-Las acusaciones de brujería en las zonas rurales suelen desembocar en linchamientos y ejecuciones públicas
En India los rumores no
vuelan, matan. El último caso ha tenido lugar en el estado de Jharkhand, al
noreste del país, donde tres miembros de una familia han sido quemados
vivos por una turba que les acusaba de haber realizado sacrificios
humanos.
Centenares de personas armadas con palos
y armas afiladas se dirigieron el domingo a la casa de los supuestos
brujos en la zona de Lohardaga. La rodearon, encerraron a sus siete inquilinos
dentro y prendieron fuego al lugar.
Govadhan Bhagat, su esposa Mato Devi y su hija
fallecieron en el incendio. La policía pudo rescatar de las llamas a cuatro
miembros de la familia. Uno de los hijos se encuentra en el hospital con
quemaduras en el 85% de su cuerpo.
"Hubo un rumor de que habían secuestrado
a un menor para un sacrificio y a eso siguió el ataque", ha dicho
a AFP el jefe de policía del distrito, Kartik S. Tras registrar la casa, no se
encontró a ningún menor dentro, por lo que el agente afirma que por ahora no
hay prueba alguna que sostenga la acusación de la turba. Han sido
detenidas 16 personas involucradas en el incendio y asesinato de la
familia.
Jharkhand ha sido escenario de casos similares en
el pasado. Las acusaciones de brujería
en las zonas rurales suelen desembocar en linchamientos y ejecuciones
públicas, por lo que el Gobierno local ha tratado de endurecer las
leyes y de concienciar a la sociedad para frenar estos crímenes. En
vano, por lo que se ve.
En los últimos 15 años más de 2.000
personas, la mayoría mujeres, han sido asesinadas en India
acusadas de brujería, según la Oficina Nacional de Registro de Delitos. El
pasado verano, en el estado de Assam, 16 personas fueron detenidas en relación
al asesinato de una mujer que supuestamente practicaba la magia negra, una
acusación que le costó la cabeza. La misma suerte que corrieron poco después
cinco mujeres en Jharkhand. Casos esporádicos que, de vez en cuando, salen a la
luz.
Si en todo el país las creencias supersticiosas
están muy extendidas, en las zonas tribales aún más. Los sacrificios han estado
ligados durante años -ya no tanto- a corrientes como el tantrismo o a algunos fieles
de la diosa hindú Kali.
En los casos que todavía aparecen, se suele
señalar a los seguidores de tradiciones ocultistas, como los Orkas o los
Mudkatwa, que llevan a cabo sacrificios de humanos (a veces, niños) y
animales. La muerte sirve como ofrenda a los dioses para pedir buenas
cosechas o para proteger a la comunidad de enfermedades y malos espíritus, si
bien los expertos sostienen que en algunos casos se trata de ajustes de cuentas
personales para arrebatar las tierras de los fallecidos.
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