lunes, 7 de mayo de 2012

El hombre que apuñaló a un amigo alega que éste le hacía brujería ‎


SANTA CRUZ DE TENERIFE Fernando Enrique M.G. se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por un delito de asesinato en grado de tentativa después de que abordara a su mejor amigo, a mediados de 2011, y le asestara un total de 12 puñaladas que casi acaban con la vida de éste. Según manifestó entonces la víctima –y ayer, durante la vista oral–, el agresor le gritó entonces: "Me has hecho brujería y tienes un pacto con el diablo. Por eso me van mal las cosas". Sin embargo, el acusado negó ayer este extremo y aseguró que atacó a su amigo "en defensa propia".

La Fiscalía solicita nueve años de prisión y una indemnización de 10.420 euros por las lesiones causadas y 15.000 euros por las secuelas. Además, el Ministerio Público pide que al acusado se le imponga la prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima durante siete años tras concluir la pena de cárcel. La acusación particular solicita que sea condenado a 12 años de prisión y al pago de una indemnización de 10.300 euros por las lesiones y 50.000 euros por las secuelas y pide también una orden de alejamiento de 10 años. Mientras, la abogada de la defensa pidió la libre absolución de su cliente, ya que pese a que éste reconoció que había participado en los hechos, las lesiones se produjeron en defensa propia.

Fernando Enrique M.G. negó ayer haber atacado a su mejor amigo, Juan Alonso R.H., a quien conocía desde hacía 18 años y que actuó en defensa propia tras encontrarse con éste en la calle Ángel Ganivet, de la capital tinerfeña, en la tarde del 20 de mayo de 2011. Según éste, sobre las 20:30 horas, su amigo estaba en el interior de un coche cuando le gritó para insultar a su esposa. Fue entonces cuando el acusado señaló que se dirigió al coche, abrió la puerta del conductor y le propinó un puñetazo a Juan Alonso R.H.

El acusado afirmó que tras el puñetazo, su amigo intentó atacarle con un cuchillo que tenía dentro del vehículo pero logró arrebatárselo y, en el forcejeo que se produjo en el interior del coche, Juan Alonso R.H. "se hirió" con el arma.

La víctima, en cambio, declaró que aquella tarde se encontraba en el interior de su vehículo, con el motor en marcha, cuando de pronto alguien abrió la puerta de forma brusca y le atacó con un cuchillo, asestándole una puñalada en el hombro izquierdo. "Pensé que se trataba de un atraco", afirmó. En un intento por defenderse y huir de su atacante, la víctima se echó sobre el asiento del copiloto mientras que el atacante se colocó encima, con las rodillas sobre su pecho. En esta postura, afirmó Juan Alonso R.H., el acusado continuó asestándole puñaladas hasta que llegaron varios agentes de Policía y lo detuvieron.

Según la víctima, el ataque duró entre 10 y 15 minutos, y los policías que detuvieron al agresor señalaron que apenas veían lo que ocurría en el interior del vehículo, ya que éste tenía los cristales empañados. Los agentes señalaron en la vista oral que tuvieron que sacar sus armas reglamentarias ya que el ahora acusado no soltaba el cuchillo, de 16 centímetros de hoja.

Según declararon los agentes, en el interior del coche se encontró una bolsa de plástico en la que había un paño blanco humedecido con disolvente y otro cuchillo de 30 centímetros de hoja, objetos que la víctima señaló que llevaba el agresor. Cuando los agentes lograron que soltara el cuchillo –que tiró a los asientos traseros del vehículo– y saliera del turismo, lo engrilletaron y, en ese momento, se percataron de que Fernando Enrique M.G. se había puesto esparadrapo en todas las yemas de los dedos "seguramente para ocultar sus huellas dactilares", señalaron.

El acusado afirmó en su declaración a este respecto que se había cubierto las puntas de los dedos con el esparadrapo porque estaba haciendo flexiones en el parque de La Granja y siempre lo hacía para no resbalarse de las barras a las que se subía para hacer esos ejercicios.

Según enumeraron los forenses, la víctima tenía heridas incisas por arma blanca en zona izquierda del cuello; otras dos, en las cervicales; en la barbilla; en tórax, con fractura y desplazamiento de costilla; dos heridas en hombro izquierdo, que le atraviesa y alcanza el músculo pectoral; en brazo y muslo izquierdos; cuatro dedos de la mano izquierda; antebrazo derecho y mano derecha.

MIGUEL ÁNGEL AUTERO

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