jueves, 30 de abril de 2015

BRUNO HERNANDEZ, EL PRESUNTO DESCUARTIZADOR DE MAJADAHONDA REALIZO RITOS SATANICOS SEGUN VECINOS


En estos días se está hablando en España, en las crónicas de sucesos, del “descuartizador satánico” al que se acusa de ser el responsable de la desaparición de una mujer. Recogemos a continuación algunas de las informaciones publicadas por los medios de comunicación.

Conmoción y desapariciones

El supuesto descuartizador de Majadahonda (Madrid), Bruno Fernández, de 32 años, realizaba ritos satánicos en su domicilio e invocaba a gritos a Lucifer, según los vecinos de Móstoles, donde residió hace al menos diez años junto a su hermana y su padre. También compraba animales vivos en una tienda que luego sacrificaba y en varias ocasiones llegó a provocar pequeños incendios en su domicilio al practicar alguno de los rituales sangrientos que provocaron las llamadas de los vecinos a la Policía, tal como informan Luis F. Durán y Daniel Martín en El Mundo.

Bruno estuvo al menos dos veces ingresado en la Unidad Psiquiátrica del Hospital de Móstoles y tenía recetada una medicación especial para controlar los episodios esquizofrénicos que sufría, según las mismas fuentes que indicaron que estaba pendiente de ingresar en un centro psiquiátrico.
Hasta el momento, está encarcelado por su presunta relación con la desaparición de una mujer argentina de 55 años, Adriana Giogiosa. Ésta residía en la casa que Bruno heredó de su tía en Majadahonda, de la que tampoco se sabe nada desde hace años.

Un extraño comportamiento

En la calle Teruel de Móstoles los vecinos no paran de describir los comportamientos extraños de Bruno que podían hacer presagiar que había algo más detrás de su «actitud seca y distante». «A veces gritaba ‘¡Lucifer!’ desde la ventana y se reía como un loco, otras daba golpes o quemaba incienso», asegura una de las vecinas del bloque, que como el resto, todavía tiene el miedo metido en el cuerpo. «Llevo todo el día temblando», afirmó al conocer que Bruno podría estar detrás del crimen de una mujer y de su tía.

El sospechoso se mudó junto a su padre y su hermana a Móstoles hace unos diez años. Al parecer «antes vivían en Estados Unidos», según los residentes. Desde entonces los golpes, el ruido de movimiento de muebles, la «música satánica» o las frases incoherentes y repetitivas «Ser, venir, estar, ser, venir, estar…», formaban parte de la acústica del vecindario.

«Hace aproximadamente un año le dio un brote psicótico y empezó a gritar ‘¡Satán!, ¡Satán!’. Pensábamos que se podía autolesionar y llamé a la Policía. Vino el Samur y cuatro agentes, que se lo llevaron a la fuerza», recuerda una de las residentes del edificio.
Otra vecina asevera que estuvo entonces ingresado en un centro psiquiátrico «y no era la primera vez». «Daba mucho miedo ese chico. Ponía la voz muy grave, como si fuese otra persona, chillaba cosas de guerras y se reía mucho. Además –añade– tenía una pala enorme en la terraza que nos preocupaba».

Otro objeto de Bruno no pasó desapercibido para la persona que lo construyó. La dueña de una tienda de objetos artesanales próxima a la vivienda recuerda como le encargó hace varios años que fabricase un cristo de marmolina. «Me pidió que lo pintara e insistió en que quería que tuviese mucha sangre; me pareció muy raro», explica.

Según varios testimonios, el presunto descuartizador de Majadahonda «había estudiado informática, aunque no se le conocía trabajo». Su padre regenta desde hace años un bar a escasos minutos de su domicilio y su hermana pasa largas temporadas fuera de casa por motivos de trabajo. La relación filial distaba mucho de ser cordial, según indican los vecinos.

«Discutía mucho con su hermana y le decía que se comportaba así porque su madre de pequeño le pegaba y le encerraba en el cuarto de baño cuando no quería comer. Creemos que les abandonó hace años», explican. «También hacía fuego dentro de casa y olía de forma muy rara. Un día salió tanto humo que tuve que avisar a la Policía y a los Bomberos», resaltó otra mujer.

En los últimos meses se le veía con «una joven rubia extranjera» a la que en ocasiones subía a casa y con la que mantenía una relación sentimental. «Ella tenía un hijo y venía con él a verle pero ni siquiera nos saludaban en la escalera», apuntó. Este hecho llamó poderosamente la atención de los vecinos, ya que durante los años en los que Bruno vivió en el bloque «apenas salía de casa y no parecía que se llevase con nadie».

Para mucho de los residentes además era muy identificable. «Es rubio, delgado, con el pelo rizado y siempre parecía que te estaba perdonando la vida», señaló Jorge, también residente en la misma calle. «Aquí menos mal que no echamos de menos a nadie, sino pensaría que ha pasado lo mismo que en Majadahonda», agregó.

Trabajo policial

La Guardia Civil realizó el pasado 20 de abril una nueva inspección ocular en la casa de Bruno Fernández. El supuesto descuartizador está encarcelado a la espera de localizar el cadáver o los restos de la mujer desaparecida que se buscan ahora en un vertedero de Pinto. Se tiene la certeza de que el hombre pudo acabar con la vida de la mujer y que luego trató de trocear el cadáver y triturarlo en una picadora de carne que tenía en el garaje.

En este cuarto ya se encontró sangre en las paredes y también en la máquina de carne. Se están cotejando los restos descubiertos con el ADN de un hermano de la mujer argentina desaparecida. Los agentes volvieron al piso para realizar una nueva inspección ocular del chalé y especialmente del garaje donde podría haber cometido el presunto crimen.

El 21 de abril a las 10.30 horas, el detenido, que se encuentra en prisión provisional desde hace dos semanas, llegaba esposado a la vivienda. Cuatro horas después salía de la casa con la cara tapada por una cazadora y acompañado por agentes que le condujeron hasta el coche policial camuflado para ser trasladado al cuartel, mientras en la calle algunos vecinos le gritaban «asesino» e «hijo de puta».

El detenido presenció, junto a su abogado y el secretario judicial, la inspección ocular practicada por los especialistas de Científica de la Guardia Civil. Tras un receso para comer los agentes regresaron a las cuatro y media de la tarde para seguir con el trabajo. Sobre las 22.30 se volvieron a marchar. A lo largo de toda la jornada, Bruno se mantuvo frío y respondió con monosílabos a las preguntas de los agentes.

Fuentes de la investigación señalaron que la nueva inspección ocular tiene como objetivo recabar pruebas que esclarezcan el paradero de Adriana. Se recogieron nuevas muestras de sangre en la parte baja del chalé adosado y se incautaron de ropa del sospechoso.

Los investigadores trabajan con la principal hipótesis de que el casero, de nacionalidad española y 32 años, la mató, la descuartizó, y la metió en bolsas para tirarlas a la basura. Varios jóvenes que estaban sentados en la calle durante una noche se sorprendieron al ver cómo sacaba varias bolsas y las arrojaba en un contenedor de basura. Uno dijo que en una bolsa había carne humana.

Mientras, la Guardia Civil ha descubierto en Móstoles el vehículo de la mujer argentina desaparecida. Estaba en las inmediaciones de la vivienda donde reside el padre y la hermana del detenido. También se ha encontrado su teléfono móvil.

Los agentes tienen ya un amplio listado de los inquilinos del adosado, aunque la investigación se ciñe a este caso, pues solo de este existe una denuncia por desaparición presentada por la familia de Adriana el pasado día 6 de abril.

Los vecinos aseguran que por la casa han pasado decenas de personas en los últimos cuatro años. «La que más tiempo ha durado es Adriana que llevaba allí unos cuatro meses. Hay gente que pasaba sólo un día y se iban ya que decían que el dueño de la casa era muy raro».

El chalé de Majadahonda era propiedad de una tía de Bruno que, según su versión, se fue hace cuatro años a vivir a una residencia tras el suicidio de un hijo suyo. Sin embargo, la Guardia Civil no ha encontrado el nombre de su tía en ningún centro geriátrico y tampoco figura en el registro de fallecidos.

Bruno no tenía relación con los vecinos que escuchaban continuamente ruidos extraños de madrugada en el último mes. Se ha averiguado que quería cambiar de nombre, que estaba aprendiendo euskera y que preparaba un viaje para marcharse fuera.

Indicios que lo incriminan

De momento, tal como explica Sergio Barrenechea en una noticia de la agencia Efe, se han encontrado restos de sangre humana en una trituradora y en la vivienda. Se trata de una cantidad escasa y con apariencia de haber sido lavada con lejía o algún otro producto de limpieza, lo que puede dificultar que se pueda extraer ADN en las condiciones necesarias para poder ser comparado con el de la familia de la desaparecida y así determinar si pertenece a ella.

Según fuentes de la investigación, el sospechoso siempre se ha mostrado “tremendamente frío”. El arrestado, que demuestra una y otra vez sus conocimientos de derecho penal, nunca ha aclarado por qué tenía una trituradora en casa o por qué el coche de la víctima ha aparecido en las inmediaciones de su domicilio habitual, en Móstoles. Ni una palabra tampoco sobre el móvil de la ciudadana argentina desde el que, supuestamente después de ser asesinada, su verdugo se dedicó a mandar mensajes de texto a su familia.


El padre del presunto homicida de Majadahonda no tiene respuestas para nada. Según publica ABC, habría comentado a un amigo que su hijo “ha hecho algo muy grave, terrible; él debería estar en un hospital, no en la calle… La culpa la tienen los que le dejaron salir”.

Luis Santamaria
http://infocatolica.com/blog/infories.php/1504220902-el-presunto-descuartizador-ma

miércoles, 22 de abril de 2015

GOING CLEAR: ¿EL FINAL DE CIENCIOLOGIA?

 El documental ‘Going Clear’, emitido por la HBO, le ha hecho más daño de lo que jamás podríamos pensar.

Todo empezó con un montón de personas y sus caretas de ‘V de Vendetta’. Difícilmente se podría considerar como un ataque a tener en cuenta, pero el lema de la Iglesia de la Cienciología (uno de ellos) es: “Never defend, always attack”. Era el credo de su fundador, L. Ron Hubbard, y se aplicó a rajatabla contra esas hordas de internautas que, animadas por Anonymous, se concentraban ante sus sedes allá por 2008. ¿Qué querían con estas protestas no violentas (pero sí bastante pintorescas)? Entre otras cosas, arrojar luz sobre el hecho de que el fisco norteamericano le hubiese concedido a una secta el estatus de entidad religiosa. Y, por consiguiente, exenta de impuestos.

Esta alucinante situación tributaria, y las tácticas sucias que sus abogados emplearon para conseguirla, forma uno de los núcleos de interés de ‘Going Clear’, documental de Alex Gibney que fue presentado el pasado mes de enero en Sundance. Cuando los líderes cienciólogos se enteraron de que HBO estaba interesada en emitirlo, el festival comprendió que lo de atacar siempre primero iba muy en serio, hasta el punto de que tuvo que ponerle escolta a Gibney. Es hasta cierto punto comprensible: ‘Going Clear’ no es la primera gran exposé ciencióloga que se publica desde lo de Anonymous, pero sí es la primera en formato audiovisual. La palabra es poderosa, pero la imagen (emitida, para más inri, en el canal de pago con más suscriptores de la nación) lo es aún más. Escribir sobre cómo los líderes de la iglesia esquivan a la prensa es una cosa; verlos corriendo hacia el lado contrario de un micrófono es otra.

El documental nace de un ensayo homónimo escrito por Lawrence Wright, periodista del New Yorker que pudo entrevistar a Paul Haggis en 2011. El director y guionista le abrió sus malditas tripas entonces: cómo la Cienciología lo captó a finales de los 70, cómo le pidieron que se aislara de sus familiares y amigos escépticos, cómo se aprovecharon de sus debilidades personales para hacerse más fuertes en su vida… El artículo, una pieza periodística extraordinaria, se preguntaba cómo un tipo tan inteligente como Haggis pudo haberle dado tantos años de su vida a la secta, y la respuesta que encontraba tenía que ver con lo mucho que la Cienciología se parece a su peor enemiga: la terapia. Lo que ofrece al miembro recién captado es, más o menos, una mezcla entre psicoanálisis y religión pop.

Haggis, que también aparece en el documental, reconoce que al principio hay un gran componente de curiosidad: ¿Por qué todos esas celebridades de Hollywood están aquí? ¿Qué secretos esconde? Según ‘Going Clear’, la razón por la que los Tom Cruises y John Travoltas siguen siendo las joyas de la corona ciencióloga tiene bastante que ver con el chantaje. Años y años de “investigación espiritual” en sus vidas dan para muchos esqueletos en el armario. Al parecer, Wright y Gibney están seguros de que hubo un tiempo, a mediados de los 90, en que Cruise se empezó a distanciar de ellos, más o menos cuando accedió a los niveles superiores de conocimiento cienciólogo y le contaron los detalles extravagantes que todos conocemos: los alienígenas, las bombas de hidrógeno, el todopoderoso Xenu, el contrato de miles de años… La Cienciología encontró una manera de mantenerlo bien atado y, de paso, convencerlo para que dejara a Nicole Kidman. Al fin y al cabo, como él mismo ha reconocido (y luego se ha arrepentido de reconocer), curaron su dislexia…

La relevancia de ‘Going Clear’ estriba en que no se centra sólo en la esencia ridícula de sus creencias (no es, en suma, un episodio de ‘South Park’), sino en detalles más mundanos y escandalosos. Por ejemplo, esas técnicas de desconexión de las que hablaba Paul Haggis, quien llegó a pensar que el rollo de las naves espaciales era una simple prueba de fe (“¿Quizá es un test de locura? ¿Quizá te echan si te crees esto?”). O las condiciones de semi-esclavismo en las que, al parecer, trabajan algunos de sus peones de base. O los flagrantes casos de abusos sexuales, que afectarían a su más alta cúpula. O las técnicas de presión que ejercen entre los que intentan salirse, siempre respaldadas por la primera enmienda y su condición de entidad religiosa legalmente constituida. Sin ella, y sin la excepción fiscal que conlleva, ‘Going Clear’ afirma que la Cienciología tendría que haber declarado la bancarrota hace décadas.

Así que el impacto social del documental ha sido doble: por un lado, subrayar que la Iglesia de la Cienciología no es sólo una fiesta loca para excéntricos hollywoodienses, sino que afecta a las vidas de cientos de ciudadanos de a pie. Y, por otro, traducir en imágenes concretas la labor periodística de denuncia que medios como Rolling Stone, The St. Petersburg Times y el propio New Yorker llevan años haciendo, siempre después de maratonianas reuniones con los abogados de la iglesia. Gracias al material audiovisual que ‘Going Clear’ ha conseguido, tenemos, por ejemplo, parodias en el ‘SNL’. Y eso es lo que más daño le puede hacer a una secta que basa gran parte de su poder en su dominio de la imagen seductora
Para muchos expertos en religión, es posible que estemos ante el principio del fin de la Cienciología: una cosa es que decenas de personas con máscara se reúnan ante una sede porque Internet se lo ha dicho, pero otra es que aparezcan denuncias y parodias cada día en los medios de comunicación. El ejemplo de apóstatas del prestigio de Paul Haggis también es fatal, pero lo más importante es que ahora podemos ver sus vídeos promocionales y evaluar el daño que pueden hacer a personas que no atraviesen por su mejor momento personal. Eso sí que hace llorar a Xenu.


http://www.revistagq.com/actualidad/cultura/articulos/cienciologia-documental-going-clear-alex-gibney/21765

Documental Going Clear subtitulado en español disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=g1opSBNzDo4


sábado, 18 de abril de 2015

VIDENTES DETENIDOS POR ESTAFAR 225.000 EUROS A LOS PADRES DE UN NIÑO ENFERMO


Los cuatro detenidos, dos de ellos ya encarcelados, aseguraron a una pareja que su hijo de cinco años estaba amenazado por una "sombra maligna" - Llegaron a anunciar a los padres, que han acabado arruinados, la fecha exacta de la muerte del menor

PALMA. La preocupación de los padres de un niño de cinco años por unas extrañas visiones ha acabado arruinándoles. La Policía ha detenido en la comarca del Raiguer a cuatro personas, dos de ellas ya encarceladas, por cobrarles 225.000 euros a cambio de remedios de brujería para librar al pequeño de los espíritus malignos que, aseguraban los acusados, lo acechaban y podían llegar a matarlo. Las víctimas pidieron dinero a familiares, amigos y entidades crediticias para poder costear los remedios sanadores, atemorizados por los malos augurios de la bruja y sus cómplices.
Todo comenzó en 2012, cuando el pequeño, que tenía cinco años, relató visiones en las que aparecían un niño sin ojos y una niña vestida de blanco. Dos mujeres, pareja y madres de un menor que iba al mismo colegio de Palma, y dos familiares de estas explicaron entonces a los afectados que tenían poderes de predicción y sanación. Así, hicieron creer a las víctimas que su hijo estaba siendo perseguido por unas sombras o espíritus malignos capaces de provocarle graves enfermedades y acabar con su vida.

La bruja y sus cuatro discípulos les ofrecieron ayuda. Les dijeron que el niño debía ser atendido urgentemente para librarlo de esas amenazas y que ellos podían hacerlo aplicándole unos costosos remedios. Durante meses, los padres estuvieron pagando grandes sumas de dinero para salvar a su hijo. Los acusados no dejaban de asustarles, anunciando nuevos males para el pequeño con el objetivo de seguir desvalijándolos.

La situación económica de los padres no tardó en resentirse. Para seguir pagando los remedios recurrieron a familiares y amigos e incluso pidieron créditos para hacer frente a los pagos, endeudándose hasta el extremo de acabar en la ruina. La bruja y sus secuaces llegar a tener un control casi absoluto de los movimientos del niño, ya que debían dar permiso a las víctimas para llevarlo al parque, a la playa y hasta para dejarle salir al balcón de su casa. Todo bajo la amenaza de que la sombra maligna podía atraparle y matarlo. Los acusados y los padres llegaron a crear un grupo de Whatsapp, llamado 'Los sabios viejos', en el que intervenían supuestos ángeles que anunciaban los males del menor, los remedios necesarios –unas imaginar burbujas de protección de platino– y el coste del tratamiento.

La bruja y sus cómplices llegaron a anunciar a los padres la fecha de la muerte de su hijo para mantenerlos bajo su control. Fue el principio del fin de la estafa. Los afectados, cuando llegó el día indicado, en octubre de 2014, y a su hijo no lo pasó nada decidieron acudir a la Policía. El grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura de Palma abrió una investigación –bautizada como 'Operación Karmesite'– que tras seis meses se ha saldado esta semana con la detención de la bruja, su mujer, el hermano de una de ellas y la pareja de este por delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. También se ha imputado a otro familiar, pero su papel se habría limitado a contratar una línea de teléfono sin conocer el fraude que los otros estaban cometiendo.

Los agentes han comprobado, gracias a la documentación aportada por las víctimas y al análisis de las cuentas corrientes y los movimientos bancarios de los sospechosos, cómo elevaron su nivel de vida gracias a la estafa. Viajaron a Eurodisney y realizaron abundantes compras de aparatos electrónicos, coches de segunda mano, muebles y restaurantes. Los cuatro arrestados, españoles de entre 40 y 50 años, fueron puestos anteayer a disposición judicial y la bruja y su compañera sentimental ingresaron en prisión. La Policía intenta aclarar si otra familia ha sido víctima de la misma estafa.

M. OLLÉS / B. PALAU

http://www.diariodemallorca.es/sucesos/2015/04/17/estafan-225000-euros-remedios-brujeria/1015356.html