sábado, 31 de julio de 2010

Detenido el chamán de Evo Morales por narcotráfico


Los sahumerios que suele utilizar el amauta (sabio, en aimara) Valentín Mejillones Acarapi, de 55 años, para proteger de los males augurios al presidente de Bolivia, Evo Morales, no han servido como cortina de humo para cubrir el laboratorio de cocaína que funcionaba en su casa de la ciudad de El Alto -próxima a La Paz- y que fue descubierto por la policía antidroga.

Mejillones Acarapi, considerado como un sabio y líder espiritual por muchos aimaras, fue el encargado de entregar el bastón de mando al presidente Morales al inicio de sus dos mandatos (2006 y 2010) en pomposas ceremonias en la ciudadela de Tiwanaku y solía cumplir con los ritos de ofrenda a la Pachamama y a los achachilas (espíritus protectores) pidiendo a estas divinidades por el bienestar de Morales en el Gobierno.

La policía antidroga allanó el domicilio del aimara en la madrugada de ayer (hora peninsular) y se incautó de 350 kilos de cocaína y otras sustancias -soda cáustica, permanganato de sodio, entre otros-, que estaban en un pequeño laboratorio. El producto está valorado en unos 300.000 dólares e iba a ser enviado a Santa Cruz. En la operación fue detenido también al hijo del amauta y a dos colombianos, informó la policía al culminar una investigación sobre la actividad de los colombianos en la ciudad de El Alto. Aparentemente, Mejillones era el encargado de alertar la llegada de extraños a su domicilio.

"He sido engañado. Es una sorpresa. No tengo nada que ver", dijo Mejillones y aclaró, aludiendo a los colombianos, que les hizo "un favor humanamente: ellos me dijeron que iban a hacer pastillas de hierba, pomadas", explicó a la agencia Fides. El comandante de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), Félix Molina, aseguró que la operación permitió hallar "de manera flagrante a cuatro personas: un matrimonio colombiano y padre e hijo, produciendo cocaína".

Mejillones, como sabio aimara, fue secretario de cultura de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto -una entidad que impulsó la carrera política de Morales y de la que surgieron varios de los colaboradores de gobierno-. En 1998, una convención de pueblos indígenas lo nombro coordinador de los guías espirituales indígenas de América, señalan informes de prensa.

El Gobierno ha guardado silencio, de momento, ante la expectativa ciudadana que no da crédito aún el hecho de que un sabio amauta, considerado también guía espiritual de Morales, haya sido detenido por narcotráfico. No es la primera vez que alguien de la confianza del presidente Morales tiene problemas con el tráfico de drogas. Los hermanos de una estrecha colaboradora suya, Margarita Terán, llegaron a ser encarcelados por tráfico de cocaína pero más tarde fueron liberados sin explicaciones.

Mabel Azcui. ElPais

miércoles, 21 de julio de 2010

La Comunidad de Inteligencia norteamericana... espías incontrolables

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La bomba la hizo detonar el influyente matutino "The Washington Post", cuando en un informe especial bajo el título de "Top Secret" alertó sobre la incierta efectividad del "gigante contraterrorista", creado tras los atentados del 11 - S en 2001.

Un pormenorizado análisis, que llevó dos años de trabajo a los periodistas Dana Priest y William Arkin, concluye que "ese universo secreto del gobierno estadounidense se ha convertido en algo tan grande, en el intento de dar respuesta a los ataques terroristas, que nadie sabe cuánto dinero se gasta, cual es el número de personal empleado, cuántos programas de investigación se llevan a cabo y cuántos asombrosamente cumplen idéntica tarea".

Hace pocos días un director (que prefieren no mencionar) con un grupo de altos asesores, recibió la orden de indagar ese mundo que ha crecido a volúmenes inimaginables y que está fuera de todo control. Hubo un momento en que el jerarca gritó; "¡Basta! Es imposible desentrañar toda esta maraña de oficinas y papeles para determinar la eficacia de este monstruo de mil cabezas. Sólo "Dios" podría desentrañar y conducir este inmenso Gulliver".

Nueve días después de los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono, el Congreso, de acuerdo con el presidente George W. Bush, abrió un primer grifo de 40 mil millones para "montar las oficinas de contraterrorismo". En los cálculos que han salido a luz se estima que hoy trabajan 854 mil personas en las dependencias de inteligencia y quedan registradas en las cámaras que filtran los ingresos, en los ángulos más escondidos de los edificios. Todos integran las voluminosas nóminas de las oficinas del "Top Secret" contraterrorista. Pero no solo ellos se mueven a diario, también personal de otras organizaciones gubernamentales y 1.931 empresas privadas, con un total de 265 mil contratados, que coordinan los programas de alta seguridad y actúan en los frentes de batalla.

Esa multiplicación de gente a partir del 2001 obligó a crear verdaderas ciudades, inmensos edificios que se interconectan muchas veces bajo largos túneles. Y ese gigante de innumerables cabezas se distribuye en 10.000 lugares a lo largo y ancho de los EE.UU. Entre las oficinas que se repiten hay algunas que despiertan la atención. Se han creado numerosas oficinas de residuos y 15 agencias federales con mandos militares que operan en 15 ciudades de EE.UU. con el cometido de rastrear el flujo de dinero hacia y desde las redes terroristas.

Y en esta investigación se comprobó que el material logrado por las oficinas de inteligencia, y de otras dedicadas a tareas de espionaje en el extranjero, se clasifica en 50 mil informes cada año, en volúmenes tan gigantescos que un alto porcentaje jamás llegan a ser leídos y son simplemente dejados de lado en algún cajón.

Y lo peor que surge de este informe periodístico, es que los últimos intentos de atentado -el caso del joven nigeriano descubierto por el humo que salía de sus ropas a punto de aterrizar en la noche de Navidad o la camioneta con explosivos en Times Square en Nueva York observada por casualidad por un vendedor callejero-, figuraban en esa montaña de papeles y nadie de los servicios había profundizado en la investigación. Lo mismo con el oficial, de ascendencia musulmana, que en el Fuerte Hood, durante un acto de promoción, baleó a compañeros y mató a 13 militares graduados y familiares.

Estos hechos, sumados a decenas que no trascienden o que están en etapa de indagación en el exterior y también en territorio americano, aumentan las dudas sobre la eficacia del gigante creado para la lucha "contraterrorista". En general la opinión de los cercanos a los servicios de inteligencia es firme en apoyar la eficacia del sistema, pero reconocen que las fallas existen a la hora de unir tantos "cabos" dispersos que llegan a las mesas del contraterrorismo y abren las puertas a atentados, como también aseguran que son más los que se evitan y no se difunden.

El otro capítulo que en los comienzos tuvo enorme utilidad y hoy se ha transformado casi en imprescindible es la impenetrable selva de las empresas privadas. Se contrataron temporalmente en el 2001 para abaratar costos y ganar tiempo (se captó a espías "duchos" en el oficio mismo en Afganistán, Iraq y en Europa) pero poco a poco los resultados salieron a luz: eran especialmente negativos y ensombrecían la imagen de EE.UU. Sujetos dispuestos a "fechorías", (surge esta palabra de los informes confidenciales), a apretar el gatillo con facilidad y a aplicar apremios en las cárceles (la de Abu Ghraib fue la primera), pertenecen a empresas que ganan "fortunas". Se sabe que a espías, de nacionalidad extranjera, se les pagó 15 mil dólares y un "BMW". Y lo que se pensó reduciría costos y agilizaría trámites resultó lo contrario. Hoy es uno de los problemas más graves para sustituirlos, se han encargado de resultar imprescindibles en ambas guerras.

El informe del matutino capitalino ha impactado. Sin duda ha incrementado la intranquilidad de la gente y las dudas sobre la eficacia de los Servicios de Inteligencia, la CIA, el FBI, entre otra veintena de dependencias. Las críticas llueven sobre las jerarquías. Justamente el lunes el Comité de Inteligencia del Senado analizara todo el problema, aunque está convocado para confirmar a James Clapper, el candidato propuesto por la Administración Obama para sustituir al hasta ahora Director Nacional de Inteligencia. El cargo era ocupado por Dennis Blair, hombre de confianza de la Casa Blanca, que se aleja por la falta de coordinación y verticalidad.

La cifra

854.000 Las personas que trabajan en tareas de seguridad. También hay 1.931 empresas privadas con 265 mil trabajadores contratados.


DANIEL HERRERA LUSSICH (El Pais)