La empresa
de Radio Taxi "Wu-Xing" comenzó a ofrecer un servicio
diferenciado de viajes armonizadores desde fines del año pasado. El pasajero
podía optar por el servicio clásico o bien ser trasladado en alguno de los
coches alternativos destinados a hacer un recorrido especial según el fluido
energético -positivo o negativo- de las calles.
El nombre
chino de la empresa no era porque apuntaba a una clientela de ese origen sino
que estaba relacionado con la teoría de los cinco elementos (madera, tierra, fuego, metal y
agua) de la filosofía china tradicional. Y esto no era azaroso, puesto que como
bien señalaba Santiago Levy, dueño de la empresa y que de chino no tiene nada,
los viajes que realizaba su flota adicional de taxis armonizadores eran "programados
por el Feng-Shui" (viento-agua).
Viajes
terapéuticos
Las unidades
de "Wu-Xing" estaban equipadas con un GPS especial programado
que, según afirmaba uno de los taxistas, le servía para evitar las calles que
"son dañinas para la salud y provocan stress". Si el cliente
pedía un traslado a una zona comercial muy concurrida (por ejemplo la zona de
Av. Avellaneda en Capital), el taxista lo alertaba sobre la negatividad de la
misma y lo dejaba a pie a unas cuantas cuadras para no atentar
contra la propuesta de armonización.
El pasajero
también tenía la opción de permanecer en silencio o utilizar un par de
auriculares para escuchar música relajante. Pero el relax no debía
llegar a un punto extremo para que pudiera leer algunas de las frases
positivas de Osho u otro gurú espiritual que iban rotando y se encontraban
en los respaldos de los asientos delanteros donde debía estar la identificación
del conductor.
El viaje se
transformaba en terapéutico mediante la gemoterapia. Los asientos
traseros tenían pegadas gemas que estaban alineadas con los chakras y,
de acuerdo a Levy, "cada una tiene una vibración que va con cada chakra
del cuerpo humano y sirven para poder armonizar." Colaboraba a esto
"el cable a tierra" que lo brindada el pasto dispuesto sobre el piso
que le permitía al pasajero descalzarse y disfrutarlo.
No
cualquiera manejaba un taxi armonizador porque esta era "una misión".
Los futuros conductores debían pasar previamente por una selección y curso
de capacitación intenso que los habilitaba a estar acordes al servicio
esotérico ofrecido. Al igual que la recepcionista que aportaba la suyo; cuando
el cliente solicitaba una unidad, le pedía su fecha de nacimiento, signo
zodiacal, etc. Luego, cuando le pasaba el viaje al taxista, le aportaba estos
datos y las coordenadas energéticas óptimas para el traslado del
pasajero.
"A
medida que avanza el viaje, tu energía se alinea"
Así lo
destacaba la promoción de Radio Taxi "Wu-Xing". Lo que no decía que
el bolsillo del pasajero también y en función del buen negocio de la empresa.
Pero no siempre el viaje era pura armonía. En el imperdible video
que verás, se produjo un altercado muy revelador con un joven pasajero que
quería trasladarse cuanto antes a la Facultad de Medicina. Pero Martín Solarz,
el taxista que le tocó en suerte (en desgracia diría yo), decidió llevarlo por
un camino diferente y, desde ya, mucho más largo ($$$). Esa decisión del
taxista "en pro de la armonía" que le indicaba su GPS, provocó un
gran fastidio en el estudiante y, ante la negativa de Solarz a retomar por el
camino más corto que le señalaba el pasajero, se armó flor de desarmonía y de
ambas partes.
"El que
tiene una idea nunca es pobre"
Es una buena
frase, no inspirada en Osho, que yo apruebo y que siempre repite el gurú Chiche
Gelblung. En este caso la idea estaba y, seguramente, no faltaría el que pagaba
por este servicio adicional que acrecentaba las arcas de la empresa. Pero la
"idea" no debe implicar un delito, aprovecharse de la ingenuidad o
ignorancia de la gente.
Y de eso se
trataba este servicio esotérico. No me extenderé en cuestiones filosóficas ni
teóricas que ya hemos abordado en esta misma sección (ver: Feng Shui: "arquitectura energética" ineficaz),
simplemente señalo que existen normas que regulan el servicio de taxis en esta
ciudad y deben ser respetadas por todas las empresas y particulares. Si esta
empresa no hubiese cobrado adicionales por un servicio que ofrecían y del que
estarían convencidos (aunque no lo creo), quizás no lo desaprobaría, pero no
fue el caso y a las pruebas me remito.
El propio
dueño las aportó. Santiago Levy reconocía y se "apasiona"
porque están "afuera de la normativa". Pero él pretendía
seguir adelante con su emprendimiento porque "la gente en Buenos Aires
está muy perdida". Claro, parece que él con sus taxis quería
encontrarla.
Y hubo gente
no tan perdida que le señaló a Levy la ilegalidad del cobro adicional
por este servicio, y así respondía: "¿Qué es legal en la vida? Qué
puedo decir yo qué es legal y qué no es legal en un país o en una ciudad tan
trucha... No se sabe nada, no se entiende nada. No sabés si el agua es trucha, el
aire es trucho, la gente es media [sic] trucha. Entonces que yo sea
legal o no sea legal es lo que menos me puede importar, cero."
Pues bien, a
confesión de partes relevo de pruebas. Hasta la fecha, el teléfono que
promocionaban ya no responde, lo cual es una clara muestra de que se les acabó
el curro, y en buena hora.
Enrique Marquez
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