martes, 2 de agosto de 2011

«Los Miami»: factoría de drogas, millones y santeros


La mayoría de los españoles escucharon hablar de "los miami", en 2008, cuando unas escuchas telefónicas de la policía española a Eloy Sanchez Barba, entonces guardaespaldas de Ana Garcia Obregon, evidenciaron el enojo de la actriz con el presentador de Antena 3, Jaime Cantizano. Todos los medios se hicieron eco del mismo titular: "Ana Garcia Obregón ordena a su guardaespaldas dar una paliza a Jaime Cantizano"... Aquel titular focalizó la atención de toda la prensa sobre Eloy Sánchez
, que en ese momento era investigado por un crimen anterior, y por su relación con "los miami", un grupo de delincuentes muy conocido en la noche madrileña. Hoy "los miami" son noticia por otras razones...

«Te queda poco tiempo, te vas a arruinar». Artemio López Tardón, antiguo miembro de «los Miami», matón reconvertido en blanqueador de dinero, oye a su santero y un sudor frío le recorre el cuerpo. Tiene miedo: acaba de quedarse ciego de un ojo, recuerda el maldito secuestro y a los malditos torturadores que le hundieron los pómulos hace ya muchos años e intuye que la Policía les pisa los talones. Faltan solo unos meses para que caiga el grupo al completo.

Su hermano Álvaro, el jefe de la banda, la cabeza pensante que no para de maquinar pese a los kilos de droga que se ha metido en el cuerpo, no puede salir de Estados Unidos como querría. Su mujer, Sharon Cohen, lo dejó de un plumazo sin su espectacular casa en Miami Beach y atado a una pulsera con GPS el día en que él le puso un cuchillo en la garganta el pasado marzo. A Álvaro le quedan sus amantes intermitentes, esas colombianas dotadas que tanto le ponen. Y les quedan 25 millones envasados al vacío en el chalé madrileño de la avenida Azaleas, donde los encontraría la Policía hace dos semanas.

De la carnicería a los coches

Los hermanos Tardón gastaron 244.000 euros con sus tarjetas de crédito solo en un año: en ropa, en perfume, en comilonas o en lo que se terciara. Ganaron, según contó el propio Álvaro, 58 millones en ese mismo periodo y la Policía calcula que los 25 millones encontrados bajo el cemento, en billetes de 50, 100 y 200 euros, son una mínima parte. «Están tranquilos porque guardan mucho más. Calculamos que han manejado entre 120 y 140 millones de euros estos años», explica un responsable de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef).

Estos agentes y otra decena de grupos policiales llevan dos años rastreando su vida y sus cuentas, sorprendiéndose cada día de cómo unos tipos que empezaron traficando con pastillas en las puertas de las discotecas de Madrid y «lavando» el dinero en una modesta carnicería han creado un emporio criminal y una madeja societaria a base de testaferros.

Una empresa, «The Collection Exotic Car», está en la cúspide de la pirámide, una sociedad que en teoría importa coches de lujo de medio mundo y los vende en dos concesionarios de Madrid. El primer negocio, en Villaviciosa, lo compraron en 2007 y vale 2,6 millones; el otro, el año pasado por la mitad. Un alto porcentaje de sus clientes, según han comprobado los agentes, serían delincuentes de alto «standing» con antecedentes o investigados por crimen organizado, muchos de los cuales habrían pagado 200 o 300.000 euros en efectivo con origen desconocido por coches de capricho. También han frecuentado el concesionario famosos y alta sociedad, estos sí ajenos al entramado, que solo buscaban vehículos exclusivos como los Bentley y los Rolls Royce que traía el grupo desde Miami .

Cuatro pisos en Sanchinarro

Los Tardón acababan de adquirir cuatro pisos en la zona de Sanchinarro a través de la sociedad blanqueadora «The Collection Exotic Car». Su hermana gemela en Miami, «The Collection Motor Sport», carece de actividad, pero ha recibido transferencias millonarias desde Madrid encubiertas como pago de vehículos.

El emporio financiero suma un chalé en Villaviciosa valorado en dos millones (con piscina y leopardo enjaulado incluido); otro en la zona madrileña de Campo de las Naciones (en el que se construyeron los zulos para ocultar los 25 millones), un majestuoso ático y una larga ristra de propiedades en Madrid y Estados Unidos que suman unos 75 millones.

Álvaro, madrileño de 39 años, que se ha labrado músculos y pectorales a base de horas de gimnasio, esteroides y anabolizantes importados del último confín y es un adicto al b

isturí, es el gran capo de la organización. Un tipo que media entre los carteles colombianos de la cocaína, con los que trata de tú a tú, y los distribuidores en España: «los seis o siete grupos más cualificados del negocio», según la Policía. Solo uno de ellos, el de la «narcopija» Ana Cameno (ver: http://manuelcarballal.blogspot.com/2011/04/ana-maria-cameno-santera-y-reina-de-la.html) detenida en enero, le habría hecho pagos de varios millones de euros, a tenor de las cuentas, de ahí que los investigadores calculen que ha movido más de cien millones en poco tiempo.

«Es muy inteligente. Un hombre que capta las ideas a la primera, muy conciso, no vacila y ni siquiera el consumo de drogas habitual le ha afectado», explican los agentes de la Udef. «Los narcos se fían de él porque nunca ha vendido a nadie, se defiende perfectamente en inglés y allá donde va hace excepcionales contactos». Alguien con capacidad para financiar un envío de dos o tres toneladas de cocaína desde Sudamérica a la fuerza despliega un gran poder y se granjea grandes amigos y enemigos.

Entre sus fieles, la citada Cameno, que había montado un laboratorio de cocaína en Madrid y se había hecho la reina del negocio. Se les ha visto compartiendo cenas en la capital y en Miami con sus respectivas parejas; la primera compraba sus Audi en el concesionario de los Ta rdón; les unían los cargamentos de droga, la cirugía estética y su desmedida afición a la santería cubana que les hacía vestir de blanco de los pies a la cabeza. Uno de los cuatro detenidos en julio en Estados Unidos en la «operación Azaleas» era el santón o padrino de Álvaro: Vicente Orlando, que igual le hacía un conjuro a su protegido que le blanqueaba unos cuantos miles de euros.

El hermano mayor y peor dotado Artemio López Tardón, también ex «Miami», era otro adicto a la brujería blanca que le apasiona tanto como las prostitutas con cierta fama, las orgías o extravagancias tales como tener grifos de cerveza en el dormitorio, peceras gigantes o meter cien mil euros en el cesto de la ropa sucia.

Pero a los L. Tardón les habían crecido los enemigos y los rivales. El peor de todos el antiguo socio y amigo del alma de Álvaro: Juan Carlos Peña Enano, verdadero artífice de «Los Miami», huido de la Justicia durante años hasta que en 2009 la Policía logró detenerlo cuando acudía al cumpleaños de su hijo. En 2003 Álvaro decidió independizarse de la banda y entre Peña y él nació un odio eterno que se ha cobrado atentados, asesinatos, secuestros y palizas. En la fastuosa casa americana de Álvaro nunca faltaba un conjuro contra Juan Carlos, quizá el único personaje al que tiene miedo, y que hoy se pasea en libertad con su pierna ortopédica tras el accidente de moto que sufrió y del que siempre ha culpado a Tardón.

Nadie se explica cómo Álvaro prácticamente no ha pisado la cárcel. Acumula antecedentes por todo tipo de delitos desde 1993. En 2008 fue indultado por el Gobierno. Había sido con

denado a seis años por arrancarle un o

jo a un hombre con un pincho. La leyenda asegura que pagó a la víctima y ésta se dio por satisfecha. Desde entonces ha vivido a caballo entre Estados Unidos y Madrid, con frecuentes viajes a Bogotá para perpetuar y engrandecer el negocio. Álvaro, que llegó a tener un leopardo vivo en su chalé de Villaviciosa, quería regresar a España para vigilar sus trapicheos.

Un robo y «Cásper»

Hace un par de años fue víctima de un espectacular robo. Desaparecieron cerca de dos toneladas de cocaína que él había financiado. Todas las sospechas apuntan a su antiguo amigo-colaborador, el hampón Ángel Suárez Flores, «Cásper», otra pieza mayor de la delincuencia nacional, más escurridizo si cabe que cualquiera del grupo. Los «miamis» hacían a «Cásper» trabajos de seguridad y otros menos limpios; frecuentaban las mismas fiestas y a las mismas mujeres despampantes del papel cuché.

La Policía sospechó que volvería a correr la sangre, pero hasta ahora no ha ocurrido. «Cásper» fue detenido hace solo unos meses y continúa en prisión. Algunos investigadores aseguran que esa historia aún no ha escrito su epílogo.

La Comisaría General de Policía Judicial y el juez de Instrucción de Madrid, Santiago Torres, que se ha implicado a fondo en la compleja operación, tienen claro que Álvaro ocupa el escalón superior y se había erigido en el amo y señor de una peligrosa banda de crimen organizado. En España no se la ha podidoprobar de momento su relación directa con el tráfico de cocaína, que sí le atribuye la Fiscalía de Miami: conspiración para blanquear 26 millones de dólares procedentes de tráfico de drogas. Han sido detenidas 21 personas, entre ellas el abogado que les lavaba los fondos, puesto en libertad.

Todos muertos

Los hermanos Tardón y Peña Enano son los supervivientes del en su día compacto grupo Miami. Francisco Javier Manzanares, Iván Llorente Liébana, Javier Acero y el abogado Rafael Gutiérrez Cobeño corrieron peor suerte. Todos están muertos. Fueron asesinados y en ningún caso se halló al autor. Peña, Álvaro y Artemio han sufrido atentados y secuestros, pero siguen con vida. De ahí que el primero se haya escondido como una sombra durante años y los segundos se paseen por la vida vestidos de blanco y colgados del teléfono para que su santero les cuente el futuro.

Cruz Morcillo

http://www.abc.es/20110801/espana/abcp-miami-factoria-drogas-millones-20110801.html

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