El linchamiento tuvo lugar la semana pasada en un pueblo de Murufiti, a unos
1.200 KM al oeste de Dar es Salam, la capital
económica de Tanzania.
Las víctimas “han sido atacadas y quemadas vivas por una muchedumbre de
lugareños que las acusaba de practicar la brujería”, explicó Jafari Mohamed,
precisando que cinco de ellas eran mayores de 60 años.
El diario Mwananchi cita el testimonio de un joven, Josephat John, quien
afirma haber huido de la aldea al ver la marabunta.
“Cuando volví al día siguiente por la mañana, me encontré con
el cuerpo de mi madre, quemado, a unos 10 metros de nuestra casa, , y el de mi padre, también quemado, en el interior de la vivienda”, contó.
Según fuentes locales citadas en el mismo periódico, las víctimas fueron
designadas por un curandero llegado recientemente al pueblo.
Antecedentes
En 2012, una ONG tanzana, el Centro Jurídico y de los Derechos Humanos
(LHRC) estimó que unas 3.000 personas acusadas de brujería, sobre todo
ancianas, fueron linchadas entre 2005 y 2011 en Tanzania.
“Un promedio de 500 personas de la tercera edad, en particular ancianas con
enrojecimiento en los ojos, pierden la vida cada año en Tanzania, acusadas de
ser brujas”, afirmó el LHRC en un informe.
Según la ONG, las creencias populares afirman que los llamados ojos rojos
son una señal de brujería. Añade que esta irritación ocular se debe
principalmente a que las mujeres están obligadas a cocinar utilizando boñiga
como combustible.
Las mismas creencias atribuyen a la brujería las desventuras y desastres que
sufren algunas personas o las comunidades en su conjunto.
Otras de las víctimas de este tipo de creencias, bastante extendidas en las
regiones fronterizas entre Tanzania y Burundi, son los albinos.
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