análisis efectuado por el prestigiosísimo profesor Hermann Künzel, de la Bundeskriminalamt alemana. Hasta la ciudad de Wiesbaden se desplazaron los agentes Carlos Delgado y Maribel Vega para obtener de la mayor autoridad mundial en el diagnóstico de voces un análisis de la cinta que recogía la supuesta voz de Anabel Segura. Sincronicidades del destino, la traductora que tuvieron los agentes de policía en Alemania casualmente había sido la profesora de alemán de la hermana pequeña de Anabel. En su análisis el experto concluyó:

“La secuestrada se encuentra en un estado anímico deplorable, absolutamente pesimista en cuanto a su futuro y su liberación y con ninguna o pocas esperanzas de salir con vida. Es muy improbable que sea una voz de mujer fingida. He oído frecuentemente voces grabadas en tales circunstancias de secuestros y tanto el texto como la inflexión de la voz de Anabel son características de un secuestro”.

La verdad es que las afirmaciones del prestigioso profesor y analista han resultado ser tan precisas como las de cualquiera de los videntes que visitaron al Inspector-Jefe Jaime B. en su comisaría. Tampoco podemos olvidar la chapucera actuación de los GEO, y de los peritos calígrafos en Galicia. Ya que el 8 de julio de 1995 se produjo una patética operación policial en pleno centro de Vigo. Operación gestada tras tener conocimiento la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra de la existencia de un folio manuscrito que apareció en la terraza de una vivienda de la calle López Mora. El texto de dicha nota decía así:

“Necesito ayuda, soy Anabel Segura, Estoy secuestrada justo encima de ti.
Anabel Segura
Socorro. Ayúdame”

La nota fue entregada a expertos peritos calígrafos que certificaron que había sido escrita por Anabel Segura con un 80% de seguridad. Teniendo en cuenta que solo se exigen concordancias de un 60% para considerar una prueba caligráfica como auténtica, parecía claro que Anabel se encontraba secuestrada en un domicilio vigués, a nombre de una tal Irene del Río. Inmediatamente se montó un potente operativo de seguimiento para la sospechosa, que resultó ser una maestra del Instituto de Bachillerato “Maria Soliña”, de Cangas (Pontevedra), que se había mudado a ese piso sólo dos meses antes.

Un grupo de agentes de la Unidad de Intervención Rápida de Madrid, expresamente desplazados a Vigo para esta operación, se dedicaron a seguir a Irene del Río durante varios días. El 8 de julio no salió de casa, y sin embargo se noto un tráfico inhabitual de personas entrando y saliendo del piso. Así pues esa noche algún preclaro mando decidió pasar a la acción.

A las 3 de la madrugada 30 agentes especiales tiran la puerta abajo y entran a voz en grito en el piso. Buscan a Anabel, pero sólo encuentran a una aterrorizada maestra en la cama. Cuando le apartan el subfusil de asalto de la boca, pueden escuchar su insistente alegato de inocencia. Irene del Río necesitó tratamiento psiquiátrico durante más de seis meses para superar las crisis de pánico que le produjo la carga policial en su domicilio.

Evidentemente Anabel jamás estuvo en Vigo. El peritaje caligráfico era erróneo, y el movimiento de gente en casa de Irene aquel día se debía a que estaba en cama con gripe y unos amigos acudieron a visitarla, y no a que se realizase una reunión de la banda de secuestradores para trasladar a Anabel, como supusieron los policías. Tras 5 años de contencioso-administrativo, en octubre del 2000 la Audiencia Nacional condenó al Ministerio del Interior a indemnizar a María Irene del Rio, con 1.603.096 pts, por los daños materiales causados en su piso, y 9.204.000 por los daños psicológicos sufridos por la susodicha –que ahora enseña gallego en La Habana-. Irene del Rio estubo 177 dias de baja, debido a las secuelas prostraumáticas, los grabes transtornos de angustia, insomnio y ansiedad, motivados por la carga policial en su vivienda. Entre los fundamentos de derecho de la sentencia emitida por la Audiencia Nacional se reconoce que, en la noche de autos “unas 30 personas vestidas de paisano y cubiertas con capuchas, sin ningún tipo de identificación, penetraron en el piso volando la puerta con explosivos, apuntándola con armas, al tiempo que la agarraban con violencia, la golpeaban y la sacaban de la cama, exigiéndole que explicara como se abría una puerta, buscando a la secuestrada Anabel Segura...”

Las múltiples pífias y errores que rodearon el caso Segura no significan que los análisis de voz no sean útiles para la investigación policial, ni que los peritajes caligráficos sean una patraña, ni que los operativos de observación de un sospechoso sean inútiles. ¿Podría aplicarse el mismo benévolo tratamiento a los “detectives psíquicos”? Juzgue cada cual.

Evidentemente la experiencia del policía con mas “curriculum” en tratamiento con pseudo-detectives psíquicos, especialmente en el caso de Anabel Segura, la ha hecho merecedor de un profundo escepticismo, y un amplísimo anecdotario. No resisto la tentación de compartir con el lector alguna de esas anécdotas que, no por divertidas, dejan de tener un gran valor para comprender globalmente el mundo de los videntes y su relación con la policía.

- Aquí tenemos miles de anécdotas. Por ejemplo, me acuerdo de dos periodistas que se plantaron aquí diciendo que tenían un confidente que sabía donde estaba Anabel, pero que no quería tratar directamente con la policía y se acogía al secreto profesional de los periodistas. Me tuvieron loco dos días, y al final descubrí que era un vidente que quería hacerse famoso, y había cogido a dos pringadillos y les había dicho que necesitaba fotos de todas las casas blancas que tuviesen un árbol a la derecha. Y así tuvo a los dos pobres periodistas entretenidos haciendo fotos a todas las casa blancas con arboles a la derecha, en el norte de Madrid. Otro día se presentó aquí hasta un compañero, funcionario de Policía, que también era médium y que me traía una foto del sitio donde decía que estaba enterrada Anabel, porque se lo habían dicho dos espíritus que venían con él. Otro día se me presentó otro que quería cobrar los 15 millones de la recompensa por adelantado, y me montó un numero increíble aquí, diciéndome que se iba a suicidar porque yo no creía en sus poderes. Incluso hablamos con parasicólogos famosos, que nos llevaron hasta Mirasierra, buscando a Anabel, u Octavio Aceves, que se me escapó por la puerta de atrás cuando fui a verlo a su consulta y se entero de que era policía.

Me parece oportuno, llegados a este punto, señalar que, en 1999 publiqué un articulo sobre los “detectives psíquicos” en la revista Mas Allá de la Ciencia (número 124) en el que, entre otras, mencionaba las fallidas visiones de Octavio Aceves en relación al caso de Anabel Segura, que me había expuesto el veterano policía. El famoso vidente, que ignoraba mi forma de trabajar, me puso una demanda, y nos enfrentamos en los Tribunales. Por desgracia para Aceves, yo no solo me había entrevistado personalmente con el inspector-jefe que llevó el caso Segura (entrevista grabada magnetofónicamente, como es mi costumbre), sino que también había contrastado esta información con otros testigos. Aceves aseguraba que Anabel Segura estaba viva, y en Guadalajara, cuando llevaba semanas muerta y enterrada en Toledo. Naturalmente tanto los informes del fiscal, como la sentencia judicial, me dieron la razón. Esta sentencia, de 30 de marzo del 2000, dictada por la Ilma. Sª Maistrada Juez del Juzgado de Instancia nº 55 de Madrid, Dª Mª del Mar Cabrejas, sienta un precedente, al tratarse de la primer dictamen judicial contra un vidente, en España, por intentar evitar que un investigador divulgase libremente el fruto de sus investigaciones, sobre las falsas premoniciones de un supuesto adivino.
Mi exposición, absolutamente aséptica, de estos hechos desató las iras del vidente mas famoso de la jet-set española, cuyos abogados no dudaron en iniciar una feroz campaña de acoso contra un servidor, a todos los niveles; desde presionar al director general de Radio VOZ para que me expulsasen de la emisora; hasta telefonear a investigadores como Miguel Aracil buscando cualquier posible información para atentar contra mi imagen y credibilidad; pasando por presionar a editoriales españolas, para que no publiquen mis libros... En realidad me gané la antipatía del vidente argentino cuando, dos años antes, me había enfrentado a él y a Aramis Fuster durante uno de los episodios del programa “Luz Roja” de Chicho Ibáñez Serrador en Televisión Española, en el que expresé mi convencimiento de que los tarots telefónicos de Aceves y Fuster eran un camelo. No es la primera vez –ni será la última- que me enfrento a famosos videntes y a sus abogados, por denunciar sus falsas profecías...

- Yo al final llegue a una conclusión –prosigue el Inspector-Jefe mientras yo continuo garabateando frenéticamente-. Hay videntes que son unos sinvergüenzas y van a sacar dinero, esos no se atreven a venir aquí y no quieren tratar con la policía. Y luego hay otros que realmente se creen lo que dicen, tienen visiones y se las creen, y esos no tienen miedo de venir a la policía. Pero muchos de estos también quieren cobrar dinero. Y luego están los auténticos locos, que deberían estar en un manicomio. Esos ni quieren dinero ni tienen miedo a la policía, pero esos son un problema porque se lo creen tanto que se te echan a llorar aquí, y te montan unos numeritos vergonzosos. Además estos son fanáticos y, les digas lo que les digas no aceptan que se han equivocado en sus visiones.

En este sentido el Inspector-Jefe Jaime B. rescata de su memoria una nueva anécdota muy ilustrativa. Ojo al dato:

- Mira, una vez nos llegó un vidente extranjero recomendado expresamente por a Embajada de su país. No te voy a decir cual, solo que era un país árabe. Pero claro, cuando te llega un tío recomendado oficialmente por el Gobierno de su país tienes que escucharle. Este nos dijo que Anabel estaba en la provincia de Sevilla. Fuimos con él hasta unos 10 kilómetros del lugar que nos había indicado y lo dejamos a él allí, no fuese a tener razón y nos encontrásemos con los secuestradores. Por supuesto no había ni rastro de Anabel. Regresamos, le dimos cortésmente las gracias por su ayuda y nos volvimos a Madrid. Al cabo de 3 días recibimos una carta alucinante en la que este tipo nos decía que entendía nuestra actitud y nos daba la enhorabuena, porque había tenido otra visión de todo lo que había pasado. Que él sabía que habíamos encontrado a Anabel en el lugar en que él nos había indicado. Que la habían liberado los GEO. Que se la habían llevado en un helicóptero y la teníamos en un hospital recuperándose de las secuelas. Y que no habíamos dicho nada a la prensa porque faltaba por detener el cabecilla de la banda, y policialmente no convenía que salga la noticia a la luz. Fíjate que pedazo de alucinado.

Tengo razones para suponer que la embajada que recomendó a dicho vidente era la de Siria...

Manuel Carballal

(Fragmento del libro "Los Expedientes Secretos: El CESID, el control de las creencias y los fenómenos inexplicados". Planeta, 2001)

El caso Anabel Segura: entre los errores policiales y los videntes de la CIA (Primera Parte)

El Inspector-Jefe Jaime B. ostenta con orgullo el record de haber resuelto todos los casos de desaparición que le han encomendado. Todos, menos uno. Y como veterano policía que es, cuenta con una dilatadísima experiencia en el trato con videntes, augures y adivinos de toda índole. De hecho, probablemente sea el policía español que ha tenido más trato con supuestos sensitivos. Y por ello el más escéptico. De su mano podría conocer la esencia del como y porque, de las relaciones entre los videntes y la policía española.

La primera noticia que tuve del Inspector se produjo tras la fuga de Luis Roldán, ex-director General de la Guardia Civil, cuyos turbios negocios fueron destapados por Jose Luis C., un oficial de la Guardia Civil, ex–funcionario del CESID, a cuya ayuda debo algunas de las pistas más importantes para lo obtención de los “expedientes secretos” que componen este librito.

Inmediatamente después de que la Juez responsable del caso dictase la orden de busca y captura, el periódico El Mundo publicaba una extraordinaria exclusiva. Los periodistas Antonio Rubio y Manuel Cerdán, con quienes he coincidido en varios momentos de nuestra respectiva investigación sobre el CESID, conseguían localizar a Roldán en Francia. Y en un hotel de París conseguían mantener una entrevista con el fugitivo, al que toda la policía española seguía la pista inútilmente.

“Roldán nos había prometido una entrevista antes de irse de España –me explicaría Manuel Cerdán cuando me reuní con él en la redacción de El Mundo- y aunque no estaba por la labor, y nos llevó algún tiempo convencerle, a través del contacto (Fernando Paesa) que teníamos con él, por fin accedió”.

La entrevista que publicaba El Mundo, estaba ilustrada con una fotografía de Luis Roldán, tras el cual aparecía un cuadro con motivos esotéricos, basado en una litografía del Bosco. “La verdad es que nos costó mucho que se dejase fotografiar delante del cuadro –me explica Manuel Cerdán mientras tomo notas en mi cuaderno-. El quería que lo fotografiásemos delante de una pared blanca, pero al final conseguimos hacerle ver que esa foto sería muy impersonal, y accedió a posar delante del famoso cuadro...”.

Ese cuadro trajo en jaque al grupo del Inspector-Jefe Jaime B., ya que Cerdán y Rubio, acogiéndose al secreto profesional, lógicamente se habían negado a revelar el lugar de la entrevista con Roldán. Así que, intentando seguir la pista que suponía el cuadro, el policía se dirigió a José Antonio Campoy, ex–director de la revista Más Allá de la Ciencia y viejo amigo del inspector. Efectivamente, el cuadro pertenecía a un pintor especializado en temas esotéricos. Se localizó al autor, que no pudo aportar ninguna pista, ya que había vendido cientos de cuadros, y siempre a través de marchantes de arte. Para cuando fue identificado el puñetero lienzo y el hotel donde se había efectuado la entrevista, Roldán ya no se encontraba en Francia. Campoy, conocedor de mi interés por los aspectos policiales y criminológicos de lo paranormal, me comentó ya entonces aquella anécdota.

Manuel Cerdán no conocía estos detalles de la investigación policial que desató su famosa entrevista con Roldán. Y cuando dejé la redacción de El Mundo, no podía suponer que tendría que volver a charlar con Cerdán en poco tiempo, al cruzarse nuestras respectivas investigaciones sobre las escuchas ilegales del CESID o sobre los secuestros de mendigos para la experimentación de nuevas drogas a utilizadar en la lucha de los GAL contra ETA...

Mientras me servía un café, el Inspector-Jefe Jaime B. sonreía al recordar aquella historia. Pero yo no había viajado en aquella ocasión 600 kilómetros para hablar de Roldán, sino de Anabel Segura y de los videntes que habían acudido a aquella comisaría en centenares de ocasiones. Especialmente de un equipo de cuatro “detectives psíquicos” yankis, dirigidos por el ex–general del Comando de Inteligencia y Seguridad del Ejercito Norteamericano, Albert Stubblebine, que visitaron España para intentar localizar a Anabel Segura, y a otros desaparecidos...

A estas alturas presentar el caso de Anabel Segura es redundante. No obstante es de recibo refrescar minimamente las memorias, en torno al drama que conmovió España durante casi 900 días.

Ana Isabel Segura Foles salió de casa, aquel lunes 12 de abril de 1993, con la intención de hacer un poco de ejercicio. Sus estudios de Ciencias Empresariales Europeas, en la Universidad privada de Icade no le dejaban demasiado tiempo libre para el deporte. Pero aquel día, en mala hora, se calzó una zapatillas blancas, se puso unas mallas negras, una camiseta y se anudó un jersey de chandal al cuello. Después introdujo una cinta de Whitney Houston en el walkman, se encasquetó los auriculares, y echó a correr por las calles de la urbanización Intergolf, en la zona residencial de La Moraleja (Madrid). Sus padres no volverían a verla jamás.

A las 14:00 Anabel correteaba por una de las zonas menos transitadas de La Moraleja, cuando una furgoneta de color blanco se situó a su lado. Del interior salieron dos individuos que tomaron a la muchacha en volandas y la introdujeron en el interior del vehículo. En el forcejeo arrancaron a la muchacha su walkman, su jersey y hasta la camiseta. Las melodías de Whitney Houston no pudieron ahogar sus gritos. A cierta distancia un único testigo, Antonio B., jardinero del Colegio Escandinavo, pudo presenciar el secuestro. Pero sus 62 años no le permitieron llegar al lugar de la agresión más que para recoger las ropas y el walkman de Anabel, y ver como la furgoneta se perdía a lo lejos. Ojalá, como cantaba la Houston, Anabel hubiese tenido un buen “guardaespaldas” en aquel momento.

Comienza el infierno para la familia Segura. Su padre, José Segura Nájera, era el adinerado director de la empresa Lurgi Española S.A., una compañía dedicada al estudio, investigación, desarrollo y aplicación de procesos de ingeniería y a la construcción de plantas industriales, que contaba con un capital empresarial de 120 millones de pesetas. En ningún momento dudaron que el móvil del secuestro era el dinero. Y efectivamente, durante todo el tiempo que duró el rapto se recibieron 13 llamadas telefónicas exigiendo un rescate a cambio de la vida de Anabel.

El 16 de abril reciben la segunda de las llamadas telefónicas, en la que los secuestradores solicitan un rescate de 150 millones. Aun así la policía contempla la teoría de que una trama de espionaje industrial esté detrás del secuestro. Durante cuatro días se baraja la hipótesis de que los secuestradores sean delincuentes comunes, sin desechar la teoría del espionaje, que dirige las investigaciones de la policía ¡hasta Alemania!.

El 24 de abril D. Rafael Escudero, abogado de la familia Segura, anuncia que tiene preparado el rescate, pero la entrega –que se había establecido en un lugar de España que jamás trascendió a la prensa- no llega a producirse. El 11 de mayo los secuestradores aseguran telefonicamente que darán pruebas de que Anabel está viva y en buen estado.

Por fin, el 22 de junio de 1993 los secuestradores realizan su última llamada telefónica a la familia Segura. Anuncian en esa llamada –según consta en el sumario del caso- que en breve enviarán una cinta magnetofónica con un mensaje de Anabel para su familia, que llegaría unos días después. Parte del contenido de esa cinta ha trascendido a toda España a través de las emisoras de radio y televisión que la hicieron pública más tarde. Pero en dicha grabación, además de la presunta voz de Anabel, se incluye un agresivo mensaje de los secuestradores al padre de la muchacha. Transcribo aquí la mayor parte de esa grabación según consta en el sumario del caso, compuesto por 22 tomos:

“(voz femenina): Hola padres, estamos a 22 de junio de 1992. Quiero deciros que estoy bien dentro de lo que cabe. Esta gente no me cuida mal, pero me gustaría estar en casa con vosotros, porque ya llevo bastante tiempo aquí y tengo muchas ganas de veros a todos vosotros, así que a ver si todo esto se termina pronto. Hasta luego papá. Adiós mamá. hermana, te quiero mucho. Adiós”.

A continuación se escucha la voz, presumiblemente, de uno de los secuestradores. Respeto la trascripción que consta en el sumario ya que creo que la sintaxis y capacidad de expresión del presunto secuestrador es muy elocuente:

“(voz masculina): Ahora escúchenme con atención. Han escuchado la voz de Anabel. Si no se cumplen todas nuestras peticiones en la entrega del dinero, dentro de treinta días después de recibir nuestra cinta, la ejecutaremos...
“...Y repito, y perdóneme mi, digamos, oportunismo, o digamos mejor dicho, que sea tan reiteradamente un poco pesado, esta situación se está complicando mucho, está poniendo en peligro nuestra pequeña organización de delincuencia organizada...”
“...Y el señor portavoz de la policía, don Manuel Jiménez, que se cree que todo lo sabe y para mi humilde opinión sabe menos que los pimientos colorados...”
“...Investigar que investiguen por donde quieran. No van a encontrar nada, nada de nada. Y errores, como comprenderá, hemos cometido creo, no vamos a decir ninguno, pero muy poquitos o ninguno...”


Cerraban el monólogo unas canciones de Mecano, ya que los secuestradores habían grabado el mensaje sobre una cinta del LP “Aidalai”. Naturalmente la cinta es sometida a todo tipo de análisis filológicos y lingüísticos, en un intento por localizar un marco geográfico en base a los giros del lenguaje del presunto secuestrador. Incluso se sometió a un sofisticado análisis el ADN incluido en los residuos de saliva, contenidos en el reverso de los sellos del sobre donde enviaron la cinta. Puedo añadir que, cuando trascendió a la prensa la existencia de ese mensaje acudí, como tantas veces, a la grafóloga Clara Tahoces, pidiéndole que redactase un informe grafológico en base a la mínima muestra caligráfica incluida en el sobre donde los secuestradores de Anabel habían escrito la dirección:

NOTAS GRAFOLOGICAS SOBRE LA LETRA DE LOS SUPUESTOS
SECUESTRADORES DE ANABEL SEGURA
Clara Tahoces (Diplomada en Grafopsicología y Especialidades por la S.E.G.)

Sobre la supuesta escritura de los secuestradores podemos apuntar:

1º: Puede tratarse de la escritura de un niño, ya que se aprecia bajísima edad gráfica y mala ejecución de los trazos. En este caso, los rasgos no podrían ser tenidos en cuenta –nos referimos a las conclusiones que a continuación vamos a dar-, porque en los niños se produce el efecto mimético de copiar los rasgos de las personas que influyen sobre ellos, es decir, padres, tutores, profesiones o personajes que admiren. ESTE PUNTO DEBE QUEDAR MUY CLARO, así como que únicamente contamos con muy poco material gráfico para juzgar.

2º: En caso de no tratarse de un niño, y pertenecer a un adulto, podemos valorar lo siguiente: (Siempre con la prudencia que exigen estos casos)
-Bajísima edad gráfica e incluso retraso intelectual
-Inclinación ambivalente: Inconstancia y poco control de las emociones.
-Escritura en arcada: ocultación y reserva
-Presión pesada no exenta de fuertes empastes: Es la escritura clásica de la fatiga física o mental (agotamiento nervioso temporal o pasajero. Ausencia o fallos en el autocontrol. (Esto sería lo más positivo). Lo negativo; debilidad nerviosa. Fantasía morbosa de tipo erótico. Desonestidad y libertinaje. Dejadez. Agresividad, violencia, ira. Agotamiento físico o mental por excesos: intoxicaciones, alcoholismo, gula, lujuria... Grosería y depresión. Puede indicar también alguna forma de histeria, retraso mental e incluso enfermedades mentales.

-La “g” terminada en punta nos habla de asperezas en plano sexual, pero sólo con una, no podemos valorar..."

Pero el tiempo continuaba pasando y la investigación no avanzaba, pese a utilizarse cualquier tipo de herramienta o pista al alcance de la policía. Por ejemplo, la hipnosis.

La hipnosis, aunque no admitida como prueba judicial casi nunca, ha sido utilizada como herramienta de investigación por los policías de todo el mundo. El FBI posee incluso un departamento de hipnosis en San Antonio, usado con frecuencia por los federales. Y hasta agentes como Robert Ressler han utilizado la hipnosis a la hora de interrogar a testigos, en casos de Serial Killers.

En España la policía tiene menos tradición en las técnicas de interrogatorio con hipnosis, sin embargo el inspector-jefe Jaime B. había accedido a intentarlo con el jardinero Antonio B., único testigo del secuestro de Anabel. Antonio fue sometido a dos sesiones de hipnosis regresiva por parte del veterano Joaquín Grau, con la esperanza de que la matrícula de la furgoneta blanca hubiese quedado archivada en el subconsciente de Antonio. Lamentablemente no fue así.

A medida que transcurrían los meses, y las pistas se acababan, la desesperación iba oprimiendo el corazón de la familia Segura, asfixiando sus esperanzas de volver a ver a Anabel. Y en esos casos, con todo el derecho del mundo, uno se agarra a un clavo ardiendo. Cientos de videntes, más de mil, telefonearon a la familia Segura pretendiendo poseer información sobre al paradero de la joven. Desgraciadamente todas las pistas eran falsas, tan falsas como las que llegaron a través de otros confidentes sin relación con el mundo de lo paranormal. Ni mas ni menos. Y en ese momento José Antonio Campoy decidió embarcarse en una gran aventura, poniendo a disposición del Inspector-Jefe Jaime B. y su Brigada, a algunos de los “detectives psíquicos” más importantes de Estados Unidos... o eso pretendían ellos.

Según me comentaría posteriormente Campoy, a él le unía una estrecha relación personal con parte de la familia Segura desde años atrás, por eso se implicó emocionalmente en este secuestro de forma especial. Como director de la revista sobre fenómenos paranormales más importante de España, Mas Allá de la Ciencia, estaba familiarizado con el concepto de “detectives psíquicos” y decidió embarcarse en una odisea tan temeraria como costosa. Aunque tengo la impresión de que a Campoy nunca le han atemorizado los retos audaces.

En el verano de 1993 la redacción de Mas Allá contactó con la empresa privada PSI-TECH, un grupo de ex-funcionarios de las Fuerzas Armadas norteamericanas, que habían formado parte de los programas de “visión remota”, esto es, la utilización de videntes y sensitivos con fines de espionaje. Algo de lo que me ocuparé en profundidad un poco más tarde, y sobre lo que me habló con detalle el agente de la CIA que me presentó Perote. PSI-TECH está presidido por Albert Stubblebine, General retirado del Comando de Inteligencia y Seguridad del Ejército norteamericano (INSCOM), y cuenta como director ejecutivo con Ed Dames, mayor retirado del mismo Ejército. En torno a ellos un grupo de ex-funcionarios de Defensa y civiles, con supuestos poderes psíquicos. Los fundadores de PSI-TECH crearon esta empresa privada tras la cancelación de los presupuestos de Defensa para el programa PSI del ejército norteamericano. Sin embargo, alguno de los principales responsables de ese proyecto, como Ingo Swann, optaron por desmarcarse de esa iniciativa comercial. Y es que como los negocios son los negocios, el PSI-TECH, que pretende ser una asesoría parapsíquica para la búsqueda de desaparecidos y similares, no resistió incólume mucho tiempo. Pronto Lynn Buchanan, que había tomado el relevo de Swann como entrador de los “espías psíquicos” del ejército americano, se separa del PSI-TECH y funda su propia asesoría paranormal; P.S.I. (Problemas, Soluciones, Innovaciones).

La revista Más Allá tuvo conocimiento del PSI-TECH a través de Dannion Brinkley, un ex–marine que había pasado por la experiencia de la muerte clínica tras ser alcanzado por un rayo y que visitó España en 1992. Coincidí con él en un par de ocasiones, y como yo muchos investigadores intentaron poner aprueba las supuestas capacidades paranormales que afirmaba haber adquirido tras su regreso de la “muerte”. Alguien le preguntó si podría utilizar sus dotes psíquicas para localizar a personas desaparecidas, respondiendo este que sí. Entonces se le planteó el caso de Juan Pedro Martínez Gómez, el niño desaparecido en Somosierra el 25 de junio de 1986, tras sufrir un accidente el camión en que viajaba con sus padres. El ex–marine cerró los ojos unos instantes en aparente concentración, y después dijo: “Veo a tres personas, un hombre y dos mujeres mayores, vestidas de negro. Viajan en un vehículo. Se detienen en el lugar del accidente y recogen al niño. Toman la primera salida a la derecha y siguen por una carretera secundaria que desciende serpenteando hasta el primer pueblo, que se halla a unos kilómetros. Allí lo introducen en una casa y lo retienen. Mas tarde, asustados por el eco que alcanza la noticia, le visten con ropas de niña. El chico no se encuentra en buenas condiciones, pero sus captores temen llamar a un médico. Finalmente muere y es enterrado no lejos de allí. Si estuviera en el lugar de los hechos, no tendría ninguna dificultad en identificar la casa donde estuvo retenido...”.

Naturalmente Dannion Brinkley tenía un programa de actos demasiado apretado en esa visita a España. Debía impartir una serie de conferencias sobre el amor, la Nueva Era y la espiritualidad. Esa espiritualidad “new age” de la que Brinkley es un excelente ejemplo. Y lógicamente, no tenía tiempo para invertirlo en desplazarse hasta Somosierra, desde Madrid, y localizar al pequeño Juan Pedro, cuya desaparición ha llevado a sus abuelos al borde de la muerte por angustia, por la inenarrable aflicción, la tormentosa congoja, y la infinita desesperación en que se vieron sumidos. Sin duda los abuelos de Juan Pedro deberían haber asistido a alguno de los cursillos de Brinckley sobre evolución espiritual y nueva conciencia, para poder así limpiar sus chakras, purificar su aura, y entrar pletóricos de amor y armonía cósmica en la Nueva Era, sonrientes, dichosos y felices...

Dannión Brinkley impartió sus conferencias “espirituales”, y regresó a los Estados Unidos prometiendo volver para investigar la desaparición de Juan Pedro Martínez en cuando sus compromisos “espirituales” se lo permitiesen. Hasta el día de hoy el “apostolado new age” de Brinkley no le ha permitido ayudar a la familia Martínez. No obstante, vía telefónica, tuvo la “amabilidad” de derivar esta responsabilidad al grupo PSI-TECH, sugiriendo a José Antonio Campoy que acudiese a estos “detectives psíquicos”, recomendados expresamente por él. Según el ex-marine “resucitado”, PSI-TECH había realizado trabajos para el Pentágono como buscar submarinos soviéticos o leer la mente de Sadam Hussein... (?)

En aquellos días se había producido además el secuestro de Mª Angels Feliú “la farmacéutica de Olot”, y este nuevo drama, unido a la creciente desesperación de la familia de Anabel Segura, impulsó a José Antonio Campoy a tomar la decisión de contratar los servicios de PSI-TECH. De esta forma, a finales de julio de 1993, un equipo de cuatro miembros de PSI-TECH viajaban a España con la intención de buscar psíquicamente a Anabel Segura, e intentar de paso localizar a otros desaparecidos como Mª Angels Feliú Bassols. Más Allá, según me confirmaría Campoy, asumió el gasto de más de un millón de pesetas, que costó el viaje, servicios y estancia, de los 4 “detectives psíquicos” en España durante seis días. Ese fue el periodo de tiempo que el General Stubblebine estipuló que necesitarían sus “detectives” para realizar prospecciones psíquicas sobre el terreno. Este punto parecía, no obstante, un poco contradictorio con el habitual protocolo de servicio del PSI-TECH, que a primera vista parece muy razonable. Según consta en dicho protocolo de actuación, el PSI-TECH tiene “agentes” en todo EEUU que desarrollan su vida normal, con empleos y familias normales, hasta recibir una llamada de este servicio. Cada uno de esos agentes psíquicos tiene un nombre en clave. Y cuando se contratan los servicios de la empresa, se le envía a cada uno de ellos tan solo el nombre del desaparecido y la fecha de la desaparición. Jamás se realizan prospecciones sobre el terreno para evitar condicionar las visiones. Cada agente redacta un informe con sus percepciones, que es remitido a la junta directiva, donde el General Stubblebine y otros analistas redactan un extenso informe final evaluando las visiones de todos los psíquicos. Dicho informe es entregado al cliente y después será él quien decidirá si pone dichos datos en conocimiento de la policía o no.

No obstante, y saltándose los mecanismos habituales de actuación, el General Stubblebine sugirió la conveniencia de viajar una semana a España con de 3 compañeros –a cuenta de Más Allá- para realizar sus pesquisas in situ. Y así fue. Formaban ese equipo de “detectives psíquicos”: el General Stubblebine, militar retirado de sesenta y tres años de edad, que afirmaba haber descubierto –entre otros- el paradero del General Dozier secuestrado en Italia por las Brigadas Rojas (oficialmente el paradero de Dozier se descubrió gracias a un soplo de la Mafia norteamericana); Dawn Evans, jefa de producción de una empresa de seguimiento de satélites, de 37 años, y ex-analista de la Inteligencia Militar; Lynn Buchanan, sargento retirado del Servicio de Inteligencia Militar de 54 años y experto en ordenadores, elegido por Stubblebine para el grupo en 1984; y Rima Laibow, psiquiatra conocida por sus trabajos sobre personas que han pasado por Experiencias Cercanas a la Muerte (E.C.CM.) y abduccidos por OVNIs.

Una vez en Madrid los 4 “detectives psíquicos” son acomodados en un lujoso hotel; Evans y Buchannan en sendas habitaciones individuales, y el General y la psiquiatra en una suite. No quiero ser cotilla, pero este es un dato para quien sepa leer entre líneas.

Los psíquicos habían solicitado un coche con chofer e interprete, y numerosos planos y mapas. Y así comenzaron sus pesquisas por La Moraleja. La verdad es que el lugar donde fue secuestrada Anabel no coincide con las visiones que habían tenido en USA cuando se les encargó el caso. Por ejemplo, Evans había “visionado” una cortada en el terreno, y Buchanan un aparcamiento con varios coches y un muro de piedra... Pero eso no amedranta a los “psíquicos militares” que van de un lado a otro intentando percibir vibraciones. Y las perciben. Comienzan a “ver”, como fue el secuestro de Anabel, y donde pudo ser trasladada. En los días sucesivos piden ser desplazados a Navarredonda y otros puntos de Madrid donde creen haber localizado a Anabel Segura. Aunque, según dicen, también podría estar en Barcelona, o hasta en Marsella. Incluso llegan a deducir que entre los empleados de El Retiro podía estar la cúpula de la banda que secuestró a la joven. (?)

Reproduciría gustoso el informe integro que, ya de regreso en EEUU, los “psíquicos del Pentágono” redactaron una vez concluida sus visiones, pero es demasiado extenso. Realmente, y con la perspectiva del tiempo, no es que los psíquicos del ejército norteamericano atinasen excesivamente en sus predicciones. Salvo, claro está, por el hecho de que, cuando toda España creía que Anabel aún se encontraba con vida, ellos afirmaron enérgicamente que estaba muerta. Es de justicia reconocer que en este dato acertaron plenamente. Sin embargo eso no ayudó demasiado al policía encargado de este caso. El, sin duda, podría darme una perspectiva profesional sobre estos personajes.

Confidentes, oportunistas y videntes en la comisaría
El Inspector-Jefe Jaime B. no ocultaba su cabreo: “¡Coño!, estos venían tan bien recomendados, con tanta pompa yanki y con esos currículuns militares que, ¡jodér! por un momento pensamos que podían ayudarnos a encontrarla...”

Comprendo la acritud del policía. Cuando uno está atorado en una investigación, y cree haber encontrado una buena pista, resulta muy decepcionante descubrir que no es tal. Sin embargo siempre se aprende de los errores, y está claro que en el complejo y escurridizo mundo de lo paranormal, la impresionante hoja de servicios de un general norteamericano no garantiza resultados.

El inspector tomó un sorbo de café, y por un momento su rostro reflejó la tensión que sin duda lo envolvió durante los 899 días que duró la desaparición de Anabel Segura. Creo que adiviné sus pensamientos cuando musitó “Ojalá esos militares yankis hubiesen dado con ella...”. El inspector negó con la cabeza sin abandonar su expresión reflexiva. Y de pronto volvió al presente. Porque ni los videntes yankis dieron con Anabel. Ni con Anabel, ni con “el niño de Somosierra”, ni con “la farmacéutica de Olot”, ni con “las niñas de Alcàsser”... El inspector endureció la mirada, y me dijo:

- Mira, Manuel, si a mi me viene un vidente a Comisaría y me dice que sabe donde está Anabel Segura, y si yo la encuentro donde me ha dicho, lo primero que hago es detenerlo a él. Y luego me va a explicar muy despacito como sabía donde estaba. Porque lo primero le voy a meter en una celda por encubrimiento, detención ilegal y todo lo que pueda... Ahora, si es capaz de demostrarle al juez que un ente o un poder sobrenatural le da esa información, y lo convence, saldrá libre. Pero yo, como policía, me baso en los hechos tangibles. Y si alguien sabe donde esta una persona secuestrada yo tengo que suponer que es un cómplice de los secuestradores.

No pude evitar que una sonrisa se me escapase de los labios. El Inspector-Jefe Jaime B. estaba expresando todo el desencanto y la frustración que produce una investigación a fondo en el mundo de los videntes. El policía había descubierto en sus propias carnes la abundante picaresca que prolifera entre los mánticos, adivinos y augures españoles. Y es que por su despacho han desfilado cientos de supuestos sensitivos...

- Este grupo dedicado a secuestros y yo, -me explica el policía- hemos trabajado con muchísimos videntes, pero siempre contra nuestra voluntad. ¿Por qué trabajamos con videntes? Muy sencillo. Porque, cuando un secuestro se prolonga mucho la familia se agarra a un clavo ardiendo. Te pongo el ejemplo de la famosa cinta con la supuesta voz de Anabel Segura que los secuestradores mandaron a la familia. Cuando la familia escuchó la cinta el primer día el padre nos dijo que esa no era Anabel, la madre nos dijo que esa no era su hija, Sandi nos dijo que esa no era su hermana, y el novio nos dijo que esa no era la voz de Anabel. Yo como policía me creo entonces que esa no es la voz de Anabel. A la semana el padre me pide la cinta otra vez, y me dice que la cosa es que a su mujer le parece la voz de la chica. A los diez días ya toda la familia estaba convencida de que esa era la voz de Anabel. Pero es que es lógico, ¡coño!. Ellos no son tontos y si el secuestrador les dijo en una llamada que iba a mandarles la voz de Anabel para que comprobasen que estaba viva, pues está claro. Si me mandan la cinta con la supuesta voz de mi hija, y esta no es la voz de mi hija, significa que mi hija está muerta. Así que no tenían mas remedio que aceptar que era la voz de Anabel para poder seguir manteniendo la esperanza. Bueno, pues lo mismo pasa con los videntes. Digamos que había dos tipos de videntes, el listo, que le decía a la familia que Anabel estaba viva, y a ese le invitaban a comer, o le daban 25.000 pesetas y tan ricamente. Había uno de Salamanca que venía casi todas las semanas. Y luego estaba el burro, que les decía que estaba muerta, y de esos no querían saber nada. El padre de Anabel ha tenido muy malas experiencias y no traga a los videntes, pero se agarraban a cualquiera que les diese un poco de esperanzas.

Recuerdo que, en una entrevista concedida por José Segura Nájera a la periodista y criminóloga Margarita Landi, esta le preguntaba, para concluir dicha conversación, ¿quién te he hecho mas daño durante la desaparición de Anabel?. A lo que respondió sin un ápice de duda: Los videntes.

- A casa de la familia Segura –prosigue el Inspector- fueron muchos videntes. Algunos auténticos sinvergüenzas, que veían la debilidad que había en la familia por la desaparición de la hija, y la explotaban. Y claro, el padre me llamaba y me decía: es que hay aquí uno que dice que sabe donde esta, que ha tenido una visión... ¿Y que le vas a decir a este hombre desesperado? A mi cuando me decía que era un vidente, ya no le hacía ni caso, pero claro, al cabo de tres días me volvía a llamar para preguntarme si habíamos comprobado lo que le había dicho el vidente, y naturalmente se te encogía el corazón. Y te veías en la obligación de darle una respuesta así que teníamos, moralmente, que comprobar algunas de las informaciones de videntes, no por creer en ellos, sino por respeto a la familia de Anabel. Incluso llegó a decirme que si no lo investigábamos nosotros contrataría a detectives, y no nos parecía correcto que siguiese tirando el dinero. Además hay que añadir las presiones políticas. Tanto el padre de Anabel, como Escudero, el portavoz de la familia, tienen muchas conexiones políticas, y por ahí me obligaron a trabajar con videntes también...

El Inspector-Jefe Jaime B. había puesto de nuevo el dedo en la llaga. Y es que la clase política, como los delincuentes, suele ser muy supersticiosa. Y como tal, influenciable por los supuestos videntes, brujos y adivinos. De hecho creo que políticos y delincuentes, como los videntes salvando excepciones, tienen muchas más cosas en común...

Yo no lo sabía todavía, pero unos meses después la famosa periodista, y biógrafa de la Reina de España, Pilar Urbano, me daría algunas claves para comprender la utilización de los videntes en el mundo del espionaje a través de los políticos...

- La mayoría de los videntes que iban a la familia –continúa el policía- les querían sacar dinero, y yo a eso me negué en redondo. Por lo menos los americanos, que vinieron a través de Campoy, no se atrevieron a pasarle la factura a la familia. Ni siquiera hablaron con ella. Campoy me los trajo a mi directamente porque todos coincidían en una cosa. Eso si debo reconocérselo. Todos coincidían en que Anabel estaba muerta. En lo demás cada uno dice una cosa. Yo me leí el informe y vi que estaba escrito con mentalidad americana. Hablaban de fincas valladas como las granjas americanas, y cosas así. ¡Bah! Nada. Vinieron a España, tuvieron unas vacaciones pagadas y se fueron tan contentos. Mira, yo he visto dos mil dibujos hechos por videntes. Con que uno me hubiese dibujado esto, yo le habría creído...
El Inspector toma un lápiz y una hoja de su escritorio y me dibuja una gran chimenea cilíndrica. Y es que todo el drama de Anabel Segura concluyó precisamente ahí. Bajo una gran chimenea cilíndrica. Porque, mientras los 4 videntes del PSI-TECH recorrían la provincia de Madrid siguiendo sus impulsos psíquicos, los analistas de la policía continuaban cerrando el cerco a los secuestradores.

(Continúa)

Manuel Carballal
(Fragmento del libro "Los Expedientes Secretos: El CESID, el control de las creencias y los fenómenos inexplicados". Planeta, 2001)