viernes, 16 de abril de 2010

Tecnologia gallega antiterrorista


De la odontología a la patente mundial de la Postal Security Technology hay nueve años de intenso trabajo del investigador gallego-argentino Gustavo Castellano. Ha sido 3.283 productivos días para desarrollar su exclusivo equipo de seguridad con tecnología de termografía por infrarrojos que detecta hasta un gramo de cualquier sustancia en polvo que esté dentro de un envío postal, sea tóxica o inócua.

Constancia, pero sobre todo mucha fe en su proyecto, fueron las dos herramientas que han llevado a Gustavo Castellanos a idear la unidad de control automática de procesamiento de cartas sin competencia en el mercado internacional. Ha empleado tecnología puntera, basada en la detección de la energía térmica de cualquier sustancia en polvo que se encuentre en una carta o paquete postal, que se ve reflejada automáticamente en la pantalla digital del equipo. Si el resultado es positivo, se desvía la misiva a un compartimento de aislamiento que se entrega a las fuerzas policiales para su análisis siguiendo los parámetros del protocolo de seguridad.

Hasta llegar al equipo que presentó ayer en Vigo Gustavo Castellanos, en compañía del propietario de la empresa Disgapre que ha desarrollado el prototipo, Antonio Dapena, el investigador asegura que ha recorrido un complicado trayecto para dar con la empresa especializada en robótica dispuesta no sólo a creer en su proyecto, sino a construirlo para ponerlo en el mercado.

El objetivo desde el primer momento ha sido "colaborar aplicando las tecnologías más punteras para tener una máquina pequeña, fiable y que aporte mucha seguridad", explica Castellanos. Explica que la máquina puede ser de pequeño tamaño para oficinas y organismos, así como de gran envergadura para los servicios de correos.

Por el momento se desconoce el precio con el que la máquina saldrá al mercado, ya que según indica el empresario Dapena éste irá en función de la evolución de la demanda. Por el momento asegura haber invertido un total de 50.000 euros en todos los componentes del equipo.

Uno de los primeros cargos públicos en apoyar a Castellano en la promoción de la unidad de control automático es el concejal de Seguridad de Vigo Xulio Calviño. Tras vivir en sus carnes en pasado fin de semana un atentado afirma que "este es un proyecto al que debemos apoyar porque proyecta la capacidad de investigación tecnológica de Vigo y también al tejido industrial".

La entrada en funcionamiento del equipo servirá para dejar a los terroristas sin uno de sus instrumentos de "ataque indiscriminado a la población civil", indica Castellano al recordar que tan sólo en Estados Unidos se registraron 33.000 envíos de cartas "trampa" a ciudadanos sin responsabilidad política. Además, evitará situaciones como la que se registraron en la Audiencia Nacional por las que se desplegó el protocolo de bioterrorismo al detectar productos desconocidos en un envío con contenidos neutros, ya que el único objetivo de los terroristas era provocar el pánico psicológico y social.

"Desde Vigo podemos demostrar que los terroristas no van a ir siempre un paso por delante de la policía", asegura Castellano al indicar que su equipo es una "respuesta global a múltiples amenazas". Durante el proceso de invención de la unidad de control automático de procesamiento de cartas, el investigador asegura haber entrado en contacto con embajadas de numerosos países que le habrían transmitido su interés por contar con un equipo de sencilla instalación y manejo que controle una de las vías de amenaza de los terroristas. La versatilidad de su tecnología favorece la aplicación para detectar líquidos en los envíos.

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