Desde que el mundo es mundo, cualquiera, fuese narco, terrorista, bombero o dentista, podía entrar en una joyería, una promotora o un concesionario, pagar billete sobre billete y salir tan campante con la compra sin dar más explicaciones. Dentro de muy poco eso se va a acabar. Cuando entre en vigor la Ley de Prevención Contra el Blanqueo de Capitales el vendedor deberá exigir al comprador que se identifique y demuestre que su dinero es tan blanco como la nieve. Si no lo hace, si el empresario coge el dinero sin más, será sancionado. Y cuidado, porque incluso podría terminar en prisión. De eso se hablará en la jornada que GlobalChase organiza mañana en el Paraninfo. Su director pedagógico, Gregorio Alonso, avisa que los cambios que supondrá el futuro reglamento serán «traumáticos» si no se está preparado.
-¿Qué supondrá la ley contra el blanqueo?
-Será un cambio radical, con muchísimas más connotaciones que tuvo la ley de protección de datos, por ejemplo. Las costumbres empresariales habidas hasta ahora darán un giro total. Tienen que adaptarse a la nueva norma. La ley, de forma muy resumida, obligará a las entidades financieras y al resto de sociedades mercantiles a hacer todos los esfuerzos posibles por identificar y conocer a sus clientes, así como analizar su operatividad y el riesgo que ello puede comportar de blanqueo de capitales.
-Es decir, que las empresas o entidades financieras tendrán que averiguar si el dinero que les pagan sus clientes es legal. ¿Qué ocurrirá si no lo hacen?
-La ley sugiere que toda documentación sobre el cliente y su operación tendrá que ser exhaustiva. Si la identificación no es posible o el empresario ve algo extraño, lo que ha de hacer, si quiere evitar una importante sanción, es no llevar a cabo la operación para evitar riesgos de blanqueo. Se trata de ponérselo mucho más difícil a los que intentan lavar dinero. Ahora ya no podrá llegar a un concesionario, por ejemplo, un individuo, elegir el mejor coche y sacar el fajo de billetes. Si el vendedor lo acepta se estará metiendo en un lío muy gordo.
-Da la impresión de que una ley que obligará a las empresas a cambiar su funcionamiento de manera tan drástica todavía no ha levantado el revuelo que se le supone...
-Es cierto. Si la gente no se prepara, si los empresarios no toman conciencia de lo que se les viene encima, lo pasarán muy mal. Lo pagarán con multas. Y hasta con cárcel, pues se prevén represalias penales. Pobre del empresario que no se aprenda la ley de blanqueo.
-¿Qué ha de hacer un empresario o director de entidad financiera cuando sospeche de la legalidad de una operación?
-Informar de inmediato a la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac) de que la operación que le propone el cliente es extraña. Si el comprador no aporta toda la documentación que exige la ley, la operación deberá suspenderse. Si el empresario sigue adelante, incumpliendo la norma, se expone a una dura multa.
-¿Cómo se toman los empresarios la obligación de actuar como «policías» ante sus clientes?
-Supongo que unos protestarán más que otros, pero es una apuesta de la Comisión Europea para luchar contra el blanqueo y creo que la ley lo blinda bastante bien.
-¿Pero no dicen que los delincuentes siempre van un paso por delante?
-(Risas). Seguro que muchos ya estudian cómo esquivar la ley. Lo importante es que se les pongan las cosas mucho más difíciles de como lo tienen ahora.
-¿Qué se verá tanto en la jornada de mañana como en el curso del mes de julio?
-Los interesados podrán informarse y tomar conciencia de los riesgos inherentes al blanqueo de capitales y el incumplimiento de la normativa vigente. Para ello se contará con catedráticos, jueces, abogados, notarios, empresarios, policías ex miembros del CNI y hasta uno de la DEA norteamericana. En cuanto al curso de verano, está orientado a profesionales tanto en el ámbito jurídico como empresarial. Tiene una orientación eminentemente práctica respecto al cumplimiento de las nuevas normativas en materia de prevención de blanqueo de capitales. Persigue mejorar la protección ante riesgos operativos, legales (pérdidas por sanciones, resarcimiento de daños, procesos penales, etcétera) y estratégicos (inhabilitaciones, daños a la imagen o reputación)...
Gregorio Alonso director pedagógico de globalchase
«El que vende, si ve algo extraño en el cliente, no debe llevar a cabo la operación»
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