Las investigaciones sobre los motivos que llevaron al joven Ismael Quesada a asesinar a su madre y a su hermano pequeño siguen adelante centradas en el repentino cambio de carácter que convirtió a un estudiante «modelo» en una persona retraída, encerrada en sí misma, que repetía cursos y había echado a perder sus estudios. Según fuentes de la investigación, las pesquisas se centran ahora en el ordenador del muchacho y en comprobar si recientemente habría realizado algún viaje o movimiento sospechoso que le hubiera podido poner en contacto con algún tipo de secta destructiva.
De la vivienda familiar de la calle Federico García Lorca de Portugalete la Ertzaintza se ha llevado ya el ordenador, que estos días revisa minuciosamente en busca de más pruebas que permitan aclarar el horrendo crimen de Ismael y, sobre todo, los motivos que se esconden detrás del asesinato -con un cuchillo y una piqueta- de su madre, Pilar Asensio, de 58 años, y del benjamín de la familia, Javier, de 11. La Policía trata de comprobar si el joven, que cumplió 18 años un día después de los crímenes, pudo haber sido abducido por una secta a través de Internet que hubiera, de algún modo, incidido en la «psicosis severa» que un forense le diagnosticó tras ser detenido y por la que sigue recluido en una unidad psiquiátrica hospitalaria.
Aunque sus compañeros de clase han dado testimonio de su carácter taciturno y no detectaron en él ninguna manía perdurable, todos han destacado su afán por quedarse en casa, por no relacionarse. En su vivienda el joven tendría una habitación propia donde pasaría las horas muertas delante del ordenador. Por ello los especialistas informáticos revisan el 'caché' del equipo en busca de los archivos temporales de Internet, las 'cookies' o pequeños documentos de texto que la mayoría de las páginas dejan en las computadoras como marca de que se las abre, y el historial de sitios visitados para comprobar a qué páginas accedía el joven, si son las que pueden corresponder a un adolescente o no y si algún grupo organizado o comunidad en la Red pudo influir en su conducta y en la tragedia final.
Los investigadores también tratan de reconstruir sus movimientos centrándose en dos aspectos: si el joven pudo realizar algún viaje reciente que hubiera tenido alguna trascendencia para llevar a cabo el crimen familiar del que se autoinculpó ante la Policía local de Sestao y, sobre todo, qué hizo o a quién pudo ver en las horas que median entre las seis de la mañana del lunes, cuando salió de casa con las llaves de su padre, y el momento en que regresó, varias horas después, para cometer el doble crimen.
Un dato más se ha venido a mezclar. El hecho de que Ismael retirara su perfil de Facebook días antes de cometer los asesinatos corrobora la aparente premeditación de los mismos, realizados justo un día antes de alcanzar la mayoría de edad. Es más, la Ertzaintza localizó en su habitación unas hojas manuscritas, una especie de diario, donde detallaba su intención de acabar con la vida de toda su familia. No obstante, a pesar de la gravedad de los crímenes, la grave enfermedad mental que padece impedirá acusarle penalmente ya que es «ininputable», según especificaron fuentes de la investigación, por lo que ingresará en un centro psiquiátrico.
Según fuentes municipales, los familiares de Ismael se encuentran profundamente afectados por su acción, y quienes han tenido contacto con ellos les describen como «destrozados e incapaces de comunicarse con nadie y reaccionar», por lo que son vigilados muy de cerca por especialistas médicos en shocks traumáticos y depresiones. Los servicios sociales del Ayuntamiento de Portugalete les visitaron el martes para ponerse a su disposición e informarles de que podían solicitar todo tipo de ayudas económicas e incluso psicológicas si así lo requerían.
Los técnicos municipales también se habrían interesado por la situación de los cadáveres de Pilar y el menor de sus hijos, que continúan insepultos cuatro días después del brutal crimen y sin una fecha definida para el funeral. Al parecer, el cabeza de familia les había transmitido que «no tienen dinero» para pagar dos funerales, con lo que sería el Consistorio quien se haría cargo de los mismos, ofrecimiento que el alcalde, Mikel Torres, ha confirmado a este periódico. De todas formas, la familia habría comunicado al regidor que intentará hacer frente a las exequias.
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