miércoles, 30 de mayo de 2007

El caso GAL y el exsubcomisario Amedo

La publicación del libro de José Amedo "La conspiración" (editado por Espejo de Tinta) y la nueva edición de la película GAL, de El Mundo-Ficción, con numerosos extras que no se contenían en la primera edición, y con un brillante Jordi Mollá en el papel del subcomisario Amedo, han vuelto a despertar la curiosidad de algunos lectores de este sitio sobre el Caso GAL.

En las últimas tres semanas hemos recibido varios email de lectores de El Archivo del Crimen, sobretodo latinoamericanos, y tanto funcionarios de los Cuerpos de Seguridad como curiosos y aficionados, interesandose por la actualidad del caso de "terrorismo de estado" mas demoledor en la historia de una país democrático.
Tras cumplir 12 de los más de 100 años de prisión a que fue condenado, el exsubcomisario Jose Amedo ha salido a la calle dispuesto a hablar. Y no solo en su libro. Recientemente pudimos ver como se sometía al polígrafo (siempre cuestionable) en un conocido programa de TV, donde dio interesantes respuestas a las preguntas del presentador de En Antena (Antena 3). Probablemente los lectores latinoamericanos de esta página encontrarán muy curioso este documento.


Pero lo realmente interesante es comparar algunas de las respuestas de Amedo, aparentemente contrastadas con el polígrafo (como el asunto de las cintas, el pago por su denuncia, etc), con este otro video, de un careo entre el exsubcomisario y el pariodista Melchor Miralles. Las contradicciones son evidentes.





Para los lectores latinoamericanos, no familiarizados con el caso GAL, esto es lo que resume wikipedia sobre el mismo:
"Los Grupos Antiterroristas de Liberación o GAL fueron agrupaciones acusadas de practicar el terrorismo de Estado durante la década de 1980 con la colaboración de altos funcionarios del Ministerio del Interior de España, entonces dirigido por el gobierno del Partido Socialista Obrero Español del presidente Felipe González.

Sus acciones criminales se dirigieron contra la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), contra militantes de la izquierda independentista vasca o ecologistas y contra ciudadanos franceses sin adscripción política conocida.
Los GAL fueron objeto de las investigaciones del periodista Pedro J. Ramírez y otros periodistas, como Pepe Rei, que sirvieron para exponer a la opinión pública su organización, fuentes de financiación e implicaciones políticas.
Antecedentes de terrorismo de Estado a los GAL
Durante la dictadura de Francisco Franco y la Transición Española, con los gobiernos de Unión de Centro Democrático existieron diversas organizaciones que utilizaron prácticas terroristas para enfrentarse a ETA, como la Triple A, el Batallón Vasco Español (BVE), los Comandos Antimarxistas, los Grupos Armados Españoles y Antiterrorismo ETA (ATE).
Los casos del atentado contra Antonio Cubillo, dirigente del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario en 1978, imputado a agentes con el apoyo directo del Ministerio del Interior español, o del secuestro, malos tratos y ejecución simulada del director del semanario El Doblón, José Antonio Martínez Soler en marzo de 1976 tras la publicación de un artículo denunciando la purga de mandos moderados de la Guardia Civil, causaron gran impacto en la opinión pública española e internacional por su implicación con fuerzas relacionadas con el aparato de represión del Estado.

Actuaciones
Los GAL estuvieron activos de 1983 a 1987 siendo responsables de 27 asesinatos. Actuaron principalmente en el País Vasco, en especial en los departamentos del estado francés, aunque también se llevaron a cabo secuestros, torturas y delitos económicos en otras partes de España. Sus atentados se dirigían contra militantes y simpatizantes de ETA, pero también contra gente no relacionada con el terrorismo.

El secuestro y posterior asesinato de Joxe Antonio Lasa y Joxe Ignacio Zabala en octubre de 1983 y el secuestro de Segundo Marey poco tiempo después marcaron el inicio de los GAL. Esta etapa supone una parte del periodo llamado "la guerra sucia" en la historia de España.

Según se reveló en los juicios, los atentados y secuestros de los GAL fueron perpetrados en su mayoría por mercenarios franceses contratados por policías españoles, financiados con fondos reservados, y organizados desde el propio ministerio del Interior, a través de responsables de la lucha antiterrorista del País Vasco.

Orden cronológico de atentados

-17 de octubre de 1983: secuestro de los miembros de ETA José Lasa Arostegui y José Ignacio Zabala en Bayona (Francia). Posteriormente son asesinados de un tiro en la cabeza y enterrados en Busot (Alicante). Los cuerpos aparecen en enero de 1985 pero no son identificados hasta 1995 a raíz de unas investigaciones realizadas por el comisario Jesús García que falleció precisamente durante la celebración del juicio realizado en 1996 por los asesinatos de Lasa y Zabala y que significó la condena del ex-general Galindo.

-18 de octubre de 1983: intento de secuestro en Bayona por parte de cuatro policías españoles al dirigente etarra José Mari Larretxea Goñi. Los cuatro agentes fueron detenidos por gendarmes franceses.

-4 de diciembre de 1983: secuestro de Segundo Marey en Hendaya, debido a confundirlo con Mikel Lujúa (presunto miembro de ETA), por parte de mercenarios franceses contratados por la policía española. Se exigió a Francia la liberación de los policías españoles detenidos en octubre. Los agentes fueron puestos en libertad el 8 de diciembre, y Marey el día 13.

-19 de diciembre de 1983: asesinato del presunto militante de ETA Ramón Oñaederra en Bayona.

-29 de diciembre de 1983: asesinato por parte de un francotirador del GAL del presunto dirigente etarra Mikel Goikoetxea, cuando estaba abriendo la puerta del coche en Bayona.

-8 de febrero de 1984: ametrallamiento y asesinato a dos presuntos miembros de ETA, Vicente Perurena y Angel Gurmindo en Bayona.

-25 de febrero de 1984: asesinato por medio de un disparo de un francotirador del presunto miembro de ETA Eugenio Gutierrez Salazar en Mendi.
-1 de marzo de 1984: asesinato por un disparo en el corazón al trabajador ferroviario Jean Pierre Leiba en Hendaya.
-23 de marzo de 1984: asesinato del presunto dirigente de ETA, Javier Pérez Arenaza en una gasolinera de Biarritz.
-Marzo de 1984: Herido de gravedad por disparos el presunto miembro de ETA Ramón Basañez Jauregui en Bayona.
-3 de mayo de 1984: asesinato por disparos del presunto miembro de ETA Rafael Goikoetxea. Resulta herido su compañero Jesús Zugarramurdi en Baigorri.
-26 de mayo de 1984: secuestro, apaleamiento, malos tratos y posterior liberación a dos miembros de los comités antinucleares Xavier Lorenzo y Endica Lorenzo en Algorta.

-15 de junio de 1984: asesinato por medio de una moto bomba a dos presuntos miembros de ETA, en Biarritz. Tomás Pérez Revilla muere en el acto y su compañero Ramón Orbe resulta herido.

-10 de julio de 1984: atentado en el Bar Consolation por medio de un artefacto explosivo. Resultan heridas tres personas José Oliva Gallastegui, Bonifacio García y Juan Jaúregui Aurria.
-18 de noviembre de 1984: asesinato por disparos desde una moto a un bailarín llamado Christian Olaskoaga en Biriatu. No tenía ninguna relación con ETA ni su entorno.

-20 de noviembre de 1984: asesinato por disparos al concejal y dirigente de HASI Santi Brouard en su propia consulta médica localizada en Deusto, Bilbao.

-11 de diciembre de 1984: herido por disparos Juan José Iradier en Hendaya.

-1 de febrero de 1985: herido por disparos el dirigente de Herri Taldeak, Xabier Manterola.

-5 de febrero de 1985: herido por un coche bomba Christian Casteigts en Bayona. Supuestamente, no tenía ninguna relación con ETA ni su entorno.

-29 de marzo de 1985: ametrallamiento contra el Bar "Les Pyreneés" en Bayona. Es fatalmente herido Benoit Pecasteing y son heridos Jean Marc Mutio y Pedro José Pikabea, presunto miembro de ETA.

-30 de marzo de 1985: asesinato por disparos el fotógrafo del diario Egin Xabier Galdeano en San Juan de Luz

-26 de junio de 1985: asesinato por disparos en Bayona el supuesto miembro de ETA Santos Blanco Gonzalez.
Junio de 1985: ametrallamiento al bar "Trinkete" en Ciboure. Son muertos Emile Weiss y Claude Doer. No tenian ninguna relación con ETA ni su entorno.

-31 de agosto de 1985: asesinato por disparos en San Juan de Luz a Dominique Labeyrie. No tenia ninguna relación con ETA ni su entorno.

-2 de septiembre de 1985: asesinato del presunto miembro de ETA Juan Manuel Otegui en San Juan Pie de Puerto (Donibane-Garazi).

-25 de septiembre de 1985: ametrallamiento al bar "Monbar" en Bayona. Son asesinados los presuntos miembros de ETA José Mari Etxaniz, Iñaki Asteazu Izarra, Agustín Irazustabarrena y Sabin Etxaide Ibarguren. Este hecho inspiraría posteriormente la canción Hotel Monbar del grupo de rock Kortatu.

-24 de diciembre de 1985: herido gravemente en Biarriz Robert Caplanne, muerto el 6 de enero a causa de sus heridas. No tenía ninguna relación con ETA ni su entorno.

-8 de febrero de 1986: ametrallamiento al bar "Batxoki". Heridos Karmele Martínez, Federick Haramboure y la niña de tres años Nagore Otegui.

-17 de febrero de 1986: asesinato por disparos a Christophe Matxikote y Catherine Brion. No tenian ninguna relación con ETA ni su entorno. Atentado no reivindicado.

-24 de julio de 1987: asesinato por disparos a Juan Carlos García Goena. Aunque el atentado no fue reivindicado los detenidos acusaron al GAL de haberlo ordenado. El asesinado no tenía ninguna relación con ETA ni su entorno.

-20 de noviembre de 1989: asesinato por disparos en el hotel Alcalá de Madrid al parlamentario de Herri Batasuna, Josu Muguruza. Es herido Iñaki Esnaola. Aunque se hizo una llamada en nombre de los GAL, no es fiable y fueron acusados formalmente Angel Duce y Ricardo Sáenz de Ynestrillas, sin ninguna relación formal con los GAL.

Consecuencias políticas
El hecho de que altos cargos del gobierno socialista hubieran creado y organizado los GAL, e incluso su propio presidente Felipe González fuera señalado como una de las posibles identidades de la misteriosa "X" que dirigía la organización, es frecuentemente señalado[cita requerida], como un factor determinante en la derrota del PSOE en las elecciones generales españolas (1996), tras las que González renunció al liderazgo del partido.

El PSOE siempre ha negado toda responsabilidad respecto a los GAL, ha condenado verbalmente sus crímenes[cita requerida] y González nunca ha sido acusado formalmente en un tribunal por estos hechos. Sin embargo, durante su administración, González no permitió la investigación completa de los fondos reservados con los que se había financiado a los GAL.

Durante el gobierno de José María Aznar, los antiguos cargos socialistas encabezados por Felipe González reclamaron en 1998 la liberación de Rafael Vera y de José Barrionuevo condenados por el Caso Marey [1]. Aznar indultó a varios de los antiguos altos cargos del gobierno socialista[cita requerida] convictos por delitos de los GAL. Tras la investidura del gobierno del José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 que supuso la vuelta al poder del PSOE, nuevamente diferentes dirigentes socialistas con Felipe Gonzalez al frente, reclamaron el indulto para Rafael Vera y otros condenados, aunque sin éxito [2].

Condenas
Algunos de los condenados [3] por el Tribunal Supremo fueron:

José Barrionuevo Peña, Ministro de Interior, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta.
Rafael Vera, Secretario de Estado para la Seguridad, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta.
Ricardo García Damborenea, Secretario general del PSOE en Vizcaya, por secuestro, a 7 años de prisión y 7 de inhabilitación.
Francisco Álvarez, Jefe de la Lucha Antiterrorista, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 9 años y seis meses de prisión y 11 de inhabilitación.
Miguel Planchuelo, Jefe de la Brigada de Información de Bilbao, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 9 años y seis meses de prisión.
José Amedo, Subcomisario de la policía, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 9 años y seis meses de prisión.
Julián Sancristóbal, Gobernador civil de Vizcaya, por secuestro y malversación de caudales públicos, a 10 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta.
Michel Domínguez, Policía, por cómplice del delito de secuestro, a 2 años, cuatro meses y un día de prisión, y a inhabilitación por el mismo tiempo.
Enrique Rodríguez Galindo, ex General de la Guardia Civil, por detención ilegal y asesinato de Lasa y Zabala, a 75 años de prisión y a inhabilitación.[4],[5]
Ángel Vaquero, ex Teniente Coronel de la Guardia civil, por detención ilegal y asesinato de Lasa y Zabala, a 69 años de prisión y a inhabilitación.[4]
Julen Elgorriaga, ex Gobernador civil de Guipúzcoa, por detención ilegal y asesinato de Lasa y Zabala, a 71 años de prisión y a inhabilitación.[4]
En mayo de 2007, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos estimó, ante una demanda de Rafael Vera, que había sido vulnerado el derecho a un proceso imparcial y que aún hoy debe seguir imperando para él la presunción de inocencia[6].

Referencias:
Mangas, Roberto: «González exige a Aznar que ponga en libertad "ya" a Barrionuevo y a Vera», en El Mundo: 20 de diciembre de 1998.
«González, Barrionuevo y Corcuera piden el “indulto total” para Vera», en la emisora Cadena Ser: 26 de octubre de 2004.
Sentencia íntegra del "Caso Marey"
a b c YANEL, Agustín: «Galindo y Elgorriaga ingresan en la cárcel por una condena de 71 años», en El Mundo: 10 de mayo de 2000.
Más tarde, el Tribunal Supremo elevó hasta 75 años la condena a Galindo al entender que el prevalimiento de su cargo público en la comisión de los delitos era un agravante añadido. Ver en: «Galindo cumplió cinco de sus 75 años de condena», en Diario Ibérico: 3 de marzo de 2007.
El Tribunal de Estrasburgo da un varapalo a Garzón y al Supremo por la condena de Vera "

Obtenido de

domingo, 20 de mayo de 2007

Nightstalker: la versión cinematográfica de Richard Ramírez

Cuando el director español rodó la terrorífica película "Perdita Durango", dijo que había hecho una versión muy liberal de la mujer, Sara Aldrete, alias "la bruja", en la que se inspirtaba el filme. "Porque - argumentó,- si cuento la historia tal y como ocurrió en realidad, nadie se la creería". Y es verdad, el caso de los "narcosatánicos de matamoros" (a quienes dedico un artículo en este blog: http://manuelcarballal.blogspot.com/2007/03/adolfo-de-jess-costazgo-y-los.html) y especialmente el personaje de Adolfo de Jesús Costazgo, que en la película de Alex de la Iglesia sobreinterpreta Carlos Bardén, superaba con creces la imaginación de cualquier guionista cinematografíco.


Ahora vuelve a ocurrir lo mismo con la película "Nightstalker", del director Chris Fisher. No es la primera vez que Fisher recurre a un asesino real para dar cuerpo a una de sus películas. Y es que el cine norteamericano ha encontrado siempre fascinantes a los psicópatas homicidas, y a los asesinos en serie, mitificándolos hasta el extremo. Pero la versión cinemtografica de la historia del Richard Ramirez, el verdadero "cazador nocturno", empobrece totalmente el caso real, al que también dedicamos un espacio en esta pagina: http://manuelcarballal.blogspot.com/2006/12/richard-ramirez-el-merodeador-nocturno.html



A pesar del forzado parecido físico entre Richard Ramirez y el actor Bret Roberts, que le da vida en esta cinta, el argumento desilachado, la ausencia de ritmo, y lo poco creíbles de los personajes, estropean en la ficció
n lo que fué un legendario y enriquecedor episodio de la historia criminal norteamericana.

La figura de la joven agente de policía protagonizada por Roxanne Day, típica chica mona de la peli pero totalmente imnecesaria, no hace más que despistar al espectador sobre la historia real del serial killer que aterrorizó Los Angeles en 1985, asesinando a más de una docena de personas, y violando, torturando y atacando a muchas más. Ramirez actuaba obligado, según argumentó su defensa, por su condición de adorador del Diablo.

Lo mejor, sin duda, la interpretación del famoso Danny Trejo, encasillado por su siniestro aspecto en papeles de criminal y maton pendenciero, pero que en esta ocasión da vida a un veterano policía que intruye y proteje a la novata agente que persigue al "cazador nocturno".


Una pelicula para fetichistas de los serial killer, pero que ha pasado, y pasará, sin pena ni gloria.


www.manuelcarballal.blogspot.com

jueves, 17 de mayo de 2007

Zodiac: el asesino del zodiaco


Hace más de 30 años, el asesino del zodiaco frecuentó el área de la bahía de San Francisco cometiendo asesinatos al parecer al azar. A pesar de décadas de investigación por las cuatro fuerzas policiales, el Ministerio de Justicia de California, el servicio postal de los E.E.U.U., y el FBI, las autoridades nunca han identificado al autor de las matanzas.
El asesino del zodiaco se ha ligado a siete asesinatos conocidos. Cada uno de éstos fue seguido por cartas enviadas por el autor de los asesinatos a los periódicos locales donde detallaba los crímenes, con apuntes que sólo el asesino podía saber. Estas cartas fueron enviadas entre 1966 y 1974, comenzaron generalmente con el saludo: "éste es el zodiaco que habla" y fue firmado con lo que se ha convertido la insignia de los asesinos del zodiaco... una cruz dentro de un círculo.
Una carta enviada a la prensa local declaró que Cheri "no es la primera y no será la última" . "Habrá más."El 20 de diciembre de 1968, David Faraday,de 17 años y Betty Lou Jensen, de 16 fueron encontrados en un camino rural al este de Vallejo en California. Un pistolero de noche los encontró allí y mató a ambos adolescentes, a David le habían pegado un tiro en la cabeza y Betty Lou apareció a pocos metros con cinco tiros en la espalda con una pistola automática del calibre 22.
El 4 de julio de 1969, Michael Mageau, de 19 años y Darlene Ferrin,de 22, conducían de noche en la ciudad. Michael creyó que alguien los estaba persiguiendo pero Darlene reconoció al motorista y le dijo "no te preocupes."Pero en mitad de la noche, fueron atacados cuando un vehículo familiar se les acercó abriendo fuego con una pistola de 9mm. Disparó cuatro veces, Michael sobrevivió; Darlene, con nueve heridas, murió camino del hospital. Cuarenta minutos después, un policía local recibió una llamada anónima, informándole del asesinato. Antes de colgar, dijo: "también maté a esos cabritos el año pasado." Los amigos y parientes recordaron que Darlene Ferrin había estado sufriendo el hostigamiento con llamadas telefónicas anónimas y las visitas de intimidación de un extranjero semanas antes de su muerte. Darlene dijo que se llamaba Paul quien le dijo que iba a acabar con ella pues había sido testigo de un asesinato. La policía buscó a "Paul" pero nunca fue localizado ni identificado.
El 31 de julio de 1969, el asesino envió cartas a tres periódicos de la bahía, cada uno contenía una mitad de una cifra secreta. El mensaje decía "Es un placer matar a la gente, es más, me divierte." El autor explicaba que matar requería un gran esfuerzo, se trataba de "recoger esclavos," quienes le servirían en la vida futura. Otra correspondencia enviada el 7 de agosto, introdujo el nombre del "zodiaco" y con los detalles del último asesinato.
El 27 de septiembre, Bryan Hartnell y Cecilia, ambos de 20 años, gozaban de una apacible comida campestre en el lago Berryessa cuando fueron atacados por un pistolero encapuchado. Apuntándolos con una pistola, el extranjero se describió como un presidiario que se había escapado y necesitaba su coche para "ir a México." Apuñaló a Bryan cinco veces y a Cecilia 14 veces. El asesino se detuvo en el coche de Bryan y escribió en la puerta: 12-20-1968 y 7-4-1969. Una llamada telefónica puso en alerta a la policia sobre brutal crimen pero un pescador ya había descubierto a las víctimas. Brian Hartnell sobrevivió.
El 11 de octubre dispararon a Paul Stine, taxista de San Francisco con una pistola automática de 9mm. Los testigos vieron como el pistolero se escapó corriendo. En la estela del asesinato de Stine, el asesino del zodiaco lanzó una nueva carta así como un trozo de la camisa del taxista. También hizo llamadas telefónicas a la policía de Oakland amenazando "atacar a un autobús escolar", también aseguró cambiar su método de "recoger almas": "parecerán los robos rutinarios, matanzas en cólera, y algunas simularán suicidios".
En 1970, Kathleen Johns conducía con su hija cerca de California, cuando un motorista se acercó para decirle que un neumático posterior de su coche estaba deshinchado, el motorista le ayudó pero cuando retomó la marcha, la rueda se cayó. Su benefactor le ofreció llevarlas al taller más cercano, cogiendo a Kathleen en una impulsión sin rumbo a través del campo, amenazando su vida y la de su niña.Nueve cartas más fueron recibidas del asesino del zodiaco entre abril 1970 y 1971. Hasta hoy, el caso sigue abierto.

Archivodelcrimen.com

miércoles, 16 de mayo de 2007

Sicarios: asesinos a sueldo


Pili Abeijón se diplomó en criminología en la Universidad de Santiago de Compostela, especializandose posteriormente en el análisis de la psicología criminal y la pericia caligráfica y grafológica. En 1997 creó la primera página web en castellano sobre asesinos en serie: ASESINOS, que en junio 2001 dio paso al portal de internet Archivodelcrimen.com consultado por criminólogos, criminalistas y analistas del delito de todo el mundo. En Archivo del Crimen, Pili Abeijón, por primera vez, valoraba las creencias religiosas y las supersticiones de los criminales, como un factor criminógeno, analizando casos como el crimen del Rol, Manson, Bathory, Ramirez, Almansa, etc, desde esta perspectiva.

Colaboradora de diferentes médios de comunicación como analista del fenómeno criminal (Onda Cero, Radio Voz, Radio Televisión de Galicia, etc) , y especialmente de las psicopatías homicidas, en 2005 publica su primer libro: "Asesinos en serie" (Editorial Arco Press). Y recientemente publicaba su nuevo trabajo "Sicarios, asesinos a sueldo" (Arco Press, 2006) sobre los asesinos "de alquiler".

-Es evidente que la mayoría de los sicarios matan a 3 o más personas y que no tienen una relación directa con sus víctimas... ¿que los diferencia de los asesinos en serie?

-Es cierto que ambos pueden llegar a matar a más de tres personas, pero la diferencia entre uno y otro es sin duda el móvil del asesinato en sí. Ese es el principal condicionante que distingue un asesino en serie de un asesino por encargo. El asesino a sueldo mata únicamente por dinero, no tiene otra motivación que la económica, y de hecho, dependiendo de qué “trabajo” se trate, puede llegar a cobrar cifras millonarias por parte de una selecta clientela. Por otro lado, la mente de un asesino en serie funciona de manera más compleja. Aunque cada psicópata tiene impulsos muy personales y es un caso único desde el punto de vista criminológico, podría decir que muchos se sienten fracasados a nivel personal o/y laboral, y proyectan esas frustraciones en sus víctimas, elegidas por alguna fijación momentánea. Se sienten estimulados con el crimen y la tortura previa porque les excita sentirse los amos de la situación y sentir el pavor que son capaces de causar a la víctima, a quien consideran la causa de sus males.

-En su día Robert Ressler nos dijo que, según su experiencia, muchos terroristas de ETA, IRA, Brigadas Rojas, etc., podrían entrar en el perfíl del asesino en serie, que ha encontrado en el terrorismo una justificación para desarrollar su psicopatía ¿podría ocurrir lo mismo con algunos sicarios?

-Los psicópatas padecen una serie de anomalías psíquicas que alteran su conducta social y les impide sentir empatía hacia otras personas, por ese motivo actúan como si nadie les importase, y de este modo un asesino psicópata puede quitar la vida de varias personas sin inmutarse ni sentir remordimientos. Un sicario no deja de hacer lo mismo, solo que éste justifica sus crímenes con el dinero. Dicen que es práctica y sangre fría..., yo pienso que algún grado de psicopatía sí hay.

-¿Desde cuando existe el "Sicariato" y los asesinos de alquiler?

-El fenómeno del asesino a sueldo existe desde hace mucho tiempo, no es algo nuevo. Si echamos un vistazo atrás, y nos remontamos a tiempos de Jesucristo, por ejemplo, oiríamos hablar de los “Celotas”, un grupo de radicales que reivindicaban la independencia del estado judío y luchaban contra la ocupación romana en Palestina. También eran conocidos con el sobrenombre de “sicarios”, de ahí el origen de la palabra, porque escondían entre sus ropas un pequeño puñal llamado “sica”, con el que asesinaban a cualquier oponente sin ningún tipo de miramiento. Aunque si seguimos retrocediendo en el tiempo y por curiosidad escarbamos en los anales de la historia, comprobaremos que existen otras múltiples referencias a mercenarios y asesinos, contratados por los señores de los grandes Imperios de la antigüedad: en la corte de los faraones del Antiguo Egipto, entre el ejército hoplita griego, en las falanges romanas, etc.

-En tu libro dedicas un capítulo a los hashashin... ¿podrían las creencias religiosas justificar el sicariato? Y si es asi, ¿podrían los nuevos grupos criminales islamistas, como Al Qaeda, entrar en la misma clasificación?

-Sí es cierto que el comportamiento de los hashashin era muy similar al de los grupos terroristas religiosos actuales, quienes están dispuestos a sacrificar su vida por sus creencias. Lo que los diferencia de los asesinos a sueldo que conocemos hoy en día, es que éstos únicamente trabajan por dinero, mientras que los fanáticos confían en que el beneficio, de índole espiritual, les sea otorgado en la otra vida, en compensación a una vida de sufrimiento. De todos modos, debo decir que bajo mi punto de vista nada puede justificar el crimen, ni las convicciones religiosas, ni siquiera la psicopatía o la psicosis, que son anomalías psíquicas, y mucho menos el dinero del sicariato.

-Contextualicemos el fenómeno del sicario... ¿Se trata de una figura criminal aislada o, por el contrario, los sicarios forman parte de colectivos de crimen organizado más complejos?

-Por lo que he podido comprobar mientras realizaba la investigación que dio origen al libro, existen ambos tipos de sicariato. Unos prefieren trabajar solos, por su propia cuenta y riesgo, y controlar todo el proceso que va desde la ubicación y estudio del posible cliente, la negociación del encargo y la ejecución del mismo, y otros sin embargo, posiblemente para evitar mayores complicaciones o por asegurarse un sueldo fijo optan por formar parte de una banda organizada para llevar a cabo el llamado “trabajo sucio”.

-En el libro diferencias el perfil criminal y modus operandi de distintos tipos de sicarios; colombianos, mafias chinas, mafias del Este... ¿cuales son las similitudes y diferencias de los asesinos a sueldo?

-Todas las mafias o grupos de crimen organizado están dedicadas a unos negocios similares, pero dependerá del mercado existente en la zona que se hallen establecidas y el control que ejerzan allí. Las principales actividades delictivas de las mafias son: la prostitución, el blanqueo de dinero, el tráfico de armas y de drogas, las falsificaciones, el fraude y la extorsión. La labor de los sicarios dentro de éstas es siempre el mismo: las amenazas, el cobro de deudas a los morosos y ejecutar los castigos.

-El cine, la literatura y la televisión han encontrado en la figura del asesino a sueldo un personaje, en ocasiones casi romántico, para llenar guiones. Desde el entrañable Tulipan Tudeski de "Falsas Apariencias," al neurótico Julian Noble de "The Matador", ¿que diferencia a los sicarios del cine de los de la realidad?

-Tú lo has dicho, no concibo romanticismo ni ternura en un asesino que sea capaz de matar a otra persona fríamente y no tenga remordimientos ni le preocupe si esa persona deja una familia, unos hijos, una vida...

-Algunos personajes reales, sin embargo, como Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos El Chacal, inspiraron infinidad de novelas y películas como "The Jackal", donde le da vida Bruce Willis. ¿La realidad supera a la ficción?

-Eso desde luego. Te aseguro que muchos de los casos que he podido investigar a lo largo de mi carrera como criminóloga han superado la ficción y con creces. En mis libros he obviado muchos detalles por considerarlos demasiado morbosos o macabros, y eso me ha demostrado que a veces la locura del criminal es de lo más despiadada a la par que incomprensible.

-Dedicas una atención especial en tu obra a los sicarios de Medellin y a los muy jóvenes estudiantes del sicariato ¿puede un niño ser un asesino de alquiler? Y si es así ¿podrían los niños soldado africanos, de alguna manera, englobarse también en una forma de sicariato?

-El lamentable fenómeno de los niños sicarios no solo se está dando en Colombia, sino también en otros países sudamericanos y asiáticos. Los niños que crecen en condiciones deplorables, generalmente hijos de una familia demasiado numerosa o desestructurada, a partir de los doce años comienzan su carrera como asesinos, ya que la única salida que perciben ante la miseria que les rodea es que un grupo de narcotraficantes o mafiosos les permita formar parte de su plantilla. Saben que allí se les paga bien, ya que otros lo han hecho antes, y no solo han sacado a su familia de la pobreza sino que se han hecho “importantes” en el barrio. El problema, y ellos son conscientes, es que no se puede ejercer mucho tiempo como sicario siendo niño, más que nada porque acaban siendo asesinados por otros grupos o por el propio, cuando ya no son de utilidad, y solo los más avispados sobreviven.

-Europa comienza a sentirse inquieta por el trasvase delincuencial de algunas bandas latinas, directamente relacionadas con prácticas de sicariato, como los Latin King o los Netas... ¿se incrementará en el futuro el fenómeno de los asesinatos contratados en Europa en relación a las bandas latinas?

-Actualmente, y a pesar de los múltiples incidentes ocurridos en España en relación a bandas latinas como las que mencionas, pienso que no debemos alarmarnos, ya que más que delincuencia organizada es un problema de seguridad ciudadana. Este tipo de pandilleros son jóvenes adolescentes que en su mayoría, crecidos al sentirse parte de un grupo numeroso, cometen actos delictivos para financiar a la banda o ganar popularidad, pero siempre se verán inmersos en delitos a pequeña escala, salvo excepciones en las cuales en el transcurso de una reyerta hay heridos graves, o una víctima en el peor de los casos. A mí personalmente me inquietan más otro tipo de pandilleros, como la Mara 13 o la Mara 18, puramente vinculados al mundo del crimen organizado, que aunque actualmente solo se hallan en países como los EEUU, Honduras, Guatemala, México y El Salvador, no descarto que en algún momento se vengan a España para tratar de ampliar su mercado y escapar de la presión policial a la están siendo sometidos en sus países de origen.

-Y para terminar, algunos casos célebres de la historia criminal española (incluso crímenes no resueltos), como el intento de asesinato del abogado Emilio Rodriguez Menendez fueron crímenes contratados ¿que otros casos han sido, o podrían haber sido, en tu opinión, producto de un sicario?

-En mi libro cito algunos casos en los que se ha demostrado la autoría de un asesino contratado por una persona para acabar con la vida de un tercero, pero desde entonces se han seguido cometiendo secuestros express y asesinatos de este tipo, algunos de los cuales han salido incluso en prensa. Sin ir más lejos, ¿quién no recuerda el cadáver hallado en febrero de este año en la localidad madrileña de Móstoles, de un venezolano al que habían amordazado y torturado hasta la muerte con la famosa “corbata colombiana”, firma muy común entre los castigos de los narcotraficantes..?


Manuel Carballal

Vicepresidente 2º CIAC

sábado, 12 de mayo de 2007

- Asesinos en serie y pensamiento mágico: cuando las creencias matan

Unos beben la sangre de sus víctimas y otros comen su carne. Algunos asesinan en el nombre de Satán y otros impulsados por unas “voces sobrenaturales”... para la ciencia continúa siendo un misterio la motivación real que lleva a los Serial Killers a cometer los crímenes más crueles, atroces y “diabólicos” a los que han tenido que enfrentarse las policías de todo el planeta.

“¡Yo estoy por encima del bien y del mal, y todos ustedes me dan asco!”, gritó Richard Ramírez desde el estrado, al Tribunal que le juzgaba, y agregó “¡Lucifer está dentro de todos nosotros!”. Y mientras era expulsado de la sala, fuertemente encadenado, giró su penetrante mirada hacia los fotógrafos mientras alzaba la mano izquierda, en la cual tenía tatuado un pentagrama satánico, y murmuraba: “El maligno...”. Richard Ramírez, alias “Night Stalker” (“El Merodeador Nocturno”), aterrorizó la ciudad de Los Angeles, a mediados de los ochenta, asesinando a 14 personas, y violando, agrediendo y robando a otras muchas. Ramírez, que decía actuar movido por la voluntad de Satán, se paseaba por la calle escuchando obsesivamente la canción “Night Prowdler” del grupo AC/DC, hasta que seleccionaba a su víctima. Después penetraba en su casa y la asesinaba sin ninguna piedad, dejando en muchas ocasiones símbolos satánicos dibujados en las paredes con la sangre de dichas víctimas.

Richard Ramírez, un joven hispano de 29 años, es un psicópata asesino en serie, a pesar de que no presentaba un modus opernadi preciso, ya que utilizaba indistintamente armas de fuego o armas blancas para cometer sus crímenes, y tampoco presentaba un tipo de víctima precisa (asesinó igualmente a personas de dieciséis como de sesenta y tres años). Pero ¿por qué?. No existe una respuesta racional a esa pregunta.

EL MISTERIO DE LOS SERIAL KILLERS

El pasado mes de noviembre los mejores especialistas en Asesinos en Serie se dieron cita en Valencia para debatir el misterio que supone, tanto para psiquiatras como para policías, el fenómeno de los Serial Killers. Personalidades como el ex–agente del FBI Robert Ressler (asesor de Expediente-X, Copicat y “El Silencio de los Corderos”); el psiquatra Robert Hare (autor del sistema de clasificación de psicópatas más usado del mundo), o la psicóloga forense Candice Skrapec (que en estos momentos dirige algunas tesis sobre asesinatos en serie y creencias religiosas), analizaron en profundidad el mayor enigma de la psicología criminal.

Durante su conferencia Steven A.Egger, primer autor de una tesis doctoral sobre Serial Killers y profesor de Justicia Criminal en la Universidad de Illinois definió los asesinatos en serie como: “La obra de uno o más individuos que comenten un segundo y posterior asesinato, sin que haya relación anterior entre victima y agresor. Los asesinatos posteriores ocurren en diferentes momentos y no tienen relación aparente con el asesinato inicial, y suelen ser cometidos en una localización geográfica distinta. Además, el motivo del crimen no es el lucro, sino el deseo de ejercer control o dominación sobre sus victimas”.

Sin duda se trata del criminal más temido por las policías de todo el mundo, ya que resulta especialmente difícil investigar este tipo de crímenes en los que no existen relación entre las victimas, ni entre el agresor y ellas. Además, la especial crueldad con que los asesinos comenten estos crímenes aterra y desconcierta a los investigadores. Es como una furia salvaje desatada de pronto, que arrasa todo lo que encuentra a su paso. Es como la expresión del “Mal” en estado puro ya que ¿existe más maligno que la violación, mutilación y asesinato de docenas de seres humanos sin causa aparente?.

Según las escalofriantes estadísticas ofrecidas en este congreso, la mayor parte de los psicópatas que terminan de cumplir su condena y salen de prisión, vuelven a matar. En el citado congreso eran definidos como “adictos al crimen”. Y no se trata del mero acto de robar la vida a otros seres humanos, sino de la brutalidad y crueldad con que esos crímenes son cometidos. Ted Bundy, Arthur Shawcross, John Wayne Gacy, Ed Kemper, Ed Gein… todos ellos se han convertido en personajes populares en los Estados Unidos por haber asesinado a docenas de personas sin un móvil aparente. Mitificados como astros de cine, o ídolos de rock, sus fotos adornan las carpetas y camisetas de miles de adolescentes americanos; reciben centenares de cartas de admiradores e incluso, muchos de ellos –como el mismísimo Ramírez- han llegado a casarse en prisión con alguna de sus fans. ¿Cómo es posible que los peores monstruos de la humanidad despierten esa fascinación? ¿Acaso, como sugieren algunos autores, los Asesinos en Serie son los verdaderos “cachorros” del Maligno?

SACRIFICIOS PARA EL DIABLO

Según relataba Candice Skraper, recientemente era requerida por la policía mexicana para permanecer tres meses en Ciudad Juárez, intentado elaborar el perfil del Asesino en Serie que ha causado la muerte de docenas de mujeres en los últimos años. Los medios de comunicación mexicanos apodaron a este criminal, que todavía no ha sido capturado, “El depredador de Chihuahua”, y se especula con la teoría de que sea un adorador de Satán. Evidentemente ni Skraper, ni los demás investigadores del caso han podido obviar las similitudes entre estos crímenes, y los que aterrorizaron la también fronteriza ciudad mexicana de Matamoros hace unos años.

En aquella ocasión los asesinatos en serie, más de catorce, fueron cometidos por Adolfo de Jesús Costazgo y Sara Aldrete (en la cual se ha inspirado Alex de la Iglesia para su película “Perdita Durango”). Costazgo y Aldrete lideraban un culto satánico en el cual se sacrificaban seres humanos para intentar proteger los turbios negocios de Costazgo de la policía. Iniciado en la Regla de Palo Monte en su Cuba natal, Costazgo consiguió convencer a sus seguidores –una banda de narcotraficantes- de que sus rituales satánicos les protegerían de las balas de la policía. Vana pretensión, ya que, tras ser cercado por los agentes mexicanos, ordenó a uno de sus seguidores que le disparase antes de caer en manos de la policía...

Muchos Serial Killers, como el mendigo Eugene Britt, o el famoso Henry Lee Lucas, han atribuido el origen de sus crímenes a un “espíritu diabólico” que se apoderaba de su voluntad y los hacía matar. Unos, como Ramírez, actuarían en solitario, sin embargo, según algunas fuentes, tras algunos de los Asesinos en Serie más famosos de la historia criminal, se ocultarían cultos satánicos organizados.

En 1976 comenzaron una serie de brutales crímenes en New York que aterraron a la opinión publica norteamericana. Durante un año un individuo –que aparentemente actuaba sólo- disparó a quemarropa contra más de una decena de personas, causando la muerte a más de la mitad, y hiriendo de gravedad a las restantes. Como había ocurrido en el caso de Costazgo, y en tanto otros, fue una casualidad la que llevó a la detención del asesino. Una multa de tráfico puso a la policía en la pista del autor de aquellos crímenes que, en base a algunos anónimos enviados por el asesinos la policía, se bautizaron como los asesinatos de “El Hijo de Sam”. El autor de estos homicidios resultó ser David Berkowitz, un joven de 25 años que afirmaba que una voz le ordenaba matar. Sin embargo, para varios policías de New York que participaron en el caso, y para varios investigadores civiles, Berkowitz no actuó sólo. En base al relato de varios testigos presenciales de los asesinatos, en base a las descripciones del/los sospechosos, y en base a los anónimos enviados por “El Hijo de Sam” a la policía, se ha especulado con la teoría de que David Berkowitz era sólo un instrumento utilizado por un culto satánico. Esta hipótesis, compartida por varios investigadores del caso, dio lugar al guión de la película “El Salario del Diablo”, en el cual se pretende que tras los crímenes de “El Hijo de Sam” en realidad se ocultaba una secta satánica que grababa en vídeo los asesinatos, para comercializarlos como snuff movies... Otras sectas, como la de Charles Manson, merecerían un capitulo aparte. Pero, si ya la motivación “satánica” resulta insólita como justificación de asesinatos en serie, ¿qué decir de móviles vampíricos o licantrópicos? Y es que, sin duda, pocas cosas pueden sorprender tanto a un policía como tener que buscar a un asesino que mata para beber la sangre de sus víctimas o comer su carne...

LOS VERDADEROS VAMPIROS

Imagino que los funcionarios de la embajada de Irán se sintieron muy desconcertados cuando acudí a ellos en busca de información sobe un “vampiro”. Sin embargo debo agradecer la amabilidad con que los funcionarios iraníes respondieron a mis demandas, facilitándome datos e incluso fotografías del “Vampiro de Teheran”.

Se trataba del taxista de 28 años Gholamreza Khoshrou Kouran Kordieh, más conocido como Ali Reza. Según la información que me facilitó la Embajada de Irán, Ali Reza violó y asesinó al menos a nueve mujeres y niñas para beber su sangre, entre febrero y junio de 1997. Condenado a 214 latigazos proporcionados por los familiares de las víctimas y a la pena capital, “El Vampiro de Teherán” fue colgado de una gran grua, ante miles de testigos, el 13 de agosto de ese mismo año. Inmediatamente algunos “intelectuales” sugirieron que unos crímenes tan delirantes como los de “El Vampiro de Teherán” sólo podían producirse en un país “primitivo” e “inculto” como Irán. Pretensión esta absolutamente ridícula, ya que algunos de los asesinatos “vampíricos” más espeluznantes de la historia criminal se han cometido en países del “primer mundo”, como Estados Unidos.

Sin ir más lejos, el Coronel Robert Ressler, tal vez el mayor especialista en Asesinos en Serie del FBI (y quizás del mundo), dedica el primer capítulo de su primer libro: “El que lucha con monstruos”, a otro “Drácula de la vida real”: Richard Chase, alias “El Vampiro de Sacramento”.

Richard Trenton Chase asesinó a dos familias enteras, llevado por una delirante creencia; su sangre estaba envenenada y debía conseguir sangre humana para poder mantener su propia vida. En su delirio, Chase hablaba de una conspiración de los OVNIs y de los nuevos movimientos nazis que intentaban matarlo, pero su creencia más importante era la de que tenía que beber sangre humana para poder vivir. Cuando fue detenido se le incautaron recipientes, como una batidora, en la que preparaba la sangre de sus víctimas, y trozos de su carne, como si de un jugoso zumo se tratase.

Según consta en los archivos del Centro de Investigación y Análisis de la Criminalidad Violenta y Sexual (CIAC), entre los Serial Killers más importantes de la historia se encuentran numerosos casos en los que la necesidad de beber sangre humana era el principal móvil de los crímenes. Me refiero, por supuesto, a “vampiros” que han asesinado en el presente siglo veinte, ya que la historia antigua no ha ofrecido otros casos no menos inconcebibles, como de Vlad Tepes Draculea, Gilles de Rais o la Condesa Bathory, entre otros. Estos son algunos de los más conocidos “vampiros” del siglo XX:

GEORG KARL GROSSMAN: Fue detenido en agosto de 1921, cuando un vecino escuchó los gritos de una joven y llamó a la policía, siendo Grossman sorprendido mientras se bebía la sangre de su última víctima. Los analistas de la policía identificaron los restos de al menos tres mujeres asesinadas en las tres semanas anteriores a la detención, pero se encontraron docenas de prendas de ropa y efectos femeninos en el apartamento. Es imposible calcular cuantas fueron las víctimas exactas de Grossman. Los cálculos más aceptados por los criminalistas hablan de unas cincuenta.

"EL VAMPIRO DE HANNOVER": El caso Haarmann parece una réplica del caso Grossmann, tan cercano en el espacio y en el tiempo. Haarmann elegía a sus víctimas en la estación de ferrocarril de Hannover. Principalmente niños o jóvenes que habían huido de casa, o llegaban a la capital en busca de trabajo. Haarmann fue declarado culpable de 27 asesinatos de muchachos, de entre doce y dieciocho años. Sin embargo Haarmann llegó a decir que "podrían haber sido unos 40". Los mataba, bebía su sangre y comía parte del cuerpo.

"EL VAMPIRO DE DÜSSELDORF": Durante el proceso, iniciado el 13 de abril de 1931, los magistrados tuvieron que soportar la gélida descripción que Peter Kürten hizo de sus crímenes: "Necesitaba sangre como ustedes necesitan alcohol". Confesó con todo detalle como asesinaba a sus víctimas, algunas niñas de solo cinco años, usando un martillo, tijeras, etc., y destrozando absolutamente los cadáveres. Decía que Jack el Destripador era su ídolo...


ALBERT FISH: Cuando fue detenido, la policía encontró muchos recortes de prensa referentes al caso Haarmann en el apartamento de Albert Fish. Recortes que fueron utilizados como prueba durante el juicio que se inició en el Tribunal de White Plains el 12 de marzo de 1935. Definido por la prensa como "el criminal más repulsivo de todos los tiempo", Fish es un buen ejemplo de "asesino místico". Según sus allegados, se proclamaba la reencarnación de Cristo y "el instrumento de Dios contra la Humanidad", algo que repitió durante el juicio. "Beber su sangre -declaró- me producía verdaderos arrebatos de éxtasis sexual".

FLORENCIO FERNANDEZ: El 14 de febrero de 1960, y tras pintoresca operación policial se detuvo al vampiro argentino. Hacía semanas que varias jóvenes estaban siendo atacadas por un individuo que, en la oscuridad nocturna, penetraba en el interior de los domicilios de sus víctimas, aprovechando que se acostaban con las ventanas abiertas a causa del calor reinante en esas fechas. Una vez dentro de la casa, se abalanzaba sobre ellas mientras dormían, sujetándolas a la cama y mordiendo profundamente sus gargantas para beber su sangre.

MARCELO DE ANDRADE: El año 1992 entró salpicado de sangre para la prensa del Brasil. "Bebía su sangre para mantenerme joven y guapo"; con tan insólita declaración el brasileño de 25 años Marcelo Costa de Andrade, ex –miembro de la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, pretendía justificar sus brutales crímenes. Captaba a los niños en las zonas marginales de Río, y los convencía para que le acompañases ofreciéndoles comida, golosinas o dinero. Los mataba a golpes y los violaba, dejando bandejas con comida al lado de los cadáveres. Después compraba los periódicos para ver si los cuerpos habían sido hallados.

FILITA MALISHA: El 23 de marzo de 1995 una anciana de 60 años oriunda de Solwezi (Zambia) se personó por propia voluntad en la comisaría de policía para confesar que había asesinado a siete de sus hijos. Según declaró Filita Malisha, había asesinado a sus hijos a lo largo de varios años, en rituales de magia negra que había aprendido de su madre. Y tras asesinarlos, bebía su sangre y comía parte de los cadáveres.

CUANDO EL HOMBRE SE VUELVE BESTIA

Entre 1978 y 1990 Andrei Chikatilo, alias “La Bestia de Rostov” asesinó y mutiló a 55 niños, niñas y mujeres, convirtiéndose en el mayor Asesino en Serie de la historia. “La Bestia” acompañaba a sus víctimas hasta los bosques, donde las atacaba llevado por una “furia animal”, descuartizándolas y llegando a comerse parte de sus cuerpos.

Eran tan brutales las mutilaciones que infringía a sus víctimas, que durante la investigación de uno de los últimos crímenes se produjo una anécdota sorprendente. En la Rusia de finales de los ochenta se producía una oleada de OVNIs (recordemos el caso Voronezh) que acaparó la prensa internacional. Al mismo tiempo comenzaban a llegar desde Puerto Rico las primeras noticias sobre el Chupacabras y las mutilaciones de animales asociadas con OVNIs. Pues bien, dos agentes de policía de Rostov protagonizaron un avistamiento OVNI muy cerca del lugar donde se descubrió el cadáver de una de las últimas víctimas de “La Bestia”. Este incidente, unido a la increíble brutalidad de las mutilaciones, hizo correr el rumor entre la policía de que el autor de aquellos crímenes no podía ser un humano...

Y es que el caso Chikatilo, que hace palidecer a cualquiera de los relatos medievales sobre licántropos, recuerda poderosísimamente al primer Serial Killer español: Manuel Blanco Romasanta, alias “El Hombre-Lobo de Allariz”. Blanco Romasanta asesinó a 13 personas, mutilándolas y devorándolas, llevado por la creencia en que, víctima de una maldición infantil, en ciertas noches de luna llena perdía su forma humana, convirtiéndose en un lobo sediento de sangre, que mataba sin poder contener sus impulsos asesinos. De entre todos los asesinos en serie españoles, como Manuel Delgado “El Arropiero”, José Rodríguez Vega “el asesino de ancianas”, Juan Luis Larrañaga “Koldo”, o Joaquín Ferrándiz, entre otros, tan solo García Escalero “el mendigo asesino”, ha rozado mínimamente la fiereza y crueldad de Manuel Blanco Romasanta. García Escalero, un mendigo que ya en su infancia visitaba los cementerios y se colaba en las funerarias para acostarse junto a los cadáveres que tanto le atraían, asesinó a más de una docena de personas en Madrid hace pocos años, llegando a decapitar a algunas de sus víctimas y a comerse parte del corazón de otras...

Pero ¿hasta que punto las creencias esotéricas pueden suponer un móvil importante en el delirio de los asesinos en serie?. Resulta difícil de calcular. Sin embargo es indudable que dichas creencias han servido para que muchos Serial Killers justificasen sus brutales crímenes...

Jeffrey Dahmer, por ejemplo, debió asimilar muy mal sus lecturas sobre vudú haitiano, ya que asesinó y se comió a quince personas, intentando convertirlos en zombies. Dahmer, que al parecer se había aficionado a las lecturas ocultistas, decidió sustituir el polvo zombie que utilizan los bokor haitianos, por una primitiva operación pseudoquirúrgica en la parte trasera del cráneo de sus víctimas... Desgraciadamente Dahmer fue asesinado en la cárcel antes de que pudiese ser objeto de un estudio en profundidad sobre las anomalías que sin duda deberían existir en su cerebro. Pero en otros casos, el psicópata asesino, ni tan siquiera fue capturado.

Entre 1968 y 1978 un asesino “astrológico” se confesó autor de 37 crímenes. El “Asesino del Zodiaco”, elegía a sus víctimas en función de su signo astrológico, y nunca pudo ser capturado. En 1990 reapareció, aunque todos los expertos coinciden en afirmar que se trataba de un imitador. Pero lo importante es que ese nuevo criminal “astrológico” continuó sembrando la muerte entre los habitantes de Nueva York, eligiendo a sus víctimas por su “carta astral”. Según los astrólogos que fueron consultados por la policía newyorkina, el nuevo “Asesino del Zodiaco” había superpuesto una carta astrológica de Orión sobre un plano de New York, o eso sugería la situación de sus víctimas en el mapa. Sin embargo, al igual que había hecho Jack el Destripador, “el pistolero astrológico” dejó repentinamente de matar, y desapareció con el mismo misterio con que había surgido. Su identidad continúa hoy siendo un enigma.

Ante el absurdo de estos brutales crímenes podemos seguir dudando sobre la existencia o no del Diablo. Pero si realmente El Maligno existe, sin duda los Serial Killers, son sus mejores cachorros...

jueves, 10 de mayo de 2007

Los niños sicario de Medellín

“Recuerdo la primera vez que me tocó matar. Yo había herido a personas pero no conocía los ojos de la muerte. Sucedió, un día por la mañana, en Copacabana, un pueblo cercano a Medellín. Estábamos robando una casa-finca y sin saber de dónde se nos apareció el celador. Yo, desde mi escondite, detrás de un muro, asomé la cabeza y de puro susto le metí por la espalda los seis tiros del tambor. El hombre quedó frito de una. Eso fue duro, pa qué le miento, muy duro. Pasé quince días que no podía comer porque veía al muerto hasta en la sopa… pero después se me hizo fácil, aprendía a matar sin que eso me molestara el sueño. Eso de matar es una cuestión que se vuelve normal. Lo mejor es matar gente que las debe, que ha sido grosera. O gente que uno no conoce. Es más difícil que me apunte a cascarle a alguien conocido. No tanto por culillo, al fin uno se acostumbra, sino porque es mal negocio dejar culebras[1] en todas partes”.

Se llama Toño. Es un joven sicario de la comuna nororiental de la ciudad de Medellín, un barrio tristemente conocido por poseer el más alto índice de violencia de toda Colombia y donde la cultura del asesinato es el pan de todos los días. Metrallo, como la llaman en su jerga los jóvenes, es la capital del departamento de Antioquía y la ciudad cuna de los pelaos, los chavales pistoleros que se formaron de la mano del narcotráfico, del afán del capo Pablo Escobar Gaviria y su famoso Cártel de Medellín por quitarse de en medio a todo el que se interponía en su carrera hacia el control del mercado de la cocaína, pagando una buena suma de dinero a los niños de los barrios más necesitados, a los que contrataba como asesinos para hacer el trabajo más sucio y arriesgado.

“Yo ya tango trece muertos encima, trece a los que les he dado con este índice, porque cuando voy en gallada[2] no cuento esos muertos como míos. Si me muero ya, me muero con amor. A fin de cuentas la muerte es el negocio, porque hacemos otros trabajos, pero lo principal es matar por encargo. Para ese oficio nos busca gente de todo el país. Yo analizo que el cliente sea serio, bien con el pago. Cobramos dependiendo de la persona que toque convertir en muñeco[3]; si es duro se pide por lo alto. Es que uno está arriesgando la vida, la libertad y el fierro[4]. Aquí en la ciudad lo menos es medio millón, pero para salir de la ciudad a darle a un pesado[5] cobramos por ahí tres millones”.
Estos chicos comienzan su carrera asesina muy jóvenes, a partir de los doce o trece años. En la edad en la que la mayoría de los niños sólo piensa en jugar, los pelaos por lo general se pasean con mirada fiera y con un tote[6] de 9 milímetros escondido en el cinturón, presumiendo que ya han asesinado a su primera víctima. Del mismo modo asumen que ésta terminará pronto también, pues la mayoría suelen ser abatidos a los pocos años por otros sicarios, por la misma banda de narcotraficantes cuando ya no los necesitan, e incluso por la policía en el transcurso de un fuego cruzado. “Me conformo con llegar a los 25”, decía uno de éstos muchachos en una entrevista. “El negocio es dejar a la familia con dinero. No me importa morir, lo peor es estar preso y pudrirse en una cárcel”.

Alonso Salazar, periodista colombiano y gran divulgador del problema de los jóvenes sicarios, sostiene que el mapa de las bandas de Medellín coincide con las zonas más pobres y populares, que son las barriadas que se expanden cada vez más en las afueras de la ciudad, a lo largo de la falda de la montaña. Él ha entrevistado a muchos de ellos en su libro “No nacimos pá semilla”[1], y sabe que aunque por un muñeco[2] siempre se paga bien, ser sicario no significa solamente salir de la pobreza, sino ser tenido en cuenta por su entorno, sobre todo por su familia.

Los caprichos que se pueden comprar con el dinero son importantes, pero nada les satisface más que el reconocimiento social, dejar a un lado la miseria y convertirse en alguien importante que pueda hacerle una casita a la madre, para ellos lo más sagrado. Así como odian al padre ausente, aquel que les ha abandonado, permitiendo que sus hijos crezcan sin comida que llevarse a la boca y sin un modelo que les enseñe los valores fundamentales de la vida, amar a la madre sin condición es una especie de principio obligatorio que los realza como personas y que todos cumplen incondicionalmente, porque reconocen que han luchado por sacarlos adelante solas y a ellas les deben todo. Para ellos matar no es tan malo siempre y cuando sea para favorecer a esa madre protectora, porque como dicen: “la madre es lo más sagrado que hay porque madre no hay sino una, mientras que papá puede ser cualquier hijueputa”.

La mayoría de estos niños sicarios son hijos de familias desestructuradas, a menudo con padres delincuentes que trabajan para algún narcotraficante con el menudeo de la droga, o madres solteras que no pueden hacerse cargo de sus tres o cuatro hijos y los abandonan a la aventura de las calles para que empiecen a buscarse la vida solos mientras ella trabaja todo el día para traer algo de comida para los más pequeños. Los chavales sienten la necesidad de insertarse en un grupo porque buscan la protección, el cariño y el respeto que no tienen en sus casas, y ya sea por falta de dinero o por ganas de hacerse valer de cara a los demás, se dejan engatusar por las bandas de criminales y comienzan una carrera delictiva, bien sea vendiendo artículos robados, vendiendo droga o asesinando por encargo. Eso les proporciona fama, dinero, un arma, una motocicleta, la admiración de una joven… la necesidad de adquirir un estatus, unido al desempleo, la cultura de la agresión que se vive en las calles y las condiciones sociales, les introducen en un camino sin retorno que siempre se paga con la muerte.

Irma es una adolescente cuyo hermano sicario mataron hace unos años. Está convencida que al principio William se metió en la profesión por el dinero, pero luego su carácter cambió y parecía como si lo hiciera por diversión. “Llegó un momento en que no le importaba nada matar, incluso yo creo que veían placer en la muerte. La degradación del grupo de mi hermano les llevó a matar mendigos e indigentes que dormían en la calle para entretenerse. Los encargos eran de todo tipo: venganzas familiares, motivos políticos, deudores que no pagaban o acreedores que con su muerte se terminaba la deuda. Los contratistas les daban una foto y les pagaban primero. Si alguno de ellos no pagaba, lo mataban también. Incluso iban al velatorio para comprobar que había muerto el adecuado. Yo estaba siempre informada de sus actuaciones porque les tenía que lavar la ropa manchada de sangre. En total yo creo que mi hermano participaría en el asesinato de más de cien personas”. William empezó a asesinar a la edad de trece años y lo mataron a los veintiocho. Su vida de sicario fue una de las más largas que se conoce en Medellín.

Esa es la triste realidad para muchos jóvenes colombianos. La muerte se convierte en una trivialidad, en una especie de rutina que forma parte de la vida cotidiana y que ya no sorprende a casi nadie. Si el hijo de fulanita empieza a traer dinero a casa, a comprar regalos a sus hermanos y amigos, si cambia de vestuario y se pone ropa cara de marca, si desaparece durante varios días sin que no se sepa a dónde va, nadie se extraña demasiado: el chaval se ha hecho sicario. Es el resultado de una ausencia de valores morales y culturales, pero también el resultado de una crisis socioeconómica que no permite asomar un futuro esperanzador para ninguno de esos muchachos que se crían en las calles, y ven la delincuencia organizada como una única salida para sacar sus vidas y las de sus familias adelante.

“¿De que sirve un salario mínimo?”, comenta uno de los jóvenes de un grupillo de adolescentes que deambulan por las calles sin nada mejor que hacer. “Unos pesos no alcanzan para nada. Por eso es mejor vender coca y basuco[1], o buscarse un muñeco para ponerle la lápida al cuello. Si a mí me encargan un muerto y me dan un buen billete, yo me la juego. Yo por dinero mato a quien sea…”.

Pero no es tan fácil hacerse sicario, y ellos lo saben. Entre todos los pelados que deambulan inactivos por las calles de Medellín, solo unos pocos consiguen ser contratados por alguna banda para realizar una serie de trabajos, y muchos menos logran formar parte de ella de manera permanente. Para convertirse en un buen pistolero y no caer muerto a la primera de cambio, los jóvenes aspirantes deben pasar una serie de pruebas que demostrarán su valía. Solo entonces estarán preparados para la profesión.

Suelen ser seleccionados por gente que está metida en el negocio, generalmente otros pelados que les conocen de verlos deambular por las calles y que les proponen el ganarse unos buenos billetes a cambio de un trabajo arriesgado, pero rápido y fácil si saben hacerlo con maña. Entonces, el chico empezará realizando pequeños delitos para la banda hasta que va perdiendo el miedo, como robos o pequeños atracos. Si demuestran valor, con el tiempo les ofrecerán un arma y munición, y con ella los primeros encargos. Pero antes de todo eso deben ganarse la confianza del grupo y pasar la prueba de fuego, aquella que realmente decidirá si tiene nervio y coraje suficiente para ser asesino: su primer muerto a sangre fría.

Si el jefe es considerado, se conformará con que el candidato vacíe el cargador de su fierro sobre el primer automovilista con el que se cruce y que esté detenido en un semáforo con la luz roja, o que mate a la persona que éste desee, que es lo más fácil suponiendo que el chaval tenga algún rival o enemigo y aproveche la ocasión como venganza personal. Pero si topa con un déspota que de verdad pretende ponerlo a prueba para saber si podrá realizar encargos más complicados, le retará a que mate a uno de sus íntimos amigos o a un pariente cercano. Si pasa la prueba, formará parte de la banda de pistoleros a sueldo, y si no lo hace, lo más seguro es que él mismo acabe tirado en una acequia con varios tiros en el pecho.

Los jóvenes más avispados que logran sobrevivir unos años como sicarios sin ser asesinados, pero solo uno entre muy pocos, cuando se van haciendo viejos en el “oficio”, llegan a abandonar la actividad activa para volcarse en un negocio más rentable y seguro que se conoce como “oficina”. La oficina es un lugar de reclutamiento para otros pelados nóveles, que como ellos hicieron en su día, buscan ser contratados como asesinos a sueldo y están dispuestos a cualquier cosa por conseguirlo. Allí reciben a multitud de niños que serán puestos a prueba para seleccionar a los más válidos y actúan como intermediarios con los clientes negociando los precios de los encargos dependiendo de la importancia y la complicación de un trabajo. Toño es uno de estos ex sicarios que ahora trabaja como mediador. Después de pasar una temporada en la cárcel tras ser detenido por la Policía, decidió buscarse la vida de una manera menos arriesgada y formó una oficina con otros presos que conoció allí. “Nosotros somos cruceros, intermediarios. Manejamos las fuentes, gente que necesita que le hagan un trabajo o que pasan información. Analizamos lo que hay que hacer, cuánto billete van a dar y qué tan complicada es la cosa. De acuerdo con eso armamos la selección. Conseguimos unos pelados que hagan el trabajo y les pagamos. Eso es fácil, se consiguen pelados para lo que sea… No nos gusta trabajar con pelados calientes, que hacen maldades por cualquier peso, buscamos pelados serios. Cuando alguno quiere trabajar con nosotros, pregunto: ¿Ese muchacho quién es? ¿Es serio?, y analizo. Ellos se meten por su gusto, no por que uno les diga. Son muchachos que ven la realidad, saben que estudiando y trabajando no consiguen nada y que en cambio con uno se levantan los lucas”[1].

Otros como Wilson, sin embargo, esperan ansiosos ser contratados en Europa para dejar atrás el miedo y el ansia que le provoca el día a día en Medellín, en dónde es consciente que la muerte le está acechando en cada esquina y cuando menos se lo espere le vaciarán un cargador encima para quitárselo de en medio, como le ha pasado a tantos conocidos. Él nunca ha tenido la oportunidad de viajar fuera, pero conoce a otros pelados que han sido contratados en España y que se han instalado allí, y sabe que les ha ido bien, por lo que afirma que estaría dispuesto a partir inmediatamente hacia Madrid o a cualquier localidad española si le solicitasen para un trabajo. “No solo tengo la ventaja de ser serio y cumplido, sino que no tengo antecedentes penales y me sería fácil entrar en el país. La gente que lleva tiempo en España dice que allí hay mucho billete, que por un muerto llegan a pagar hasta cinco millones de pesos (unos dos mil euros), mientras que aquí hacemos la vuelta hasta por cien mil pesos (treinta y seis euros). No es negocio…”.
Pili Abeijón
Criminóloga
(Capítulo del libro "Sicarios: Asesinos a sueldo". Editorial Arco-Press)
NOTAS:
[1] Enemigos.
[2] En pandilla.
[3] Asesinar.
[4] El arma.
[5] Persona importante.
[6] Pistola.
[7] “No nacimos pá semilla. La cultura de las bandas juveniles en Medellín”, de Alonso Salázar. Editorial Planeta Colombiana. 2002.
[8] Víctima, persona para asesinar.
[9] Es una sustancia psicoactiva muy adictiva y destructiva para el organismo derivada de la pasta de coca, que se mezcla con tabaco para ser fumada.
[10] Billetes.