jueves, 21 de agosto de 2014

EL PANICO AL EBOLA DISPARA LOS TIMOS ESOTERICOS Y LOS FALSOS CURANDEROS



El pánico suscitado por la epidemia de ébola ha llevado a que algunos fabricantes de suplementos alimenticios intenten sacar provecho, ofreciendo curas para el virus. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en sus siglas en inglés) han alertado sobre falsos remedios y amenazado, esta última, con penalizar a tres compañías estadounidenses si siguen con sus campañas. Ninguna de las entidades ha hecho pública la lista de productos o empresas que tienen en la mira.

Lo que sí es público es que el ministro de Salud de Nigeria se ha dedicado a promocionar un suplemento nutricional estadounidense. Justo cuando se discutía el envío a Liberia del ZMapp, un medicamento experimental aceptado por la OMS, el ministro Onyebuchi Chukwu aseguró que un científico nigeriano, que vivía en el extranjero y que no identificó, estaba organizando el envío a Nigeria de otro medicamento diferente. Varios medios locales aseguran que se trata de NanoSilver, un producto de la Fundación para los Remedios Naturales, que contiene supuestamente partículas microscópicas de plata y no está certificado por las agencias reguladoras. La plata mata algunos microbios en superficies y heridas, pero puede ser tóxica y su uso sistemático contra virus no ha sido aprobado por la FDA. NanoSilver se vende en la página web de la fundación, junto a productos como aceite de cáñamo, chocolate y “paquetes para la claridad mental”.
Recientemente, la directora de esa fundación, Rima Laibow, publicó en la web una “carta abierta a los jefes de Estado de los países afectados por el ébola”, asegurando que el NanoSilver curaba la enfermedad. También dijo estar en contacto con los Gobiernos de África occidental. La doctora Laibow no pudo ser localizada. Después de que The New York Times le enviara unas preguntas por correo electrónico, dos de sus páginas web anunciaron que estaban “bajo ataque” y dirigían a los visitantes a otros sitios que vendían un producto diferente llamado Solución de Plata. En la Red aún se encuentran otros anuncios de suplementos para combatir el ébola, como uno llamado Monolaurin.

Desde que comenzó el brote —el mayor desde el año 1976, que ha afectado a 2.127 personas y causado la muerte a 1.145 en Liberia, Guinea, Nigeria y Sierra Leona—, las falsas curas han inundado África occidental. En Nigeria ha corrido el rumor de que beber agua salada, o bañarse en ella, protege de la enfermedad, y se venden bolsas de “sal bendecida para la cura del ébola”. La OMS ha informado ya de la muerte de dos personas por ingerir agua salada.

No es algo nuevo. Durante los 30 años de epidemia de sida, las falsas curas han proliferado en África, sobre todo cuando los donantes occidentales empezaron a enviar millones de dosis de medicinas antirretrovirales. El presidente sudafricano Thabo Mbeki llegó a impulsar un producto llamado Virodene, el “milagro africano”, que resultó contener un peligroso disolvente industrial.


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