viernes, 15 de febrero de 2008

La atracción por el asesino

Desde hace unos años para acá parece que la figura del asesino en serie se ha puesto de moda en todo el mundo, fascinando a unos y aterrorizando a otros, sobre todo después del estreno en cine de películas como la anteriormente mencionada “El Silencio de los Corderos”, “Henry, retrato de un asesino”, “Seven” o “Copycat”. He conocido a mucha gente que se ha interesado por el tema por mera inquietud intelectual, con el fin único de comprender unos hechos que parecen sacados de las más cruentas películas de ficción, y sin embargo sé de otros que se han dejado embaucar por la personalidad carismática de estos criminales, llegando a sentir simpatía o admiración por ellos. Por ignorancia han creído que todos los asesinos en serie son seres tremendamente inteligentes y sutiles, al más estilo Hannibal Lecter, capaces de amar a otra persona o emocionarse viendo una obra en la ópera, y por eso no puedo evitar que me moleste enormemente cuando alguna persona se entera de mi afición por la psicología criminal y me pregunta si estudio esto porque me da “morbo” el tema…

Todavía se me encienden las mejillas al recordar, en una entrevista hace unos años, la cara de póquer que se me debió poner cuando acudí a un programa de televisión como invitada para debatir sobre asesinos múltiples en España, y la presentadora no dejó de preguntarme durante toda mi intervención “qué hacía una chica como yo metida en un mundo como ése” o “si tenía a Jack el Destripador escondido en el armario de mi casa”. No recuerdo cómo, porque todavía no he sido capaz de visionar la cinta con la grabación, pero creo que pude lidiar las envestidas mejor que peor y disimular el mal rato que me hizo pasar esa tarde. No culpo, ni pretendo reprochar a la pobre mujer el no tener ni idea de asesinos en serie, pero desde entonces juro que prefiero las entrevistas por radio.

Los que tratamos de mirar al abismo, como decía en una cita el filósofo Friedrich Nietzsche, y hemos sentido como el abismo nos devolvía la mirada, jamás podremos comprender la admiración que provocan estos asesinos. En Estados Unidos, se han vuelto tan populares como el más codiciado personaje público, sólo hay que ver la incesante lista de correspondencia que reciben en la celda, entre fans y medios de comunicación. Estas personas conocen sus biografías mejor que cualquiera, saben de sobra que son personajes monstruosos y que han segado las vidas de muchos inocentes por mero placer, y aún así son capaces de subastar sus objetos personales como si se tratase del objeto más preciado o encadenarse a las puertas de un juzgado para protestar por una condena.

Nada tienen que ver con los miembros de la “Sociedad de Conocedores del Asesinato”, fundada por el escritor y crítico literario Thomas de Quincey en la Inglaterra victoriana, que se reunían para analizar la “parte artística” de los casos criminales que consideraban lo suficientemente atractivos. En su libro, “Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes”, explica:

“los miembros de la sociedad se declaran curiosos con todo lo relativo al homicidio. […]. Cada vez que en los anales de la policía de Europa aparece un nuevo horror de esta clase se reúnen para criticarlo como harían con un cuadro, una estatua u otra obra de arte”.

Ellos sin embargo condenaban el acto criminal en sí, pero no podían evitar reunirse para estudiar “la composición de un buen asesinato”, como solían decir.

En la época actual la cantidad de seguidores aumenta cada día, se organizan en club de fans y montan pequeños negocios de merchandising con sus objetos personales o colecciones de cromos, y los mismos asesinos ejercen de artistas o escritores.

Tal vez el más popular de todos sigue siendo Charles Manson, quien desde la cárcel sigue manipulando las actividades de sus seguidores. Éste vende a diario su imagen para camisetas, posters y calendarios, pinta cuadros, graba discos… e incluso ha podido incluir “Look at Your Game Girl”, una de sus estrambóticas canciones, en la primera edición del elepé “Spaghetti Incident” del grupo de rock Guns´N Roses.

Ni que decir tiene que por Internet se está montado un negocio extraordinario entorno a los homicidas múltiples. Todo aquel que tenga conexión a la red puede coleccionar los cuadros de John Wayne Gacy, ese que se disfrazaba de payaso en las fiestas de la comunidad para divertir a los niños, hasta que asesinó a 33 de ellos después de violarlos y los enterró debajo de su casa. ¿Por qué no tener uno? Ya no se ve como algo excéntrico, ahora es todo un lujo. No hay que olvidar que desde que está en prisión, el payaso asesino ha ido conseguido cierto reconocimiento como pintor naïf y sus cuadros llegan a alcanzar precios muy elevados en el mercado.

Si no queremos gastarnos tanto dinero, en la tienda de subastas virtual eBay, podemos comprar las pinturas de Arthur Shawcross, que desde 1991 cumple una condena de 250 años de cárcel por haber asesinado a 11 mujeres. No importa que las familias de las víctimas protestes indignadas, el negocio es el negocio. Y se lo han sabido montar bien, para que no constituya una violación a la llamada Ley del Hijo de Sam, que prohíbe que los homicidas múltiples obtengan ganancias por sus delitos, Shawcross, en vez de dinero, recibe regalos a cambio de sus pinturas. ¿Quién se estará beneficiando de los cuadros del asesino?

También por Internet, gracias a los club de fans de cada uno de ellos se pueden adquirir las más curiosas reliquias: un mechón de pelo auténtico de Jeffrey Dahmer, el asesino de quince jóvenes homosexuales a los que pretendía “zombificar” para que no se le descompusieran los cadáveres, y para ello perforó sus cabezas con un taladro eléctrico y les inyectó en la cavidad craneal lejía y agua hirviendo. Si no nos gustan los pelos de Dahmer podemos comprar los calcetines de Charles Manson, o todo un extenso catálogo de “productos Gein”, como sus fotos policiales, pins y camisetas con su cara estampada.

Y ya si tenemos tanto dinero que no sabemos cómo gastarlo, ¿por qué no un viaje por los Estados Unidos para visitar en Plainsfield lo que podía haber sido la Casa Museo de Ed Gein, el asesino en el que se basaron para el personaje de Normas Bates en la película Psicosis porque confeccionaba ropa y forraba sus muebles con piel humana? Los vecinos la destrozaron en 1958 cuando se corrió el rumor que iba a ser destinada para visitas, pero sí que está expuesto su coche, y además, por 200 $ nos llevamos un busto de recuerdo, no hace falta que lo pidamos por Internet a su club de fans.

Si no fuera porque al final ellos tampoco se atrevieron a llevar a cabo el proyecto, hubiésemos podido visitar en Milwaukee “la Casa de los Horrores de Jeffrey Dahmer”. Un grupo de vecinos compró el lote completo con sus pertenencias cuándo éste fue ejecutado, pero se contentaron con subastar públicamente los utensilios que había utilizado para descuartizar a sus víctimas. Al menos llegaron a un acuerdo entre ellos para repartir los beneficios, y no cómo los padres del mismo asesino, que acabaron en los tribunales para negociar la posesión de su cerebro. Su madre quería venderlo por una millonada a un hospital de investigación mental, pero el padre, avergonzado por las salvajadas cometidas por su hijo, sólo quería que fuese enterrarlo junto a su memoria.

Aquellas poco materialistas en cuanto a objetos personales pero más atrevidas, también pueden dedicarse a buscar marido entre los más célebres y sanguinarios asesinos múltiples. Ted Bundy, al igual que Richard Ramírez o el mismo Gacy han mantenido correspondencia con cientos de mujeres, hasta que se casaron con una de ellas en la prisión. Bundy fue tal vez el más avispado de los tres. A pesar de su sonada y peculiar boda, no dejó de recibir cartas de sus admiradoras con generosos donativos que le permitieron vivir a cuerpo de rey hasta que fue ejecutado.

Hasta hoy no se me había ocurrido analizar la psicología de un fan, pero quiero pensar que los que adoran a los asesinos como si fuesen sus ídolos, lo hacen porque nunca se han puesto en la piel de un investigador de homicidios. Tampoco habrán estado en la escena del crimen, nunca han visto las grabaciones de los cadáveres mutilados, ni las fotos, ni las autopsias, ni se han tenido que armar de valor para llamar a la puerta del familiar de una víctima para decirle en qué estado ha sido hallado el cadáver de su hija asesinada.

En España, gracias a Dios, ningún asesino ha provocado tal fascinación morbosa entre la población, y los únicos casos que han destacado en los últimos años por causas similares, han sido los de dos parricidas que han llamado un poco la atención de la prensa por el hecho de pintar cuadros y escribir un libro, o querer casarse fuera de la cárcel.

El primero de ellos es Andrés Rabadán, diagnosticado en su día de esquizofrenia paranoide y más conocido como el Asesino de la Ballesta por asesinar a su padre con varias flechas de un arma de este tipo que él mismo le había regalado. Andrés se ha dedicado a pintar cuadros en los últimos años que lleva encerrado, y hoy en día puede presumir que los ha vendido todos. Últimamente ha escrito “Historias desde la cárcel”, publicado por Plaza & Janés, en el que narra sus vivencias con los carceleros y compañeros de celda de los distintos centros penitenciarios dónde ha estado internado.

La historia del otro joven está siendo más polémica por la diferencia de consenso entre los expertos que lo tratan. José Rabadán, quien fuera bautizado por los medios de comunicación como el Asesino de la Katana desde la noche en que con ese arma acabó con la vida de sus padres y su hermana cuando sólo contaba con 16 años, está tratando de convencer a la Juez de Menores de Murcia que lo custodia y decide sobre su suerte, que su vida ha cambiado por amor.

Desde el día de su detención, José ha causado cierta “sensación” entre las múltiples jovencitas que acudieron al juzgado para verlo de cerca. Todas habían visto en la televisión al chico guapo de la katana custodiado por la policía el día del crimen y sentían curiosidad por apreciar su extraordinario parecido con Squall, el personaje de videojuego de Final Fantasy VIII, al que supuestamente emulaba cuando decidió matar a sus padres con el arma japonesa. Desde ese día ha estado recibiendo abundante correspondencia de decenas de adolescentes atraídas por los “chicos malos”.

El caso es que desde hace un tiempo todo parece haber cambiado en la actitud del joven parricida. José dice haberse enamorado de una joven que viene a visitarlo al centro de menores dónde se encuentra, cuando los permisos lo consienten, y que le ha hecho ver la vida y sus errores de otra manera. En su carta a la juez solicita ser puesto en libertad para que pueda seguir desde el exterior el tratamiento terapéutico que está obligado a seguir actualmente en prisión, que ha cambiado y que ahora es una persona plena de buena voluntad que lo único que pretende es pasear con su novia al lado y acudir al cementerio a poner un ramo de flores en la tumba de sus padres...

El problema que tiene José es que poca gente se fía de su repentino cambio de actitud. Los médicos insisten en que es una artimaña del chico para conseguir la libertad, que está fingiendo sus sentimientos y que sigue siendo un peligro para la sociedad. Les parece sospechoso que del día a la mañana pueda enterrar su lado psicopático y se convierta en otra persona. Desde hace más de tres años que lleva internado, su comportamiento siempre ha denotado un carácter agresivo e insolente y nunca ha querido participar en las actividades comunes para la reinserción social que tiene programadas el centro, porque no considera dichas actividades adecuadas para tratar su caso. Sospechoso.

Sin embargo hay gente dispuesta a partir una lanza por la sinceridad en su cambio de actitud. La joven que podría haberle robado el corazón al chico de la katana, aseguraba en una entrevista en prensa que su prometido ya no es como todos le conocimos hace tres años. Que en su día estaba enfermo y no distinguía la fantasía de la realidad, pero que ya se está curando de su trastorno.

Por lo de ahora la pareja parece seguir con su intención de casarse e irse a vivir juntos en cuanto él salga del Centro Educativo Juvenil, y para dar muestra de ello, han firmado unos papeles ante notario que demuestran que legalmente ya son pareja de hecho. Ahora solo falta que la Juez les de su bendición…

Pili Abeijón

Criminóloga

Autora de "Asesinos en Serie" y "Sicarios" (Ed. Arco Expres)

domingo, 3 de febrero de 2008

Videntes y crimen organizado: un nuevo fenómeno delincuencial

Les seguía el rastro la policía de Santander, Zaragoza, La Coruña, y Córdoba, ciudades por donde habían dejado su rastro de víctimas, pero fueron agentes del Grupo de Delitos Económicos de la Policía Nacional de Palma de Mallorca, los que el pasado mes de octubre establecieron un operativo de vigilancia en torno al nuevo domicilio de la banda. Los agentes esperaron el tiempo que fue necesario hasta confirmar que, según las informaciones que llegaban de varias comisarías de la península, el clan de los “santeros”, todos ellos brasileños, se había reunido al completo con Dora N., alias “Esmeralda”, y entonces procedieron a la redada de todo el grupo. El saldo, siete detenidos, más 3 menores, uno de ellos, también sospechoso de haber colaborado en las estafas.

Durante la inspección ocular del domicilio donde fueron detenidos los integrantes del clan de “santeros”, se incautaron casi más de 70.00 euros, presuntamente fruto de las 3 últimas estafas que habían cometido en la capital balear. Según los denunciantes mallorquines, a uno le habían cobrado 40.000 euros por un complejo ritual contra el supuesto “mal de ojo” que lo atormentaba; a otra de las víctimas 20.000 y 10.000 a una tercera. Además, el registro domiciliario descubrió un amplio muestrario de fetiches mágicos e imágenes de santos, que utilizaban en sus rituales. También se encontraron gran cantidad de joyas y objetos de valor, empeñados por algunos de los clientes estafados, para hacer frente a las costosas facturas requeridas por los videntes para abonar los rituales mágicos que deberían solucionar todos los problemas de los consultantes.

No era la primera vez que los agentes del grupo de Delitos Económicos se enfrentaba a casos de este tipo. En octubre de 1991, según consta en mi archivo, la misma policía de Palma de Mallorca ponía a disposición judicial a cuatro videntes brasileños que habían timado más de 11.000.000 de pts. a varios clientes. Los cuatro brujos, que utilizaban indistintamente los nombres de Madoca, Sara, Teresa, Marisa, Devora y Donarosa, mantenían consulta de astrología, tarot, espiritismo, etc, en Mahon, Manacor, Can Picafor y Palma.

Los detenidos fueron conducidos inmediatamente a los Juzgados de la Via Alemania, en Palma de Mallorca, mientras que los niños fueron puestos bajo la jurisdicción del servicio de protección de menores.

Concluía así el último caso de “estafadores en serie” que ha dejado un amplio rastro de victimas en casi media docena de ciudades españolas pero, lejos de los conocidos precedentes de falsos videntes que engañan a sus clientes, este caso nos permite comprender la evolución de los fraudes paranormales que se esta detectando policialmente en España, y resto de Europa, en los últimos cinco años.

Organizaciones criminales de videntes

Desde el punto de vista jurídico y policial se entiende por “crimen organizado”, según la última concordancia legal realizada por Naciones Unidas, “…las actividades colectivas de tres o más personas, unidas por vínculos jerárquicos o de relación personal, que permitan a sus dirigentes obtener beneficios o controlar territorios o mercados, nacionales o extranjeros, mediante la violencia, la intimidación o la corrupción…”

Por otro lado, el capítulo VI del Código Penal español, en su sección 1ª “de las estafas”, dice: “Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno ”. (Articulo 248)

Y mientras tradicionalmente las estafas esotéricas eran cometidas por individuos aislados que realizaban el timo personalmente o, en el mayor de los casos, con la colaboración de un cómplice, en los últimos años los analistas de este tipo de criminalidad hemos detectado una evolución es este tipo de delitos, y es la creación de bandas o colectivos, de tres o mas individuos, con conspiran utilizando la violencia, la intimidación o la corrupción, para cometer los delitos de estafa en el contexto mágico y esotérico.

Uno de los primeros casos se produjo en Barcelona, hace ya más de 15 años, cuando un grupo de inmigrantes latinoamericanos, fundamentalmente argentinos, fueron puestos a disposición judicial tras ser detenidos en la ciudad condal, acusados de numerosas estafas. El modus operandi de los timadores consistía en abrir varias consultas esotéricas en la provincia de Barcelona. Uno de los encausados se especializaba en astrología, otro en tarot, otro en quiromancia, etc. Cuando el cliente acudía a cualquiera de los estafadores este, tras cobrarle la consulta, le aseguraba que su problema era demasiado grabe y que iban a necesitar la colaboración de un colega, experto en otra disciplina esotérica mas poderosa. El cliente acudía a la consulta del cómplice, pagando una nueva cantidad, y era de nuevo remitido a otro cómplice, experto en otra habilidad mágica más poderosa, y más cara, que quizás podría ayudarle… y así hasta que el desafortunado desembolsaba hasta el último céntimo. Para alentar su credulidad los estafadores usaban burdos trucos de ilusionismo que hacian pasar por poderes mágicos.

Después del año 2000 se produjo un incremento en este tipo de casos, asociados con frecuencia a redes de inmigración ilegal. Por ejemplo, varios “doctores parapsicólogos” cubanos, fueron detenidos por agentes del Cuerpo Nacional de Policía especializados en sectas, en Oviedo, tras haber recibido la denuncia de una vecina de Gijón de 74 años, a quienes los falsos parapsicólogos cubanos habían estafado ya cientos de miles de euros.

En 2004, también agentes del CNP detienen en Pamplona a varios supuestos “brujos africanos” senegaleses, y a uno de Guinea Conakry que ya habían timado 97.000 euros a varios clientes. Especialmente deleznable el caso de un vecino de Pamplona, con sus capacidades psíquicas alteradas, que estaba dilapidando su herencia familiar con el que la policía califico de “grupo organizado” de estafadores. En el momento de producirse la detención sonó el movil de uno de los componentes de la banda. Se trataba de una vecina de Tafalla que ya había desembolsado quinientos euros y que solicitaba una segunda cita con los falsos brujos.

Un año después era el Grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura de Barcelona, así como agentes de la Comisaría de Sabadell, los que desarticulaban una organización de falsos médiums y videntes, que ya había cometido estafas en Tarrasa, Tarragona, Pamplona, Jaen, Oviedo y Burgos. Tan solo en la Comunidad Foral de Navarra, y según los análisis económicos de la Jefatura Superior de dicha comunidad, esta banda organizada había estafado más de un millón de euros. Los siete detenidos eran de origen brasileño.

En otras ocasiones no fue tan sencillo, y las detenciones de estas redes organizadas no se consiguieron de forma tan sencilla, o fue después de largas persecuciones. En los últimos años falsos videntes, curanderos y médiums han pasado a engrosar las listas de “busca y captura” emitidas por la policía española. Como ocurrió en Málaga con el clan de los “Ristitisch” o los “Stefanos”, una organización de ciudadanos de nacionalidad brasileña y etnia gitana que habían instalado su consulta en la Calle San Andres de dicha localidad, dándose a la fuga tras varias estafas y en orden de busca y captura por el Grupo de Fraudes de la Brigada Provincial de Policía. O el caso de la también brasileña Ruth Vacite, cuña orden de busca y captura fue emitida, esta vez, por la policía de La Rioja, tras haber estafado más de 8 millones de las antiguas pesetas ejerciendo como vidente. La mayoría de estos estafadores fomentaba la credulidad de sus víctimas utilizando trucos de ilusionismo, como el diagnóstico con un huevo inyectado de tinta para diagnosticar el mal de ojo, supuesto control sobre el dolor, etc. Cualquier mago puede reproducir todos esos falsos efectos mágicos.

Con el paso de los años, y con la experiencia acumulada por los profesionales de las estafas esotéricas, los métodos se han perfeccionado y los delincuentes de la fe se han vuelto más escurridizos para la policía, y esto nos confirmaban en la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía en La Coruña, varios agentes de la Policía Judicial que trabajaron en el caso de la banda de la “santera”, desmantelada hace pocas semanas en Mallorca.

Según nos informan los policías, y al igual que había ocurrido en Santander, Córdoba o Zaragoza, los miembros de este “clan” de videntes acudieron a la ciudad con un plan muy elaborado para cometer sus estafas. Como en las otras ciudades, alquilaron un piso, en la Diego Delicado, y un bajo, concretamente el local C del número 7 de la calle Alcalde Sanjurjo, y procedieron a la impresión de folletos que varios de los implicados distribuían por las calles, locales y comercios de la ciudad, para reclutar clientes.

Uno de ellos, Renato N. R., contrató además varios anuncios en el principal periódico de la zona, en este caso La Voz de Galicia, que estuvieron publicándose interrumpidamente hasta el pasado 16 de agosto. En los archivos hemos localizado varios de dichos anuncios, con un texto muy parecido al de ofertas similares: “ ESMERALDA. Astróloga y vidente. Hecha las cartas de Tarot, caracoles y videncia de las manos. Trabajos garantizados al 100%.”, o “ Astróloga y Vidente Esmeralda, echa las cartas de Tarot. Caracoles y videncia de las manos. Hace cualquier trabajo. Seriedad y eficacia. Lllame para una consulta”….

Algunos de los vecinos del piso y el local de los falsos santeros, que no son víctima de la superstición absurda que hemos encontrado en muchos casos similares: “¿y si le digo algo y me echan un mal de ojo?”, han colaborado con quien esto escribe, facilitándome ejemplares de los “folletos publicitarios” más que dignamente impresos por la banda de la “santera”. Elida Fuentes, vecina del bajo B del local de la banda, recuerda que sus vecinos eran extremadamente discretos y que nunca llamaban la atención. Ni ellos ni sus clientes. Sin embargo otros vecinos nos sugieren que los restos de rituales y ceremonias mágicas encontrados por la policía local en el cercano mirador de la Torre de Hércules, y sobre el que nos informan en el Ayuntamiento de La Coruña que se han abierto diligencias en varias ocasiones, podrían haber sido fruto de esta organización.

Según esta teoría el local, en esa calle especialmente discreta y ubicada a muy corta distancia de la zona donde se han encontrado restos de ceremonias afroamericanas, no habría sido escogido ahí por azar. Ya que permitía desplazar al cliente a una zona especialmente sugerente y discreta, donde elaborar vistosos y aparatosos rituales mágicos, con sacrificios de animales incluidos, que justificasen las abusivas sumas que iban a cobrar, y que además sugestionarían al consultante, haciéndolo más manipulable.

En este caso en concreto, y según la nota facilitada a un servidor por la Comisaría de La Coruña, la banda liderada por “Esmeralda” constituye “un grupo perfectamente estructurado para la comisión de estafas, de las que todos ellos son partícipes ya que se llevan a cabo en el domicilio que habitan todos ellos, se desplazan todos juntos y disfrutan de los bienes ilícitamente conseguidos todos juntos, participando todos de la preparación, soporte, comisión de los hechos y disfrute de los obtenido mediante ellos”. En otras palabras, criminológicamente podríamos hablar, perfectamente, de bandas de crimen organizado cuya especialidad es la estafa esotérica, una nueva modalidad delictiva que, por desgracia, comienza a abundar en Europa.

Criminalidad esotérica

En el número 119 de la revista oficial del Cuerpo Nacional de Policía, quien esto escribe publicaba el resultado de un estudio sobre estafas asociadas a las creencias religiosas realizado en España durante más de un año. Tras publicar anuncios en diferentes medios especializados en temas paranormales, solicitando denuncias de personas que considerasen haber sido estafadas por videntes, pudimos realizar un estudio estadístico sobre los tipos de timo y estafas más habituales en este tipo de criminalidad. En aquel estudio publicado en la revista Policía hace más de 10 años, ya advertíamos sobre un nuevo tipo de engaño que acabábamos de detectar entre el universo de casos recogidos para nuestro informe: los “videntes nómadas”.

Este tipo de timadores establecían sus consultas en hoteles o casas de alquiler, manteniendo el consultorio durante un periodo de dos, cuatro, seis meses, y desapareciendo posteriormente sin dejar rastro, antes de que los clientes insatisfechos pudiesen reclamar. Pues bien, en la nota sobre la banda de la “santera” facilitada por la Jefatura de Policía de La Coruña hace pocos días se detalla el modus operandi de esta organización: “A la llegada a las ciudades: antes de alquilar un piso, se alojan en hoteles, con el fin de conocer "in situ" la ciudad donde van a actuar y así alquilar en barrios, donde estén situados céntricamente y bien comunicados. Realizan una campaña masiva de publicidad, tanto en la prensa local escrita así como mediante regado de pasquines, donde dan a conocer sus servicios a posibles víctimas con problemas personales de diferente índole, al hacerse pasar un miembro de la organización, normalmente mujer, por "videntes" o "curanderos". Este tipo delincuencial está perfectamente organizado y cada uno de sus miembros tiene una tarea específica en la preparación y ejecución de los hechos que van a perpetrar, siendo normalmente, como ya se ha dicho, las mujeres las que hacen de "astrólogas", "videntes" o "curaderas", tratando directamente con sus víctimas, y los hombres en cambio tienen una labor preparatoria previa para determinar la infraestructura necesaria en el lugar de acción. En un periodo corto de tiempo, habitualmente menos de un mes, y tras conseguir dinero o efectos de sus víctimas, se marchan del lugar precipitadamente, lo que dificulta enormemente ser descubiertos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pues las víctimas detectan la estafa una vez que dichas personas se han marchado, presentando acto seguido la correspondiente denuncia, si bien, en algunos casos no llegan ni a denunciar lo sucedido, bien por vergüenza o por miedo a posibles represalias”.
Pero en este caso en concreto, y sólo en la ciudad de La Coruña, al menos 4 víctimas se atrevieron a denunciar las estafas cometidas por esta organización, entre mayo y agosto de este año. Alguna de esas víctimas llegó a entregar en pago joyas familiares, valoradas entre 5 y 18.000 euros, y hasta a solicitar un crédito bancario para poder hacer frente a las minutas de los falsos santeros, que les amenazaban con todo tipo de desgracias, en caso de no realizar los supuestos “trabajitos” mágicos contra el mal de ojo que, supuestamente, pesaba sobre ellos.

Las denuncias por estafas esotéricas en 2007

Según el archivo de estafas esotéricas del autor, en 2007 se ha producido un incremento de operaciones policiales relacionadas con estafas esotéricas. Esto puede sugerir una mayor sensibilidad policial para con este tipo de delitos o bien que el aumento de denuncias es proporcional a un incremento en el numero de estafas cometidas. En febrero, por ejemplo, la Ertzaintza detuvo en Vitoria al “poderoso brujo africano” I. K., de 37 años, que había estafado 31.000 euros a una vecina de San Sebastián, tras someterla a una larga y costosa serie de rituales mágicos, llegando a cobrarle 300 euros por cada uno. Solos unos meses antes la misma policía autonómica de Euskadi había detenido a A. D., de 21 años, denunciado por haber estafado 5.000 euros uno de sus clientes, a través del timo de la “limpieza del dinero”, una de las formas de estafa que más se ha incrementado en España.

En junio agentes del Cuerpo Nacional de Policía detienen en Guadarrama (Madrid) al curandero Jorge Washington C. H., ciudadano ecuatoriano de 51 años, sobre el que ya pesaba una orden de busca y captura tramitada en Estados Unidos, donde el curandero había ejercido también como sacerdote, siendo acusado de abusos sexuales a menores. La detención se produjo en las inmediaciones del Complejo Cultural Residencial de Guadarrama, durante un retiro de “sanación interior”.

En octubre, y mientras el cerco policial se cernía sobre la banda de las “santera” en Mallorca, la Policía Judicial extremeña recibía varias denuncias contra la vidente Clara, una ciudadana brasileña recien afincada en Marida, tras abrir una consulta como vidente. Según el comisario Luis Ochagavia, la vidente había sido acusada de haberse apropiado de grandes sumas de dinero en efectivo, joyas y objetos de valor, de sus clientes.
Sin embargo el caso que ha eclipsado a todos los anteriores este año es el de la “vidente de los famosos”, Cristina Blanco. Conocida por sus intervenciones en televisión, y por contar entre sus clientes con afamados cantantes, actores y políticos, era condenada a 16 meses de cárcel, por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Marbella, por el hurto de dinero, tarjetas de crédito y otros objetos de valor a sus clientes. Manuela Blanco, nombre real de la famosa vidente, era administradora única de la sociedad MICRISTA SL, en la que también figura como apoderado su marido Miguel Ángel Muñoz Martínez. Empresa, dedicada al estudio del esoterismo, la videncia, la astrología y el arte de la quiromancia, que gestionaba los ingresos de la vidente, y que le permitió adquirir una casa valorada en 138 millones de las antiguas pesetas en la elitista urbanización madrileña de Fuente del Fresno, y que esta año tuvo que cambiar por los calabozos de Marbella.

El negocio del "escepticismo" y los promotores de los charlatanes

Junto con los "viajes esotéricos" y el "ciber-ocultismo", el negocio del "escepticismo mediático" es el nuevo modelo de timo paranormal, cada vez más de moda. Lucrativas conferencias, rentables apariciones televisibas y subvenciones universitarias han convertido a exacadémicos o simples aficionados sin titulación, y en paro, en autoriades internacionales sobre cuestiones pseudocientificas. Y al igual que en el caso de los vendedores de misterios, no se requiere ninguna titulación para tan lucrativos negocios.
Pero en algunos casos el afan de lucro es tan desmedido que sobrepasa todo lo imaginable. Por ejemplo, resulta paradójico que autotitulados “divulgadores científicos” se profesionalicen en el pseudoescépticismo, beneficiándose de presupuestos universitarios, lucrativos artículos, libros, conferencias, programas de TV, etc, cuestionando videncia, curanderos o los “contactos extraterrestres”… Con solo una visita a la página web del autodenominado "periodista cientifico" (en realidad fotografo erótico) y extrabajador de la revista "cientifica" Contactos Extraterrestres, Mauricio Schwarz descubrimos que al mismo tiempo que rentabiliza sus artículos, conferencias, debates, etc, atacando a los videntes se lucra anunciando en sus páginas web a esos mismos videntes, curanderos y demás charlatanes del misterio. Como demuestran estas capturas de su web, en el caso de Mauricio Schwarz, no se trata de un anuncio aislado, sino de una practica tan habitual como lucrativa. El autodenominado periodista científico, conocido como el "hombre de la coleta" intenta desmarcarse alegando que no controla los anunciantes… pero el caso es que los mantiene para seguir cobrando, tanto de unos como de otros.

Como protegerse de los falsos videntes

Al incluir en google la palabra “vidente” aparecen más de 1.930.000 entradas. La mayoría, al menos las primeras páginas, son anuncios de profesionales de la adivinación que ofertan sus servicios, pero muchos de ellos son estafadores. En base al estudio publicado por el autor en la revista Policía, ya publicado en esta misma web, es posible seguir unas pautas para evitar las estafas esotéricas.

1. Los últimos casos procesados policialmente coinciden en que los falsos videntes realizaban campañas de publicidad no controlable lealmente, imprimiendo folletos que repartían en la calle, a través de buzoneo, etc.
2. Desconfíe del vidente que pasa consulta en un hotel o habitación alquilada. Procure siempre que la consulta sea un lugar "controlado".
3. Los precios por una consulta mántica (tarot, lectura de manos, astrología, etcétera) en el mercado esotérico oscilan entre los 20 y 60 euros. Una tarifa mayor puede indicar un abuso y una intención de estafa.
4. En caso de que le diagnostiquen un "mal de ojo" y le propongan un "trabajito" recuerde que, según la ley, un cobro injustificado de más de 300 euros está contemplado como delito de estafa; si la cifra reclamada es menor solo está tipificado como falta.
5. Desconfíe de aquellos videntes que por iniciativa propia se pongan en contacto con usted para advertirle de terribles desgracias que le esperan, de las que dicen pueden protegerles a cambio de dinero.
6. Jamás someta su dinero en efectivo, o joyas a rituales de purificación mágica, y si tiene el capricho de hacerlo utilice bolsas transparentes y no pierda el dinero de vista.
7. Siempre que sea posible acuda acompañado de un amigo a la consulta. Además de contar con un testigo presencial - que podría declarar en un juicio -, tendrá el consejo de alguien menos afectado por su problema, y por tanto más objetivo a la hora de detectar un posible timo.
8. Caso de entregar una gran suma de dinero a cambio de un trabajo de magia, exija un recibo o factura. Sólo así podrá demostrar el pago si se trata de una estafa. Si no le pueden expedir un recibo no pague en efectivo, hágalo con un cheque nominativo a nombre del vidente. Esto podría ser utilizado ante un tribunal como prueba.
9. Suponiendo que lo paranormal exista, estos fenómenos son aislados y escurridizos. Desconfíe del profesional que ostente alegremente supuestos poderes sobrenaturales, y si le es posible, consulte a un ilusionista. Cuidado especialmente con el truco de los huevos.
10. Y sobre todo, no tema denunciar una estafa. Ningún falso brujo que recurra al fraude tiene poderes mágicos reales para hacerle daño. De tener poderes no necesitarían recurrir al fraude.

Manuel Carballal
manuelcarballal.blogspot.com