miércoles, 12 de septiembre de 2007

Acusan a policias portugueses de manipular pruebas en el caso Madeleine


Nuevas repercusiones del caso Madeleine: desde un blog lanzaron una serie de acusaciones contra la Policía portuguesa, y afirman que la inculpación de los padres es una maniobra para encubrir a ciertos funcionarios. Conocé los argumentos, y mirá las fotos incriminatorias.
Según una información publicada en un blog y difundida en varios portales europeos, la policía involucró a los padres de Madeleine McCann para encubrir a algunos funcionarios de esa repartición.

Si bien se trata de conjeturas, se publican algunas fotografías que, al menos, dejan lugar a la sospecha.

La teoría, difundida por el blog, explica que Maddie no estaría muerta, sino que habría sido secuestrada por una red de pedofilia, que involucra a al menos dos funcionarios de la Policía Judicial de Portugal, que además trabajan en el caso.

Lo curioso es que el autor del blog en el que se difunde esta información había predicho, en un comentario publicado hace un mes, que la policía inculparía al matrimonio McCann.

Las fotografías difundidas muestran a algunos funcionarios de la Policía durante las primeras pesquisas que llevaron a detener e investigar a Robert Murat, y las comparan con otra foto tomada cuando Maddie aún no había desaparecido. En ella se puede ver a Gerry McCann jugando con sus tres hijos, y a uno de los policías implicados en la investigación. Según las conjeturas, los padres de Maddie estaban siendo vigilados con el fin de secuestrarle a la pequeña.
Además, Gonçalo Amaral, uno de los policías que encabeza la investigación, había sido acusado el pasado mes de junio, junto con otros cuatro compañeros, de varias faltas relacionadas con la investigación de la desaparición y muerte de una niña en el 2004, según difunde el periódico británico Aberdeen News. Este caso, dice el blog, "Es exactamente igual a la historia de Leonor Cipriano en el caso de su hija Joana. Esa mujer purga una condena de 16 años en la cárcel por el asesinato de su propia hija, pero curiosamente la hija no está muerta o al menos nadie puede probarlo, fue secuestrada por una red de pedófilos a la cual pertenece al menos un PJ, Gonçalo Amaral, que es quien dirigió por entonces las pesquisas de aquel caso y hoy dirige las pesquisas en el caso de Madeleine McCann, "casualmente". A Joana la dieron por muerta oficialmente, pero nunca se encontró evidencia de su muerte, ni cadáver ni nada. Lo mismo ocurrirá con Madeleine McCann."

El autor del blog acusa directamente a la Policía portuguesa de fabricar pruebas en contra de los padres de Maddie, y se pregunta, de acuerdo a la comparación de fotografías, si la policía portuguesa, observaba a los padres de Madeleine y a la pequeña, desde antes que la niña desapareciera, y por qué los observaban si todavía nada había ocurrido.

Rachel Oldfield, amiga de los McCann, dijo al periódico The Times que el matrimonio no tiene nada que ver con la desaparición de la niña, y se hizo eco de las expresiones del marido de Leonor Cipriano, que aseguró que, al igual que con su esposa, la policía quiere inculpar a los McCann para encubrir otra situación.

El periódico The Independent, publicó una nota, en la que señala que los restos de sangre hallados en el apartamento de los McCann tal vez no tengan nada que ver con el matrimonio porque cientos de personas han alquilado ese lugar en los últimos años. Además, critica el rechazo que ha habido desde el principio con los McCann, por parte de la prensa lusa, actitud que ha dado lugar a titulares sensacionalistas como el de "Asesinada en su apartamento". The Guardian también se hizo eco de la noticia.

La Justicia portuguesa investiga
Un fiscal portugués tomará las próximas decisiones sobre el caso Madeleine y los padres de la niña británica desaparecida, declarados sospechosos de su posible muerte por la Policía, que anunció hoy su decisión de enviar el expediente al procurador.

Desde considerar poco sólidos los indicios en su contra o pedir nuevas investigaciones hasta llamarlos otra vez a declarar o presentarlos ante el juez, el fiscal Joao Cunha de Magalhaes tiene en sus manos el futuro de los padres de Madeleine, Kate y Jerry McCann.

Como procurador del caso, según fuentes jurídicas, estará también facultado para pedir al juez medidas de control más severas, incluida la prisión provisional, para los McCann, ahora sólo obligados a comunicar ausencias superiores a cinco días de su domicilio, fijado en el Reino Unido.
El jurista, que aunque tiene 57 años y 30 de carrera profesional no ha tenido relevancia en los medios de comunicación, deberá también pronunciarse sobre la situación del británico residente en Portugal Robert Murat, el tercer "arguido" o sospechoso en el caso, que pasó a segundo plano en las últimas semanas.

Apenas un día después del regreso de la pareja de médicos británicos a su país, asustada por las acusaciones y la presión de los interrogatorios, la Policía Judicial lusa decidió enviar a la Fiscalía el expediente de sus investigaciones, aunque todavía espera algunos análisis.

Desde que Madeleine desapareció el 3 de mayo en Playa de la Luz, al sur del país, la Policía batió cientos de kilómetros de terreno en su busca, registró casas y pertenencias de Murat y de los McCann e interrogó a los tres y a numerosas personas de su entorno.

Pero nunca consiguió indicios sólidos sobre el paradero de la niña hasta que perros especialmente entrenados y prestados por la Policía británica detectaron rastros de sangre y de cadáver en el apartamento, el automóvil, ropas y efectos de los McCann.

Aunque todas las investigaciones son secretas, según las filtraciones policiales a los medios los indicios que apuntan a los padres de la niña pueden ser judicialmente débiles.

Varios medios portugueses han especulado con que la Policía presionó a la pareja en los interrogatorios, en particular a la madre, su principal sospechosa, en busca de una confesión porque las pruebas que ha logrado recabar no son concluyentes.

Según lo trascendido de los primeros análisis de las muestras detectadas por los canes, realizados también en el Reino Unido, los restos de sangre tienen un alto porcentaje genético de la niña, pero su fiabilidad no es total.

En la secuencia de la desaparición de Madeleine, mientras sus padres cenaban en un restaurante cercano, los investigadores han encontrado incongruencias y contradicciones en los testimonios de los McCann y los amigos británicos que les acompañaban.

Pero, como ha contestado el propio matrimonio, tampoco es fácil encajar en los sucesos de aquella noche y en su comportamiento la muerte accidental y ocultación de la niña y el paso del cadáver o sus ropas por un vehículo que alquilaron 25 días después.

Cunha de Magalhaes tendrá que valorar el trabajo de la Policía y decidir si hay hechos suficientes para emprender acciones judiciales o esperar el resultado de nuevas investigaciones, que podrían venir de los análisis de muestras biológicas aún no llegados a Portugal desde el laboratorio forense de Birmingham.

Portavoces policiales dijeron que en los próximos días también pueden reanudarse las búsquedas de la niña sobre el terreno.

En cuanto a los McCann, fuentes jurídicas señalaron que, según la orientación que dé el fiscal, podrían ser interrogados en Portugal o mediante la Policía británica, aunque el portavoz policial Olegario Sousa admitió hoy que su ausencia dificulta la investigación.

Para esas y otras diligencias, la voluntad del matrimonio y sus abogados de cooperar con la Justicia se considera ya determinante para que el caso, sin pruebas contundentes, no se empantane en trámites judiciales.

De momento, los detectives han expresado anónimamente a la prensa su recelo por la súbita partida de los padres y las críticas que ellos y sus familiares han lanzado sobre falta de rigor y presupuesto en la Policía lusa y su prisa por cerrar el caso.

http://www.montevideo.com.uy/noticiappal_49253_1.html
Pagina web oficial: www.findmadeleine.com

sábado, 8 de septiembre de 2007

El caso de Jaclyn Dowaliby: la otra Madeleine McCann

Durante los últimos meses todos los medios de comunicación vinculados con el mundo del crimen nos hemos hecho eco del caso (http://manuelcarballal.blogspot.com/2007/06/una-mirada-de-esperanza-en-el-caso.html) de Madeleine McCann. Caso que ha dado un giro de 180 grados en las últimas horas. La policía portuguesa ha decidido apretar más a Kate y Gerry McCann, sometiéndolos a intensivos interrogatorios al considerarlos ya, abiertamente, como sospechosos del posible asesinato de su hija Madeleine. La aparición de nuevas ¿pruebas?, como la presencia de restos de sangre en el coche en un coche alquilado por los McCann semanas después (no antes) de la desaparición de Madeleine.

Hoy, Antena 3 televisión, en una muestra de rapidez de reflejos y oportunismo mediático, rescató de sus archivos la película “Desaparecida en la noche”, una tv-movie norteamericana que recoge la historia de David y Cynthia Dowaliby, que a principios de los 90 protagonizaron un fenómeno mediático muy similar al de los McCannan. Al igual que en el caso del matrimonio británico, los Dowaliby sufrieron la desaparición de su hija Jaclyn, de 7 años de edad, en plena noche. La opinión publica se volcó en el caso, que acaparó todos los medios de comunicación estadounidenses. Cuando el cuerpo de Jaclyn apareció sin vida, sus propios padres fueron considerados sospechosos del crimen, y procesados. Un caso, poco conocido en Europa, que se ha hecho un hueco en los anales de la historia judicial, y que ahora rescato de los archivos del crimen.

Historia de un martirio

David Dowaliby fue condenado por el asesinato a su hijastra, Jaclyn Dowaliby, de 7 años, en 1990. Aquella condena fue posteriormente revocada el Tribunal de Apelación del Illinois en 1991, que no ordenó (pidió) un nuevo juicio, y el Tribunal Supremo rehusó la revisión del caso en 1992, acabando así con los gastos generados por el juicio contra David, y el caso que acaparó la atención mediática en Norteamérica durante años.

Hasta el momento, él único otro sospechoso que la policía detuvo en relación al asesinato de Jaclyn era su madre biológica, Cynthia Dowaliby, que fue encontrada no culpable, y aunque otros sospechosos alguna vez han sido detenidos en relación al caso, ninguno fue procesado, y el caso permanece no resuelto.

Jaclyn desapareció de su casa en Midlothian, Illinois, donde vivía con su hermano y sus padres David y Cynthia, durante la madrugada del 10 de septiembre de 1988. Según David y Cynthia, Jaclyn se había ido a dormir en su dormitorio como todas las noches. La policía al principio asumió que una ventana por la cual un intruso podía haber entrado en la casa para secuestrar Jaclyn, había sido rota (el cristal) de dentro de la casa hacia afuera. Sin embargo, el análisis forense más tarde estableció de manera concluyente que el cristal de hecho había sido roto del exterior.

David y Cynthia al principio cooperaron con la policía, y se prestaron a ser sometidos para exámenes de polígrafo y control de drogas, que ambos pasado satisfactoriamente. Ellos también dirigieron a la policía a dos sospechosos posibles, el primero era el padre biológico de Jaclyn, y el segundo su hermano, y tío de la niña, Rob Kenny. Sin embargo, el padre biológico de Jaclyn estaba en la prisión cuando Jaclyn desapareció, y Kenny tenía una coartada, aunque una coartada dudosa que más tarde fue rebatida por varios testigos. Mientras tanto, y ante la enorme cantidad de presión mediática que cayó sobre la policía, y sobre el fiscal del Estado en inminentes elecciones, exigiendo una solución del caso, estos dirigieron a enfocar su atención hacia David y Cynthia, considerándolos sospechosos de la desaparición de su hija, y presionándolos de todas las formas posibles para obtener una confesión.

El 14 de septiembre de 1988, cuatro días después de que Jaclyn hubiese desaparecido, su cuerpo fue encontradao a cuatro millas de su casa, en un campo de la ciudad cercana de Isla Azul, envuelto todavía en la colcha de su cama, con la que había desaparecido de su dormitorio. Aunque el cuerpo de Jaclyn estaba ya en proceso de descomposición cuando fue encontrado, había una cuerda alrededor de su cuello, y la causa de su muerte fue determinada como estrangulación. No obstante, y a pesar de la total falta de pruebas que los relacionasen con el asesinato, David y Cynthia fueron detenidos, y acusados de homicidio premeditado, y su otro hijo, hermano de Jaclyn, acogido por el Departamento de Niños y Servicios de Familia de Illinois, y apartado de sus padres, a los que se acusaba de abusos sexuales, pertenencia a una secta satánica, prostitución infantil y todo tipo de atroces acusaciones que luego resultarían ser falsas.


En el procesamiento de David, el testimonio dado por un testigo, Everett Mann, fue definitivo. Mann declaró que vio que alguien "con una estructura de nariz" parecida a la de David durante la noche en Jaclyn desapareció, cerca de donde su cuerpo fue encontrado cuatro días más tarde. Sin embargo, este testigo tenía una historia de enfermedad mental, y la persona que él reclamó haber visto durante la noche en cuestión era, según se dice, en un aparcamiento no iluminado de aproximadamente 75 yardas de distancia, y durante una noche sin luna. El procesamiento también ofreció las fotos espantosas del cadáver de Jaclyn como pruebas de dudoso valor probatorio y que estaban mas destinada a incrementar la presión mediática para encontrar un culpable, que para demostrar la autoría de David.

En una entrevista concedida después de la sentencia, la presidenta del jurado dijo que las señales de un puño sobre la puerta del dormitorio en la casa familiar de los Dowaliby, también habián sido críticas en la decisión del jurado para condenar a David. Estas señales aparecieron en una de las fotos presentadas como pruebas por la fiscalía, pero nunca fueron mencionadas por ningún lado durante la investigación. Sin embargo, el jurado concluyó de estas señales demostraban que David tenía un carácter terrible y violento. Sin embargo, de hecho, estas señales de un puño en una pared no tenían nada ver con el caso, y solo probaba que en algún momento de su vida en su propia casa, David habia apoyado (o incluso golpeado) el puño sobre la pared. La presidenta del jurado de jurado también dijo que, de haber tenido la menos posibilidad, el jurado habría condenado a Cynthia de asesinato también.

Mientras David Dowaliby comenzaba a cumplir su condena, dos periodistas de investigación reabrían el caso; David Protess y Rob Warden, convenciendo además a Dowaliby para cambiar de abogado. Las nuevas investigaciones demostraron que la policía y el fiscal del estado habían cometido el errores grabes en la investigación, manipulando pruebas para conseguir un culpable que acallase la desbordante repercusión mediática, y política, del caso. Y tras sufrir un año y medio de prisión, el caso fue revisado y desestimado por el Tribunal de Apelación del Illinois, que consideró que no existía ninguna prueba contra David Dowaliby. Sin embargo los daños económicos, psicológicos y emocionales que sufrió la familia Dowaliby son irrestituibles.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Vicente Garrido: La criminalística contra los asesinos en serie

El Dr. Vicente Garrido nació en Valencia en 1958. Doctor en Psicología por la Universidad de Valencia en 1983; anteriormente, en 1980, se había graduado en Criminología en esa misma Universidad. Tanto su tesis doctoral como su tesis de graduación en criminología se convirtieron posteriormente en libros; “Delincuencia y sociedad” (Alhambra, 1984), y “Psicología y Tratamiento penitenciario: una aproximación” (Edersa, 1982), respectivamente.

En 1986 realizó estudios de posgrado en el departamento de Criminología de la Universidad de Ottawa, Canadá. En 1991 fue profesor invitado de la Sociedad Británica de Psicología en la Universidad de Salford. Miembro de varias asociaciones científicas, y del consejo editorial de varias revistas, entre ellas “Psychology, Crime and the Law”, y “Journal of Correctional Education”.

Ha sido asesor de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias en varias ocasiones, y en la actualidad coordina un programa para instituir la intervención especializada para delincuentes sexuales en ocho prisiones. Igualmente, ha colaborado estrechamente con el Servei de Rehabilitació del Departament de Justicia de Catalunya (España) en la implantación de programas de tratamiento para jóvenes y adultos.

Además, ha formado parte de la Comisión que elaboró la Ley Reguladora de Responsabilidad Jurídica del Menor, aprobada en enero del año 2000 y ha dirigido investigaciones subvencionadas sobre ámbitos muy diversos de la criminología, de la psicología de la delincuencia y de la educación correccional, entre ellos: delincuentes violentos y sexuales, delitos violentos dentro y fuera del hogar, prevención de la desadaptación social, intervención con familias en riesgo social, tratamiento de delincuentes juveniles y prevención de los malos tratos y del abuso sexual en niños.

En 1997 y 1999 ha ejercido de Consultor de Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil en Latinoamérica, supervisando programas en Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay. El Ministerio de Justicia le concedió en 1999 la Cruz de San Raimundo de Peñafort, por “sus méritos en el desarrollo de una justicia más humana y eficaz”.

Desde 1999 está investigando las conductas de acoso y violencia contra la mujer, colaborando con varios centros de atención a víctimas de mujeres en España. Un primer fruto de este trabajo es su libro “Amores que matan: Acoso y violencia contra las mujeres” (2002). Otros libros suyos son: “Técnicas de tratamiento para delincuentes” (1993), “Educación Social para delincuentes” (1998), “Diccionario de Criminología” (1998), “Principios de Criminología” (1999), y “El psicópata” (2000). Sus último libro son “Contra la violencia: las semillas del bien y del mal” (2002), “Psicópatas y otros delincuentes violentos” (2003), y “¿Qué es la psicología criminológica?” (2004), y acaba de publicar “La mente criminal” (Temas de Hoy, 2007).

Hace pocos dias participaba en el curso de criminalística “Técnicas y métodos de investigación criminal en España” (
lahuelladelcrimen.blogspot.com) donde surgió esta entrevista:

- Andreu Martín resalta en su prólogo a este “libro del miedo” que aunque ya es tarde para todas las víctimas de todos los seriales que aparecen en “La mente criminal”, las no-victimas debemos agradecer al avance de la criminalística y de todas las ciencias forenses, la captura de esos asesinos de los que, cualquiera de nosotros, algún dia, podríamos haber sido víctimas. Pero, teniendo en cuenta que la clasificación de serial se aplica, precisamente, cuando se han cometido ya más de 3 asesinatos inconexos, ¿crees que en el futuro, la ciencia podrá llegar a prevenir las conductas del serial, antes de que cometa los crímenes?

Eso ya es posible ahora. Pérez Rangel era un asesino en serie en proceso; su primer crimen era sádico y lleno de ira. Cualquier policía experto sabe que allí hay algo más que deseo de robar. Una escena del crimen así puede ser concebida como “probable escena de un asesino serial”.

- Desde las tipologías criminales de Lombroso al “los testigos mienten pero las pruebas no” de Gill Grishom, la criminalística ha evolucionado muchísimo.

Bueno, en realidad ese periodo cubre toda su historia, porque como explico en el libro la policía científica se desarrolla con la misma policía, y con el desarrollo del crimen en las ciudades modernas del siglo XIX. El crimen, desde luego, no nace con la ciudad del XIX, ni el asesinato serial, pero sí va a tener en este ámbito sus marcas de identidad más características.

- En el transcurso de una entrevista a Robert Ressler para la revista Policia, me sugirió que en la actualidad muchas bandas terroristas, como la española ETA, ofrecían a los asesinos en serie una justificación ideal para expresar su violencia psicopática. Obviamente un terrorista puede matar a 3 o mas victimas desconocidas en sus atentados, sin embargo parece que el asesinato, en el caso del serial, no se limita al acto en si de matar, sino a la morbosa elaboración solitaria del crimen. ¿Cuál es tu opinión sobre la relación asesino en serie y terrorista? ¿Y en cuanto a los sicarios (asesinos profesionales)?
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Un psicópata no se siente cómodo en un entorno terrorista, particularmente en Europa, donde se requiere fidelidad a unas ideas y a unas normas rígidas dictadas por la cúpula de la organización. Como sabemos, el psicópata no tiene mayor ideal que sí mismo, y no le gusta seguir normas estrictas; eso le hace un tipo poco fiable en el seno de la banda. Sin embargo, contemplo dos excepciones. En primer lugar, si el psicópata posee un buen autocontrol junto a unas directrices implacables, puede ser un lider y entonces ocupar un puesto de media o alta responsabilidad. La segunda excepción (como de Juana Chaos) es cuando la violencia desmedida le permite gozar del favor de los demás porque es capaz de hacer cosas que nadie más puede hacer. Sin embargo, como puede verse en este caso, la banda no se fiaba de él, y nunca le dio el mando que él ansiaba. Así pues, durante un tiempo los psicópatas pueden estar bien integrados dentro de la organización terrorista, y en algunos casos pueden ser muy útiles, pero no pueden ser el perfil ideal para sostener a una banda terrorista. Los sicarios son otra cosa. Estos van por libre, y sólo tienen que dar cuenta de su trabajo. Muchos sicarios son psicópatas, sin duda.

- Fuiste en primer criminólogo en España, en colaborar en investigaciones policiales sobre asesinos en serie. Has realizado perfiles en casos como el de Ferrandiz, Galan, etc, que poco tendrian que envidiar a la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, y has tenido la oportunidad de entrevistarte con seriales como Gilberto Chama… sin embargo no es habitual este tipo de estudios en la investigación policial española. ¿Adolecen las policías españolas de carencias a la hora de investigar los seriales, como la falta de perfiladores, bases de datos especificas (VICAP), etc?

En España todavía la policía desconfía de la psicología y la criminología forense. Yo siempre les digo que nuestro trabajo puede ser útil en algunos casos, y en otros no, como otro forense con otro tipo de prueba. La vulgarización de estas técnicas tampoco ha ayudado en su aceptación, ya que da a pie a que parezca mucho charlatán. Por otra parte, yo entiendo una cierta reticencia: algunos profesores se hartan de explicar cosas de criminología forense sin haber visto nunca a un delincuente, y eso da una imagen a los profesores de “torre de marfil” que no ayuda a la causa.

- Richard Ramirez, Richard Chease, Peter Kurten… muchos asesinos en serie, tanto psicópatas como psicóticos, intentaron justificar sus crímenes a causa de una creencia sobrenatural, satánica, esotérica… ¿Hasta que punto un delirio religioso, o una creencia, puede alentar la violencia homicida?

El ser humano siempre ha buscado una conexión con el más allá, desde el origen de los tiempos, como se puede ver en los ritos funerarios que se conservan de la especie neardenthal. Por otra parte, lo oscuro y lo malvado tienden a ir unidos, porque es lo desconocido. En los delirios la creencia de fuerzas maléficas que a uno le conducen a ese mundo desconocido puede conllevar contenidos violentos porque en ese “lugar” está prescrito que operan seres o entidades que van en contra de la moral cristiana y las leyes de la sociedad. Por consiguiente, si alguien “conecta” con esas fuerzas ha de estar dispuesto a matar.

- En este sentido, algunos nombres clásicos en la historia de los grandes asesinos como Charles Manson, o Adolfo de Jesús Costazgo, cometieron o mandaron cometer sus crímenes en actos de violencia colectiva. (No me refiero a parejas asesinas) ¿Existe algún enfoque desde el estudio del perfil criminal de esos inusuales asesinatos en serie colectivos en el seno de sectas religiosas?

Se trata de psicópatas que, ayudados por pensamientos de un enorme egocentrismo, aprenden a creerse sus mentiras y dedicen que están en condiciones de “probar” que son capaces de generar destrucción y poder, lo que “confirma” su estatus especial. Por otra aprte, no olvidemos el sentimiento de poder que da gobernar sobre cuerpos, mentes y haciendas de mucha gente.

- He echado en falta en tu libro a Manuel Blanco Romasanta, quizás el primer gran asesino en serie español, sin embargo si dedicas capítulos fascinantes a como la criminalística contribuyó a la detección de otros asesinos en serie en España: Tony King, Joaquin Ferrandiz, Alberto Galan, etc. Criminales sin duda tan crueles como Bundy, Dahmer, Kemper, o todos los clásicos norteamericanos, pero sin su proyección mediática. ¿Existe alguna diferencia entre los seriales españoles, o el tratamiento mediático de sus casos, y los grandes asesinos en serie americanos?

No lo creo; antes sí, pero ahora los medios ocupan mucho espacio en todo el mundo a esos casos. Como otras muchas cosas, los asesinos en serie se han “globalizado” y ya no son patrimonio de las noticias de, por ejemplo, la CBS. Además, la proliferación de películas y novelas en los últimos 20 años ha extendido la fascinación por el el fenómeno por todo el mundo.

- A Richard Ramirez lo condenó a muerte la dactiloscópia, a Timothy Spenser lo sentó el ADN en la silla eléctrica, Ted Bundy la odontología forense. En otros casos los perfiles criminales, la psicolingüistica forense, etc, han sido definitivas para encarcelar a otros asesinos en serie. A tu juicio, que ciencias en el futuro podrían contribuir más a la lucha contra los asesinos seriales.


Creo que el perfil geográfico todavía puede dar mucho de sí. Como hemos visto, los asesinos matan siguiendo unas rutinas en el espacio. Determinar dónde puede vivir o trabajar el asesino facilitaría mucho la investigación. Por otra parte, si todos tuviéramos una huella genética en un ordenador cualquier indicio de ADN de la escena del crimen podría ser inmediatamente cotejado. Quizá la amenaza terrorista haga realidad esto, aunque sé que puede soliviantar a mucha gente la idea de que exista un gran ordenador con nuestro código genético. Pero el acceso policial a los bancos de identificación puede ser algo necesario. Y digo “puede”, no estoy seguro.

- Si la psicopatia no se cura, y sabemos que muchos asesinos en serie han vuelto a matar, a pesar de haber conseguido espaciar durante años sus crímenes ¿Cuál es la actitud juridica que se deberia tomar ante un asesino en serie condenado que vuelve a salir a la calle tras cumplir su pena?

Yo soy partidiario de que los asesinos en serie estén en la cárcel un mínimo de 40 años.

- Una autocrítica ¿La divulgación de estas técnicas en películas, libros o articulos, como este, no contribuye también al desarrollo en la conciencia forense de los criminales?

Desde luego, pero yo creo que son tantas las variables a controlar para cometer un crimen “perfecto” que no es muy nocivo este efecto; aunque es inevitable. Ha ocurrido siempre. En su época las novelas de Holmes enseñaban a quien quería leerlas a pensar mejor los crímenes, y cómo no cometer errores. Ahora sólo empleamos los medios de los que disponemos para entretener a la gente. Los asesinos están entre éstos, y no podemos evitarlo.

Manuel Carballal
www.manuelcarballal.blogspot.com