¿Por qué una madre aparentemente normal mataría a su hija de solo seis meses de edad? Eso es lo que presuntamente sucedió el pasado lunes en un hotel de Santiago.
Las pruebas apuntan a que Marisol Fabiola Raue Ortega, de 34 años de edad, asfixió hasta la muerte a su bebé. No ha podido dar su versión de los hechos, porque está en shock y sigue ingresada
y bajo tratamiento psiquiátrico. Raue Ortega pudo sufrir una
enajenación transitoria o es posible que padezca alguna enfermedad
mental que explique su presunta acción homicida, pero el hecho de que su
presencia en Santiago se debiese a que estaba participando en un
congreso de una organización considerada como secta, el Instituto
Gnóstico de Antropología Samael Litelantes, ha obligado a los
investigadores a ampliar el círculo de sus pesquisas.
Este grupo fue creado en Colombia por el curandero Víctor Manuel Gómez Rodríguez,
que se hizo llamar a sí mismo Samael Aun Weor. Litelantes fue su
compañera sentimental y dirigió la secta tras la muerte del fundador
hasta su fallecimiento, en 1998. Más allá del popurrí de creencias que
proponen los gnósticos, su dogma central gira en torno al particular
modo de entender la sexualidad que Samael Aun Weor fijó para sus
seguidores en su libro El matrimonio perfecto.
En
este delirante texto, el fundador de esta secta defiende la «alquimia
sexual», en la que las relaciones sexuales están permitidas solo dentro
del matrimonio y siempre que el varón no eyacule. De hacerlo, se
transformaría de «mago blanco» en «mago negro» y formaría al diablo en el interior de la pareja.
En el libro se asegura que «el semen es el campo de batalla» en el que
«luchan a muerte los ángeles y los demonios» y se explica que «es
absurdo derramar seis o siete millones de espermatozoides cuando solo se
necesita uno para crear. Un solo espermatozoide se escapa fácilmente de
las glándulas sexuales sin necesidad de derramar el semen.
Si
derramamos el semen se apagará el fuego y entraremos en el reino de las
tinieblas». El marido de la madre del bebé, Raúl Serrano Martínez,
admitió ante la jueza compostelana que instruye el caso, Ana López
Suevos, que el día del crimen él y su esposa mantuvieron por la mañana
una fortísima discusión y que el motivo que la originó fue precisamente
la niña, aunque no aclaró el qué exactamente.
Los investigadores se
preguntan ahora si el bebé había sido concebido fuera del dogma gnóstico
y si este era el motivo por el que discutía el matrimonio. También se
baraja la idea de que la mujer hubiese tenido una relación extramarital.
Si del testimonio de Raue Ortega se evidencia que pudo haber actuado
inducida o forzada por las creencias de la secta, podrían ampliarse las
imputaciones a otras personas.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2015/09/06/ideas-secta-gnostica-estar-relacionadas-crimen-bebe/0003_201509H6P11991.htm
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