El asesino del zodiaco ha regresado. Cuatro décadas después de que este misterioso homicida en serie aterrorizara la bahía de San Francisco, su sombra y su enigmática firma, una cruz encerrada en un círculo, han vuelto a los periódicos. A finales de los años sesenta, asesinó al menos a cinco personas (aunque se cree que dejó una treintena de víctimas), mandó enigmáticas cartas y criptogramas a la prensa, mantuvo un diálogo con la policía de San Francisco a través de los diarios e inspiró, al menos, a otros dos sangrientos asesinos de Nueva York y Japón. Durante años fue un maestro de la fuga al que la policía no logró detener. Los agentes le describieron en su día como "un criminal torpe, un mentiroso y, posiblemente, un homosexual latente".
Según un inesperado testigo, el asesino del zodiaco era Guy Ward Hendrickson, un carpintero del condado de Orange, padre de seis niños, que falleció hace 26 años. La encargada de revelarlo ha sido su hija, Deborah Pérez, de 47 años, que tenía unos siete cuando se produjeron los asesinatos y que, inconscientemente, se habría visto obligada a ayudar a su padre a cometer sus fechorías.
Si la policía llega a confirmar estos hechos, Deborah Pérez habrá heredado de su padre la espectacularidad en la puesta en escena. Simbólicamente, escogió las escaleras de la sede del San Francisco Chronicle, un diario al que el asesino mandó numerosas cartas, para hacer esta revelación el pasado miércoles. Decenas de reporteros oyeron su testimonio, a medio camino entre la penitencia y la catarsis, con la lágrima siempre a punto de surcar la mejilla.
Si la policía llega a confirmar estos hechos, Deborah Pérez habrá heredado de su padre la espectacularidad en la puesta en escena. Simbólicamente, escogió las escaleras de la sede del San Francisco Chronicle, un diario al que el asesino mandó numerosas cartas, para hacer esta revelación el pasado miércoles. Decenas de reporteros oyeron su testimonio, a medio camino entre la penitencia y la catarsis, con la lágrima siempre a punto de surcar la mejilla.
"Quiero corregir todos sus errores", dijo. "Sólo quiero que se sepa la verdad". Reveló que acompañó a su padre en dos de los asesinatos, que escribió una carta en nombre de su padre al fiscal Melvin Belli y que tiene en su posesión uno de los "trofeos" de su padre: las gafas de la que, hasta ahora, es su última víctima confirmada, un taxista asesinado en 1969, un objeto que, según la investigación policial, desapareció de la escena del crimen. La carta que dice haber escrito, fechada en diciembre de 1969, podría ser, en efecto, obra de un niño. Llena de faltas de ortografía, comenzaba con un: "Querido Melvin, soy el Zodiaco, te deseo feliz Navidad".
Pérez ha contratado los servicios de la firma de relaciones públicas Edward Lozzi y está ultimando un documental sobre la vida de su padre en el que detalla las pruebas que demuestran que él fue el Zodiaco. Dijo que, aunque la policía sólo ha confirmado cinco víctimas del asesino, su padre mató a más de 30 y que llevaba un cuaderno, hoy desaparecido, en el que escribía e ilustraba sobre sus asesinatos. En sus cartas, el Zodiaco dijo haber matado a 37 personas.
En muchos de sus asesinatos seguía un mismo patrón: atacaba a parejas jóvenes, cuando se encontraban en un encuentro romántico. Aparecía de la nada, con un revólver o un cuchillo en mano, a veces con una capucha. Algunas de sus víctimas escaparon y pudieron contarlo. En otras ocasiones, el atacante secuestraba a mujeres solas en la carretera o asesinaba a taxistas a bocajarro.
La supuesta hija del Zodiaco comenzó a atar cabos en 2007. Entonces se estrenó una película de David Fincher sobre este caso, protagonizada por Jake Gyllenhaal y Robert Downey Jr. Los medios norteamericanos revivieron la fiebre de los asesinos en serie. El programa Los más buscados de América emitió un especial sobre el Zodiaco. Y Pérez reconoció en un retrato robot a su padre. De pequeña no cayó en la cuenta de que aquella noche en que su padre la llevó a dar un paseo no oyó dos petardos, sino dos disparos.
"Reconocí a aquella persona como mi padre", dijo. "Investigué sobre el asesino del zodiaco, y me sorprendió encontrar tarjetas y cartas de la policía que habían sido escritas por mi padre o por mí misma". En este ejercicio de autoanálisis, Pérez recordó cómo escribió aquella carta, porque pensaba que su padre necesitaba ayuda urgente.
Cada año, el Chronicle recibe cientos de cartas y llamadas de ciudadanos que dicen conocer la verdadera identidad del Zodiaco. Por ahora, la propia familia de Pérez ha desmentido su versión de los hechos. Su hermana, Janice Hendrickson, de 65 años, ha dicho que su padre "no le hubiera hecho daño a una mosca". Sin embargo, Pérez dice tener pruebas que, con un análisis de ADN, podrían ser determinantes. La policía asegura que retomará un caso que nunca se cerró del todo.
David ALANDETE
EL PAIS
1 comentario:
Hola Manuel, a menudo visito tu blog, y te he enlazado si has visto.
Aprovecho a pasarte este caso, quizá te interese comentarlo en tu blog dedicado a ello, hay un paralelo en Argentina, que tambien usaron ácidos para desaparecer los cádaveres. No sé si en España habrá, pero seguramente esa técnica sea muy empleada.
http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/44972/las-mataron-y-disolvieron-sus-cuerpos-en-acido/
Saludos
SJarré
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