Durante cinco meses la periodista Verónica Foxley Detmer investigó
todo lo ocurrido en la secta de Colliguay, aquella comunidad que se
conoció el 25 de abril de 2013 por el asesinato de un recién nacido que
era considerado el anticristo.
Su reporteo se convirtió en el libro “Cinco gotas de sangre. La historia íntima de Antares de la luz y la secta de Colliguay” que editorial Catalonia presentó en su catálogo literario.
“Quise tratar de indagar sobre cómo funcionaba y operaba esta secta,
por lo que partí haciendo una recopilación de los hechos, revisión de
prensa, y luego me fui metiendo en la historia por detrás de lo
que ya se había contado, porque en realidad el mundo de las sectas es
tan hermético, cuesta mucho ingresar en las historias y en lo que pasa
al interior que me interesó muchísimo”, cuenta la autora a Radio Universidad de Chile.
Encarnación de Dios
La primera denuncia sobre lo que ocurría en el terreno de la quinta
región se llevó a cabo el 25 de septiembre de 2012, cuando una de las
participantes de la secta relató lo que vio en la 16 Comisaría de La
Reina y puso en aviso que una mujer embarazada y su hijo corrían peligro
por el líder de ésta, Ramón Castillo, más conocido como Antares de la
luz.
Su demanda fue ingresada, pero la investigación no comenzó
hasta varios meses después, cuando se encontró sólo la pelvis quemada de
ese nonato y cinco gotas de sangre (la guagua murió el 23 de noviembre de 2012).
Así se llevaron a cabo los hechos hasta que hallaron a todos los
integrantes, incluyendo a Antares muerto en Perú. Todos ellos con
educación e incluso algunos de sectores acomodados de nuestro país.
Según la periodista, en este tipo de organizaciones “hay elementos
que priman. La inteligencia es un valor importante para que vayan
obedeciendo las instrucciones y las hagan de mejor manera para que
disimulen dónde están y de qué se trata. Y agregó que “cuando uno se
pregunta cómo gente que estudió en la universidad termina en esto, es,
justamente, porque las sectas necesitan gente con cierta preparación
intelectual, y por otro lado, también, tiene que ver con factores
emocionales y vulnerabilidades sicológicas problemáticas”.
Verónica Foxley sentenció que los jóvenes temían a su líder porque
tenía control sobre ellos, ya sea físico como emocional. Además, de un
terror sorprendente por el 21 de diciembre de 2012, día en el que creían
comenzaría una nueva era.
http://radio.uchile.cl/2013/12/20/la-historia-intima-de-antares-de-la-luz-y-la-secta-de-colliguay
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