miércoles, 8 de septiembre de 2010

Natascha Kampush, el testimonio del horror en primera persona


La autobiografía de Natascha Kampusch, la joven austriaca que estuvo cautiva en un sótano durante ocho años y medio, fue publicada este miércoles en varios países europeos.

En el libro, llamado "3.096 días", Kampusch relata minuciosamente los abusos cometidos por su captor, Wolfgang Priklopil, quien se suicidó arrojándose a las vías de un tren poco después de que ella escapara.

Muchos austriacos estarán ansiosos por leer el libro, pues la historia los conmocionó en 2006, cuando la joven logró escapar del sótano donde su captor la mantenía encerrada.

Kampusch, quien ahora tiene 22 años, había sido secuestrada camino a la escuela cuando tenía 10 años. Para cuando recuperó la libertad, ya era una adolescente de 18.

Hambre y abrazos

Según relata la corresponsal de la BBC en Viena, Bethany Bell, el libro relata la historia de una terrible experiencia y describe cómo su secuestrador le hacía pasar hambre y la golpeaba.

Le rapó la cabeza, la obligaba a limpiar la casa semidesnuda y la llamaba su esclava. También la sometía a abusos sexuales, la ataba y la obligaba a compartir su cama.

Sin embargo, la joven dice en el libro que lo que le importaba a Priklopil no era tanto el sexo, sino "tener alguien que lo abrazara".

La entonces niña sobrevivió al cautiverio subterráneo pidiéndole a su secuestrador que le leyera cuentos, para crear una "ilusión de normalidad", de acuerdo con el testimonio.

El día en que Kampusch consiguió escaparse de Priklopil, a quien debía referirse como "maestro" o "señor", lo que más la alivió fue saber que su captor ya no la golpearía.

"Me pegaba unas 200 veces por semana, con los puños en la cabeza, y me dolía mucho. Lloraba de dolor", escribe en el libro.

El jueves por la noche, Kampusch leerá extractos de la autobiografía en una presentación en Viena. La versión en inglés será publicada la próxima semana.

La joven afirma que trató de suicidarse varias veces antes de escaparse. Las palabras finales del libro son: "Soy libre".



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