Segunda
parte de la presentación de “Traficantes de ilusiones”, el Cuaderno de Campo nº
5 de Manuel Carballal en La Rosa de los
Vientos.
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La Rosa de los Vientos: Fue un gurú, una persona que tuvo mucha relevancia
en su momento, un curandero de Campañillas en Málaga.
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Manuel Carballal: Sí, este es otro caso que a mí me traumatizó,
porque fueron muchos meses de trabajo,
la verdad. De repente aparecen en varias revistas especializadas, varios
artículos simultáneos sobre algo de lo que en España no tenemos mucha
tradición: un cirujano psíquico. El fenómeno de los cirujanos psíquicos sobretodo
está circunscrito a Filipinas, a Brasil, México… pero en España no tenemos esa
tradición y este tipo consiguió conmocionar a muchos compañeros del mundo del
misterio porque sus operaciones eran absolutamente espectaculares.
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R.V: ¿Se veía sangre, vísceras y esas cosas?
- M.C: Mucha sangre. Sangre, vísceras… de todo. Yo viajé a Málaga en un primer viaje, os lo prometo de verdad, con ganas de creerme la historia, casi con necesidad de creérmela. Porque este personaje, que era un hombre pequeño, muy campesino, del pueblo, un jornalero que aparentemente no tenía mucha cultura, tenía también una labia y un carisma embriagador. Me pasé muchas tardes charlando con él. Yéndome a comer con él, a cenar, y demostraba unos conocimientos bíblicos sorprendentes. Porque él decía tener una espacie de ángel de la guarda, un tal Jonathan, que era como una especie de guía. Igual que otros grandes cirujanos psíquicos como Pachita o como Zé Arigó, decían que tenían un espíritu que era el que dirigía su mano en las operaciones, pues él tenía a Jonathan. Y su consulta, que estaba en esa barriada malagueña de campanillas, era muy curiosa porque había una habitación que era un quirófano, donde él hacía las operaciones pero rodeado por una barrera de sal, que en teoría tenía que proteger a las personas de las energías que allí se liberaban. En las sala de espera había unos carteles en los que ponía que las personas que entrasen en el quirófano con el enfermo que iba a operar Andrés, lo hacían bajo su responsabilidad, que Andrés no podía garantizar su seguridad. Con lo cual os podéis imaginar, la mayoría de la gente decía: “bueno yo te espero aquí. Tu entra al quirófano y yo te espero aquí”. Pero cuando algún temerario, como era mi caso, quería entrar a ver las operaciones, no podíamos acercarnos a más de dos metros por esa barrera de sal que en teoría era el límite de la seguridad personal. Esta escena además, recuerdo que se la conté un día en una grabación a Rodrigo Cortés y él lo incluyó en la película Luces Rojas. La escena en la que Robert de Niro hace las operaciones de cirugía psíquica están inspiradas en el caso de Andrés Ballesteros, que además tenía todos los estigmas de la pasión.
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R.V: ¡Ah, también!
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M.C: Sí, sí, el tenía todos, completos, tenía la lanzada, tenía los
estigmas en las manos y en las muñecas de las sogas, en los píes, la corona de
espinas y una cruz muy grande en el pecho, muy llamativa. Ríete tú del papa
Clemente del Palmar de Troya.
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R.V.: Pero los casos que le llegaban Manuel eran casos de estos... porque
claro cuando la gente se aferra a este tipo de personas es porque ya ha estado
haciendo una peregrinación a diferentes médicos y están realmente que se
agarran a un clavo ardiendo. Entonces ¿los casos que le llegaban eran casos
leves o casos importantes de enfermedades graves?
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M.C: Sí. Casos de cáncer, casos tan terminales que a raíz de esos
artículos su fama empezó a extenderse como un reguero de pólvora por todo el
país y lo que en principio eran clientes malagueños o andaluces comenzaron a
convertirse en clientes que viajaban desde toda España y desde fuera de España para
ser atendidos por Andrés. Y personas de un muy alto nivel adquisitivo. Yo me
pasé muchos meses en Campañillas, allí, incrustado, intentando investigar el
caso y fui testigo… Recuerdo perfectamente, justo después de los atentados del
11 de Septiembre, que estaba en la otra casa (porque Andrés tenía dos casas),
en la casa del campo, que sonó su teléfono y yo escuché una conversación de
Andrés con una conocida presentadora de televisión que además era la hija de
uno de los mayores magnates de los medios de comunicación de España que estaba
siendo tratado por Andrés. Y esta presentadora le llamaba angustiada pidiendo
su consejo para saber si aquello era el fin del mundo, si había empezado ya la
tercera guerra mundial. Con lo cual, te
quiero decir que me consta. De hecho un día, esto ya no lo puedo asegurar, pero
un día me enseñó una foto de los reyes de España autografiada, dedicada, que
bueno, se puede conseguir de muchas formas pero él me aseguraba que había
estado en varias ocasiones en la Moncloa porque a la Reina Sofía le interesaban
mucho estos temas y que le habían puesto un avión y demás. Esto no me consta
pero lo otro, lo de la presentadora, si soy testigo. Bueno resumiendo mucho…
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R.V: Y yo, no me hace falta tener la prueba pero creo que la Casa Real no
le puso un avión, eh.
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M.C: Probablemente no, probablemente no, sin embargo tú sabes como yo que
la Reina Sofía organizaba unas reuniones…
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R.V: Ah claro, eso es otra cosa, evidentemente. Tener un interés, pedir
una información, se pueden contar cosas, pero otra muy diferente es tener tal
grado de aceptación como para ponerle un avión, hasta ese punto no.
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R.V: Claro, pero si es cierto lo que comentáis, con Fernando Jiménez del
Oso, con J.J. Benítez con Ramiro Calle, o sea que es una mujer que se interesa
por estos temas aunque no haya sido una cosa muy constante ni pendiente pero
que sí, ella es una mujer, pues eso, curiosa…
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M.C: Claro y con mucho interés en estos temas. Lo hemos comentado ya en
alguna ocasión. Desde niña. Y sobre todo por el mundo del chamanismo que
descubrió en alguno de los viajes oficiales a Perú y a México, precisamente
acompañada por J.J. Benitez en su día. Pero bueno, independientemente de eso,
sí me consta que había un gran flujo de clientes de un alto poder adquisitivo:
empresarios, políticos, deportistas… Y todos estaban convencidos de que aquello
era real. Todos lo queríamos creer,
porque cuando hablabas con Andrés y sobre todo alguien como yo que viene del
mundo de la teología, y veías que el tío empezaba a citarte párrafos de la
Biblia y a hilar historias de los Evangelios, decías, joder ¿de dónde saca estos conocimientos? Si es un
humilde jornalero sin prácticamente estudios. Bueno, el caso es que, claro toda
investigación requiere que en un momento determinado te pongas serio. Porque yo
quería participar en las operaciones, quería verlas de cerca, no a dos metros
de distancia. Y además el momento en el que se abría el cuerpo, salvo en las
operaciones leves que se hacían en el vientre y demás (te hacía salir). Él te
enseñaba unos vídeos de operaciones de testículos, de operaciones de cerebro,
de operaciones de columna, muy espectaculares pero en los que la grabación
estaba cortada, lo cual es sospechoso, ¿no? Porque si tu quieres tener una
prueba de que lo que haces es cierto, no tiene sentido que te pongas a grabar
cuando el paciente se pone en la camilla, cortes la grabación y vuelvas a
grabar cuando el cuerpo ya está abierto y solo ves sangre. Vuelves a cortar la
grabación y vuelves a grabar cuando el paciente ya sale de la consulta.
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R.V: Claro, pero independientemente de eso se supone que la persona que
luego le hace la operación la veía recuperada, con algún informe en el que
pusiera que esta persona tenía una enfermedad y después pasado x tiempo ya se
ha curado. ¿Te enseñó algún caso así?
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M.C: Esa fue la siguiente fase de la investigación. Queríamos constatar,
para demostrar que el caso era cierto, que las curaciones se producían y que lo
podíamos demostrar con informes médicos.
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R.V.: Pero no pudiste.
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M.C: No, no pude porque intentamos ponerle una pequeña trampilla para ver
si realmente sus diagnósticos y sus curaciones eran reales. ,Así que, digamos
que le llevamos a una serie de enfermos que supuestamente tenían un problema
que no tenían. Y él asentía y los operaba de ese problema que no tenían. Claro
tú dices: “no vaya a ser que le hemos dicho que este tipo tiene un cáncer, que
realmente lo tuviese y no se lo hubieran diagnosticado y no lo supiese”. Pero
fuimos rizando el rizo hasta límites realmente rocambolescos y llegar a
llevarle a un chico vestido de mujer para que le operase de los ovarios y que
le operase de los ovarios. Y aquí ya no. Esto ya no. Entonces es cuando
decidimos tomar unas muestras a hurtadillas, cuando el tiraba las muestras de
las operaciones, las vísceras, los algodones… yo me llevé una muestra, la
mandamos a analizar y cuando llegan los análisis… eran de origen animal, eran
higadillos de pollo y cosas así.
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(Grabación Informativos TVE)
“Nos vamos a Málaga donde han detenido a un
curandero que según la policía fingía extraer órganos enfermos a los pacientes
y después, una vez supuestamente curados, también supuestamente se los
reimplantaba. Según los investigadores, lo que mostraba a los pacientes no eran
sus órganos enfermos sino vísceras de animales. La detención se produjo además
cuando se encontraba en plena faena. Lo cuenta Paula Pérez:
“Primero
abre la herida con un bisturí, sin dolor, sin provocar grandes hemorragias.
Después con sus propias manos extrae el tumor. Todos los presentes pueden verlo
entre sus manos. Es el milagroso método de Andrés Ballesteros, el curandero del
malagueño barrio de Campanillas, pero lo que la policía ha descubierto…”
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R.V: Es un personaje, un gurú curandero detenido. Manuel Carballal ¿Qué
podemos decir de este personaje de última hora?
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M.C: Yo estaba el día de la detención, el día que conseguimos que varios
pacientes interpusiesen denuncias, lo que pasa es que le tenían mucho miedo
porque Andrés no solo era un curandero, Andrés se había convertido en un
Mesías, en un profeta. De hecho descubrimos que Andrés durante 15 años había
pertenecido a los Testigos de Jehová, se dedicaba a vender la Atalaya y el Despertar, las revistas de los Testigos de Jehová por las calles de
Málaga. Y de ahí le venían esos conocimientos teológicos y exegéticos de los
que hacía gala y que no le salvaron de terminar en un calabozo por varias
denuncias de familias de personas que incluso habían fallecido al abandonar un
tratamiento médico convencional porque creían que Andrés ya les había extirpado
el cáncer.
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R.V: Y otro caso que vamos a tratar, que nos vas a contar y que tiene que
ver con un supuesto caso perfecto que tiene que ver con el fenómeno OVNI.
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M.C: Si, en este caso nos vamos al tema OVNI. Es otro caso fantástico. Fueron
dos años de investigación en los que aprendí muchísimo, por lo que os decía
antes, que tienes que desarrollar cada investigación... El caso se inicia
aparentemente como un caso de transcomunicación instrumental. Este es un
ejecutivo de una conocida aseguradora española al que yo había conocido porque
durante muchos años el había sido devoto de Sai Baba. Yo estaba investigando en
ese momento el tema del gurú indio Bhagawan Sai Baba y era un testimonio más de
los que había recogido. Unos nueve meses después de que nos hubiésemos conocido
-no teníamos más trato, simplemente yo le había conocido por esa relación con
Sai Baba-, se pone en contacto conmigo porque me cuenta que acababa de
separarse de su mujer, que se ha ido a un piso de soltero. Y que por la noche
se le encendía la televisión y escuchaba voces que se manifestaban a través de ella.
Yo inicialmente pensé que se trataba de un caso de hipnogogia o hipnopompia, o
sea que él había tenido una especie de alucinación pre o post onírica y que eso
no había ocurrido realmente. Entonces intenté tranquilizarlo y le dije: “Hombre
pues si eso vuelve a ocurrir, grábalo. Si excepcionalmente se oyen voces de tu
televisión, grábalo.” Y oh, sorpresa, unos días después vuelve a llamarme y me
dice que ha vuelto a reproducirse el fenómeno y me trae las grabaciones…Y en
las grabaciones se escucha perfectamente el diálogo entre Ismael, entre este
ejecutivo y una segunda voz de un tono metálico, con una cadencia más pausada,
que en teoría salía de su televisor. Claro, a partir de aquí, ya no hay
posibilidad para una explicación psicológica. Esas voces existen: o estamos
ante un fraude o estamos ante un hecho real.
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R.V: Un supuesto hecho real, perdona Manuel, que dio hasta un testimonio
(lo vamos a escuchar) de una abducción:
-Grabación:
“Cuando
venía para acá, a altas horas de la madrugada, veo la consabida lucecita, que
yo le llamo la consabida lucecita, pero el comportamiento es curioso, no viene
tras de mí, pasa por el horizonte solo. Yo completamente garro, miro la hora,
no sé qué lapso pasó, creo que no
llegaría a 15 minutos y vuelve a pasarse la luz…”
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R.V: Otra de las cosas que consiguió este personaje, Ismael, este contactado,
es una grabación de supuestamente el motor de un OVNI:
-Grabación:
“Son
las 3.40 de la madrugada. Me dirijo de Lugo hacía la Coruña, vengo de
Valladolid y a lo lejos veo la consabida lucecita que me suele hacer compañía,
a veces, durante los viajes (...). De nuevo me cruzo en la carretera con la luz.
Las 4 menos 4 minutos de la madrugada. Nuevamente pasa por delante y se aleja (…)
¡Son las 4 y tres minutos y ahora está arriba del todo, arriba del coche! ¡Arriba
del coche a unos 5 metros…!”
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R.V: Pero Manuel ¿Qué tienen estos personajes? ¿Qué buscan? ¿Dinero?
Tampoco consiguen mucho… A este lo conocí yo, tenía bastante dinero. No lo hace
por dinero ¿lo hace por ego? ¿por qué lo hace? ¿O por qué le falla un tornillo…?
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M.C: Cada caso es diferente. En el caso de Andrés Ballesteros, aunque
amasó una gran fortuna, yo estoy convencido de que él lo que siempre quiso es
convertirse en profeta. Convertirse en el Jesucristo que él siempre había
admirado. Y lo consiguió. En el caso de Ismael, el tenía un plan muy bien
desarrollado para convertirse en Sixto Paz, en un contactado profesional. Quería
profesionalizarse en el mundo de contactismo. Viajar por todo el mundo, dar
conferencias, ser un personaje conocido…
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R.V: Ego en cierto modo.
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M.C: Si, el ego es un factor determinante.
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R.V: Y bueno, contactó contigo para que hicieras de portavoz de lo que le
ocurría…
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M.C: Claro, para que yo fuese su Juan el Bautista. Para que yo fuese quién
avalase su historia y “lo presentase en sociedad”. En este caso, además, es la
primera vez en mi vida que yo utilicé la
filología en una investigación, por qué le pasamos la grabación en la que se
oían las dos voces a un amigo filólogo para que hiciese un estudio del
castellano que hablaban esos supuestos extraterrestres. En un desplazamiento a
Madrid puse al pobre José Juan Montejo y a Clara Tahoces a hacerle un
seguimiento para ver con quién se reunía, bueno es una larga historia… Es uno
de los capítulos que en el libro está mucho más desarrollado, porque fueron dos
años de trabajo. Pero este tipo de casos te obligan, como ya he dicho, a
desarrollar en ingenio y a buscar nuevas herramientas para poder comprobar si
la historia es real o como en este caso es un fraude.
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R.V: Este es otro fraude conocido y destapado y lo hemos conocido aquí.
Manuel Carballal, alias “Juan el Bautista” no?
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M.C: Sí, esa era la idea, esa era la idea.
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R.V: El Cuaderno de Campo, el quinto Cuaderno de Campo que ha publicado
Manuel Carballal: “Traficantes de Ilusiones”. Manuel Carballal, muchas gracias
y seguimos contando verdades… ¿vale?
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R.V: Y te seguiremos la pista en este, porque además los oyentes, como
hemos dicho, pueden ver los casos mucho más desarrollados de lo que has podido
contar.
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M.C: Muchísimas gracias.
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