Juan Domingo Leguizamón (58), el exmilitar
que en desde marzo dijo que se iba con alienígenas, apareció en Santiago del
Estero.
“Tenía mucha presión por la venta de la casa en la que estaba viviendo su
ex”, contó Patricia C., la última pareja de Leguizamón.
Ayer por la mañana, una comitiva de Protección de las Personas de la
Policía, junto con personal policial de la comisaria 45 de barrio el Vinalar en
Santiago del Estero, ubicó en la manzana 64 lote 18 a Juan Domingo Leguizamón,
quien el 9 de marzo pasado había desaparecido dejando una carta a su hija en la
que había escrito: “No me busquen, estoy en la última etapa de mi vida y es mi
decisión, aunque no crean me fui con los ovnis”.
Perdido en el ciberespacio. No estaba fuera del planeta ni había sido
abducido por un Ovni. Según datos de la investigación, Leguizamón había salido
de Río Ceballos y habría estado en la zona rural de Capilla del Monte
trabajando “para subsistir” hasta llegar, hace 15 días, a Santiago del Estero.
Por trascendidos de la investigación, el hombre se alojó en la casa de una
hermana biológica que encontró 10 años atrás.
El 3 de mayo, un día antes de que Día a Día publicara la nota el sobre las
hipótesis de la investigación policial que trataba de encontrarlo, él había
hecho contacto.
Desbloqueó su cuenta de Facebook –que hasta entonces no permitía ser
rastreado en la web– y en la semana siguiente empezó a chatear con Patricia
para tranquilizarla. La aparición del exmilitar en el ciberespacio fue clave y
dio un giro a la investigación: Leguizamón estaba con vida y cerca de casa.
La Policía de Córdoba se puso en contacto con la santiagueña para coordinar
acciones.
“Se hizo una vigilancia conjuntamente con la Policía de Córdoba y personal
de la comisaría 45, y cuando esta persona ha salido hoy a la mañana (por ayer)
se lo ha interceptado en la vía pública. Se lo ha hecho comparecer en la
comisaría 45 y se lo ha identificado con su documento de identidad”, contó el
subcomisario Alejandro Cejas, de la Policía santiagueña.
Si bien una de las hipótesis que tenían sus allegados y la ONG Librementes
(que lucha contra las sectas) apuntaba a que podría haber sido víctima de una
secta New Age vinculada al fenómeno Ovni, el exmilitar aclaró que se había ido
de su casa por voluntad propia. “De Córdoba había desaparecido porque no quería
tener más contacto con su familia de allá”, contó Cejas.
Motivo divorcio. Leguizamón se había ido sin dejar rastros. Había
firmado un poder en escribanía para que su hija Ayelén cobrara el dinero de su
jubilación y una carta en la que entre otras cosas decía: “Es mi decisión pasar
así el último tramo de mi vida: no me busquen, tiene que ser ahora porque ya no
me pueden esperar más, avísenle a mi mujer (...) Me voy como vine al mundo, voy
a regalar los dos celulares (...) no avisen a la Sociedad Militar así pueden
cobrar la pensión”.
La misiva desorientó a propios y extraños, pero el verdadero motivo no estaba
más allá del universo conocido sino en la órbita del propio Leguizamón.
“A él no le hizo nada bien ir a las audiencias del divorcio porque veía que
le iba a ser contraproducente”, contó su última pareja, quién vivió junto al
exmilitar hasta su desaparición.
Según Guillermo, el peluquero que frecuentaba Leguizamón y que fue
investigado por la Policía, contó que días después de la desaparición “su
esposa vino a preguntarme a la peluquería si yo sabía donde estaba e insistía
que tenían en venta la casa de barrio San Isidro (en Río Ceballos) y por eso
tenía que aparecer”.
Los platillos rotos. El “abducido” fue buscado intensamente por la Policía (helicóptero incluido), baqueanos y bomberos en el cerro Uritorco, Ongamira y gran parte de la zona de Sierras Chicas.
En una consulta al Gobierno provincial sobre quién correrá con los gastos
del “rescate”, los funcionarios consideraron que “habría que evaluar si el caso
se encuadra dentro de lo que prescribe la ley 9856”, que crea el Registro de
Visitantes de Zonas de Riesgo: “Si hubo negligencia o violación de las normas,
sí se va a exigir el cobro”.
Antártida. Ocho misiones. Leguizamón fue suboficial mayor del
Ejército Argentino y formó parte del Comando Antártico durante ocho misiones.
Su perfil era el de un hombre intrépido, con cursos de supervivencia en su
haber y se interesaba, esporádicamente, por el fenómeno Ovni.
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1 comentario:
Acaben ya con el fenómeno OVNI. Nunca se ha encontrado ninguno. Todo son suposiciones, fotografías y vídeos trucados, falsos testimonios y mucho cuento. A nivel mundial Interpol debería pronunciarse para borrar de las mentes humanas estas paranoyas.
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