En agosto de 2007, hace pocos días, se producían los mayores atentados de la historia reciente en Iraq, pero en esta ocasión el objetivo no eran las tropas norteamericanas, sino una minoría religiosa: los yezidi. Mas de 400 miembros de esta comunidad fallecieron en los últimos atentados atribuidos a Al Qaeda. A pesar de que todos los medios de comunicación internacionales cubrieron las trágicas noticias , nadie supo responder al porqué de esa violencia salvaje contra los yezidi... Quizas la respuesta haya que buscarla en un terrible asesinato, cometido por esos mismos yezidi en Iraq, hace pocos meses...
Al comienzo del video, grabado el pasado 7 de abril en Iraq con un teléfono móvil, se puede ver como varios agentes de la policía iraquí vigilan la puerta de la plaza, donde cientos de varones, no distingo a ninguna mujer más que a Du'a Khalil Aswad's, se amontonan para presenciar y participar, en el linchamiento. Durante interminables minutos la niña, Du'a Khalil Aswad's sólo tenía 17 años cuando fue asesinada ante la cámara, recibe puñetazos, patadas y pedradas por parte de docenas de los presentes. Se acurruca en el suelo intentando protegerse la cabeza con las manos, suplicando por su vida, pero la masa, embriagada por el odio y el fanatismo religioso, no tiene piedad. La masa nunca tiene piedad.
A medida que pasan los minutos las fuerzas de Du`a flaquean. Humillada, agotada, dolorida, seguramente deseó en un instante que todo acabase. Y en ese momento uno de los asistentes coge un enorme bloque de cemento, y lo lanza con todas sus fuerzas sobre la cabeza de la niña, partiéndole el cráneo. Pero los asistentes continúan golpeando el cadáver mientras un torrente de sangre comienza a brotar de la cabeza de la niña, desplazándose hacia la izquierda de la imagen.
Al final del video varios de los participantes en la matanza, miembros de la familia de Du'a Khalil Aswad's, y alguno de ellos apenas un niño, recogen el cadáver de la joven y lo arrastran fuera del recinto, como si fuese una bolsa de basura…
Es el último caso de un “crimen de honor” acontecido en Oriente Medio, esta vez en el contexto de un culto tan ancestral como desconocido: los Yezidis. Y el video de esa matanza, (http://manuelcarballal.blogspot.com/2007/07/el-brutal-linchamiento-yezidi-de-dua.html) es el ejemplo más demoledor y reciente de que las creencias también matan. Ya que Du'a Khalil Aswad's había cometido el terrible sacrilegio de profanar el sagrado Quitab Al Jilwah (libro sagrado yezidi) al enamorarse de un musulmán, y pretender abandonar su aldea, Bashiqa, cerca de Musul (Iraq), para convertirse al Islám y poder casarse con su amado.
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Los “adoradores del Diablo” árabes
En 1990, cuando pocos estudiosos habían oído hablar de los yezidis en España, ya incluímos esta sorprendente religión en nuestro libro “El Diablo: El Síndrome del Maligno” (Ediciones Jucar). En dicho volumen, el primer estudio sobre los cultos al diablo realizado en este pais, dedicábamos un capítulo a analizar el fenómeno de las herejías y sectas “satánicas” en diferentes religiones. Y es que en todos los credos de la historia, del judaísmo al Islam, y del budismo al hinduismo, han existido formas de sectarismo comparables al pseudo-satanismo que conocemos los cristianos.
En el caso de los yezidis, el simple hecho de que Antón Szandor LaVay, fundador de la famosa Iglesia de Satán en 1966, en San Francisco, y autor de la famosa “Bíblia Satánica”, dedicase un capítulo entero de su libro “Rituales Satánicos” ( Ediciones Roca, 1975) a este desconocido culto, era razón más que suficiente para incluirlo en nuestro estudio. Pero ¿Qué son realmente los Yezidis?
Para Antón LaVey, el padre del satanismo occidental: “Como los Vigilantes –los ángeles caídos del Libro de Enoch-, los yezidis pretendian ser descendientes de Azazel. Creían en una contrapartida de la historia de Lucifer, es decir, en la manifestación del orgullo desterrado”.
Sin embargo la Enciclopedia Británica, bastante más aséptica que el Papa Negro, define a los yezidis como “una combinación de elementos sincréticos del Zoroastrismo, Maniqueísmo, Judaísmo, Cristianismo e Islam.
Sería un error considerar ese deleznable asesinato como un “crimen satánico”, por mucho que Antón La Vey reivindique la condición de “adoradores del Diablo” para los yezidis, ya que el cuerpo doctrinal de su fe es bastante más complejo. De hecho, la fama de “adoradores del Diablo” que sufren los Yezidis es obra de la propaganda de sus mayores enemigos, las milicias islamicás en Iraq, y especialmente los grupos inspirados en eso que llamamos Al Qaeda. De hecho, el pasado 22 de abril, dos semanas después del asesinato de Du'a Khalil Aswad's, 36 trabajadores de una fábrica textil de Mosul, que viajaban en una furgoneta de regreso a Bashiqa, fueron interceptados por dos automóviles llenos de milicianos islamistas fuertemente armados.
Según Basim Rashid, de 47 años, único superviviente de la matanza, los islamistas los hicieron bajarse del autobús diciendo que buscaban yezidis. Tras identificar a 25 de los trabajadores como yezidis dejaron marchar a los demás, fundamentalmente cristianos y musulmanes, y ejecutaron a tiros a todos los yezidis, afirmando que de esta forma vengaban la muerte de Du'a Khalil Aswad's. Basim Rashid recibió un disparo en la rodilla, pero optó por quedarse paralizado, entre los cadáveres de sus compañeros, vecinos y familiares, y así pudo salvar la vida. Poco después otro video, esta vez de esta masacre, llegaba a las oficinas de la cadena de TV Al Jazeera. Al Qaeda se responsabilizaba de esta acción contra los yezidis.
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El culto al Angel Caído
La fama de “adoradores del Diablo” les viene a los yezidis de una de sus bases doctrinales y pilar de su particular teología, en la que se mezclan todo tipo de supersticiones de origen zoroastriano, judeocristiano, islamico, maniqueo, etc. Creen los yezidis que el Ser Supremo, Yazdan, emanó de si a 7 ángeles o espíritus. El más importante de ellos, Malek Taus, se reveló contra Dios-Yazdan, pero finalmente se arrepintió de su rebeldía y con las lágrimas de su remordimiento apagó las llamas del infierno y se convirtió en el Señor de este mundo. De ahí su identificación con Lucifer.
En su culto los yezidis mezclan elementos extraídos de otras religiones. Por ejemplo en sus templos mantienen el fuego sagrado siempre encendido como los zoroastrianos; comparten la santidad de Mahoma y Abraham como profetas al igual que los musulmanes; pero también admiten la de Jesús, a quien consideran un angel encarnado. Y esa mezcla de elementos teológicos, es el que ha generado tantas confusiones sobre la fe yezidi.
Antes que LaVey otros famosos esoteristas, como el converso al Islam, René Genón, o el viajero Gurdieff, hablaron en sus libros de los yezidis. Ellos, como otros exploradores europeos de finales del siglo XIX, nos propiciaron las primeras imágenes de los “adoradores del Pavo Real”, en realidad un símbolo de Melek Taus, el angel caído, que tras su redención heredó el principado de este mundo.
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Por Manuel Carballal
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Anexos:
Victimas de la endogamia cultural
Como todos las demás religiones del mundo, los yezidis se consideran únicos depositarios de la fe verdadera y como el culto mas antiguo del mundo. No admiten conversiones ni tampoco que un yazidi se case con un miembro de otra religión. Pero su endogamia teológica y cultural va mucho más allá.
Si consultamos el diario de sesiones del la Convención Sobre Derechos del Niño, celebrada en las Naciones Unidas el 28 de enero de 2000, veremos que, entre otros aspectos, los presentes denuncian los graves problemas que sufren los niños yezidis para asistir a las escuelas públicas árabes.
Dice el diario de sesiones: “La baja escolarización de los yezidis se explica principalmente por el hecho que en las zonas rurales donde vive principalmente esta minoría nacional de tradiciones pastorales, los padres prefieren conservar a los niños a su lado para que les ayuden en los trabajos de la explotación familiar. En las ciudades la situación es diferente: los niños yezidis se escolarizan normalmente y tienen acceso a toda clase de profesiones. En lo que se refiere al respeto de los derechos de esta minoría, cabe recordar que los armenios han ayudado a los yezidis a dotarse de un alfabeto y a elaborar manuales escolares”.
Y es que, aunque utilizan el idioma kurmanji, un dialecto kurdo y el árabe, los yezidis son propietarios de un alfabeto propio, consonántico, horizontal y escrito de derecha a izquierda, muy similar al urdu. Evidentemente ese alfabeto propio margina aun más a los miembros de la comunidad que no conocen otro idioma, ya que no pueden acceder a otras formas de información que sus supersticiosas tradiciones, ancladas en el pasado.
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Los dos principales libros sagrados de los yezidis son el Miskhaf Res (Libro Negro), atribuido a Khasan Al Bashi hacia el siglo XIV, y el Qitab Al Jilwah (Libro de la Revelación), atribuido a Shaikh`Adi, fundador de la counidad yezidi en el siglo XII. Una especia de Antiguo y Nuevo Testamentos yezidis respectivamente.
El más importante, Al Jilwah esta redactado en páginas sueltas de pergamino de piel de gacela, con 16 líneas de escritura en cada página (el Corán lleva 12), y aunque no numeradas, cada página termina con la letra que inicia la página siguiente.
En “Rituales Satánicos” Antón Szandor LaVey incluye textos de Al Jilwah presentándolas como “las palabras que Satán dijo a su pueblo” (pag. 146), en una interpretación un tanto tendenciosa de las escrituras yezidis. Sin embargo es justo reconocer el valor documental de esos textos, para todos los estudiosos de las religiones comparadas, que LaVey incluye en sus textos satánicos, utilizando una traducción de Isya Joseph tomada del manuscrito arábigo de Daud as-Saig.
La Revelación yezidi contaria la historia del mundo desde el punto de vista del Angel Caído, identificado con Lucifer por los griegos, Satán por los hebreos o Iblis por los musulmanes.
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Una martir llamada Bu´a Khalil
El video de la brutal lapidación de Du'a Khalil ha convulsionado a la opinión publica internacional. No es la primera vez, ni será la última, pero la crudeza de esas imágenes, que algunos mantenemos en nuestras páginas web pese a las críticas, han conseguido hacer reaccionar a quienes la mera información sobre esta terrible realidad resultaba indiferente.
La cadena Al Jazeera dedicó varios programas a debatir sobre el asesinato yazidi, al igual que otras televisiones árabes, como Kurdistan TV. CNN fue la encargada de divulgar el caso en el resto del mundo y rápidamente se congregaron manifestaciones, recogidas de firmas, etc.
Los yezidis nunca habían alcanzado tan nivel de popularidad como ahora. Lástima que haya sido a costa de la vida humana.
Manuel Carballal
manuelcarballal.blogspot.com