"Ella había enfermado a muchas muchachas de la vereda. Una vez, una
de ellas estaba aquí en mi casa cuando empezó a torcer los ojos y a
gritar madrazos y a decir 'Ahí viene ''Berenice' ", recordó doña Ana Luz
Arenas, habitante de la Loma de don Santos de Santa Bárbara
(Antioquia), donde la semana pasada mataron a María Berenice Martínez,
la supuesta bruja del pueblo, a quien acusaban de enfermar a las
jóvenes.
Esos rumores -denunció su hermana María Martínez- habrían llevado al cruel asesinato de la mujer, de 47 años.
A Berenice, como era más conocida, le quitaron la ropa, le arrancaron su pelo y luego la quemaron. Tras el crimen, los asesinos cogieron el cabello, las fotos y prendas de la mujer e hicieron una hoguera en el patio de su vivienda, y delante de sus seis perros que ladraban incansablemente la incineraron.
Pese al inusual ruido de los animales, nadie en la vereda parece haberse enterado de lo sucedido. "Yo solo escuché a los perros durante dos noches seguidas; no oí gritos ni sentí el humo. Me di cuenta el viernes cuando llegó la Policía", narró la vecina más cercana, quien pide reserva de su identidad.
Berenice era de pocos amigos. No hablaba mucho, no tenía hijos ni esposo, pero lo que le sorprende a María es que nadie se haya enterado de lo que le sucedió a su hermana. "Yo creo que muchos de la vereda están involucrados, pero es muy difícil acusar a alguien", dijo.
Aunque desde 1998 a Berenice la empezaron a tildar de bruja, los verdaderos problemas comenzaron en marzo del año pasado, cuando tres jovencitas del sector aseguraron que ella se estaba apareciendo en sus sueños. "El 23 de marzo del año pasado dos hombres en moto le pegaron una pela con un rejo y después de eso empezaron a tirarle piedras a la casa", denunció la hermana.
Sin embargo, la amenaza más seria se presentó el 30 de septiembre de ese mismo año. Algunos habitantes de la vereda -aseguró María- contrataron a un brujo que les dijo que para sacar la "maldad" había que quemar viva a Berenice y, después, quemar todas sus pertenencias.
"Como esas muchachas decían que mi hermana les estaba haciendo cosas malas y que tenía alumbradas unas fotos de ellas, el brujo les dijo que la única manera de evitar que la brujería siguiera era quemándola y quemando sus pertenencias, como lo hicieron", contó María.
Ese mes, la Policía de Santa Bárbara sacó a la mujer de su casa y la llevó al casco urbano del municipio, donde estuvo un par de meses.
Al principio, doña Ana Luz Arenas dice que no creía, pero después al verla con ramas y bolsas negras pensó que los rumores eran ciertos. "Hoy sí creo, esa mujer era una bruja", manifestó. Pero María aclaró que las ramas con las que andaba su hermana eran cabuya y que en las bolsas solo cargaba artesanías con las que se ganaba la vida.
Tras la noticia, el párroco de Santa Bárbara, Jesús Antonio Bedoya, pidió a los pobladores del municipio no estigmatizar a las personas. "Las brujas no existen y las habladurías pueden terminar en crímenes como estos", dijo.
Esos rumores -denunció su hermana María Martínez- habrían llevado al cruel asesinato de la mujer, de 47 años.
A Berenice, como era más conocida, le quitaron la ropa, le arrancaron su pelo y luego la quemaron. Tras el crimen, los asesinos cogieron el cabello, las fotos y prendas de la mujer e hicieron una hoguera en el patio de su vivienda, y delante de sus seis perros que ladraban incansablemente la incineraron.
Pese al inusual ruido de los animales, nadie en la vereda parece haberse enterado de lo sucedido. "Yo solo escuché a los perros durante dos noches seguidas; no oí gritos ni sentí el humo. Me di cuenta el viernes cuando llegó la Policía", narró la vecina más cercana, quien pide reserva de su identidad.
Berenice era de pocos amigos. No hablaba mucho, no tenía hijos ni esposo, pero lo que le sorprende a María es que nadie se haya enterado de lo que le sucedió a su hermana. "Yo creo que muchos de la vereda están involucrados, pero es muy difícil acusar a alguien", dijo.
Aunque desde 1998 a Berenice la empezaron a tildar de bruja, los verdaderos problemas comenzaron en marzo del año pasado, cuando tres jovencitas del sector aseguraron que ella se estaba apareciendo en sus sueños. "El 23 de marzo del año pasado dos hombres en moto le pegaron una pela con un rejo y después de eso empezaron a tirarle piedras a la casa", denunció la hermana.
Sin embargo, la amenaza más seria se presentó el 30 de septiembre de ese mismo año. Algunos habitantes de la vereda -aseguró María- contrataron a un brujo que les dijo que para sacar la "maldad" había que quemar viva a Berenice y, después, quemar todas sus pertenencias.
"Como esas muchachas decían que mi hermana les estaba haciendo cosas malas y que tenía alumbradas unas fotos de ellas, el brujo les dijo que la única manera de evitar que la brujería siguiera era quemándola y quemando sus pertenencias, como lo hicieron", contó María.
Ese mes, la Policía de Santa Bárbara sacó a la mujer de su casa y la llevó al casco urbano del municipio, donde estuvo un par de meses.
Al principio, doña Ana Luz Arenas dice que no creía, pero después al verla con ramas y bolsas negras pensó que los rumores eran ciertos. "Hoy sí creo, esa mujer era una bruja", manifestó. Pero María aclaró que las ramas con las que andaba su hermana eran cabuya y que en las bolsas solo cargaba artesanías con las que se ganaba la vida.
Tras la noticia, el párroco de Santa Bárbara, Jesús Antonio Bedoya, pidió a los pobladores del municipio no estigmatizar a las personas. "Las brujas no existen y las habladurías pueden terminar en crímenes como estos", dijo.
Alcalde dice que hay un sospechoso
El alcalde del pueblo, Jorge Hernán Ramírez, reveló que hay un sospechoso detenido por el crimen de la mujer.
"El hombre tenía quemaduras en uno de sus brazos; estamos practicando un examen médico legal para determinar la relación de sus heridas con las que tenía el cuerpo", aclaró Ramírez.
En la casa de la mujer, aseguró Ramírez, solo había unas láminas con la imagen del Corazón de Jesús y la del Ángel de la Guarda. Y agregó que no "son cosas que usa quien practica la brujería".
Yeison Gualdrón
"El hombre tenía quemaduras en uno de sus brazos; estamos practicando un examen médico legal para determinar la relación de sus heridas con las que tenía el cuerpo", aclaró Ramírez.
En la casa de la mujer, aseguró Ramírez, solo había unas láminas con la imagen del Corazón de Jesús y la del Ángel de la Guarda. Y agregó que no "son cosas que usa quien practica la brujería".
Yeison Gualdrón
http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12191850.html
1 comentario:
Me acongoja la noticia de hoy,
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