jueves, 2 de enero de 2014

CINCO GOTAS DE SANGRE: LA HISTORIA INTIMA DE ANTARES DE LUZ

Durante cinco meses la periodista Verónica Foxley Detmer investigó todo lo ocurrido en la secta de Colliguay, aquella comunidad que se conoció el 25 de abril de 2013 por el asesinato de un recién nacido que era considerado el anticristo.

Su reporteo se convirtió en el libro “Cinco gotas de sangre. La historia íntima de Antares de la luz y la secta de Colliguay” que editorial Catalonia presentó en su catálogo literario.
“Quise tratar de indagar sobre cómo funcionaba y operaba esta secta, por lo que partí haciendo una recopilación de los hechos, revisión de prensa, y luego me fui metiendo en la historia por detrás de lo que ya se había contado, porque en realidad el mundo de las sectas es tan hermético, cuesta mucho ingresar en las historias y en lo que pasa al interior que me interesó muchísimo”, cuenta la autora a Radio Universidad de Chile.

Encarnación de Dios

La primera denuncia sobre lo que ocurría en el terreno de la quinta región se llevó a cabo el 25 de septiembre de 2012, cuando una de las participantes de la secta relató lo que vio en la 16 Comisaría de La Reina y puso en aviso que una mujer embarazada y su hijo corrían peligro por el líder de ésta, Ramón Castillo, más conocido como Antares de la luz.

Su demanda fue ingresada, pero la investigación no comenzó hasta varios meses después, cuando se encontró sólo la pelvis quemada de ese nonato y cinco gotas de sangre (la guagua murió el 23 de noviembre de 2012).

Así se llevaron a cabo los hechos hasta que hallaron a todos los integrantes, incluyendo a Antares muerto en Perú. Todos ellos con educación e incluso algunos de sectores acomodados de nuestro país.

Según la periodista, en este tipo de organizaciones “hay elementos que priman. La inteligencia es un valor importante para que vayan obedeciendo las instrucciones y las hagan de mejor manera para que disimulen dónde están y de qué se trata. Y agregó que “cuando uno se pregunta cómo gente que estudió en la universidad termina en esto, es, justamente, porque las sectas necesitan gente con cierta preparación intelectual, y por otro lado, también, tiene que ver con factores emocionales y vulnerabilidades sicológicas problemáticas”.


Verónica Foxley sentenció que los jóvenes temían a su líder porque tenía control sobre ellos, ya sea físico como emocional. Además, de un terror sorprendente por el 21 de diciembre de 2012, día en el que creían comenzaría una nueva era.

http://radio.uchile.cl/2013/12/20/la-historia-intima-de-antares-de-la-luz-y-la-secta-de-colliguay

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