Una de sus pacientes lo tenía guardado en la agenda de su teléfono como “Francesc, el Salvador”. Acudía a su centro de terapias naturales desde hacía casi dos décadas. Aquel hombre mayor de aspecto bondadoso la hacía sentir bien. La guiaba adoptando una cierta ascendencia paternal. La aconsejaba con quien debía salir, con quien debía relacionarse, dónde debía trabajar. Controlaba toda su vida por completo.
En teoría lo hacía por su bien. O al menos eso pensaba ella.
Empezó a fraguarse este intenso apego desde la preadolescencia cuando la mujer se hallaba en plena búsqueda de su identidad.
Aquel hombre que le impartía clases de repaso vio conveniente compaginarlas con técnicas alternativas de relajación. Las sesiones consistían en unos supuestos “masajes energéticos” que con el paso de los años cada vez se alejaban más del concepto masaje e iban centrados en la zona genital.
Cuando la mujer llegó a la mayoría de edad, los tocamientos derivaron en penetraciones. Los abusos sexuales iban en aumento a la par que la dependencia emocional que aquel individuo infligía sobre ella.
El falso terapeuta Francesc Fonollet, que ahora tiene 70 años, fue detenido por los Mossos d’Esquadra en junio del 2016 después de que cuatro pacientes de su consulta lo denunciaran por abusos sexuales.
Tras dos jornadas de juicio, la sección séptima de la Audiencia de Barcelona le condenó la semana pasada a 23 años de prisión por abusos sexuales. Ese es el delito que se le puede atribuir.
El Código Penal no castiga que lavara el cerebro de estas cuatro personas que se plegaron a cualquiera de sus deseos sin cuestionárselo.
Aquel terapeuta había logrado construir un grupo a su alrededor que le veneraba. Creó una secta. Francesc era su gurú, su líder supremo, su guía espiritual, su Dios, su salvación, todo pasaba por él, y ellos accedían a todos sus deseos.
De los tocamientos se pasó a las felaciones y las penetraciones. Todo vestido bajo el mantra de un supuesto tratamiento de incremento de la autoestima y de reequilibrio emocional.
Francesc Fonollet trabajaba de tornero en un taller de Sabadell cuando tras asistir a un par de cursos de homeopatía y reflexoterapia decidió montar su propio centro de terapias naturales y alternativas que giraba en torno a él.
“Era una persona que se erigió en poseedor de un don, un talento, una capacidad superior y curaba a través de Jesús. No era él, sino que el contacto con Jesús le permitía curar. Esto es característico de un elemento sectarizado”, subraya Miguel Perlado, psicólogo de los afectados y especialista en sectas.
El santero utilizó la misma estrategia con todas las víctimas. Se aproximaba a ellas a edades tempranas con la excusa de impartir clases de repaso o ayudarles a jugar al tenis y compaginaba esa actividad con los masajes energéticos.
No sólo claudicaban ante él sino que acabaron uniéndose a su causa trabajando en el centro de terapias alternativas. En los otros casos, el gurú se aprovechaba de la desesperación con la que acudían aquellos pacientes a su consulta en busca de una solución alternativa tras fracasar con la medicina convencional.
La relación se prolongaba durante años hasta que doblegaba su personalidad y lograba la sumisión.
Las víctimas no rechazaban los abusos. No tenían capacidad para negarse, estaban absorbidos. “Se dirigía a tu cerebro y a tu alma, el cerebro se identificaba con el demonio y el alma con Dios, si no se sometía a lo que él quería, decía que el cerebro era un hijo de puta que estaba enfermo, le insultaba y le amenazaba”, relató una de las víctimas en el juicio.
Cuando los pacientes se negaban a someterse a sus deseos sexuales, Fonollet las ridiculizaba en público. “Eran personas con baja autoestima, con problemas de depresión, que buscaban una terapia más alternativa. Las machacaba, las humillaba y luego abusaba de ellas cuando las tenía bajo su control”, señala el abogado de las víctimas, José Manuel Moratalla Toledano.
“La dinámica maltratante es la misma. Si te hago pasar por todo esto es porque te quiero. El paciente cree que es un mal pensado por sospechar que está abusando de él cuando en realidad el gurú le da muestras de preocupación. La sectarización es emocional, no es racional. Te entran por esa vía y tú quedas atrapado. Te da afecto, comprensión , compañía, ayuda en momentos difíciles, te posiciona en contra de tus padres, es un puzle que se va armando”, resalta el psicólogo Perlado.
Los pacientes lograron ver la luz después de que una mujer denunciara al falso terapeuta por tocamientos y fuera condenado a seis años de cárcel. El castillo de naipes de desmoronó. A las víctimas de las sectas, una vez salen, les asalta un sentimiento de vergüenza y miedo a la incomprensión. Sin embargo, cuatro de ellas dieron un paso al frente y denunciaron a su gurú. Se sospecha que podría haber una cincuentena de víctimas más.
http://www.lavanguardia.com/sucesos/20180515/443590034701/falso-terapeuta-francesc-fonollet-abusos-sexuales.html
"Decía que era dios"
Una joven relata el tiempo que pasó enganchada a un grupo liderado por un homeópata de Sabadell que fue condenado por abusos sexuales
Raquel (que es un nombre ficticio) explica que pasó casi dos años 'enganchada' a un grupo que, tanto ella como el psicólogo Miguel Perlado (que ha tratado a tres afectados), aseguran que estaba basado en la manipulación psicológica.
El líder y maestro, Francesc Fonollet, un homeópata de Sabadell, seguiría en activo si no hubiera sido condenado a seis años de cárcel el pasado mes de mayo por abusar sexualmente de dos pacientes.
“Era una época en la que estaba decaída y triste. Acababa de romper una relación de ocho años y había cambiado de trabajo. Un amigo me aconsejó que fuera a la consulta", comenta. En la primera visita, el terapeuta puso en duda su forma de pensar y todo lo que había hecho en la vida. Lo que había estudiado, lo que había leído.
UN CURSO PARA SANAR
Después le hizo unas pruebas para saber qué emociones le estaban perturbando. “Me dio una lista de 12 emociones, entre ellas tristeza, angustia y problemas sexuales”, dice Raquel. A partir de ahí, empezó a acudir a su consulta y luego el homeópata le propuso realizar un curso. “Se había ganado mi confianza y me dijo que tenía aptitudes para ser una buena terapeuta. Que, si quería, podía ser como él, pero tenía que renunciar a algunas cosas”, recuerda.
El curso, que duró un año, se realizaba un fin de semana al mes en Sant Cugat. Había entre 15 y 20 alumnos y la formación se basaba en aprender a amar. “Decía que la pareja era la antítesis del amor, que si nos desprendíamos de las emociones podríamos amar de verdad y sanar a la gente. Decía que él era dios”, afirma.
Nadie ponía en duda sus enseñanzas, todos pagaban religiosamente el curso y la mayoría de alumnos acudían además a la consulta del maestro, un hombre de más de 60 años de personalidad arrolladora. El curso establecía niveles, pero Fonollet (que ha declinado dar su versión de los hechos a este diario) hacía dudar a los alumnos de en cuál se encontraban.
PROPOSICIONES SEXUALES
Raquel asegura que sus insinuaciones sexuales eran constantes. “Decía que era una persona experta y que si las chicas queríamos experimentar una liberación, se lo dijéramos. Que si no, nunca podríamos sentirnos bien y felices. Decía que si trataba nuestras almas, por qué no le dejábamos tocar nuestros cuerpos”, rememora.
La joven explica que el terapeuta a veces la rozaba con sus partes íntimas cuando la trataba en la camilla, una situación desagradable que se repetía en las llamadas sesiones de abrazos. Al final del curso les dijo a los alumnos que todavía no estaban preparados y que debían repetirlo. Esa gota colmó la paciencia de Raquel, que dejó el grupo, aunque con bastante temor. “Nos dijo que había puesto un chip en nuestro interior y creía que me perseguía”, explica.
https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20160716/testimonio-joven-estuvo-grupo-comportamiento-sectario-sabadell-5270564
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