Criminalística
En la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madríd se encuentra uno de los mayores tesoros de la historia de la medicina legal española, el Museo de Antropología Forense del Dr. Reverte Coma.
El autor de libros como “La Maldición de los Faraones”, “De la macumba al vudú”, “El enigma de los magnicidios”, etc, es además médico, antropólogo forense, biólogo, geólogo y etnobotánico. El Dr. Reverte ha sabido reunir en un mismo enclave, piezas extraordinarias de la historia policial y penitenciaria española, así como joyas de la medicina y antropología forense que ha ido reuniendo en sus viajes por los cinco continentes.
Cualquier visitante que decida acercarse a la Facultad de Medicina de la Complutense, podrá encontrarse con sorprendentes “piezas” incautadas a los presos de diferentes cárceles españolas, absolutamente sorprendentes. Y a la vez altamente ilustrativos en lo referente a la psicología de los reos. En las primeras vitrinas del Museo de Antropología Forense podemos observar todo tipo de objetos, desde cuchillos y punzones fabricados con simples tenedores, alambres o trozos de madera, hasta pistolas hechas con cañerías de plomo, o de madera.
El museo recoge también una nutrida muestra de los elementos ideados por los presos para intentar todo tipo de fugas, a cuan más ingenioso. De esta forma podemos observar cuerdas hecha con trozos de sábana trenzada, linternas frontales fabricadas expresamente para trabajar dentro de túneles de fugas, e incluso una cabeza humana fabricada con miga de pan, que era colocada por el preso en la cabecera de su litera, semicubierta por las sábanas, mientras trabajaba en un túnel para su escapatoria de la prisión.
HISTORIA POLICIAL Y PENAL
Entre otras “joyas”, que sabrán apreciar los amantes de la historia policial española, y del estudio científico de la brujería, destacan siniestras piezas de coleccionista, como un auténtico garrote vil, que a lo largo del siglo pasado sirvió como herramienta de ejecución de más de medio centenar de condenados a la pena capital, o los auténticos elementos con los que los houngan (brujos vudú) haitianos elaboran el Putré, el temido polvo con el que se crean los zombis.
El garrote vil es solo una de las piezas que el Museo de Antropología Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid ha heredado de otros estamentos e instituciones. No en vano en este insólito museo se conserva, incluso, la cerradura original de la puerta principal de la Cárcel Modelo de Madrid.
Otros objetos, heredados de la Cátedra de Medicina de la Universidad van desde un oscilometro del siglo pasado, hasta primitivos aparatos para medir las crestas papilares en los lofogramas digitales. Los aficionados a la criminalística sin duda encontraran fascinante esta sección. Una sección, la de la historia policial española, presidida por un retrato del Comisario Antonio Viqueira Hinojosa. Y no demasiado lejos de ella una recostrución, a tamaño natural, de la cabeza de Francisco García Escalero, alias el “mendigo asesino”, uno de los asesinos en serie más prolíficos y sanguinarios de la moderna historia criminal española. Cuya última víctima, por cierto, fue examinada por el Dr. Reverte Coma en calidad de forense.
Y sería imposible mencionar las aportaciones del Dr. Reverte coma a la investigación criminal sin mencionar su caso más famoso, el conocido popularmente como “Los crímenes del meson del Lobo Feroz”, una investigación, considerada por el Dr. Reverte como una de las mayores colaboraciones de la medicina forense a la investigación policial, que no se cansa de relatar a todos los visitantes del museo.
“Este fue uno de los mejores casos de la medicina forense española –explica-. Se trataba de analizar los cadáveres de dos mujeres que fueron encontrados emparedados en ese mesón madrileño. Habian sido apuñaladas de la misma forma, en el corazón, pero deducimos que mueren en épocas distintas, una en agosto, por sus vestidos y por la fauna cadavérica entomológica que era propia de agosto; y otra a principios de diciembre. Las dos desnudas de cintura para abajo. Deducimos que el asesino había tenido entrenamiento previo militar por la precisión de las puñaladas, y al final se descubrió que habia sido legionario; supusimos un complejo de Edipo. Yo medí la extensión de la hoja, 25 cm que le había atravesado el homoplanto, y había dejado un molde de la hoja, de un sólo filo, era un cuchillo típico de cortar jamón en un mesón. Además la fuerza con que se habían propinado las cuchilladas era superior a lo normal, deduje que estaba bajo los efectos de algún estimulante, y se descubrió que era alcoholico. En cuanto al complejo de Edipo, no quería matar a la madre y buscaba mujeres para vengarse, mataba de siete y ocho puñaladas dos exactas en el corazón. Eso indica ensañamiento. Además, una tenía un trozo de bolsa en el mentón, y descubrí que era de un supermercado que había estado en la calle Alonso Cano 64. Fui allí y encontré una bolsa igual. Cuando la policía lo capturó se comprobó que el sospechoso coincidía con mi perfil: había sido portero de Alonso Cano 62, alcoholico, mujeriego, legionario, etc.”
Cabe destacar que, entre los cientos de cráneos humanos que alberga el museo, destacan algunas “piezas” especialmente interesantes, por haber pertenecido a famosos asesinos, como es el caso del cráneo de El Fantasia -conocido bandolero del siglo pasado-, o el cráneo de Moises Alejo, famoso asesino múltiple filipino (autor de cinco crímenes), abatido en un enfrentamiento con la policía española en la colonia filipina, y traído a España por el Dr Sanchez, maestro del Dr. Reverte y mano derecha de Cajal.
LA MAGIA EN EL MICROSCOPIO
Estos precedentes nos permiten evaluar el rigor científico con que el Dr. Reverte realiza su trabajo, por eso podemos valorar en su medida los estudios que ha realizado entorno a diferentes aspectos del curanderismo, la magia, el chamanismo y la brujería.
El Dr. Reverte ha estudiado la utilización de las plantas medicinales en todo el mundo, aprobechando que ha vivido en Java, Manila, la República Dominicana,etc. En alguno de sus libros, como “De la macumba al vudú”, examina la utilización de los potentísimos venenos de origen vegetal, por sociedades secretas haitianas, brasileñas, etc, cuyas prácticas llegaron a ser recogidas y tipificadas por los códigos penales de esos países.
Dichos venenos fueron ya utilizados por los constructores de las pirámides para proteger sus tumbas. De hecho la famosa maldición de los faraones probablemente fue un hongo de la familia de las aspergirus, que tantas muertes ha causado en los hospitales españoles ultimamente, y que se encontraba en los vendajes de momias como la de Tutankamon, causando la muerte de muchos de los que profanaron su tumba.
A sus 77 años el Dr. Reverte continua manteniendo una vida laboral activa. De hecho, hace pocos meses, fue requerido a Guatemala para colaborar en la investigación de un crimen de alta repercusión social en el país maya.
Esos continuos viajes hacen que el Museo de Antropología Forense disfrute de continuas renovaciones con nuevas piezas. Algunas, como los cráneos con trepanaciones, demuestran la pericia de los primitivos cirujanos precolombinos, que sometían a los enfermos a peligrosísimas intervenciones quirúrgicas, sobreviviendo muchos de ellos a tan insólitas operaciones.
El Dr. Reverte ha desarrollado su propio sistema de estudio de os huesos humanos, haciendo popular su frase “los muertos me hablan”, con la que pretende ilustrar como un análisis forense puede extraer mucha información, aparentemente inexistente, de cadáver de la víctima: “Yo para poder estudiar un cráneo primero lo limpio, hirviéndolo en una solución química especial, que lo consolida, hace desaparecer las partes blandas, y solo queda el hueso limpio para poder estudiarlo.”
Cabe destacar en el museo del Dr. Reverte además, la muestra de arte funerario egipcio, y la sección de chamanismo y brujería, que ofrece elementos traídos de todo el mundo. Partiendo del hecho de que las creencias sectarias pueden suponer un factor criminógeno, resulta muy instructivo observar los elementos rituales que permiten iniciarse al neófito, en los ritos de magia negra africana, vudú, etc.
En este sentido sugerimos no obviar los cráneos con los dientes tallados, característica de algunas de las sectas y sociedades secretas más peligrosas del Caribe., como los Abakua, los temidos “hombres leopardo”.
Una nutrida muestra de malformaciones genéticas, así como ejemplo se los efectos sufridos por las víctimas de la talidomina, suponen el rincón más desagradables del museo.
Pese a ello, el museo de Antropología Forense del Dr. Reverte supone un instructivo pasaporte al mundo de la muerte, y del análisis científico de la misma.
Una vez concluida la visita, cuando se disponga a abandonar el museo, evite la mirada de los famosos asesinos en serie Landrú o García Escalero “El matamendigos”, ya que sendas réplicas de sus cabezas vigilarán atentamente sus pasos por el museo...
Manuel Carballal
Vicepresidente 2º CIAC
Artículo publicado originalmente Revista Policía nº 140
En la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madríd se encuentra uno de los mayores tesoros de la historia de la medicina legal española, el Museo de Antropología Forense del Dr. Reverte Coma.
El autor de libros como “La Maldición de los Faraones”, “De la macumba al vudú”, “El enigma de los magnicidios”, etc, es además médico, antropólogo forense, biólogo, geólogo y etnobotánico. El Dr. Reverte ha sabido reunir en un mismo enclave, piezas extraordinarias de la historia policial y penitenciaria española, así como joyas de la medicina y antropología forense que ha ido reuniendo en sus viajes por los cinco continentes.
Cualquier visitante que decida acercarse a la Facultad de Medicina de la Complutense, podrá encontrarse con sorprendentes “piezas” incautadas a los presos de diferentes cárceles españolas, absolutamente sorprendentes. Y a la vez altamente ilustrativos en lo referente a la psicología de los reos. En las primeras vitrinas del Museo de Antropología Forense podemos observar todo tipo de objetos, desde cuchillos y punzones fabricados con simples tenedores, alambres o trozos de madera, hasta pistolas hechas con cañerías de plomo, o de madera.
El museo recoge también una nutrida muestra de los elementos ideados por los presos para intentar todo tipo de fugas, a cuan más ingenioso. De esta forma podemos observar cuerdas hecha con trozos de sábana trenzada, linternas frontales fabricadas expresamente para trabajar dentro de túneles de fugas, e incluso una cabeza humana fabricada con miga de pan, que era colocada por el preso en la cabecera de su litera, semicubierta por las sábanas, mientras trabajaba en un túnel para su escapatoria de la prisión.
HISTORIA POLICIAL Y PENAL
Entre otras “joyas”, que sabrán apreciar los amantes de la historia policial española, y del estudio científico de la brujería, destacan siniestras piezas de coleccionista, como un auténtico garrote vil, que a lo largo del siglo pasado sirvió como herramienta de ejecución de más de medio centenar de condenados a la pena capital, o los auténticos elementos con los que los houngan (brujos vudú) haitianos elaboran el Putré, el temido polvo con el que se crean los zombis.
El garrote vil es solo una de las piezas que el Museo de Antropología Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid ha heredado de otros estamentos e instituciones. No en vano en este insólito museo se conserva, incluso, la cerradura original de la puerta principal de la Cárcel Modelo de Madrid.
Otros objetos, heredados de la Cátedra de Medicina de la Universidad van desde un oscilometro del siglo pasado, hasta primitivos aparatos para medir las crestas papilares en los lofogramas digitales. Los aficionados a la criminalística sin duda encontraran fascinante esta sección. Una sección, la de la historia policial española, presidida por un retrato del Comisario Antonio Viqueira Hinojosa. Y no demasiado lejos de ella una recostrución, a tamaño natural, de la cabeza de Francisco García Escalero, alias el “mendigo asesino”, uno de los asesinos en serie más prolíficos y sanguinarios de la moderna historia criminal española. Cuya última víctima, por cierto, fue examinada por el Dr. Reverte Coma en calidad de forense.
Y sería imposible mencionar las aportaciones del Dr. Reverte coma a la investigación criminal sin mencionar su caso más famoso, el conocido popularmente como “Los crímenes del meson del Lobo Feroz”, una investigación, considerada por el Dr. Reverte como una de las mayores colaboraciones de la medicina forense a la investigación policial, que no se cansa de relatar a todos los visitantes del museo.
“Este fue uno de los mejores casos de la medicina forense española –explica-. Se trataba de analizar los cadáveres de dos mujeres que fueron encontrados emparedados en ese mesón madrileño. Habian sido apuñaladas de la misma forma, en el corazón, pero deducimos que mueren en épocas distintas, una en agosto, por sus vestidos y por la fauna cadavérica entomológica que era propia de agosto; y otra a principios de diciembre. Las dos desnudas de cintura para abajo. Deducimos que el asesino había tenido entrenamiento previo militar por la precisión de las puñaladas, y al final se descubrió que habia sido legionario; supusimos un complejo de Edipo. Yo medí la extensión de la hoja, 25 cm que le había atravesado el homoplanto, y había dejado un molde de la hoja, de un sólo filo, era un cuchillo típico de cortar jamón en un mesón. Además la fuerza con que se habían propinado las cuchilladas era superior a lo normal, deduje que estaba bajo los efectos de algún estimulante, y se descubrió que era alcoholico. En cuanto al complejo de Edipo, no quería matar a la madre y buscaba mujeres para vengarse, mataba de siete y ocho puñaladas dos exactas en el corazón. Eso indica ensañamiento. Además, una tenía un trozo de bolsa en el mentón, y descubrí que era de un supermercado que había estado en la calle Alonso Cano 64. Fui allí y encontré una bolsa igual. Cuando la policía lo capturó se comprobó que el sospechoso coincidía con mi perfil: había sido portero de Alonso Cano 62, alcoholico, mujeriego, legionario, etc.”
Cabe destacar que, entre los cientos de cráneos humanos que alberga el museo, destacan algunas “piezas” especialmente interesantes, por haber pertenecido a famosos asesinos, como es el caso del cráneo de El Fantasia -conocido bandolero del siglo pasado-, o el cráneo de Moises Alejo, famoso asesino múltiple filipino (autor de cinco crímenes), abatido en un enfrentamiento con la policía española en la colonia filipina, y traído a España por el Dr Sanchez, maestro del Dr. Reverte y mano derecha de Cajal.
LA MAGIA EN EL MICROSCOPIO
Estos precedentes nos permiten evaluar el rigor científico con que el Dr. Reverte realiza su trabajo, por eso podemos valorar en su medida los estudios que ha realizado entorno a diferentes aspectos del curanderismo, la magia, el chamanismo y la brujería.
El Dr. Reverte ha estudiado la utilización de las plantas medicinales en todo el mundo, aprobechando que ha vivido en Java, Manila, la República Dominicana,etc. En alguno de sus libros, como “De la macumba al vudú”, examina la utilización de los potentísimos venenos de origen vegetal, por sociedades secretas haitianas, brasileñas, etc, cuyas prácticas llegaron a ser recogidas y tipificadas por los códigos penales de esos países.
Dichos venenos fueron ya utilizados por los constructores de las pirámides para proteger sus tumbas. De hecho la famosa maldición de los faraones probablemente fue un hongo de la familia de las aspergirus, que tantas muertes ha causado en los hospitales españoles ultimamente, y que se encontraba en los vendajes de momias como la de Tutankamon, causando la muerte de muchos de los que profanaron su tumba.
A sus 77 años el Dr. Reverte continua manteniendo una vida laboral activa. De hecho, hace pocos meses, fue requerido a Guatemala para colaborar en la investigación de un crimen de alta repercusión social en el país maya.
Esos continuos viajes hacen que el Museo de Antropología Forense disfrute de continuas renovaciones con nuevas piezas. Algunas, como los cráneos con trepanaciones, demuestran la pericia de los primitivos cirujanos precolombinos, que sometían a los enfermos a peligrosísimas intervenciones quirúrgicas, sobreviviendo muchos de ellos a tan insólitas operaciones.
El Dr. Reverte ha desarrollado su propio sistema de estudio de os huesos humanos, haciendo popular su frase “los muertos me hablan”, con la que pretende ilustrar como un análisis forense puede extraer mucha información, aparentemente inexistente, de cadáver de la víctima: “Yo para poder estudiar un cráneo primero lo limpio, hirviéndolo en una solución química especial, que lo consolida, hace desaparecer las partes blandas, y solo queda el hueso limpio para poder estudiarlo.”
Cabe destacar en el museo del Dr. Reverte además, la muestra de arte funerario egipcio, y la sección de chamanismo y brujería, que ofrece elementos traídos de todo el mundo. Partiendo del hecho de que las creencias sectarias pueden suponer un factor criminógeno, resulta muy instructivo observar los elementos rituales que permiten iniciarse al neófito, en los ritos de magia negra africana, vudú, etc.
En este sentido sugerimos no obviar los cráneos con los dientes tallados, característica de algunas de las sectas y sociedades secretas más peligrosas del Caribe., como los Abakua, los temidos “hombres leopardo”.
Una nutrida muestra de malformaciones genéticas, así como ejemplo se los efectos sufridos por las víctimas de la talidomina, suponen el rincón más desagradables del museo.
Pese a ello, el museo de Antropología Forense del Dr. Reverte supone un instructivo pasaporte al mundo de la muerte, y del análisis científico de la misma.
Una vez concluida la visita, cuando se disponga a abandonar el museo, evite la mirada de los famosos asesinos en serie Landrú o García Escalero “El matamendigos”, ya que sendas réplicas de sus cabezas vigilarán atentamente sus pasos por el museo...
Manuel Carballal
Vicepresidente 2º CIAC
Artículo publicado originalmente Revista Policía nº 140
1 comentario:
Buenos días. Me gustaría comentar que el Museo Reverte ha permanecido cerrado, por espacio de casi cinco años, en los cuales ha sido sometido a una importante remodelación.
Animo desde aquí, a todo aquél que quiera acercase por él, porque realmente merece la pena.
Mercedes González (antigua colaboradora del Museo Reverte)
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