La prensa diaria mexicana sigue haciéndose eco, con frecuencia, del culto a la Santa Muerte. Y en muchos de los casos la información es relativa a sucesos. Publicamos a continuación dos artículos recientes sobre este tema.
Investigación fiscal en Ciudad Juárez
Derivado del alto número de personas detenidas en delitos de alto impacto que han profesado rendirle culto a la Santa Muerte, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua (México) incluirá en su equipo de peritos a tres perfiladores, según informaba recientemente El Diario de Ciudad Juárez.
Jorge González Nicolás, titular de la Fiscalía de Persecución e Investigación del Delito, mencionó que estas estos peritos son profesionales en la materia que se encargarán de realizar perfiles criminológicos de los detenidos, principalmente en el tema de homicidios. Dijo que estos profesionistas son graduados de importantes universidades de los Estados Unidos.
El fiscal dijo que un buen perfil del presunto homicida o delincuente ayuda de manera importante a desarrollar la investigación. “Un buen perfil te puede ayudar a definir el móvil, formas y características del homicida”, refirió. González Nicolás aseguró que los perfiladores se apoyarán su trabajo en la psicología, sociología y la criminología.
Indicó que en varios eventos en los que han sido detenidas personas como presuntos responsables de delitos de secuestros, extorsiones y homicidios mencionan que son adoradores de la Santa Muerte y en algunos casos portan dijes o ropas con la figura de la también conocida “niña blanca”.
El 10 de diciembre de 2011 fueron detenidos varios sujetos tras desatar pánico por varias calles de la ciudad y en hechos en el que uno de ellos murió. En el incidente les fue asegurado un arsenal en el que cargaban hasta con una granada. La Fiscalía General del Estado (FGE) señaló que se trata de Faustino Muñoz Escobedo, de 29 años, José Florencio Véliz Félix, conocido como “El Quino”, de 32 y Javier Arturo Frías González, de 36, quienes serán puestos a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR).
En esa ocasión se dio a conocer que además de las armas se les localizó un collar con un dije de la Santa Muerte, por lo que se presume que le rendían culto. Previamente el 29 de octubre de 2011 un sujeto fue detenido por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal por cometer un robo a un negocio de comida. El hecho se registró en las calles Rivera del Concho y Rivera de la Isla.
Tras marcarle el alto y luego de realizarle una revisión, los agentes municipales les localizaron dentro de la camioneta un cuchillo de 8 pulgadas, un paliacate rojo, un dije de la Santa Muerte y un pollo rostizado dentro de una bolsa de plástico. Un juez de Garantía le dictó el auto de vinculación a proceso a Luis Ángel Aragón Sáenz por el asesinato del guardia de seguridad José Antonio Robles Huerta, de 73 años, en el interior de la clínica 46 del Seguro Social, el 23 de febrero de 2011.
Luis Ángel Aragón Sáenz, de 18 años de edad, fue encontrado como probable responsable del delito de homicidio calificado en perjuicio de este hombre septuagenario quien era su jefe como guardias de seguridad del Seguro Social. La detención de Aragón Sáenz se realizó después de que su esposa lo denunció a la Fiscalía General del Estado, cuando llegó a su casa todo lleno de sangre y supuso que algo malo había hecho.
Aragón dijo que es adorador de la Santa Muerte, por lo que tiene su imagen en un tatuaje en el brazo derecho. Para casos como los anteriores los perfiladores pretenden realizar un análisis más completo sobre lo que los llevó a cometer los delitos.
La banda de los Zetas
Los Zetas estadounidenses que operan en México y Estados Unidos han sido entrenados en México y adoctrinados en los ritos de la Santa Muerte, por lo que tras los asesinatos de sus rivales dan como ofrenda la sangre de los muertos, según testimonios de presuntos sicarios en el juicio que enfrentan en Texas y de un agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés). Así lo cuenta el diario El Universal.
El pasado 20 de enero, durante la sesión del juicio que se le sigue a Gerardo Castillo, presunto líder de Los Zetas en Texas, el agente de la DEA Chris Díaz testificó sobre la forma en que éstos brindaron a la Santa Muerte la sangre de un adolescente, asesinado junto con otra persona, presuntamente por ser parte del Cártel de Sinaloa.
En la guerra que tienen contra bandas rivales, tras asesinarlos han efectuado ritos que se vinculan con sacrificios humanos, afirmó Chris Díaz en su comparecencia. Basado en parte de las grabaciones que realizó la Agencia Antidrogas de Los Zetas estadounidenses, el agente Díaz indicó que Alfonso Avilés, presunto miembro del Cártel de Sinaloa, fue detenido por sus enemigos. “Ellos lo torturaron, y terminaron por mantener abierto su vientre, y pusieron la sangre en una copa, para hacer un brindis a la Santa Muerte”, explicó Díaz, quien agregó que el destino de Avilés y de otras personas fue descubierto a través de las intervenciones telefónicas que la DEA le hizo a zetas de Estados Unidos.
Previo al testimonio del agente Díaz, otro ex-zeta, de nombre Raúl Jasso Jr., testificó que dos hombres de nombre Inés Abundo Villareal, de 15 años, y Alfonso Avilés, de 19 años, que trabajaban para el cártel de Sinaloa, fueron detenidos en un retén cerca del puente internacional de Nuevo Laredo. Jasso explicó que otro zeta de nombre Jesús González le pegó en la cabeza a Avilés y posteriormente junto con Villareal fueron llevados ante su supervisor que era Gabriel Cardona, quien actualmente purga una condena superior a los 80 años en Texas.
En su testimonio Jasso explicó cómo Cardona torturó y mató a Alfonso Avilés y junto con Villareal, fueron arrojados en un “guisado” o “pozole", los colocaron en un tambo y los quemaron con gasolina hasta que quedaron hechos cenizas. El juicio contra Gerardo Castillo, de 25 años de edad, considerado el jefe de Los Zetas en Texas y especialmente cabeza de la célula conocida como La Compañía, continúa.
Castillo Chávez, identificado por las autoridades como “El Cachetes", enfrenta acusaciones de crimen organizado y conspiración de tráfico de drogas cuando él estaba a cargo de la línea de suministro de esa organización en la ciudad de Dallas, Texas, y tráfico de armas; al igual que 33 miembros más de la organización delictiva acusados de operar en la frontera suroeste de Texas. Además, Castillo es acusado del homicidio de dos personas en la carretera de Laredo.