Los antropólogos sociales han comenzado a prestar
atención a un fenómeno, que los especialistas llevan años estudiando:
terroristas, narcotraficantes y sicarios utilizan la brujería y el satanismo
para protegerse de la policía y para mantener el terror de sus víctimas.
Nuestro compañero Manuel Carballal, ha viajado por Africa y América Latina
estudiando in situ este inquietante fenómeno denominado por la prensa
narcosatanismo.
Algún lugar de Trinidad. Cuba.
Después de varios viajes a la isla, y tras depositado en mi un cariño y unas expectativas inmerecidas, mi madrina, Rosa Sánchez, accedió por fin a que pudiese tomar fotografías en uno de los rituales de Palo Mayombe, la temida Regla Conga, que ella oficiaría como palera veterana. La única condición, me dijo, es que participase en la celebración como el resto de sus ahijados.
Ya había tenido anteriormente la oportunidad de examinar las temibles Ngangas o calderos rituales. Unos recipientes en los que se recrea el universo energético en que se mueven los paleros, a través de elementos como vegetales, minerales, restos animales… y en muchos casos humanos. Incluyendo, en las Ngangas más poderosas, cráneos humanos previamente robados en los cementerios locales…
A diferencia de los rituales oficiados por otros personajes del mundo mágico afrocubano, como los babalaos o los paleros, los rituales de Malo Mayombe o Palo Monte, son más duros. El “rayado” de los aspirantes, rajando sobre su piel con un cuchillo las “marcas” del santo, o los sacrificios de animales, para “dar de comer a los santos”, se antoja aberrante a ojos de un europeo. A pesar de que sus fiestas nacionales incluyan la tortura de animales.
Tras horas de ritual, danza y música, al ritmo de los tambores sagrados, los orishas (dioses) hacen su aparición, cabalgando (poseyendo) a varios de los presentes, que comienzan a moverse frenéticamente. Uno toma una tortuga y le arranca la cabeza de un mordizco para beber su sangre…
Otro toma una cabra, y la decapita de un certero golpe con un machete. Alguien derrama su sangre sobre un cuenco de madera y mi madrina lo acerca a mis lábios… “bebe, es la sangre del sacrificio” me dice… Me sorprende su sabor. Es dulce…
El Palo Mayombe pierde sus raíces históricas en la noche de los tiempos, y en lo más profundo de Africa, el origen de la humanidad. Es una religión ancestral, dura, telúrica, primitiva, pero también viva, vital y alegre. Sin embargo la implacable dureza del uso de sangre en sus rituales has inspirado a criminales, psicópatas y charlatanes, para disfrazar su sadismo con las vestiduras del Palo Monte. Sustituyendo las tortugas, chivos o gallinas, por seres humanos. Y expulsando a los ancestrales dioses del panteón Yoruba, para ocuparlos con el mismo Diablo…
Brujería y crimen organizado
Siete de enero de 2016. Efectivos de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Colombia), en colaboración con la fiscalía, rodean la casa. Revisan los chalecos antibalas, montan las armas, y tras una patada en la puerta, entran en el recinto gritando: ¡Policía!
Tumulto, empujones, más gritos…
Los agentes han conseguido sorprender a los delincuentes que no pueden evitar las detenciones… Los demonios, espíritus y fuerzas sobrenaturales que, según creen, protegen su guarida, han sucumbido a los fusiles de asalto policiales…
Según el Coronel Jaime Barrera, comandante de la MECUC (Policia Metropolitana de Cúcuta), los sospechosos pertenecían a la banda de La Machorra (Los Paisas), una organización dedicada al narcotráfico y al sicariato (asesinatos por encargo), responsable de las ejecuciones de Daisy Marcela Pineda Romero (el pasado 1 de octubre); Maritza Vera y Nelson de Jesús Chávez (25 días más tarde), etc.
La MECUC detuvo a Erick Heller Rojas, alias 'Tito', de 24 años; y Jefferson Andrade, conocido como 'Cocoy', de 18, a quienes consideran líderes de la organización. Así como a varios integrantes de la misma. En el registro también se encontraron armas, drogas… y lo que resultó más sorprendente: un altar de brujería.
Los presuntos asesinos a sueldo y narcotraficantes acudían a la magia para protegerse de de la Ley… Obviamente no los funcionó. En estos momentos, según una nota oficial publicada en la web de la Fiscalía (fiscalia.gov.co) todos han sido trasladados al Centro Penitenciario de Cúcuta, en Santander, acusados de narcotráfico y asesinato. A la mañana siguiente la prensa colombiana se desayunaba con el siguiente titular: “Sicarios usaban brujería para evitar la Justicia”.
En las imágenes del altar que la MECUC nos filtró a los medios, creo reconocer a “viejos conocidos”. Santos y orishas como María Lionza, el Dr. J. Gregorio Hernández, el negro Felipe… hasta Buda había sido incorporado al altar sincrético de los sicarios. Algo que antes solo había visto en mis viajes por Cuba y Haití.
No, no era la primera vez que el crimen organizado utilizaba la brujería en Cúcuta.
En esa misma ciudad, y justo un mes antes, en enero de 2015, varias jóvenes menores de edad fueron liberadas de una red de “trata de blancas” que reclutaba a niñas y jóvenes por todo el país, para después obligarlas a prostituirse en la frontera colombo-venezolana. También en esta ocasión los criminales utilizaban la brujería para aterrorizar a las menores, “fidelizándolas” con sus proxenetas, y para “protegerse” de la Policía. De nuevo no existió tal protección cuando la Policía Nacional detuvo a Fredy Fonseca, alias “el Gordo” y Luis Sierra alias Pipe, líderes de la organización… No funciona.
En esa misma ciudad, y justo un mes antes, en enero de 2015, varias jóvenes menores de edad fueron liberadas de una red de “trata de blancas” que reclutaba a niñas y jóvenes por todo el país, para después obligarlas a prostituirse en la frontera colombo-venezolana. También en esta ocasión los criminales utilizaban la brujería para aterrorizar a las menores, “fidelizándolas” con sus proxenetas, y para “protegerse” de la Policía. De nuevo no existió tal protección cuando la Policía Nacional detuvo a Fredy Fonseca, alias “el Gordo” y Luis Sierra alias Pipe, líderes de la organización… No funciona.
No importa cuanta sangre, animal o humana, haya sido ofrendada a los espíritus. La detención de los criminales, que pretenden encontrar en la brujería un sistema de hacerse invisibles, invulnerables a las balas, o inaccesibles a la policía, demuestra que el sistema no es efectivo. Sin embargo en estos momentos, en algún rincón del mundo, un asesino, un narcotraficante o un terrorista, están afilando un cuchillo ritual para sesgar una vida, ofrendándosela a algún exótico altar diabólico, creyendo que así obtendrá una protección mágica para sus delitos…
Brujería armada
El 25 de agosto
de 2013 caía el jefe del Frente 57 de las FARC en la frontera entre Panamá y
Colombia.
Virgilio Antonio
Vidal Mora, alias ‘Sílver’, fallecía durante un bombardeo del ejército
colombiano, al campamento del Frente 57 de las FARC, en la frontera de
colombopanameña. Silver había ingresado en las FARC 30 años antes. Su lucha,
que empezó motivada por ideales revolucionarios, evolucionó hacia el
narcotráfico, excusándose, como muchos comandantes de las guerrillas
colombianas, en que la lucha revolucionaria requería grandes cantidades de
dinero para pagar armas, municiones o explosivos. Y si el mayor negocio de
Colombia es el tráfico de cocaína, los guerrilleros decidieron que el
narcotráfico debía contribuir a su lucha revolucionaria… Así, poco a poco, los
ideales marxistas del pasado fueron desdibujándose devorados por el verde de la
selva, transformando a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en
simples narcotraficantes, como los que en su origen decían combatir.
Para los
servicios de inteligencia colombianos Silver terminó por convertirse en uno de
los principales responsables del tráfico de armas y drogas de las FARC,
vinculado directamente con el cártel mexicano de Sinaloa. Y, como los de
Sinaloa, Silver compartía también una arraigada creencia: la brujería podía protegerle
de las balas.
Solo tres meses
antes un grupo de 11 guerrilleros del Frente 57 de las FARC, encabezados
por Alfredo Úsuga, alias Marlon,
abandonaron la lucha armada desmovilizándose, y uno de ellos, Breiner, hombre
de confianza de Sílver, relató a los
servicios de inteligencia como había acompañado a su comandante a la consulta
Maritza Cerdeño, una conocida santera de Aparadó, pueblo natal del comandante
de las FARC, y quien lo habría introducido en las artes de la magia. Maritza
Cerdeño ya había iniciado anteriormente a otros guerrilleros históricos, como
Noel Matta Matta (Efrain Gúzmán “el viejo”), uno de los fundadores de las FARC
junto con Tirofijo y Miguel Pascuas.
Según la confesión
de Breiner, Silver “dice que las balas del enemigo no le entran cuando está en
combate. Anda embambado con cadenas, de las que le cuelgan unos amuletos… En
las noches se retira a su cambuche, en el que nadie entra, hace unas
invocaciones, se baña con unas pócimas de hierbas que carga en el morral. No
entra ni siquiera Mery, su compañera sentimental (a la que reclutó para las
FARC con 12 años). El que lo moleste lo manda a fusilar…”.
Más aún, el
arrepentido relató algunas de las historias que circulaban entre los
guerrilleros, y que pretendían certificar los poderes mágicos del Comandante
Silver, como aquella ocasión en que echó un “mal de ojo” a Rigo, otro
guerrillero perteneciente al Bloque Iván Ríos de las FARC, con quien había
discutido y a quien, en presencia de varios guerrilleros, auguró una muerte
inminente: “‘Rigo’ se enfermó; tenía fiebre y alucinaciones, decía que ‘una
sombra lo perseguía en las noches’. Una mañana unos compañeros lo encontraron
muerto dentro de la tienda. Decían que ‘Sílver’ le dijo a la bruja que se lo
llevara…”.
Erika Gabrial,
reportera del programa colombiano Testigo Directo, consiguió entrevistar a dos
guerrilleras desmovilizadas que vivieron en primera persona los rituales de
brujería en los grupos armados de Colombia. Lliliana combatió durante 12 años en
la Compañía “Guerreros de Sindagua” del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y
Nataly en el Frente 1º de las FARC. Ambas dieron testimonio de cómo algunos
mandos de las guerrillas utilizaban a Payés, brujos locales de la selva
colombiana, para realizar rituales de brujería con diferentes objetivos:
protegerse del ejército colombiano en los enfrentamientos armados; solucionar
problemas de salud que surgen en la selva o incluso obtener los favores
sexuales de las guerrilleras de sus compañías.
El antropólogo
Nestor Alejandro Pardo, de la Universidad Nacional de Colombia, ha estudiado a
fondo el tema. Autor de varios trabajos sobre la brujería contemporánea en las
guerrillas colombianas recogió el caso de una guerrillera que supuestamente
habría recibido 30 balazos antes de caer abatida… se había incrustado un
crucifijo en el hombro.
Según las
investigaciones de Pardo algunos guerrilleros “rezan a las balas y al armamento
para que sea más efectivo”, y acuden a los payés para “hacerse invisibles o
invulnerables a las balas de la policía y el ejército”.
Antes de entrar
en combate acuden a un Payé o brujo local, que realiza los rituales de
protección, cuando no les enseña a los terroristas como hacerlos ellos mismos.
Y así, confiados en la magia de la brujería, en una protección sobrenatural que
los hace invulnerables, se lanzan con mayor aplomo y confianza a la lucha. Y
eso siempre suele jugar a su favor. Por ello, cuando sobreviven al combate, en
el que solo la confianza en si mismos ha contribuido al éxito, refuerzan
erróneamente la idea de que la brujería puede protegerles.
El problema es
que con frecuencia sus asesores mágicos no son más que estafadores, que
intentan lucrarse de su ignorancia, aumentando el precio de los rituales,
argumentando que los dioses requieren sacrificios más costosos. Más animales, o
animales más grandes o raros… incluso seres humanos. Solo así los rituales
serán más potentes y los éxitos estarán asegurados…
El siguiente
paso era predecible. Más allá de religiones lícitas y ancestrales, como la
Santeria o la Wicca, los criminales buscan el favor de dioses más poderosos… o
del mismo Satán.
Los narcosatánicos de Matamoros
Tuve la primara
noticia sobre la increíble historia de Adolfo de Jesús Costazgo de la mano de
Torcuato Luca de Tena. El destino quiso que a mediados de ese año 1989 el
fundador del ABC y autor del célebre “Los renglones torcidos de Dios” y quien
esto escribe, coincidiesen en un debate televisivo sobre la figura del Diablo.
Luca de Tena acababa de regresar de México, donde residía desde mediados de los
setenta, y todavía llegaba conmocionado por la noticia que esos días había
colapsado los medios aztecas.
Una secta
satánica de narcotraficantes, que había realizado docenas de sacrificios
humanos, acababa de ser desmantelada por la policía. El escándalo salpicaba a
famosos y conocidos cantantes, actores, políticos…
Todo comenzó,
como comienzan estas cosas, en un control rutinario de carreteras. El lunes
diez de abril de ese año David Serna Valdez, de 22 años, conducía una camioneta
Chevrolet Silverado (matrícula 1068RP) cerca
de la frontera de México con EEUU cuando se encontró con un control policial en
la carretera de Matamoros A Reynosa, que bordea la frontera de México con EEUU.
Perdió los nervios. En lugar de detenerse aceleró, originando una espectacular
persecución que terminó a la altura del kilómetro 39, ya dentro de rancho Santa
Elena. David Serna creía que en el rancho estaría a salvo de la policía… Se
equivocó.
En la furgoneta
los agentes encontraron restos de marihuana y una pistola del 38 especial. En
el rancho fue detenido otro tipo: Domingo Reyes Bustmante. Su comportamiento
resultaba sospechoso. Parecía confuso. Ni Valdez ni él parecían dar crédito a
la presencia policial en el rancho. Era como si los sistemas de protección
mágica que en teoría protegían Santa Elena de la policía hubiesen perdido su
poder…
Tras un intenso
interrogatorio, probablemente tortura, Valdez se derrumbó confesando su
pertenencia a un cártel de narcotráfico, y como acababan de entregar en Rio
Bravo un pedido de 300 kg de marihuana. Sin embargo el detalle más
escalofriante de su confesión superaba todas las expectativas de la policía:
Valdez confesó que el capo de su organización era un brujo cubano que realizaba
sacrificios humanos en rituales mágicos, para obtener la protección de los
espíritus…
Domingo Reyes
confirmó las increíbles declaraciones de su compinche, y señaló la ubicación de
otra base de la organización: una lujosa mansión en Matamoros donde son
detenidos más miembros del cártel: los hermanos Elio y Ovidio Hernández Rivera
y su primo Serafín Hernández García.
Comenzaron los
registros. Drogas, armas… y una fosa común con una docena de cuerpos humanos a
los que les había extirpado el corazón o el cerebro en macabros rituales de
brujería. También encontraron las Gnangas, muy parecidas a las que yo he podido
examinar en Cuba, Dominicana o Haití. Pero en este caso los huesos y cráneos de
animales sacrificados podían ser sustituidos por restos humanos… Después
vinieron más. La organización contaba con fincas y pisos en diferentes puntos
del país.
Los agentes de
policía estaban desbordados. Nunca antes se habían enfrentado a algo parecido.
Pronto en otras partes del Santa Elena, y en otras propiedades de la
organización, como el rancho Santa Liberada, se encontraron más cadáveres. Después
de registrarían la mansión del lujoso barrio de Obispado de Monterrey, la del
número 47 de la calle Papagayos, etc.
Imposible
detener el escándalo. La policía inicia un despliegue sin precedentes en el
estado, a la busca y captura de “El Padrino” y sus secuaces más directos:
Alvaro de León Valdez “Duby”, Omar Francisco Orea, Martín Quintana (su
lugarteniente) y la escultural Salara Villareal Aldrete (musa y amante de “El
Padrino” a quien algunos se referían como “La Madrina”. Pero la noticia no
puede contenerse y copa todos los titulares: “narcosatánicos en Matamoros”. “El
Padrino” y sus colaboradores más directos inician la fuga, y durante tres
semanas consiguen burlar el operativo, de más de 300 agentes, que siguen su
pista por todo México.
Mientras los
forenses continúan desenterrando cuerpos en las propiedades de la organización.
En las autopsias consigue identificarse a las primeras víctimas. Casos abiertos
de desaparecidos, consiguen por fin ser resueltos. Pero los exámenes evidencian
que algunos de ellos han sido sometidos a tormentos atroces, presuntamente
durante el transcurso de rituales de brujería. El transexual Claudia Ivette,
por ejemplo fue descuartizado, le extirparon los ojos y le arrancaron la pial.
Al joven norteamericano Mark Kirloy, le habían amputado las piernas, extraído
el cerebro y con su columna vertebral “El Padrino”, se había hecho un alfiler
de corbata… El asesinato de Kirloy implicó en la investigación a las
autoridades norteamericanas.
Por fin, el 6 de
mayo, “El Padrino” y grupo de seguidores más leales es localizado en el
histórico barrio de Cuauhtémoc, en el norte de México Distrito Federal. Allí,
en el cruce de las calles Río Balsas con Río Serna, concretamente en el
apartamento 11 del número 19 de Rio Serna,
se había parapetado el núcleo duro de los “narcosatánicos” de Matamoros.
Justo enfrente
todavía hoy se erige un kiosco de prensa donde aún recuerdan aquel soleado día
de mayo de 1986, en que las balas comenzaron a llover del cielo, desde la
azotea del edificio situado en la esquina.
Rodeados por la
policía “El Padrino” y sus hombres comenzaron a disparar contra la policía que
les invitaba a rendirse. Pero “El Padrino” no estaba dispuesto a dejarse
atrapar. Después de 45 minutos de intenso tiroteo entrega su ametralladora a León
Valdéz “Duby” ordenando que le disparase, pero el joven no se siente capaz de
“suicidar” a su bienamado Padrino. Este decide ponérselo fácil y meterse dentro
de un armario para que Duby no vea sus rostro al aparetar el gatillo. Y
sentencia: “Mátame o te irá muy mal en el infierno”... Duby asiente resignado.
Martín Quintana,
fiel hasta la muerte a su Padrino, decidió morir a su lado y entró con él en el
armario recibiendo una lluvia de balas. Para cuando el resto de la banda,
incluida “La Madrina” se rindieron, y la policía entró en el apartamento, el
Padrino y su fiel lugarteniente ya estaban muertos. Había prometido que no
entraría en prisión y cumplió su palabra.
Torcuato Luca de
Tena, según me relató en nuestro encuentro, siguió día a día la evolución del
caso que acaparaba los titulares de toda la prensa mexicana e internacional. El
Padrino, cuyo nombre real era Adolfo de Jesús Costazgo, había nacido en Miami
en 1962. Se había iniciado en el Palo Mayombe o Regla Conga, una religión
afrocubana, siendo apenas un adolescente y durante años había sobrevivido
gracias a sus conocimientos de dicha religión, y a una consulta como echador de
tarot. Pero, tras establecerse en México, comenzó a utilizar los contactos que
le ofrecía sus consulta: policías, actores, delincuentes, para iniciar su
propio negocio de narcotráfico, pervirtiendo los principios de una religión
ancestral y legítima como la Regla Conga, y convirtiendo el Palo Monte en una
particular forma de satanismo para fidelizar a sus seguidores, aterrorizar a sus
enemigos, y obtener “protección mágica” contra las autoridades. Obviamente
tampoco a él le funcionó.
Según me explicó
Torcuato Luca de Tena entonces, y pude comprobar a medida que las noticas
llegaban a España, El Padrino estaba muy bien relacionado con la alta sociedad
azteca. Pronto el escándalo salpicó a políticos, actores, cantantes, etc, a los
que se vinculó con los narcosatánicos de Matamoros: Desde el cantante Oscar
Athie, a la famosa actriz Irma Serrano “la tigresa”, pasando por Lucía Méndez, el peluquero Alfredo Palacio o
la también cantante Yuri, que poco antes había triunfado en España apadrinada
por Juan Pardo.
Pero quien
focalizó la atención de la prensa mundial fue ella… “la Madrina”. Sara María
Aldrete Villareal. Nacida en Matamoros, en 1964. Su casi metro noventa de
estatura y su natural belleza, no hacían que pasase desapercibida. Y un
ciudadano estadounidense, Miguel Zacarias, consiguió casarse con ella el día de
Halloween de 1983, pero el matrimonio apenas duró cinco meses. Sin embargo Sara
ya había conseguido la nacionalidad norteamericana.
Estudiante
ejemplar de educación física, becada por el Texas
Southmost College, conoció a Costazgo
en julio de 1987 en una calle de Matamoros. El se convertiría en su amante y la
iniciaría en su compleja mezcla ritual de Palo Monte, brujería azteca y
satanismo, ordenándola como “La Madrina”.
Condenada a a
647 años de prisión, actualmente cumple su pena en una prisión de México, pero
si algún día fuese liberada tendría que enfrentarse a otro proceso en EEUU por
el asesinato de Mark Kirloy. Hace unos años publicó su propia versión de la
historia en el libro “Me dicen la narco satanica”, y ha concedido diferentes
entrevistas a medios mexicanos e internacionales asegurando que siempre fue una
víctima, secuestrada por Costazgo, y que su confesión, durante el juicio, fue
arrancada a fuerza de torturas y violaciones por parte de la policía.
Sin embargo su
historia era demasiado fascinante, y ya se han producido varias películas
relatando su vinculación con los narcosatánicos de Matamoros.
En 1997 el
director español Alex de la Iglesia también quedo subyugado por la increíble
historia de Sara Aldrete, dirigiendo la película “Perdita Durango”, en la que
la actriz Rosie Pérez interpreta a una sanguinaria y ambiciosa Aldrete, y
nuestro oscarizado Javier Bardén al personaje inspirado en Adolfo de Jesús
Costazgo. En una de las entrevistas que concedió a Pepe Navarro, durante la
promoción de la película, repleta de torturas, sangre y vísceras, dijo que tras
documentarse a fondo sobre la historia de Sara Aldrete y Costazgo, había
decidido suavizar las escenas de los rituales… “Si lo cuento como ocurrió
realmente –dijo- nadie se lo creería”.
Manuel Carballal
No hay comentarios:
Publicar un comentario