Kirsan
Iliumzhínov, acusado de apoyar al DAESH y mandatario de la FIDE, no podrá
acudir al Mundial al estar sancionado por EEUU, país donde se celebra el campeonato.
Lo normal es que usted haya pinchado en la noticia –quién sabe si abducido
por el titular–. Y lo normal, también, es que usted piense que la historia es
surrealista, que lo que lee no puede ser verdad. Pero lo es. Nadie lo ha
engañado. Kirsan Iliumzhínov así lo ha contado en más de una ocasión. Sin
titubear, serio y tajante. “Yo estuve con extraterrestres”, reconoció en una
entrevista recogida por Edward Winter. Y desde entonces no se ha echado atrás.
Es más, se mantiene como presidente de la FIDE (Federación Internacional de
Ajedrez) a pesar de que Estados Unidos lo ha sancionado presuntamente por
apoyar económicamente al ISIS. Lo que supone, en términos deportivos, que no
podrá acudir a su propio Mundial, celebrado, casualmente, en EEUU el próximo
mes de noviembre.
La vida de Kirsan Iliumzhínov versa entre lo literario y lo paranormal.
Nacido en Elista (República de Kalmykia, por entonces perteneciente a la Unión
Soviética), sus padres le dieron el nombre de su abuelo, militar del Ejército
Rojo que decidió suicidarse cuando le encargaron ejecutar a varios de los
capturados. Ése es su origen, el de un niño inquieto, que gustó de practicar
boxeo durante su adolescencia y se proclamó campeón de ajedrez en su propio
país a los 14 años. De ahí, precisamente, que luego haya dedicado gran parte de
su vida a promover e impulsar dicho deporte.
Pero antes de convertirse en el máximo mandatario mundial del ajedrez,
Kirsan Iliumzhínov hizo muchas cosas. Quizás demasiadas. La primera de ellas,
formarse en relaciones exteriores en Moscú entre 1983 y 1989. O dirigir una
empresa automovilística soviético-japonesa llamada Liko-Raduga, con la que hizo
dinero y ganó contactos. Incluso, se presentó a las elecciones de la República
de Kalmykia y formó Gobierno en 1993, en un país que no llega a los 300.000
habitantes.
Como presidente tuvo sus adeptos, sobre todo, por conseguir poner en el mapa
a la República de Kalmykia, entre otras muchas cosas, por medidas como las
siguientes: aprobó la enseñanza obligatoria del ajedrez durante tres años en la
educación obligatoria y creó la única reserva de Europa del antílope Saiga.
Celebrando, poco después, en 2010 –año en que dejó su cargo en el Gobierno– el
año del Saiga. Aunque, obviamente, no todo fue de color de rosas. En 1998,
Larisa Yudina, periodista de un diario de la oposición, fue asesinada a
puñaladas. Sin embargo, Iliumzhínov negó toda acusación, a pesar de que los
condenados eran colaboradores de su Gobierno.
ABDUCIDO POR UN OVNI
Kirsan Iliumzhínov podría pasar a la historia por todo lo anterior y a nadie
le parecería extraño. Sin embargo, su día en mayúsculas. O su gran momento, da
igual un poco como lo quieran llamar, ocurrió en 1997, cuando confesó haber
sido abducido por un OVNI. “Llegaron, me cogieron, entré en una nave del tamaño
de un campo de fútbol y pasé un día entero en el espacio. Yo estuve despierto
todo el tiempo y lo vi con claridad”, confesó en una entrevista con Fleming
Rose. “¿Y cómo eran?”, le preguntó el periodista. “Personas normales”,
contestó. Y se quedó tan tranquilo.
Antes, en 1995, se presentó a la presidencia de la FIDE y ganó las
elecciones. Y todavía hoy en día sigue siendo el máximo mandatario a pesar de
que ha amagado con dar el salto a otras instancias, como a la FIFA:
“Necesitamos liberarla de la corrupción”, reconoció en su momento. Pero
finalmente no lo hizo. Siguió al frente de la Federación de Ajedrez, incluso
ganando a Garry Kasparov en los últimos comicios.
Sin embargo, su tiempo parece estar a punto de agotarse. En 2010, se reunió
con Gaddafi, con el que jugó al ajedrez y se echó una foto. Y en diciembre de
2015, fue sancionado por el Tesoro de Estados Unidos por financiar al ISIS
–aunque él lo niegue– y sus cuentas fueron bloqueadas. ¿Resultado? En este
2016, estará presente en el torneo de candidatos que se celebra en Moscú en
marzo, pero no podrá acudir al Mundial, que tiene lugar en EEUU. Aun así, y
aunque ha cedido parte de sus competencias al griego Georgios Makropoulos, no
ha renunciado al cargo de presidente y ha buscado, incluso, suspender el
campeonato. ¿Qué ocurrirá al final? Quién sabe. Lo único cierto, como decía
Dalí, es que el hombre tiene derecho a su propia locura.
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