Beber sangre
humana: ¿resultado de una condición psicológica o alivio para ciertos síntomas
físicos?
En el barrio
francés de Nueva Orleans, John Edgar Browning está a punto de participar en una
"comida".
Esta
comienza tan clínicamente como un procedimiento médico. El "comensal"
-un conocido- frota primero un pequeño parche con alcohol en la espalda
superior de Browning. Luego la pincha con un bisturí desechable y la presiona
hasta que la sangre empieza a fluir. Acercando sus labios a la herida, empieza
a sorber el líquido de color vino oscuro.
"Lo
tomó unas cuantas veces, luego me limpió y me vendó", me dijo
Browning. Para su
sorpresa, su sangre no era del agrado de su anfitrión.
"Dijo
que mi sangre no eran tan metálica como debía haber sido, así que quedó un
poco decepcionado", me contó. Aparentemente, la dieta, la
hidratación y el grupo sanguíneo pueden hacer una sutil diferencia en el sabor.
Después que
limpiaron la sangre, ambos fueron a una cena de caridad en beneficio de unos
mendigos.
Browning,
que confiesa su fobia a las agujas, no había estado esperando con ansias por la
"comida" de esta ocasión.
"En
realidad le temo a cualquier cosa afilada que se acerque a mí", dice. Pero
como investigador de la Universidad Estatal de Louisiana, estaba dispuesto a
participar en esto por su último proyecto: un estudio etnográfico de la
"verdadera comunidad vampira" de Nueva Orleans.
No están locos
¿Era la
ingesta de sangre un ritual religioso, una farsa o una manía? Antes de que
conociera a algún vampiro, Browning pensaba que estas personas confundían la
línea entre realidad y ficción. "Asumía que estaban locas".
Image
copyright Olivia Howitt Image caption Los llamados "sanguinarios
médicos" dicen que tomar sangre regularmente los alivia de la fatiga,
dolores de cabeza y de estómago.
Sin embargo,
cuando se ofreció como donante, sus opiniones dieron un giro de 180 grados.
Muchos
vampiros de la vida real no creen en lo paranormal y tienen un conocimiento
superficial de True Blood o Drácula.
Tampoco
parecen tener problemas psiquiátricos. Más bien, dicen sufrir de una extraña condición
médica –fatiga, dolores de cabeza y terribles dolores de estómago– que,
según creen, solo puede curarse tomando la sangre de otro humano.
"Hay
miles de personas que hacen esto en Estados Unidos y no creo que sea una
coincidencia o una moda pasajera", dice Browning. Sus síntomas
y su comportamiento son un verdadero misterio.
Para muchos,
el vampirismo real es un tabú. A lo largo de las últimas décadas, ha sido
asociado con horribles crímenes.
"Cuando
la gente habla de vampiros, muchas veces recuerdan estas imágenes", dice
D. J. Williams, un sociólogo de la Universidad Estatal de Idaho. "Así que la
comunidad ha sido cerrada trata a los extraños con suspicacia".
Como
resultado de este estigma, los vampiros que contacté en Internet para este
artículo me pidieron que mantuviera sus nombres en reserva.
¿Cura médica?
No siempre
fue así. A lo largo de la historia, podemos encontrar casos en los que la
sangre humana era considerada una genuina cura médica.
A finales
del siglo XV, por ejemplo, el médico del papa Inocencio VIII supuestamente
desangró a tres hombres jóvenes hasta la muerte y entregó su sangre (todavía
tibia) a su maestro moribundo, con la esperanza de que le transmitieran la
vitalidad de su juventud.
Me siento
100% mejor, mis facultades mentales se agudizan (...). Esto tiende a durar dos
semanas, dependiendo de cuánta sangre tome y con qué frecuencia"
CJ,
"med sang"
Después, fue
usada para tratar la epilepsia. Las víctimas eran impulsadas a reunirse en
torno a las horcas y a recoger la sangre tibia que goteaba de los criminales
ejecutados.
"La sangre
era un medio entre lo físico y lo espiritual", explica Richard Sugg, de la
Universidad de Durham, que está escribiendo un libro sobre vampirismo.
Al tomar la
sangre de un hombre joven y saludable, dice, uno ingería su espíritu y curaba
cualquier cosa que afectase su alma. Estos tratamientos solo perdieron
popularidad después de la Ilustración, y de la aparición de un sentido de
pudor más general que se arraigó en los siglos XVIII y XIX.
Pero la
práctica parece haber sobrevivido a través de un pequeño grupo de gente.
Antes de la
era de Internet, estaban bastante aislados, pero ahora, a través de unas
páginas web especializadas, han forjado unas prósperas redes clandestinas.
"Por lo
que podemos decir, la mayoría de ciudades grandes alrededor del mundo parecen
tener una comunidad de vampiros", dice Williams.
Tras las sombras
Gracias a su
miedo a la exposición, estas comunidades se han vuelto expertas en
esconderse. Image
copyright Olivia Howitt Image caption Los "vampiros" provienen de
todos los sectores y profesiones.
Debido a
esto, Browning decidió caminar por las calles, día y noche, en Nueva Orleans,
una ciudad famosa por sus vibrantes sub culturas, buscando lugares en los que
los vampiros pudieran reunirse.
Un día,
habló de su proyecto con el dueño de una tienda de ropa gótica, quien
sutilmente señaló a una mujer parada en uno de los corredores con dos niños.
Browning se paró a su lado y le dijo de su estudio sobre vampiros. "Ella
sonrió y dijo 'es posible que conozca a unos cuantos'", recuerda.
"Cuando
sonreía, veía dos colmillos resaltando en sus labios". Estos eran,
dice él, "atrozmente afilados". Aunque posteriormente perdió el
contacto con "Jennifer", este encuentro lo animó a seguir y
eventualmente entabló buenas relaciones con un gran grupo de vampiros, a los
queentrevistó frecuentemente.
De hecho,
cuanto más ahondaba en el tema, más amplio y colorido era el espectro de
personalidades que descubría. Aunque algunos usaban colmillos y dormían en
ataúdes, la mayoría mostraba muy poco interés en libros y películas. El
vampirismo, según parece, se presenta bajo muchas sombras.
La comunidad
que se alimenta de sangre mantiene trabajos comunes y corrientes. Entre
ellos se cuentan empleados de bares, secretarios y enfermeras; algunos son
cristianos practicantes, otros ateos; frecuentemente son muy altruistas.
Cabe
destacar que mientras algunos vampiros buscan energía psíquica que les dé
fuerza, otros (conocidos como "med sangs" o sanguinarios médicos)
creen que su necesidad de sangre es puramente fisiológica.
"La
identidad 'vampiro' significa poco o nada para nosotros", dice una "med sang"
conocida como "CJ!" (el signo de exclamación es parte de su alias de
Internet), a quien conocí en Internet.
Lo que les
pasa es real. No entendemos lo que es y ellos no entienden lo que es, pero
están haciendo lo mejor que pueden para lidiar con ello"
Jhon
Browning, investigador:"Sin
embargo, cuando somos bebedores de sangre –especialmente sangre humana– es
imposible sacudirse la etiqueta".
Vitalidad renovada
Preguntando
amablemente a su grupo sobre el origen de su condición, Browning encontró que
el hambre de sangre parecía aparecer en la pubertad.
Una de las
primeras personas que Browning entrevistó, por ejemplo, tenía 13 o 14 años
cuando notó que se sentía débil todo el tiempo, sin toda la energía que
necesitaba para correr y practicar deportes como sus amigos.
Una vez,
mientras peleaba con un primo, este sangró y el primero pasó la boca por la
herida. "De repente sintió mucha vitalidad", dice Browning. Ese gusto
por la sangre eventualmente se transformó en un hambre compulsiva.
Esta era una
historia común, que parecía repetirse en la mayoría de vampiros que conocía. Además
de una fatiga constante, otros síntomas comunes parecen incluir dolores de
cabeza severos y retortijones estomacales.
CJ!, por
ejemplo, vivía torturada por un colon irritable, que según ella, solo puede
calmarse después de un trago de sangre.
Kinesia, una
amiga de CJ!, vive un cuadro similar.
Image
copyright Olivia Howitt Image caption Beber sangre puede ser un fetiche y los
vampiros a veces tienen una relación sexual con su donante. Pero en la mayoría
de los casos, los donantes son simplemente amigos que los entienden.
"Podía
pasar cerca de una semana sin defecar mientras estuviera en 'ayuno' (de sangre)
y sentía náuseas si comía otra cosa que no fuera mi 'comida curativa'",
afirma.
Para
describir su aparente alivio después de una ingesta de sangre, dice: "Me
siento 100% mejor, mis facultades mentales se agudizan. Puedo comer lo que
quiera, sin correr al baño, y no siento ningún dolor muscular o articular.
Esto tiende a durar dos semanas, dependiendo de cuánta sangre tome y con qué
frecuencia".
¿Y los donantes?
Está de más
decir que los donantes son difíciles de conseguir. ¿Cómo podrías pedirle a
alguien que te deje tomar su sangre? CJ! dice que generalmente los donantes
son amigos cercanos que entienden sus necesidades.
Kinesia se
alimenta de su esposo cada dos semanas. En otros casos, puede haber algún tipo de pago, dice
Browning. Sea cual fuere la naturaleza del donante, la relación vampírica
siempre es consensuada.
"Se
tiene un cuidado extremo por los donantes y nos aseguramos de que estén
relajados y dispuestos todo el tiempo", dice Kinesia.
Como
Browning mismo descubrió, la extracción en sí misma se acerca más a un
procedimiento médico que a una pasión arrebatada.
Generalmente
ambos, el donante y el vampiro pasan por exámenes en clínicas de salud
sexual (o centros corrientes de donación de sangre) para evitar infecciones
contagiosas.
Para hacer
la incisión, el vampiro puede usar bisturíes descartables o jeringas, que abre
y limpia en frente del donante, y limpia su piel antes del primer corte. Si
toma la sangre directamente de la herida, también se aseguran de limpiarse los
labios, lavarse los dientes y hacer gárgaras con enjuague bucal.
En otros
casos, los vampiros pueden tener conocimientos médicos avanzados. La utilería de CJ! incluye un
torniquete y un catéter intravenoso.
Si pueden
darse el lujo, los vampiros tratarán de obtener una cantidad adicional de
sangre, para mezclarla con un anticoagulante (comestible) en contenedores sellados, almacenarlos
en un refrigerador y consumirlos después. Por si esto fallara, Browning dice
que algunos vampiros preparan un brebaje con té y hierbas, que aparentemente
también ayudan a preservar la sangre por más tiempo.
La ingesta
en sí misma, dice,
es "impersonal, casi como tomar pastillas", dice Alexia.
Después de
tomar la sangre, los vampiros no parecen sufrir ningún efecto secundario. Sin
embargo, Tomas Ganz, de la Universidad de Los Ángeles California (UCLA), señala
que no pueden eliminar por completo el riesgo de infección.
"Examinarse
en clínicas de enfermedades de transmisión sexual no cubre todo el espectro de
potenciales enfermedades transmisibles, pero cubre a las más comunes, como el
VIH y la hepatitis B y C", dice.
Sin fórmulas alternativas
Lejos de
disfrutar el ritual de ingesta de sangre, la mayoría de vampiros con los que
he hablado renunciarían alegremente a él, pero hasta el momento, los doctores
han fracasado en encontrar otras formas de aliviar sus síntomas.
Los vampiros
son, sin embargo, sorprendentemente abiertos sobre la posibilidad de que sus
síntomas sean psicosomáticos.
"Bien
pueden estar en nuestras cabezas", admite CJ!. Por esta razón, algunos
vampiros han tratado de dejar de alimentarse de sangre, para ver si los
síntomas desaparecen, pero hasta el momento no ha sucedido.
"Hay
un fuerte efecto placebo, parecido a ingerir polvos amargos, líquidos
brillantes de colores, u otras sustancias que lucen o saben como la comida
convencional", dice Ganz.
"Este
efecto puede verse potenciado si hay un componente ritual asociado con la
ingestión, y si el individuo siente una especie de exclusividad (como beber
un vino muy caro y raro)".
Estos
elementos se combinan con el hecho de que la sangre es altamente nutritiva y
un laxante natural. Ganz piensa que estas pueden ser las razones de por qué
ofrece un alivio temporal a las dificultades estomacales y mentales.
Algunos
pueden preguntarse si la sed de sangre es a veces un signo de un problema
mental más profundo.
Pero Steven
Schlozman, de la Universidad de Harvard, dice que diagnosticar a estas
personas es tan difícil como caminar en una "cuerda floja".
"Yo sé
que si un paciente viniera a mí con este tema como queja o estuviera preocupado
por la práctica, mi primera respuesta como psiquiatra sería descartar una
psicosis, ya que esta práctica está bastante alejada de lo que se considera un
comportamiento cultural normal", dice.
Browning and
Williams dicen que a través de su amplio contacto con estas personas, no han
visto evidencia de dificultades psiquiátricas.
Quizás ahora
que la comunidad vampira se está abriendo a personas extrañas, los científicos
sean capaces de explorar estas interrogantes y finalmente ofrecer algunas
respuestas.
Image
copyright Olivia Howitt Image caption El sabor de la sangre varía según el
grupo sanguíneo, la dieta y la hidratación de la persona.
Hasta entonces,
un grupo de vampiros, liderados por Kinesia, están tomando los primeros pasos
por ellos mismos. A través de empresas como 23andme y uBiome, por ejemplo,
Kinesia está empezando a perfilar los genes de otros 'med sangs'.
"El
punto de la investigación no es validar nuestro 'vampirismo'. Si no, encontrar
maneras más socialmente aceptadas de satisfacer cualquier deficiencia o
necesidad que tengamos", dice CJ!.
Sea lo que
sea que descubran, los encuentros de Browning le han enseñado que debemos
tratarlos con el mismo respeto que mostramos hacia otros grupos minoritarios.
"Lo
que les pasa es real. No entendemos lo que es y ellos no entienden lo que es,
pero están haciendo lo mejor que pueden para lidiar con ello".
David Robson
BBC Earth