domingo, 30 de octubre de 2011

Robert Black , el violador de niños



Robert Black va bien encaminado para convertirse en uno de los nombres más odiados en la historia reciente del Reino Unido. Es el nombre de un repartidor que cruzó grandes segmentos de la isla buscando a niñas pequeña que raptar para luego abusar de ellas. Se sospechaba de sus malas intenciones desde que fue capturado tras una larguísima búsqueda y, desde 1994, ya cumplía diez cadenas perpetuas por los asesinatos de tres colegialas. Pero desde el día que fue encerrado muchos detectives juraron que resolverían otros casos en los que él podría estar implicado y sobre los que no había suficientes pruebas.

Tal caso era el de Jennifer, una niña asesinada en 1981 tras ser raptada cuando iba en bicicleta a casa de su amiga y cuyos padres han logrado volver a sentar a Black en el banquillo. Efectivamente, ha vuelto a ser señalado como culpable.

La historia es, en el fondo, la de una buena noticia. Muchas familias de las víctimas llevan años esperando que Black les dé algo de paz confesando que implicación en la muerte de sus hijas. Fue la familia de una de ellas, llamada Gennette Tate, la que consiguió volver a procesarle, desafiando a Black a contar la verdad, como hicieron los padres de las otras 12 cuya muerte se sospecha que podría estar vinculada con el hombre.

De ser así, el caso se complicaría porque habría que implicar a la justicia internacional. Algunas de ellas ocurrieron cerca de París en 1987 y otra, la de una niña de siete años, sucedió en Ámsterdam en 1986. El hombre que lo capturó, el superintendente Raymond Murray, está decidido a seguir adelante con nuevos casos ("su historia no acaba aquí", ha alertado), y asegura que esta nueva sentencia es "prácticamente un caso que él ha perdido contra la humanidad".

No hace falta confirmar su implicación en el resto de casos para saber qué tipo de hombre es Black. A los 12 años, fue acusado de intentar violar a una niña pequeña. Volvió a hacerlo a los 16. Fue el principio de una serie de encuentros con niñas en las que, en sus palabras, solo hubo "tocamientos". Una vez se hizo mayor, sus crímenes crecieron con él: circuló durante años por las carreteras de Inglaterra y más allá en varias furgonetas, buscando niñas de las que abusar. Eran niñas que iban solas, a hacer recados o en sus bicicletas; casi siempre llevaban falda y calcetines blancos.

Empezó en 1982 con Susan Maxwell, de 11 años. Era la primera vez que salía sola de casa. La raptó, la violó y abandonó su cuerpo a unos 400 kilómetros de Staffordshire (en la región de West Midlands). Empezó así un patrón oscuro que repetiría un año después con Caroline Hoggs, de cinco años, a la que sus padres perdieron de vista durante cinco minutos. Iba disfrazada de princesa tras ir a una fiesta. Cuando volvió a actuar, en 1986, había cientos de detectives intentando dar con él. Lo único que le delató fueron los tickets de las gasolineras, que le ubicaban inequívocamente en la escena de cada crimen. Fue detenido cuando un jubilado le vio meter a su última víctima en la caravana y apuntó la matrícula. Era verano de 1990; cuando la policía dio con él, la niña estaba embutida en un saco de dormir con cinta aislante en la boca. Apenas vivía.

Otro de los agentes que testificó en este último juicio, Roger Orr, también cree que " ha hecho mucho más. Por un lado es un abusador de niños y, por otro, un pedófilo agresivo y seguramente único en la historia de Gran Bretaña". Es imposible sacar más información de Black, que nunca ofrece detalles de sus fechorías. Solo tras ser detenido en 1990 confesó que "siempre me han gustado las niñas pequeñas, desde que yo era un niño". En el caso de Jennifer, confesó 15 años más tarde, lo que le atrajo fue verla con pantalones cortas, calcetines cortos y una camiseta.

El discurso más vehemente vino de la mano de John Tate, el padre de Genette, enfermo terminal de cáncer de próstata, aseverando que le gustaría que Black hiciera con ellos lo mismo que ha hecho con la familia de Jennifer: "Que dé algo de paz sin pasar por el infierno de un juicio. ¿Por qué no confiesa? Nunca va a salir de prisión. Black, no es un hombre. Es un escocés enorme pero es un cobarde que solo puede usar su fuerza contra niñas indefensas. Dejaba incluso que sus víctimas se pudrieran en lugares sin identificar para que las familias nunca pudieran enterrarlas", denuncia.


Yahoo/Noticias

jueves, 27 de octubre de 2011

"La maté porque me hizo brujería"


El Tribunal de Atención Permanente del Distrito Judicial de Montecristi dictó ayer tres meses de prisión como medida de coerción contra un hombre que mató de 21 puñaladas a una mujer en el sector la Capilla, de Villa Vásquez, porque supuestamente ésta “le hizo una brujería” para provocarle impotencia sexual.

La víctima es Yaniris López Morel de 28 años de edad, mientras que el homicida es Rafael Estévez Francisco de 38 años. Al ser detenido, el victimario dijo a los investigadores policiales que la víctima supuestamente le dio a tomar un brebaje, y que desde entonces tiene serias dificultades para experimentar erección.

El feminicida manifestó que cuando acudió a la casa a reclamarle a la mujer ésta presumiblemente se le fue encima, por lo que la agredió repetidamente con un cuchillo. La madre de la occisa, Isabel Morel Martínez, negó rotundamente la versión del homicida y dijo que se vale de ese falso argumento para tratar de justificar el hecho.

Indicó que, contrario a eso, el victimario intentó violarla cuando ésta peinaba a una hija suya, de 9 años de edad, que sería enviada a la escuela, y que al poner resistencia, la mató.

Intento de violación
Sostuvo que el hombre acostumbraba a visitar la casa de su hija y que la niña, de 9 años es testigo presencial de que éste intentó violarla y que como su pariente se enfrentó cuerpo a cuerpo para evitar la agresión, la ultimó de 21 estocadas.

Dos heridos de bala
En otro hecho, una mujer y un hombre fueron heridos de bala por un ex concubino de la dama en el municipio de Sabaneta, de la provincia de Santiago Rodríguez.

Los heridos fueron identificados como Ana Dominica Rodríguez Reyes, de 37 años de edad y el ganadero Jesús María Bueno de 58 años.

La mujer presenta herida de arma de fuego en la cara externa del muslo derecho, mientras su acompañante presenta heridas múltiples de bala en el estómago, lesión de segundo grado del hígado, diafragma, vaso y miembro superior derecho.

El hecho de sangre ocurrió en el sector El Millón, de Sabaneta cuando los heridos conversaban en el interior de la camioneta Isuzu, blanco, placa L280166 y llegó Ramón Abelardo Vargas, (Nono) y sin mediar palabras les disparó varias veces. Según las versiones, el agresor tenía un tiempo separado de la mujer y que la asediaba constantemente y no quería que hablara con nadie.

Agencias

lunes, 24 de octubre de 2011

Los apodos de 9 asesinos en serie y su origen


"El estrangulador BTK", "la viuda negra", "el vampiro de Brooklyn", "el hombre-caimán", "los asesinos de la colina"... el cine y la tv han hecho familiares y conocidos los alias de muchos asesinos en serie, haste el extremo de eclipsar sus verdaderas identidades y las atrocidades que cometieron, pero ¿Quienes eran realmente?
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El payaso asesino (John Wayne Gacy). Este asesino serial, también conocido como 'Pogo' violó y mato a 33 chicos jóvenes entre 1972 y 1978. Veintiséis los enterró en el sótano de su casa, otros tres en lugares de su casa y los restantes los lanzó a un río cercano. Gacy hacía servicios sociales en desfiles y fiestas de niños disfrazado como 'El payaso Pogo', un personaje creado por él. Fue sentenciado a pena de muerte por 12 de esos asesinatos en marzo de 1980 y ejecutado en 1994.

El hombre gris (Albert Hamilton Fish). Asesino y violador serial y canibal, también se lo llamó 'El hombre-lobo de Wysteria' y el 'Vampiro de Brooklyn'. Él mismo afirmó haber abusado de más de 100 niños y fue sospechoso de, al menos, cinco asesinatos. Fish confesó haber matado a 3 personas y haber acuchillado al menos a dos. Fue condenado y ejecutado en 1936en la silla eléctrica por el crimewn de Grace Budd.



El estrangulador BTK (Dennis Rader). El asesino BTK o estrangulador BTK debe su apodo a las siglas de las palabras en ingles Bind -atar-, Torture -torturar- y Kill (matar). Así firmaba las cartas que enviaba a la policía y a los medios, en las que contaba con detalles cómo asesinaba a sus víctimas. Le quitó la vida a 10 personas entre 1974 y 1991 en Kansas, pero recién se lo pudo localizar en 2005, luego de una última exhaustiva investigación sobre dichas cartas. Fue condenado a 10 prisiones perpetuas, por lo que saldría en libertad en febrero de 2180.




El Psicópata Americano (Ed Gein). Si bien es el nombre de una novela muy famosa, que derivó en la película de Alfred Hitchcock, la misma estuvo inspirada en los asesinatos de Edward 'Ed' Gein. A Gein sólo se le comprobaron dos asesinatos (no entraría en la definición de asesino serial, quienes comenten al menos 3), pero debido a su pasión por conservar cadáveres, tanto de las personas que asesinaba como de las tumbas que profanaba (sí, era ladrón de tumbas también), el descubrimiento de sus crímenes causó gran estupor. Se supo que con los cuerpos fabricaba mobiliarios y ropa. Cuando la policía entró a su casa, encontró asientos hechos con piel humana y pantallas de lámpara con cabezas; un collar de labios, platos de sopa hechos con calaveras y una caja con nueve vaginas. Fue declarado enfermo mental y pasó el resto de su vida en un psiquiátrico, donde murió en 1984, a los 77 años.


Asesino de señoritas (Ted Bundy). Asesino serial, violador, secuestrador y necrófilo, admitió haber cometido 30 asesinatos en siete estados entre 1974 y 1978, pero se cree que sus víctimas fueron el triple. Siempre mató mujeres, de diversas edades y casi siempre usaba su elegancia y buenos modales para entrar en confianza antes de cometer los crímenes. Fue ejecutado en la silla eléctrica en 1989.



Los asesinos de la Colina (Kenneth Bianchi y Angelo Buono). Eran primos y secuestraron, violaraon, torturaron y asesinaron mujeres en la parte alta de las colinas de Los Ángeles, en California, entre finales de 1977 y principios de 1978. Fueron diez mujeres a las que mataron, en un período de cinco meses. Las edades de las mujeres iban desde los 12 a los 28 años. Bianchi fue condenado a cadena perpetua, mientras que Buono murió de un ataque cardíco en la prisión de California, en 2002. En la foto, Angelo Buono y Kenneth Bianchi.



El hombre caimán (Joe Ball). También conocido como 'El carnicero de Elmendorf' y el 'Barbazul del sur de Texas', eliminó al menos 20 mujeres en la década del 30. Por mucho tiempo se creyó que su existencia fue un mito, pero forma parte del folclore texano. En 1938, dos ayudantes del sheriff llegaron a él a preguntarle por varias mujeres que había desaparecido en la zona. En ese momento, Ball sacó una pistola de su caja registradora y se suicidó.


Los asesinos Barbie y Ken (Karla Homolka -foto- y Paul Bernardo). Eran marido y mujer canadienses y juntos violaron y asesinaron a dos adolescentes, así como a la hermana de Karla. El caso tomó aún más repercusión cuando la justicia aceptó rebajar la pena de Karla, ya que la mujer declaró en contra de su marido (se constató que había abusado de ella). La prensa llamó al acuerdo 'El trato con el diablo. De todos modos, luego surgieron videos donde se la pudo ver a Karla con mayor participación activa que lo que declaró. Bernardo fue condenado a cadena perpetua, mientras que Homolka ya salió de prisión y se cree vive en Antillas junto a su hijo y su nuevo esposo.


La viuda negra (Lydia Trueblood). La mujer era de Pocatello, en Idaho, y se ganó el apodo por asesinar a sus cinco maridos, a quienes envenenó, al igual que a su cuñado y a su pequeño hijo en la segunda década del Siglo XX.











Terra/Noticias

jueves, 20 de octubre de 2011

Satanismo, pornografía y erotismo

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El demonio, Satanás, el diablo, Lucifer... la cantidad de nombres distintos que ostenta el Ángel Rebelde, el Príncipe de las Tinieblas, no son nada comparados con las maldades y depravaviones que se le han atribuído. Y una de las más curiosas y asumidas, es la de su relación con el placer y el sexo. El diablo es una criatura aciaga que a través de los placeres mundanos, de la carne, nos tienta para pecar y condenar nuestra alma inmortal.

Evidentemente, es una herencia de la moral judeo-cristiana, donde se encuentran símbolos tan llamativos como el de la concepción asexuada irrefutable de Cristo o el mito de una mujer rebelde que se negó a someterse a su marido: Lilith. ¿Por qué esa relación del diablo y el sexo como pecado?

El Diablo tras la puerta verde: erotismo y porno desde los infiernos

Es lógico, de manera superficial, relacionar en un primer vistazo la iconografía tradicional del enemigo público de la Cristiandad con la deidad griega Pan. Pan era un dios astado, con las extremidades inferiores caprinas y... también un libidinoso acosador de ninfas. No en vano, Pan en esencia era una deidad de la fertilidad primaveral, representaba el ímpetu de la sexualidad masculina (bastante desaforada) en su apogeo y era también símbolo de la naturaleza agreste.

Pero reducir la relación entre diablo y sexualidad acudiendo a Pan, es ingenuamente simplista, errado y sería obviar toda una larga, rica y a veces absurda historia humana al respecto.

La sexualidad humana occidental nunca ha sido sencilla y tampoco ha seguido una evolución constante.

Érase una vez...

Desde la Prehistoria, el sexo ha sido considerado uno de los motores imprescindibles para, indudablemente, perpetuar la vida, prolongar la supervivencia y estructurar el orden social.

Por ello la primera iconografía humana paleolítica fueron los genitales femeninos y masculinos; solo hay que recordar los numerosos cultos fálicos de ese periodo o evocar las toscas pero categóricas figurillas y relieves de las Venus de Willendorf o Laussel. También las teogonías más antiguas nos hablan de la unión sexual de las divinidades para la generación del Mundo.

En definitiva, el sexo era considerado el epítome del poder; y la mujer un bien clave y codiciado para mantenerlo. El parentesco sirvió para constituir el sistema social, sin el cual se temía regresar al caos; y el incesto fue el primer tabú sexual.

Conforme las sociedades se desarrollaban, su sexualidad hacía lo mismo, y el matrimonio, que servía para institucionalizar la actividad reproductora, empezó a tener más que ver con un negocio relacionado con el patrimonio familiar que con el placer sexual o el “amor”. En la antigua Grecia y Roma, el placer sexual además tampoco estaba obligatoriamente vinculado al “amor”, de hecho el “amor” era considerado una pasión en absoluto de carácter exclusivamente heterosexual y que tampoco necesariamente estaba unido al matrimonio. Ambos podían darse dentro del matrimonio, pero eran más comunes fuera de él. Todo esto no era óbice para que la castidad no fuera apreciada y reverenciada, como en el caso de ciertas diosas vírgenes (Atenea/Minerva, Artemisa/Diana...) o castas sacerdotales como las vestales. La sexualidad se percibía de una manera natural y pragmática, y no es hasta el s. II d. C, con la influencia de la gnosis y el maniqueísmo, que comenzó a aceptarse paulatinamente el binomio placer sexual-pecado de manera casi unánime en Occidente. Las proposiciones gnósticas y maniqueas eran muy claras: el mundo físico y material era malo y origen del Mal; en cambio lo espiritual e intelectual era considerado bueno y principio del Bien. Sólo el deber moral y religioso justificaban su práctica para la procreación en el único marco del matrimonio. La escisión entre sexo (físico-malo) y amor (espiritual-bueno) se extendió hasta bien entrado el s. XX.

El amor para ser aceptable debía ser casto, puro. Así la abstinencia sexual y la castidad se consideraron opciones personales benéficas y prestigiosas. Este tipo de valores exacerbados sobre la castidad y el apego a lo espiritual, dieron sus frutos en el cristianismo, sobre todo en la figura de uno de los Padres de la Iglesia: San Agustín. La castidad se conviertió en conditio sine qua non para la administración eclesiástica, y las ideas y planteamientos sobre el sexo de este santo tan negativas, pesaron sobre la mentalidad occidental hasta casi nuestros días.

En la literatura encontramos esos reflejos de “amor casto” desde la Beatriz de Dante hasta la Diotima de Hölderlin, relegándose el sexo al cajón de lo impuro, lo grotesco, lo inmoral... en resumen: lo demoníaco.

Pero no queda todo ahí. Las representaciones sexuales, habituales y para nada extrañas en la cultura religiosa occidental, fueron desapareciendo lentamente. Se fueron desvaneciendo incluso de ceremonias y prácticas civiles, arrinconándose en festividades, danzas, representaciones teatrales, etc, como el carnaval. El cuerpo humano desnudo quedó relegado en su representación artística únicamente para Adán y Eva, la temática pagana... y para escenificar el Infierno. La liturgia cristiana se fue depurando y desvinculando de este tipo de expresiones de manera algo irregular hasta el golpe definitivo que supuso el Concilio de Trento (1563), donde la moral sexual se hizo más estricta y global.

En el s. XVI la expansión de este tipo de moral “espiritual” enfrentada a la maldad de la sexualidad, era tan rabiosa que hasta reconocidos místicos como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, fueron víctimas de las iras de la Inquisición por su ardiente expresión del Amor Divino, de connotaciones indudablemente eróticas.

Y ya a partir del s. XVIII, añadiendo al caldo una nueva mentalidad racional-positivista y con la mayoría de los Estados constituidos de manera moderna, se empiezan a regular los matrimonios, su descendencia, la propiedad y los bienes a trasmitir... sobre los que, es importante resaltar, estaba fundamentada la sociedad. La nueva mentalidad de la burguesía. De ahí que el nuevo tabú fuera el adulterio, especialmente el femenino. Sobre la mujer recaía todo el peso y responsabilidad de la estructura social de su época. Sin la certeza de la filiación legítima, el orden social se desmoronaba.

Pero en el s XX toda esa labor de vertebrar el orden social a través del control del sexo, se vino abajo con la denominada revolución sexual. El cambio sustancial que trajo fue la desvinculación por parte del Estado y el Derecho, de las actividades sexuales, se entiende que de común acuerdo, entre dos adultos. No hay diferencia entre hijos legítimos e hijos ilegítimos. La sociedad protege ahora a la parte más débil, que es la descendencia. Todo esto deshizo por completo lo establecido en Trento; se regresó a una sexualidad pre-gnóstica, pre-maniquea, pre-cristiana, dejando bien claro qué era/es realmente punible: la pederastia, la violación y, aunque ya desde otra perspectiva, el adulterio. No es casualidad que simultáneamente a la revolución sexual, la pornografía fuera legalizada.

Porque lo que consideramos pornografía, no deja de ser herencia de nuestro pasado-presente religioso. Una gran cantidad de representaciones sexuales sean pinturas, mosaicos, esculturas e incluso poemas de diversas procedencias, son considerados todavía actualmente escandalosos, pornográficos, moralmente inferiores y reprobables aunque en su contexto original no fueran considerados de esa forma. Incluso es posible que, a causa de todas esas circunstancias y elementos, muchos de vosotros, amables leyentes, hayáis comenzado suspicaces o llevados por el morbo, la lectura de este artículo.

Y por todo esto, la relación entre sexo-Satán no ha sido ni es excepcional en el cine, y muchísimo menos en el cine subido de tono.

Perspectiva europea

Una de las primeras películas que se filmaron al respecto fue el muy recomendable documental Haxän, La brujería a través de los tiempos (1922) del danés Benjamin Christensen, donde sus monjas seducidas, brujas y esposas infieles, se revelaban como enfermas mentales a causa de la fuerte represión sexual de la sociedad. El psicoanálisis freudiano fue la herramienta, junto al racionalismo, mediante la cual Christensen explica este tipo de encuentros sexuales demoníacos. Sin ir tan atrás en el tiempo, la productora inglesa Hammer fue fecunda también en relacionar sensualidad, erotismo y ciertas parafilias con el Ángel Caído. Ahí están, por poner un ejemplo, La Novia del Diablo (1967) de Terence Fisher, donde fetichismo, necrofilia, masoquismo o incesto deambulan frescamente bajo el prisma puritano del director. Una obra de puro materialismo fantástico.

Fuera de la Hammer pero en la misma época, destacar la deslumbrante The Wicker Man (1973) de Robin Hardy. El tema de las sectas satánicas, cultos paganos malignos y sus voluptuosos ritos y misas, estaba servido.

Sin embargo la película que más impacto social tuvo con esas referencias, fue La semilla del Diablo (1968) de Roman Polanski. Supuso un punto y aparte sobre la comprensión de la figura del diablo (siempre se ha especulado que el asesor de la película fue Anton Lavey) y la descripción de Polanski de la misma sociedad como portadora del mal, con la neurosis y obsesiones sexuales de la propia protagonista y la inseminación diabólica (con su ulterior fruto), recrearon una estampa nueva, moderna, de la efigie de Satanás; encajado a la perfección en la sociedad urbana donde la religión cada vez se margina más pero que a la vez está más predispuesta al hechizo de lo irracional.

Pero desde un vértice reflexivo, sobrio y profundo como el de Polanski, el Diablo puede (y lo hace) trasladarse al opuesto, como fue el del cine italiano de espíritu exploit tipo B (o Z) que en los años 70 detonó en decenas y decenas de películas erótico-horroríficas, que diseminaron por doquier legiones de vampiros, brujas, monjas y demonios ligeros de ropa. L'amante del demonio (1972) de Paolo Lombardo, L'osceno desiderio (1978) de Giulio Petroni o la inenarrable La bimba di Satana (1979) de Mario Bianchi, son muestra del poderío italiano en estas lides donde cuanto más costroso sea el resultado, con más lascivia y sevicia se nos obsequia.

Una excepción es, aunque de una década anterior, Il demonio (1963) de Brunello Rondi, obertura en muchos aspectos a la semilla de Polanski o a El Exorcista (1973) de Friedkin.

De nuevo la represión sexual, esta vez en un entorno católico, la rebelión y condena de la protagonista y su posesión, se nos muestran en un film de vocación laica y minuciosa.

En España, a pesar de todo el festival del cine de destape y nuestro entrañable patrio fantaterror, no fuimos tan prolificos en cuanto a la figura del diablo como nuestros vecinos italianos. Hay vergonzosas rarezas, como la de Las Amantes del Diablo (1971) de José Mª Elorrieta, donde un Espartaco Santoni bastante alambicado y hortera, interpreta a un Demonio traumatizado (lo que leéis). Paul Naschy y su El caminante (1979) junto a Los ritos sexuales del Diablo (1982) de José Ramón Larraz, son lo más destacable en lo que nos concierne, siendo el resto un cúmulo de filmes de historias anodinas y ficciones famélicas donde se utiliza el sexo como carnaza. Aunque no podemos (ni debemos) obviar la figura del gran Jess Franco, que con la trilogía (involuntaria) El proceso de las brujas (1969), Los demonios (1972) y Cartas de amor a una monja portuguesa (1976), nos brindó una hermosa y rutilante procesión de demonios, inocentes monjas de lubricidad efervescente, inquisidores implacables, mazmorras e instrumentos de tortura espantosos, sacerdotes fornicadores, lesbianismo dichoso y las imprescindibles misas negras.

Porno made in U.S.A

La pornografía, entendida como la representación explícita de los órganos sexuales y su función, es muy antigua. Las connotaciones negativas, la obscenidad y su evidente objetivo que es la excitación sexual del individuo sin necesariamente buscar la procreación, forman parte de su encanto y atracción en nuestra sociedad, que todavía ostenta deshilachados flecos de la antigua moral; y negar su influjo, controversia e importancia, donde es un baremo fiable de la libertad de expresión, es ilógico a estas alturas.

Y fue en el año 1967, con la muerte del malhadado código Hays, cuando se dió luz verde en Estados Unidos a la producción legal de películas de contenido sexual explícito. Eso no quiere decir que antes no se hubieran realizado, pero su producción y distribución iban por otros cauces, bastante lejos del gran público. Uno de los primeros directores que destacó a nivel comercial y crítico, fue Russ Meyer, rey indudable del softcore de los años 60 y 70's, y gracias al cual tuvimos el honor de conocer a una de los grandes iconos del underground: Tura Satana, que tristemente nos dejó este pasado mes de Febrero. Ella interpretó a la vengadora femenina, una Lilith violenta y apasionada que hizo las delicias, con sus soberanas palizas y sensuales curvas, de un gran número de espectadores a lo largo y ancho del planeta.

Pero centrándonos en el tema que hoy nos interesa, en cuanto se legalizó el género, no tardaron en aparecer las primeras películas donde el Ángel Oscuro presidía el cotarro.

No hay que engañarse, aunque estemos en la denominada Edad de Oro del Porno, con películas tan aclamadas como Boys in the sand (1971), Deep Throat (1972) y Behind the green door (1972), en las relativas a nuestro artículo, su triunfo comercial y su calidad quedó un poco más atrás. En general, la financiación de estas películas seguía siendo muy pobre y aunque algunas de ellas se adornaron de cierta apariencia “vanguardista”, el resultado no dejó de ser escuálido y de una creatividad roma.

Para el recuerdo (y tambien olvido) se nos ha legado la bizarra y psicodélica Sinthia, the Devil's doll (1968) de Sven Christian, Satan's Lust (1971) de Kentucky Jones, una insensata adaptación hardcore de la semilla de Polanski; o Horny devils, que nos relata las aventuras jocosas de unos demonietes adictos a muchachas de vida alegre.

El verdadero salto cualitativo se dió con la celebrada saga (y convertida en franquicia) The devil in Miss Jones (1972) de Gerard Damiano (artífice también de Deep Throat).

El argumento del film es bien conocido: Justine Jones (Georgina Spelvin), una solterona virgen de vida deprimente, decide acabar con su vida. A pesar de haber llevado una vida anodina nada pecaminosa, no es aceptada en el Cielo y permanece en el Limbo, donde un ángel le permite regresar a la tierra durante un lapso de tiempo, siendo la encarnación de la lujuria, para así ganarse un lugar en el Infierno. Transcurrido ya el plazo, Justine, que se ha convertido lógicamente en una ninfómana, tiene bien ganada su plaza en el Averno, donde será atormentada durante toda la eternidad de una manera muy simple: estar encerrada con un hombre asexuado que la ignora por completo y solo se interesa por sus moscas. Se trata de un argumento cruel y claustrofóbico, de corte existencialista y donde el infierno, en realidad, son los otros. No hay fuego ni demonios, ni gritos en ese Infierno: solo frío y soledad eternos.

La saga de Miss Jones ha continuado hasta el año 2005, con más o menos fortuna y adaptándose a los tiempos que le ha tocado vivir. Destacable la tercera, A New Beginning (1986), con las espectaculares colaboraciones de las insignes Amber Lynn y Vanessa del Río. Pero no hay mucho más que añadir, pues conforme avanzó la saga, el personaje de Justine Jones se fue diluyendo a la vez que la imaginación de los guiones, mientras aumentaba la silicona y los esteroides: el típico pulimentado de las producciones californianas. Adiós al encanto de la naturalidad.

Pero no todo quedó con The devil in Miss Jones. Merece la pena echarle un ojo también a The Devil inside her (1975) de Zebeby Colt. A pesar del título, no tiene nada que ver con la de Damiano. Se trata de una película muy sombría, violenta y venenosa. Quizás se trate de la obra del género más arriesgada y transgresora, por ello también (y eso que es de calificación X) no sea apta para todos los adultos.

Y no podemos olvidar Through the Looking Glass (1976) de Jonas Middleton. Una obra de esmerado cuidado en la dirección artística (sí, asombrado lector, eso también existe en el porno... no todo va a
ser darle a la manivela) y referencias eruditas que van desde (obviamente) Lewis Carroll, Federico Fellini, Daphne du Marier o El Bosco. Una gema bellamente tallada del porno donde se dan la mano el drama psicológico, el incesto o el terror gótico.

La industria pornográfica en la actualidad, no ofrece nada comparable a los ejercicios de imaginación y creatividad que antes solían brindar. En concreto la estadounidense.

La europea (sobre todo la del Este) aunque propone productos más roñosos y no tan aseados como los norteamericanos, son, junto a los japoneses, los que mantienen (no obstante de manera muy marginal), cierto nivel en sus obras. Desde luego, el esplendor artístico y popular de la Golden Age o los años 80 no se ha vuelto a alcanzar ni en broma, pero quizás esa sea solo la opinión de los nostálgicos. Para gustos, colores.


Beatriz Erlanz

http://tabulaesmeraldina.blogspot.com/

lunes, 17 de octubre de 2011

El drámatico video de una niña atropellada en China ante la indiferencia de los transeuntes


En varias ocasiónes las cámaras de video-vigilancia han captado el comportamiento irresponsable de ciudadanos de diferentes países, ante un accidente o incluso ante un crimen. Desde EEUU nos han llegado varias de esas filmaciones, en las que un cadaver permanece tirado en una acera, durante horas, sin que ninguno de los transeuntes que pasan a su lado, se interese lo más minimo por la víctima. Hoy nos llega, desde China, un caso todavía más dramático, y que supone un excelente motivo de reflexión para todos los interesados en la victimología.

ATROPELLADA DOS VECES, ANTE LA INDIFERENCIA DE TODOS

Barcelona. (Redacción).- El atropello de una niña de dos años ha despertado una ola de críticas en China al salir a la luz el video que grabó una cámara de seguridad. Las imágenes son escalofriantes. La pequeña, llamada Yue Yuem, camina sola por una calle buscando a su hermano cuando una camioneta la arrolla y pasa por encima de su pequeño cuerpo con las dos ruedas sin detenerse. La niña, que se encontraba frente a la tienda de sus padres, queda tendida en el suelo, moviéndose un poco.

A su lado llegan a pasar hasta cuatro personas y ninguna de ellas se acercan para socorrerla. La pequeña sigue tendida cuando se puede observar como otra camioneta se acerca lentamente y haciendo luces, pero, al ver que Yue Yuem no se mueve, pasa por encima de sus piernas.

En total pasan seis largos minutos durante los cuales nadie, ni siquiera una madre que pasa a su lado con su hijo, se preocupan de la suerte de la pequeña. Finalmente, una mujer se acerca y la aparta del centro de la calle. En ese momento, aparece la madre, que agarra a la niña en brazos y se marcha.

El último parte médico informa de que Yue Yuem se encuentra en estado de muerte cerebral y la policía ya ha detenido a los dos conductores. Las redes sociales chinas hierven con comentarios sobre el suceso, pero las críticas no van tanto hacia los conductores como hacia los viandantes que no se preocuparon por ayudar a la pequeña.

Uno de los detenidos ha comentado a la prensa que es consciente de que en caso de que la niña muera deberá pagar, según la legislación china, unos 2.000 euros de multa. En cambio, si sobrevive, se verá obligado a hacerse cargo de todos los gastos de la recuperación.

viernes, 14 de octubre de 2011

Secta evangelica anuncia la Segunda Venida de Cristo mañana 15 de octubre


No es necesario esperar el Fin del Mundo en 21 de Octubre como Harold Campibg anunciaba meses atrás. Una secta llamada "La Verdad Eterna", se está encargando de divulgar el Fin del Mundo este 15 de Octubre (15 de Tishri)

La secta «La verdad eterna», también llamada «Centinelas de la deidad», está poniendo anuncios en España, Latinoamérica y EE.UU y otros lugares anunciando el fin del mundo para el próximo 15 de octubre.

Según una corriente adventista, el 15 de Tishri, de este año sería la llegada de Cristo a la Tierra, acompañando nada más ni nada menos que el fin del mundo, o por lo menos de una era.

Tishri o Tishrey, corresponde a uno de los meses lunares judíos, y se encuentra entre septiembre y octubre. Los cálculos sitúan esta fecha el 15 de Octubre del 2011.

Este grupo se ha encargado de divulgar en sus sitio web “laverdadeterna.com” la venida de Jesucristo, además negar la Trinidad (Dios padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo) Toda persona que quiera pertenecer a su grupo necesita negar la trinidad y bautizarse en nombre de Dios y el Hijo.

En este página se encuentran videos, documentos, “revelaciones” y “toda la verdad que no había sido revelada”. También se encuentra una serie de acontecimientos mundiales que serían la antesala al 15 de Octubre, algo así como “Noticias finales”, entre las que destacan los tropiezos del papa en un mismo día, y el humo y las llamas ” de procedencia inexplicable” en un cerro de Cartagena, entre otros.